En política nada es cierto hasta que se oficializa, y aunque para la comunidad artística el puesto de secretario de Cultura ya está ocupado, el presidente electo aún no nombra al relevo de Magdalena Granadino y los encargados de tema del partido tampoco se casan con nadie.
A falta de una semana para que inicie el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, el nombre del antropólogo Ramón Rivas suena cada vez más con más fuerza como el ungido por el FMLN para convertirse en el próximo secretario de cultura, con miras a ser promovido, posteriormente, como ministro de Cultura. Su nombramiento es inminente desde hace algunas semanas para quienes han seguido de cerca el proceso de transición y para los trabajadores mismos de la Secretaría de Cultura (Secultura). Rivas, sin embargo, opta por la discreción cuando se le pregunta si él será el elegido. “No sé nada”, prefiere decir, en una llamada telefónica. Porque ha estado de viaje. Luego cambia un poco el tono y abre un resquicio: 'Ahorita no puedo decir nada'. Y, finalmente, ante la insistencia de este periódico en que todo mundo da por descontado que él ya ha sido elegido, opta por anunciar que se informará sobre esa versión que va de boca en boca: 'En cuanto sepa algo los llamo'.
A diferencia del proceso de selección que se llevó a cabo en 2009 para escoger al encargado de dirigir esta Secretaría de la presidencia, en donde se sometió a consideración de un grupo de 300 artistas la postulación de los candidatos a ostentar el cargo, los rodeos han sido mínimos. Esta vez han sido los altos mandos del FMLN quienes se encargaron de postular el nombre de Rivas como futuro titular de la institución y es el único que se repite con insistencia.
Con los nombramientos que Sánchez Cerén hizo el 21 de mayo, su gabinete quedó casi completo. Los únicos puestos que van quedando vacantes son los de algunos de los secretarios de la presidencia, entre ellos el de Cultura que, si todo sigue el rumbo que lleva hasta ahora, confirmaría a Rivas como el próximo Secretario de Cultura y, posiblemente, el primer ministro de Cultura de El Salvador de los últimos 25 años.
Una llegada de Rivas al cargo marcaría una ruptura con la gestión actual, pues luego de formar parte por 23 meses de la Secultura, Rivas renunció y pasó a señalar los que considera desatinos de Magdalena Granadino, la tercera al mando de la institución en el quinquenio Funes. Pese a que su nombramiento es por el momento solo un secreto a voces, ninguno de los diputados efemelenistas relacionados con la transición de la Secultura que consultó El Faro se atrevió a confirmar que Rivas es el elegido.
Que el presidente electo no haya hecho pública la decisión de nombrar a Rivas como secretario de cultura no ha sido un impedimento para que la Secretaría de Cultura del FMLN organice a quienes podrían convertise en la nueva planilla de la Secultura. El pasado 17 de mayo, por ejemplo, un grupo de 60 personas se dieron cita entre 9 a.m. y 4 p.m. en el hotel Mediterráneo Plaza para discutir junto a la diputada Lorena Peña procesos administrativos, relacionados con la preparación de la institución actual para convertirse en ministerio, y también para hablar de los avances en la aprobación de la Ley de Cultura. El tema central estuvo también relacionado con las expectativas de los representantes de los gremios artísticos respecto de la gestión que iniciaría el 2 de junio próximo. Entre los convocados estaba Rivas Rivas.
Allí estuvieron también el cineasta Noé Valladares, el artista plástico Roberto Huezo, el músico Roberto Quezada, el pintor Óscar Soles, la bailarina Eunice Payés, el escritor Pablo Benítez y el antropólogo Carlos Benjamín Lara Martínez. La diputada es, además, la designada del partido para encargarse del tema de cultura en el proceso de transición. El Faro consultó con algunos de los representantes que asistieron a esta reunión, convocados por la Secretaría de Cultura del FMLN, y confirmaron que en esta reunión Peña anunció de manera oficial a Rivas como el elegido por Sánchez Cerén para asumir el cargo. 'En esa reunión Rivas tenía como tarea sistematizar los aportes de cara a la transición', dijo una de las personas que estuvieron presentes.
