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Gobierno ha excluido del gabinete de seguridad al ministro de la Defensa

El ministro de Defensa, David Munguía Payés, no forma parte orgánica del gabinete de Seguridad, no hace propuestas ni participa de la creación del 'plan estratégico' que el gobierno ha implementado para combatir a las pandillas. Según el secretario de Comunicaciones de la Presidencia, ni siquiera la creación de las Fuerzas Especiales de Reacción fueron propuestas del general que facilitó la tregua entre las pandillas.


Martes, 23 de junio de 2015
Daniel Valencia Caravantes y María Luz Nóchez

El general David Munguía Payés, que en el anterior gobierno dirigió el gabinete de Seguridad y del que formó parte incluso como ministro de la Defensa, ha sido excluido de ese equipo de trabajo en el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, al punto de que aunque los militares están aportando batallones especiales para el combate a las pandillas, no hace propuestas ni participa en la definición de la hoja de ruta que este gobierno se ha trazado para luchar contra la violencia.

Este martes 23 de junio, en el programa El Faro Radio, Munguía Payés declaró que él no forma parte de dicho gabinete, y aunque no quiso ahondar en explicaciones, se desligó del trabajo liderado por el comisionado presidencial para la seguridad, Franzi Hato Hasbún, al resumir que él recibe y acata las órdenes del presidente Sánchez Cerén.

Este gobierno decidió romper públicamente con la estrategia de negociar con las pandillas diseñada por Munguía Payés cuando tuvo a su cargo la seguridad pública (entre noviembre de 2011 y mayo de 2013), e implementada durante la administración de Mauricio Funes desde marzo de 2012, que provocó una reducción de la tasa de homicidios de más del 50 %.

El gobierno de Sánchez Cerén, en cambio, anunció en enero de 2015 que no recurriría a esa estrategia porque es ilegal. Además, hace un par de meses anunció la creación de batallones especiales antipandillas en la Fuerza Armada y mantiene el patrullaje conjunto entre policías y soldados para combatir la delincuencia.

Cuando El Faro preguntó al ministro si el giro en el combate a la delincuencia -de la tregua con las pandillas a enfrentamientos directos- respondía a un rechazo del nuevo gobierno hacia su plan de tregua, Munguía Payés se rehusó a contestar: 'No podría responder esa pregunta'.

-Pero usted es parte del gabinete de Seguridad y ahí lo habrán discutido, ¿no?

-No. Estás equivocado. Yo no soy parte del gabinete de Seguridad Pública. La Fuerza Armada no forma parte del gabinete de Seguridad Pública. 

-¿Lo han excluido? Hasta donde sabíamos, Defensa era parte de ese gabinete, en el gobierno anterior formó parte de ese gabinete...

-Sí... en el pasado formamos parte del gabinete de Seguridad, pero en el presente no lo estamos haciendo. No obstante, estamos colaborando... en el gabinete político, que es un ente de alto nivel estratégico de este gobierno. En el gabinete de Seguridad están el Ministerio de Seguridad, la Dirección de Centros Penales, la Policía Nacional Civil y la Academia Nacional de Seguridad Pública. La Fuerza Armada no está presente.

Las palabras de Munguía Payés revelan cuánto se ha alejado el gobierno del FMLN de la apuesta y de quien diseñó la alternativa de reducir la violencia  por medio del diálogo entre el gobierno y las pandillas ocurrido en marzo de 2012 y sostenido con apoyo logístico del gobierno hasta mediados de 2013. En enero de 2015, y luego de que el gobierno quedara sorprendido por la escalada de ataques contra policías de parte de supuestos pandilleros -siete asesinatos en los primeros 12 días del año-, Salvador Sánchez Cerén anunció que se ponía al frente del gabinete de Seguridad y declaró, tajante, que su gobierno no negociaría con criminales, cerrando así un capítulo más de la llamada 'tregua', como se le conoció después a ese pacto con las pandillas.

