Obama expresa apoyo "indoblegable" a reforma migratoria
El presidente estadounidense se reunió con representantes del Senado para discutir un borrador de la reforma migratoria. Sin plazos definidos, las organizaciones defensoras de inmigrantes exigieron mayor liderazgo de Obama en el tema.
AP
El presidente Barack Obama aseguró este jueves que sigue comprometido con cambiar el sistema migratorio estadounidense. Lo que no quedó claro es si el mandatario recibirá este año una iniciativa de ley del Congreso.
Los senadores Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, y Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, entregaron el borrador de una propuesta de reforma migratoria a Obama. Después, el mandatario dijo a través de un comunicado que está “ansioso por revisar su promisorio marco de legislación”.
El plan sería una combinación de medidas de seguridad nacional –incremento de vigilancia en la frontera y ampliación del muro, entre otras- y el otorgamiento de residencias temporales a indocumentados que cumplan una serie de requisitos.
Schumer es el titular del Subcomité de Inmigración del Comité Judicial del Senado y quien lidera la preparación del documento desde mayo del año pasado. A mediados de 2009, el proyecto ya contaba con el apoyo de organizaciones civiles, legisladores de ambos partidos y representantes de la Administración de Obama.
El proyecto iba a ser presentado originalmente los primeros días de septiembre, tras el receso del final del verano, pero fue frenado porque no contaba con respaldo republicano.
“Mi compromiso con una reforma amplia de inmigración es indoblegable, y seguiré siendo su socio en este importante esfuerzo”, dijo el presidente estadounidense tanto a los senadores como a los grupos de defensa de los inmigrantes, según el comunicado.
El tema migratorio es importante para Obama, quien ha prometido trabajar para resolver el problema. Los hispanos dieron un decidido apoyo a Obama en su elección, marcando la diferencia en estados cruciales, como Florida. Sus votos serían críticos en las elecciones de noviembre, cuando Obama y los demócratas buscarán conservar el control de la Cámara de Representantes y del Senado.
Tras reunirse durante más de una hora con Obama, los defensores de los inmigrantes dijeron a la prensa que quieren que Schumer y Graham presenten al menos un proyecto preliminar antes del 21 de marzo, cuando está prevista una marcha ante el Capitolio. Poco después, se presentaría la propuesta en el Senado.
La reunión de Obama con los líderes del Senado da esperanza a las organizaciones de inmigrantes que el plan cuente con el apoyo de los demócratas y republicanos, garantizando el mínimo de 60 votos que necesitaría la reforma para ser aprobada. De no haber adelantos, los votantes latinos podrían negarse a acudir a las urnas.
El cronograma relativamente apretado para pasar una legislación relevante en el Congreso, en un año electoral, es un obstáculo para lograr una propuesta que combine una mayor vigilancia fronteriza con una vía para que unos 12 millones de indocumentados que se encuentran en Estados Unidos legalicen su estadía en esta nación.
"Hemos tenido una discusión muy buena sobre las dificultades", dijo Eliseo Medina, vicepresidente ejecutivo del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios. "Creo que el presidente está al tanto de ello, lo mismo que nosotros".
Medina dijo que los grupos quieren discutir también el tema con el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, de Kentucky, y John Boehner, representante por Ohio y el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes.
Clarissa Martínez de Castro, directora de inmigración y campañas nacionales del Consejo Nacional de La Raza, dijo que Obama informó a las organizaciones que emitiría una declaración con Schumer y Graham cuando revelen el borrador de la iniciativa. “Es innegable que hace falta el liderazgo presidencial, un mayor liderazgo presidencial, y el presidente está comprometido con hacer eso", dijo.
Angélica Salas, directora de la Coalición de Derechos Humanos de Los Inmigrantes de Los Ángeles, dijo que el presidente accedió a ayudar a que un proyecto legislativo preliminar esté listo antes de la protesta. “Queremos resultados… Eso es lo que esperamos en el próximo par de semanas”, exigió.
El censo, en la mira
En tanto, más de 200 organizaciones del país pidieron a Obama que suspenda todo tipo de redadas y programas que conllevan la deportación a fin de que la comunidad inmigrante se sienta más segura y tenga una mayor participación en la próxima temporada del censo de población en Estados Unidos.
“Nos preocupa que el clima de temor y desconfianza en las comunidades inmigrantes, a raíz de redadas migratorias y otros tipos de aplicaciones de ley, hagan que los hogares inmigrantes no devuelvan los formularios del Censo y no cooperen con futuros esfuerzos de la Oficina del Censo”, dijeron las organizaciones en la misiva enviada el martes al presidente y a la secretaría de Seguridad Nacional Janet Napolitano.
“Los inmigrantes tienen dudas sobre la confidencialidad del censo”, explica la carta enviada por la Red Nacional para los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados.
La Oficina del Censo ha dicho que la información obtenida durante el conteo no será compartida con ninguna otra agencia gubernamental, pero históricamente, las comunidades inmigrantes no han sido contadas plenamente, de acuerdo con el Instituto William Velásquez, un organismo investigador.