Rivas, de 60 años, es doctor en Antropología Cultural y Antropología Social por la Universidad de Nijmegen, Holanda. También fue decano de la Facultad de Arte y Cultura de la Universidad Tecnológica de El Salvador, y desde su salida de Secultura ha estado a cargo de la Dirección de Cultura de la UTEC y el Museo Universitario de Arte (MUA). En febrero de 2012, Rivas presentó su renuncia a solo 17 días de haberse estrenado la gestión de Magdalena Granadino, alegando que muchas cosas ya no se estaban realizando como se habían concebido cuando él asumió el cargo. Ni Granadino ni Secultura quisieron hacer pública su reacción antes estas declaraciones.
Rivas no es un militante inscrito del partido, pero su relación con este viene desde la época de la guerra. Durante su estadía como estudiante en Holanda, el antropólogo fue el encargado de establecer nexos de cooperación entre el FMLN y la Universidad de Nijmegen. Años después, para la campaña presidencial 2004, fungió como el encargado de las políticas culturales del plan de gobierno de Schafik Handal. Desde que empezaron a conformarse las comisiones de transición, pasada la segunda vuelta electoral, él se convirtió en el recomendado por Lorena Peña para ocupar el cargo, según confirmaron a El Faro tres fuentes que han sido convocados a reunirse para prefieren mantenerse anónimas para no entorpecer los procesos de consulta que aún están pendientes.
Peña, quien en noviembre 2012 aseguró personificar “la muestra de que el FMLN ha puesto interés en la Ley de Cultura”, ha sido la principal promotora de Rivas, según fuentes que lideran diversos gremios artísticos que han acompañado al FMLN en las reuniones y talleres convocados por el partido para discutir los procesos de la Ley de cultura y ahora del nombramiento de las nuevas autoridades de Cultura. 'Ya saben cómo es ella, así que no hubo mayor resistencia', dice uno de los gestores culturales participantes en las consultas y reuniones sobre el tema, aludiendo al carácter y talante de la diputada, y agrega: 'pero ayudaba que la figura de Ramón no le resulta incómoda a la gente'. ¿Qué significa que ya saben cómo es ella?, preguntó El Faro a esta fuente, y explicó que cuando se intentó abrir el debate con otros nombres, Peña hablaba de decisiones ya tomadas. Este jueves buscamos a la diputada en su despacho en la Asamblea Legislativa, pero su asistente nos dijo que probablemente no llegaría y que, incluso, había llamado a su suplente para cubrirla en la sesión plenaria. Quedó pendiente, sin embargo, de recibirnos esta otra semana. Quien sí habló fue el diputado efemelenista Yohalmo Cabrera, miembro de la Comisión de Cultura y Educación de la Asamblea. Respecto al candidato que podría ocupar el cargo dijo: 'Yo he oído nombres, pero no me atrevería a decir quiénes son mientras no los haga oficial el presidente electo'. ¿Ramón Rivas? Cabrera sonrió y solo repitió que no podía decir de quiénes se trata.
Pese a que no hubo debate de posibles candidatos, no existe objeción entre artistas e intelectuales de que sea Rivas quien dirija esta institución, ya que reconocen en él a alguien capacitado, preparado y concertador: “Con él podemos trabajar”, asegura uno de los líderes de uno de los sectores de los artistas, que también fue funcionario de esta secretaría. Lo que sí ha encendido algunas alertas es el nombramiento de su compañero o compañera de fórmula una vez que se cree el Ministerio de Cultura: “A Ramón debería de permitírsele escoger con quién quiere trabajar”, señala otra de las fuentes, en medio de un grupo de artistas, que asienten de inmediato. Dicen haber percibido que podría existir imposición. Rivas, por su parte, aunque insiste en que no se le acredite el título de próximo Secretario de Cultura, al pregutarle si cree que hay que hacer cambios en la estructura de la actual Secultura, comenta: 'Lo que yo haría es tomar en cuenta la capacidad de los directores nacionales que están por ahora en la institución, así como los proyectos que se han llevado a cabo: no es de hacer borrón y cuenta nueva'.
La tardanza en el nombramiento del encargado de presidir la Secretaría de Cultura llegó el miércoles 21 hasta las redes sociales, en donde incluso ahí los rumores de la designación de Rivas son una realidad. Así lo confirmó el escritor Rafael Mendoza por medio de un comentario en una publicación en Facebook del historiador Carlos Cañas Dinarte: 'El Ministerio de Cultura lo ocupará Ramón Rivas, a partir de enero 2015, mientras tanto, el resto de este año 2014 fungirá como secretario de Cultura'.
