"Ahora que hay que votar por caras, quizás vengan más políticos"

La cirugía plástica es una rama de la medicina muy peculiar, porque suele atender gente sana, al menos físicamente. En El Salvador, Román Zaldívar es uno de los cirujanos plásticos más reconocidos. Atiende en una clínica cuyo diseño ha sido destacado en revistas internacionales de arquitectura, y eso quizá sea solo uno de los indicios de su éxito.

El Zaldívar le viene de un tatarabuelo, hermano de Rafael Zaldívar, un ex presidente de El Salvador, también médico, que gobernó dos veces el país durante la segunda mitad del siglo XIX. No presume mucho este linaje, es más, habla con poco interés de sus "parientes lejanos".

Estudió en la Escuela Americana de El Salvador, luego se fue a un colegio militar a terminar su highschool en Estados Unidos. Estudió medicina en la Universidad en Dallas, luego cirugía en la Universidad de Miami. Se quedó ejerciendo en Estados Unidos por varios años, y desde hace 17 años vive y trabaja en El Salvador, de los cuales estuvo cinco años en el sistema público: en el Hospital Rosales y en el Zacamil.

Es un conversador jovial. De eso uno se da cuenta luego de superar la intimidación de alguien que se presenta pareciendo que lleva "prisa de médico" y mira con disimulada desconfianza, como queriendo asegurarse de que no está desperdiciando el tiempo que nos concedió. Sin dudas, una hora en su consultorio tendrá un costo que no se regala sin más.

Pero ya en confianza, hablamos de la cirugía plástica, mitos y realidades, del concepto de feo y bonito, de las críticas de la bioética y de las feministas, incluso ideamos una campaña para atraer políticos a su consulta y nos advierte que no se regatea con sus precios.

 

Por Élmer L. Menjívar, Patricia Carías y Frederick Meza / Fotos de Frederick Meza

Regístrate o ingresa en el sistema para realizar tu comentario
Lo sentimos, esta nota no tiene comentarios habilitados.
x