"¡A mí me pudo haber devorado un león!"
Daniel Valencia Caravantes, Sergio Arauz / Fotos: Fréderick Meza
¿Verdad que usted no se llevaba tan bien con sus compañeros, cuando era diputado? Varias veces le trataron de hacer la camita. Recuerdo cuando salió publicado lo del cheque este del casino...
El cheque de 30 mil colones.
Lo de la Federación de Voleibol.
Siempre mis consultores me dijeron que mis adversarios estaban afuera y los enemigos estaban adentro. La política es así, es un complejo juego de intereses. Yo siempre he actuado con lealtad, pero no siempre podés esperar eso de tus correligionarios, ¿verdad?
¿Las denuncias eran puro chambre o tenían algo de cierto?
Vaya, te voy a explicar: cuando era presidente de la Federación de Voleibol ya estaba con Manuel Arrieta. Íbamos a organizar un centroamericano que nos costaba como 230 mil colones. El INDES nos iba a dar 100 mil colones, una telefónica nos iba a dar... Entonces vino Manuel y me dice: “Mirá, ¿y si pedimos a los casinos que nos...?”. “No”, le dije, porque el partido se oponía a los casinos. Entonces Manuel habló con uno de los casinos y me dijo: “Mirá, nos van a dar un donativo de 30 mil colones”. Y fui con él a buscar ese donativo. Esos 30 mil colones los ocupamos, más que todo, para premiar a la selección femenina. Les dimos un bono como de 300 colones a cada una por la medalla y todo. Y todo quedó plenamente liquidado, pero alguien le dijo a una periodista que yo había recibido patrocinio de un casino.
¿Es cierto que la soplada venía de un amigo suyo?
Ya eso quedó en el olvido.
¡No´mbre! No creo que una cosa así quede en el olvido.
En la fracción, cuando se tratan temas muy delicados ni los que dan café pueden entrar para que solo quede entre los diputados. A mí me pidieron que defendiera en el pleno el tema de los casinos. Entonces yo dije “yo no quisiera”. ¡Solo diputados! Entonces cuando a mí me pidieron que en el pleno defendiera el tema dije: “Mirá, a mí me acaba de dar el Crowne Plaza 30 mil colones, hace como 4 meses para patrocinar un centroamericano de voleibol y no puedo aparecer ante la opinión pública... y por el otro lado recibiendo...”
Supongo que se enteró quién lo quemó.
Si se supo todo. Y ahí lo dejo ya, hasta ahí lleguemos. Lloré de tristeza cuando vi la portada en madera en El Diario de Hoy. Yo esperaba ese golpe y no pude dormir esa noche, angustiado. Les informé a mis hijas: “Hijas, nunca he tocado dinero ajeno. Me van a cuestionar”.
Acepte, al menos, que fue un gran conflicto de intereses.
“Quijano recibió dinero de los casinos”. En la forma en que pusieron la madera daba la impresión de que yo había hecho algo deshonesto. Recibió dinero se interpretaba como “lo han plateado”. Y no. Era un patrocinio de 30 mil colones. Nosotros teníamos patrocinios fuertes de 80 mil y el casino nos dio 30 mil colones. Quedó ese sinsabor muy fuerte.
¿Le pusieron otra? Me acuerdo de una publicación sobre un pozo de ANDA...
¡Ah, no, pero eso lo aclaré! Llevé a los periodistas, los llevé y todo. Lo que me dijeron... nos acusaron a tres personas (de que el ex presidente de ANDA Carlos Perla les construyó pozos en sus propiedades). Entonces yo invité a toda la prensa y fui a mi propiedad ahí en Zaragoza a que fueran a ver porque él dijo que en Zaragoza me había hecho un pozo. Yo tenía todos los recibos de ANDA de una propiedad que yo compartía con mi hermano, que siempre había tenido agua de chorro. Hasta ahí llegó, pero esas son cosas que la oposición siempre te las está sacando. Yo ya no le presto importancia a esto.
¿Usted en su finca no era como el ex diputado Gamero que tenía empleados de
No, no.
Junto con Gamero, usted fue miembro de una fracción de Arena fortísima.
Éramos una fracción bien sólida. En cualquier tema éramos sólidos. En esa camada entró el presidente Flores. Paco entró conmigo en el 94. La defensa del IVA de Paco fue... Paco pocas veces intervenía, pero cuando intervenía en el pleno eran unas intervenciones magistrales. Yo tenía muy buenas intervenciones. Walter, René, Milena, Gloria Salguero... éramos como políticos de pura sangre.
¿Y ahora se llevan bien todos ustedes?
Sí, por eso te digo, es que la política es...
¿Con René Figueroa se lleva?
Si, somos amigos.
¿Vino gente de Gana a pedirle que se pase al partido?
¡Jamás! Nunca me han ofrecido nada, nunca.
Fíjese que no le creo.
No, no, no. Te lo digo así con franqueza. Yo creo que ellos saben a quiénes pueden tocar. Yo sigo fiel a mi partido y yo he dicho que cuando yo termine mi carrera política la voy a terminar en Arena. Yo siempre he sido crítico de las tránsfugas. Al doctor Silva le cuestioné mucho eso: que el CD, que la Convergencia Democrática, que el FMLN, anduvo de partido en partido.
No puedo imaginármelo de amigo, en una noche de copas, con René Figueroa.
No, pero es que no hay ese tipo de relación porque nunca existió. René muy pocas veces me invitó a cenar, él era el jefe de fracción.
Igual, con otros diputados ex Arena que ahora son Gana: ¿cómo se relacionan?