Su publicación también confirmó las señales de alerta que hay entre algunos de los involucrados por quién fungiría como viceministro o viceministra una vez se cree el Ministerio: 'Lo que muchos otros allegados a la misma o correligionarios de lejos no ven con simpatía es el nombramiento de quién ocupará la subsecretaría (sic) de esa cartera a partir de enero'. Mendoza es parte del Movimiento Ciudadano Arte y Cultura 'El Salvador adelante', y en enero de este año, previo a la primera vuelta electoral, en un evento de respaldo a la fórmula efemelenista, posó junto a la bailarina y coreógrafa Eunice Payés mientras le levantaban cada uno un brazo al ahora presidente electo en señal de victoria. El Faro llamó al escritor para preguntarle en qué basaba la afirmación que hacía en la red social y respondió que: 'Lo que estaba haciendo era contarle a Carlos los rumores que han surgido en conversaciones', durante las reuniones convocadas por la secretaría del FMLN. 'Nadie nos ha dicho oficialmente nada', concluye.
Una de las primeras tareas que tendría que asumir el nuevo secretario de cultura es formular un plan institucional y un presupuesto que pueda ser incorporado en el Presupuesto General de la Nación del 2015 para que pueda concretarse la transformación de la institución en ministerio durante el próximo ejercicio fiscal. Este plan y este presupuesto debería estar listo a más tardar en el mes de septiembre.
Ramón Rivas también ha sido uno de los principales detractores de la gestión cultural del gobierno de Mauricio Funes, del que fue parte entre marzo de 2010 y febrero de 2012. Pero esto, lejos de hacer ruido en su historial como candidato al puesto, abona y se complementa con el discurso de la Secretaría de Cultura del FMLN y la comunidad artística. “Al gobierno no le interesa el quehacer cultural de este país o no entiende qué es liderar una secretaría de cultura”, declaró en diciembre del año pasado en El Faro Radio. Su enfado, sin embargo, es solo contra la gestión del presidente y la funcionaria que él puso a dirigir la Secultura, y prefiere no salpicar al partido de las decisiones que se han tomado hasta ahora.
Este discurso que marca la diferencia entre el funcionario y el FMLN es el mismo que adoptaron durante la campaña los artistas, escritores y gestores culturales del Movimiento Ciudadano Arte y Cultura El Salvador Adelante, que en dos ocasiones hizo público su espaldarazo a Salvador Sánchez Cerén y Óscar Ortiz. Rivas participó en el segundo encuentro como más que un espectador, y en su discurso elogió la determinación del partido de izquierda hacia el emprendimiento de un cambio para la cultura en el país.
“Se ve, en en el programa de gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, ese apoyo, ese estímulo; y así debe ser. Pero también he podido constatar y ser partícipe del arduo trabajo en pro de la cultura de nuestro país por parte de la Secretaría de Cultura del Frente. Los gobiernos se eligen para servir al pueblo; y el FMLN está cumpliendo para la cultura”.
Rivas fue el único funcionario que, aunque 12 meses tarde, dio explicaciones del porqué se cerró el caso por la destrucción del mural de Fernando Llort de la fachada de la catedral metropolitana en diciembre de 2011 por parte del arzobispo José Luis Escobar Alas. Sus declaraciones fueron validadas cuando el mismo presidente Funes asumió la responsabilidad el 5 de noviembre de 2013 al entregarle el Premio Nacional de Cultura a Llort y le pidió disculpas en su discurso por no haber actuado como debieron haberlo hecho.
Sus críticas más duras han tenido, sin embargo, como principal destinataria a Magdalena Granadino, de quien ha dicho, entre otras cosas, que su llegada al puesto de secretaria se debe al cumplimiento de un favor por su amistad con el presidente de la República: 'Ella inmediatamente de su llegada demostró que había llegado a una institución (en la) que no sabía qué era lo que se estaba haciendo. Precisamente porque al gobierno no le interesa el quehacer cultural de este país o no entiende qué es liderar una secretaría de cultura pone este tipo de gente. Yo estoy 100 % seguro de que esta señora ha llegado a ocupar simplemente un puesto. Es decir, a cumplir con un favor que una vez le dijeron 'vos vas a tener determinado puesto en el gabinete'”.
* Con reportes de Élmer Menjívar