Los formularios del Censo comenzarán a llegar a los hogares la próxima semana. Todos tienen hasta el 1 de abril para llenar y regresar los formularios. Los hogares que no devuelvan los formularios a tiempo serán visitados por enumeradores a partir de mayo.
El presidente Barack Obama aseguró este jueves que sigue comprometido con cambiar el sistema migratorio estadounidense. Lo que no quedó claro es si el mandatario recibirá este año una iniciativa de ley del Congreso.
Los senadores Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, y Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, entregaron el borrador de una propuesta de reforma migratoria a Obama. Después, el mandatario dijo a través de un comunicado que está “ansioso por revisar su promisorio marco de legislación”.
El plan sería una combinación de medidas de seguridad nacional –incremento de vigilancia en la frontera y ampliación del muro, entre otras- y el otorgamiento de residencias temporales a indocumentados que cumplan una serie de requisitos.
Schumer es el titular del Subcomité de Inmigración del Comité Judicial del Senado y quien lidera la preparación del documento desde mayo del año pasado. A mediados de 2009, el proyecto ya contaba con el apoyo de organizaciones civiles, legisladores de ambos partidos y representantes de la Administración de Obama.
El proyecto iba a ser presentado originalmente los primeros días de septiembre, tras el receso del final del verano, pero fue frenado porque no contaba con respaldo republicano.
“Mi compromiso con una reforma amplia de inmigración es indoblegable, y seguiré siendo su socio en este importante esfuerzo”, dijo el presidente estadounidense tanto a los senadores como a los grupos de defensa de los inmigrantes, según el comunicado.
El tema migratorio es importante para Obama, quien ha prometido trabajar para resolver el problema. Los hispanos dieron un decidido apoyo a Obama en su elección, marcando la diferencia en estados cruciales, como Florida. Sus votos serían críticos en las elecciones de noviembre, cuando Obama y los demócratas buscarán conservar el control de la Cámara de Representantes y del Senado.
Tras reunirse durante más de una hora con Obama, los defensores de los inmigrantes dijeron a la prensa que quieren que Schumer y Graham presenten al menos un proyecto preliminar antes del 21 de marzo, cuando está prevista una marcha ante el Capitolio. Poco después, se presentaría la propuesta en el Senado.
La reunión de Obama con los líderes del Senado da esperanza a las organizaciones de inmigrantes que el plan cuente con el apoyo de los demócratas y republicanos, garantizando el mínimo de 60 votos que necesitaría la reforma para ser aprobada. De no haber adelantos, los votantes latinos podrían negarse a acudir a las urnas.
El cronograma relativamente apretado para pasar una legislación relevante en el Congreso, en un año electoral, es un obstáculo para lograr una propuesta que combine una mayor vigilancia fronteriza con una vía para que unos 12 millones de indocumentados que se encuentran en Estados Unidos legalicen su estadía en esta nación.
"Hemos tenido una discusión muy buena sobre las dificultades", dijo Eliseo Medina, vicepresidente ejecutivo del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios. "Creo que el presidente está al tanto de ello, lo mismo que nosotros".
Medina dijo que los grupos quieren discutir también el tema con el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, de Kentucky, y John Boehner, representante por Ohio y el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes.
Clarissa Martínez de Castro, directora de inmigración y campañas nacionales del Consejo Nacional de La Raza, dijo que Obama informó a las organizaciones que emitiría una declaración con Schumer y Graham cuando revelen el borrador de la iniciativa. “Es innegable que hace falta el liderazgo presidencial, un mayor liderazgo presidencial, y el presidente está comprometido con hacer eso", dijo.
Angélica Salas, directora de la Coalición de Derechos Humanos de Los Inmigrantes de Los Ángeles, dijo que el presidente accedió a ayudar a que un proyecto legislativo preliminar esté listo antes de la protesta. “Queremos resultados… Eso es lo que esperamos en el próximo par de semanas”, exigió.
En tanto, más de 200 organizaciones del país pidieron a Obama que suspenda todo tipo de redadas y programas que conllevan la deportación a fin de que la comunidad inmigrante se sienta más segura y tenga una mayor participación en la próxima temporada del censo de población en Estados Unidos.
“Nos preocupa que el clima de temor y desconfianza en las comunidades inmigrantes, a raíz de redadas migratorias y otros tipos de aplicaciones de ley, hagan que los hogares inmigrantes no devuelvan los formularios del Censo y no cooperen con futuros esfuerzos de la Oficina del Censo”, dijeron las organizaciones en la misiva enviada el martes al presidente y a la secretaría de Seguridad Nacional Janet Napolitano.
“Los inmigrantes tienen dudas sobre la confidencialidad del censo”, explica la carta enviada por la Red Nacional para los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados.
La Oficina del Censo ha dicho que la información obtenida durante el conteo no será compartida con ninguna otra agencia gubernamental, pero históricamente, las comunidades inmigrantes no han sido contadas plenamente, de acuerdo con el Instituto William Velásquez, un organismo investigador.
Los formularios del Censo comenzarán a llegar a los hogares la próxima semana. Todos tienen hasta el 1 de abril para llenar y regresar los formularios. Los hogares que no devuelvan los formularios a tiempo serán visitados por enumeradores a partir de mayo.