No debes de trascender esto al plano personal.
No, me refiero en lo simbólico.
Yo encuentro a diputados de Gana y los saludo. A Silvita Aguilar, la semana pasada en
Pero la relación cambia.
Sí, porque ya no puede haber una relación de confianza en términos partidarios. No le confesaría ni le comentaría a nadie de Gana cuestiones estratégicas de mi partido. ¡Faltaba más! Un saludo cordial no creo que empañe nada. Y te reitero, y lo digo con plena convicción: nunca nadie me propuso ingresar a Gana. Y si lo hubieran hecho, inmediatamente les hubiera dicho: estás equivocado, estás hablando con la persona equivocada. A otro menos a mí. Sin ser grosero. ¿Cómo a mis hijas que las he vestido de tricolor, desde chiquitas, les diré "ya no creo en los principios de Arena"? No podría explicarlo. Independiente de que mi partido me llevara de candidato o no, siempre sería fiel a la bandera. Me pasó el percance de 2006 y hubo algunos ofrecimientos.
¿Quién le ofreció cambio de bandera?
Del PCN.
¿Quién ahí?
No, no voy a decir nombres.
Mmm… ¿quién maneja San Salvador? ¿Dagoberto Marroquín?
No, no fue Dagoberto.
¿Roberto Angulo?
No, no puedo decir nombres.
Ja, ja, ja.
Fue una conversación, no una propuesta formal. “Si te vinieras con nosotros de candidato ganamos uno o dos diputados”.
Una propuesta indecente, Norman.
Entonces, yo les dije: pero no voy a ganar la alcaldía. “Pero podés trabajar como asesor nuestro en
Y luego, en 2009, ganó. Por cierto, mire, ese su circo que contrató para la campaña era criminal. Un león de ahí casi se come a una niña.
¡A mí me pudo haber devorado un león! Yo me metí a la jaula.
También un león le arrancó el brazo a un bolo...
No, fue el tigre.
Ja, ja, ja.
¡Pero no en función! Don Rodrigo Valiente, dueño del circo, me lo contó. ¡Y yo entré a la jaula de ese circo! Luego pasé como 10 días, por las noches, preguntándome: y yo por qué p... (se calla)... mis hijas estaban ahí. Y las niñas estaban con pavor. La mirada la tenía periférica. Había cinco leones y tres leopardos. No veía a los leones porque los leones me volvían a ver así (el alcalde pela los dientes, como gruñendo, como león furioso, y hace de sus manos unas garras imaginarias) mientras la jaula estaba cerrada. Yo sentía miedo para ver a los ojos al león. Me daba temor. Entonces yo miraba a la gente y los niños que me aplaudían. Pero de este lado –izquierdo- con el rabo del ojo vi que el leopardo se bajó del banquillo. Y venía para donde mí, y el domador, a mi lado, con el látigo lo regresaba. Cuando medio lo volví a ver, me veía pelando los colmillos (y el alcalde pela los suyos mientras cuenta la anécdota). Luego salí de la jaula, y comencé a sudar. Ya en la noche me costó dormir. ¿Y por qué hice esto?
¿Por qué lo contraté? Es cosa seria ese circo.
Sí. Al tiempito de haber ganado, don Rodrigo me invitó a otra función, y me di cuenta de que un león estaba en celo. Y Dorian, el domador, no podía dominarlo. A todos los demás sí, pero ese león se bajaba. Y le hacía “groarrrr” (el alcalde hace los gestos, con garras incluidas, pero se recompone a tiempo para evitar la foto). Dorian salió sudando, y don Rodrigo, el dueño del circo, estaba muy tenso. Dorian es su hijo. Y después me dijo: a las bestias no les gusta el olor a licor. ¿Imagínense si cuando yo entré hubiera andado de goma o con tragos encima?
¿En 2012 no lo volverá a contratar? ¿O sí?
¡Como no!
¿Y para entonces se mira en la otra escalera?
No. Nunca he pensado en eso. En la calle me preguntan mucho eso: ¿Irá para presidente? Pero uno tiene que ser, primero, con los pies sobre la tierra. Mi lucha, hoy, debe estar enfocada en buscar la candidatura (interna) y luego la reelección. Ahí debe estar mi fuerza. No me quiero distraer en otra cosa y generar anticuerpos innecesarios. Yo estoy contento con ser alcalde. Es maravilloso. Ahora entiendo a Calderón Sol cuando dice que lo que más le gustó de su carrera política –más que presidente y diputado- fue ser alcalde.
(La plática ya va de caída y el alcalde nos explica que él fue un incomprendido: nunca criticó el uso del relleno sanitario de Nejapa sino la forma en que fue licitada la obra. Nos dice que tiene grandes apuestas con el centro histórico, pero que para realizarlas necesita otros tres años. Que está seguro de convencer a grandes empresarios para que inviertan en el centro, y que no le parece inviable solicitarle apoyo al ejército para ordenar el centro, como han hecho en otras ciudades de Latinoamérica. Terminamos la entrevista y le pedimos que aclare una gran duda: ¿de quién fue la idea de poner los feos torogoces en el redondel de
¿No te gustan?
¡Ja, ja, ja!
No, pero mirá, si a alguien no le gusta eso, no le va a gustar nada.
¡Pero si parecen primos de los próceres gordos, que están frente a
... No, pero mira, ese es un monumento... el que critica, perdonen... ¿ahí qué había? Yo no he reparado en que se vean gordos. Yo lo que he dicho es que el monumento es hermoso para el ave nacional.