La tregua en verdad desapareció. Para marzo de 2015 se registraron 431 homicidios, 'más de 140' atribuidos a pandilleros abatidos en enfrentamientos con la Policía, según dijo el mismo presidente de la República. Mayo superó a marzo con 635 homicidios, y para junio, según la Policía, ya se cuentan 509 asesinatos en todo el país, un ritmo tal que de mantenerse en los últimos siete días del mes superaría los 635 homicidios de mayo para llegar a unos 670. 

Con la nueva gestión de seguridad del gobierno, en la que al parecer Munguía Payés no fue tomado en cuenta, se atacó a las estructuras de las pandillas con movimientos de los líderes pandilleros -que habían sido beneficiados en la tregua- de regreso al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca; y más de un millar de otros traslados, entre cárceles en todo el país. En materia de prevención, el gobierno ha anunciado la creación de planes ambiciosos para prevenir el reclutamiento de jóvenes y una oferta de salida a los pandilleros, pero ha impactado más el componente represivo, nunca antes visto en el país por la cantidad de enfrentamientos entre policías, militares y supuestos pandilleros. Ni siquiera en los gobiernos de los planes 'Mano Dura' de Francisco Flores (2003) y Súper Mano Dura (2004-2009) de Antonio Saca se anunció, con total convicción de buena obra, que los policías pueden utilizar su arma para defenderse de las pandillas sin temor a procesos investigativos internos. 

Munguía Payés ni apoya ni comenta el plan estratégico del gobierno. 'Este gobierno está más activo. Yo solo cumplo órdenes', dijo. 

La presidencia de la República, al parecer, tampoco quiere confundir con imágenes. A principios de junio, le Secretaría de Comunicaciones convocó a una conferencia con lo que aparentemente estaba reunido el gabinete de Seguridad en pleno para rendir cuentas a la población. En la mesa estaban el director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Ramírez Landaverde; el ministro de Seguridad, Benito Lara; el comisionado presidencial para la Seguridad, Hato Hasbún; el ministro de Defensa, David Munguía Payés; y el secretario de Comunicaciones, Eugenio Chicas.

-El ministro de Defensa ha declarado que él no pertenece al gabinete de Seguridad. ¿Esto es cierto? -preguntó El Faro a Chicas vía telefónica.

-Él no pertenece al gabinete de Seguridad. No hay confusión. El presidente lo convoca en ocasiones según su criterio. La Fuerza Armada no es competente en materias de seguridad pública -respondió Chicas.

-Si no pertece al gabinete de Seguridad, ¿cómo es que estuvo en la mesa en la primera conferencia del gabinete de Seguridad, y cómo es que unidades militares se convierten en las protagonistas de la lucha contra las pandillas?

-Él nunca hizo una propuesta de ese tipo porque no es parte del gabinete. La propuesta nació en el gabinete como medida o acción de apoyo al trabajo de la Policía. Y si participó de la conferencia es porque el presidente creyó importante que estuviera para atender alguna pregunta de los medios sobre el trabajo de la Fuerza Armada en las tareas de trabajo conjunto con la Policía.

-¿Cuándo fue excludio el ministro de Defensa del gabinete de Seguridad?

-Recuerde que yo llegué al cargo desde hace dos meses, y cuando pedí información del organigrama de la Presidencia, ahí me di cuenta de que él no era parte del gabinete de Seguridad.

Munguía Payés, el protagonista

Desde que el FMLN ganó la presidencia por primera vez, en 2009, el protagonismo de Munguía Payés en materias de seguridad pública siempre estuvo acuerpado por un Ejecutivo deseoso de lucir su brazo armado como contraparte a la violencia y a las pandillas. Desde finales de 2010, el gobierno de Mauricio Funes solicitó el despliegue de tropas de soldados en todo el territorio nacional para combatir a la pandillas, en respuesta a la quema de un microbús en el municipio de Mejicanos. En ese evento, pandilleros del Barrio 18 incendiaron un microbús y dispararon contra los sobrevivientes. En el hecho fallecieron una veintena de personas, entre estas menores de edad. Hace más de cinco años, el gobierno lanzó el mensaje 'nadie va a intimidar a El Salvador', y el protagonista del plan de combate fue Munguía Payés, quien apareció en los medios de comunicación declarándole la guerra a las pandillas.

Junto al despliegue de fuerzas, el ejército pasó a controlar los ingresos de los centros penitenciarios en donde están recluidos los pandilleros y montó batallones perennes en los municipios más conflictivos del país. La Fuerza Armada, además, también desplegó patrullajes, con más recursos humanos y armamentísticos que los de la Policía Nacional Civil, en las zonas fronterizas con mayor riesgo por el narcotráfico, la trata y el contrabando.

En el último trimestre de 2011, Munguía Payés se quitó el uniforme verde olivo y los sustituyó por el saco y la corbata que le exigía su nuevo cargo. El expresidente Funes movió al militar a la situación de retiro y lo catapultó hacia el Ministerio de Seguridad, coincidiendo con los plazos con los cuales la Constitución prohíbe que militares de alta aspiren al cargo de presidente de la República. En aquel gabinete de Seguridad del gobierno de Funes, Franzi Hato Hasbún cumplía un rol similar al que hoy le ha encomendado Salvador Sánchez Cerén como Comisionado Presidencial para la Seguridad, pero su coordinación desaparició una vez que Munguía Payés se convirtió en ministro de Seguridad Pública.

Entre los primeros movimientos de Munguía Payés para hacerse del control no solo del aparato de defensa nacional sino también del de Seguridad estuvo convencer a Funes para que dejara en el Ministerio de la Defensa a un hombre de confianza: su viceministro Atilio Benítez, quien mantuvo la hoja de ruta trazada por Munguía Payés en el ejército al punto que no movió ninguna pieza de las colocadas por Munguía Payés en el estamento militar. En Seguridad Pública, Munguía Payés ordenó a otro general, Franciso Salinas, que se quitara el uniforme militar y lo convirtió en director de la Policía Nacional Civil. En el Organismo de Inteligencia del Estado, Munguía Payés ya había colado a un militar, Simón Molina Montoya, pero se aseguró de no levantar sospechas pidiendo el nombramiento de un antiguo compañero de aventuras políticas en el extinto partido Acción Popular: el economista Ricardo Perdomo. Con el tiempo, Molina Montoya abandonaría el OIE para convertirse en asesor de Munguía Payés en el Ministerio de Seguridad.

En mayo de 2013, Munguía Payés recibió un revés de la Sala de lo Constitucional que ordenó la salida de los dos generales al frente de la seguridad pública. El nombramiento de Munguía Payés y el director de la Policía, el general Francisco Salinas, a juicio de la Sala fue inconstitucional, dado que la seguridad pública del país debe ser regida por civiles y no por militares, aunque estos estén en calidad de retiro. 

Sin cargo, Munguía Payés espero solo dos meses para que el expresidente Funes lo nombrara, de nuevo, como ministro de la Defensa. Sin embargo, su apuesta, la tregua, comenzó a hacer aguas, dado que en el gobierno de Funes, los nuevos funcionarios de seguridad poco a poco comenzaron a cerrar puertas a esa vía, a un año de que finalizara el mandato del expresidente Funes. 

Tras el triunfo electoral de Salvador Sánchez Cerén, en marzo de 2014, Munguía Payés logró mantenerse al frente de la cartera de Defensa y la gran duda era si el nuevo gobierno del FMLN también le apostaría a la tregua, de manera institucionalizada o como política de seguridad pública. En el primer semestre del gobierno, Sánchez Cerén evitó sentar una postura, pero en enero pasado, y ante una ola de ataques contra policías -que incrementó desde el segundo semestre de 2014- Sánchez Cerén declaró que su gobierno no negociaría con delincuentes, todo un epitafio, si se quiere, para el plan que alguna vez trazó Munguía Payés.

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