Ir al siguiente capítulo -›
Portada > Capítulo 2

"Cuando la justicia y la política se unen, la justicia se prostituye"

Por Sergio Arauz, Daniel Valencia y Ricardo Vaquerano / Fotos: Mauro Arias / Vídeo: Óscar Luna

"Los hechos nos indican que es muy generalizada la corrupción en el Órgano Judicial", dice Florentín Meléndez. 700 denuncias contra jueces engavetadas por años... en la mora hallaron también muchos casos que involucraban al poder político, y los magistrados están convencidos de que con frecuencia, sus antecesores sirvieron más a los políticos que a la justicia.

Han mencionado independencia, transparencia y honestidad, y que encontraron resoluciones tradicionales o acomodadas. Esa definición por comparación resulta negativa para las salas anteriores. ¿Lo que han encontrado les lleva a definir que la Sala de lo Constitucional no era independiente ni transparente ni honesta?
Sidney Blanco:
Yo quizás en ese punto voy a decir algo que lo he dicho oficialmente en un voto razonado  en 2004, siendo yo magistrado suplente de la Sala de lo Constitucional, conocimos lo que está de moda en la Ley de Presupuesto. Ahí mi primer acercamiento a la Sala de lo Constitucional como magistrado en octubre de 2004 fue uno de los momentos más frustrantes en mi carrera judicial al observar la forma en que se deliberaban los asuntos, la poca seriedad con que los magistrados de esa época entendían las cosas y, como lo dije en esa sentencia y en ese voto razonado que emití, en ese caso concreto, los magistrados que suscribieron esa sentencia no fueron independientes, no fueron imparciales, permitieron intromisiones indebidas. Evidentemente eso me permitió hacer una valoración de la entonces Sala de lo Constitucional y de sus integrantes, de cómo se movían en el ámbito de la toma de decisiones sobre asuntos que tenían trascendencia importante en los otros órganos de gobierno. Probablemente las anteriores salas han sido imparciales, independientes en la mayoría de los casos, pero en ese caso concreto yo me permito asegurar que no fueron ni imparciales ni independientes. Mi valoración era que en los casos en donde existían grupos de presión, intereses de los poderes políticos o económicos, la Sala no era independiente ni imparcial.

Queremos hacer un escaneo. ¿Ustedes piensan que las salas anteriores tenían un déficit significativo en materia de independencia, transparencia y honestidad?
Sidney Blanco:
Claro, es lo que estoy diciendo, que a partir de ese caso concreto, en donde dije expresamente que no eran imparciales ni independientes, me permitía identificar que esa Sala sufría de esas deficiencias.
Belarmino Jaime: Bueno, yo nunca tuve la experiencia que tuvo Sidney, nunca estuve integrando Corte, de modo que no puedo hacer un juicio de valor como el que ha hecho Sidney.

Pero conoce hechos, actuaciones...
Belarmino Jaime:
Bueno, lo que conozco yo, aun en el ejercicio profesional, nunca tuve una situación que me permitiría afirmar una cosa u otra. Las cosas que se decían de la Sala anterior por supuesto ustedes las conocen mejor que yo, pero yo no las conozco y por eso me abstengo de hacer juicios sobre eso.
Florentín Meléndez: Yo no he estado inserto en el Órgano Judicial como para tener un conocimiento directo de las fuentes de información, pero en la comunidad jurídica y en la comunidad judicial es muy generalizada la opinión de irregularidades, de actos de corrupción en la Corte Suprema y en el Órgano Judicial, y la población salvadoreña lo sabe. Tenemos muchas denuncias de corrupción que se están procesando y han estado engavetadas en la Sección de Investigación Judicial de la Corte Suprema, sin moverse. También nos hemos encontrado al venir a la Corte con irregularidades en el ámbito administrativo, que ya han sido de alguna forma subsanadas o, por lo menos, hemos comenzado con la conducción del presidente Belarmino Jaime a subsanar estas irregularidades administrativas que decían mucho de actos de nepotismo, de corrupción al interior de la Corte Suprema de Justicia. También a través de las sentencias se puede colegir qué nivel de independencia o dependencia tiene un tribunal. Por ejemplo, se revisan algunas sentencias en donde están involucrados poderes como el poder político partidario del país y leemos esta sentencia y leemos la Constitución y colegimos que se estaba plegado al poder político-partidario. También las omisiones que hemos encontrado o la falta de acción en la Sala de lo Constitucional dice mucho de si una sala está comprometida o no con la justicia, o si determinados magistrados estaban comprometidos con la justicia de este país. Nos hemos encontrado con una mora judicial en la Sala de lo Constitucional al igual que en la Corte plena, procesos engavetados que no se movían y no se movían porque había sectores de poder de por medio, sectores del poder económico del país, partidos políticos cuyos intereses estaban en juego en estos procesos.

¿Y eso cómo lo sabe, cómo sabe que porque había de por medio intereses económicos y políticos no se movían?
Florentín Meléndez:
Utilicé un término: se colige. Es decir, yo deduzco que si hay tres, cuatro o un número determinado de expedientes que pasaron engavetados por años y veo que había un partido político de por medio o un dirigente político de partido y ese expediente pasó engavetado tres o cuatro años en el despacho del presidente de la Corte o de un magistrado de la Sala, colijo, deduzco que había incidencia y dependencia del poder político. También encontramos expedientes en los que había intereses económicos muy fuertes y ya los hemos resuelto sin temor alguno. Sin temor a las consecuencias, que ya las estamos sufriendo. Únicamente estamos sometidos con obediencia a la Constitución y no obedecemos a ningún poder en este país. Esta serie de hechos nos permiten deducir definitivamente que las cosas no marchaban bien en la Corte Suprema ni en la Sala de lo Constitucional. Por supuesto que ha habido magistradas y magistrados honorables que han pasado y que están en la Corte  Suprema también, pero sí los hechos nos indican -y no solo los rumores- que es muy generalizada la corrupción en el Órgano Judicial.
Rodolfo González: Yo vengo estudiando la justicia constitucional los últimos 17 años. Creo que después de un uso descaradamente partidario de la justicia constitucional que se hizo bajo la presidencia de Gutiérrez Castro, la Sala de lo Constitucional del 94 al 2000 intentó acompañar jurídicamente la nueva realidad política del país tras los Acuerdos de Paz y creo que lo hizo en buena medida de manera aceptable y plausible. Los últimos nueve años, creo yo que se entendió que había que contribuir -en los debates que se hacían- a una malentendida gobernabilidad que implicaba no molestar, entre comillas, a los otros Órganos. Y dije hace un momento que a veces le toca a un tribunal constitucional recordarle a los otros Órganos cuáles son sus límites. En el informe de nuestro primer año que rendimos en julio presentamos un reporte también de los casos más relevantes que habíamos resuelto en ese año y la mayoría son temas electorales. No olviden que nosotros somos un tribunal y nosotros no recibimos qué cosas resolver. Pero sí nosotros decidimos sacar la mora y los casos más antiguos que había de amparo, que Florentín les acaba de llamar "engavetados", son casos que simplemente estaban ahí por meses o por años. Muchos de esos casos que se reactivaron eran temas electorales. Nosotros amparamos al Partido Nacional Liberal, al Partido Social Demócrata, admitimos una demanda de alguien excluido por el Partido Demócrata Cristiano, se admitió una demanda contra el decreto que le dio la nueva oportunidad a los partidos que habían sido cancelados en 2004, había tres o cuatro demandas de militantes excluidos del FMLN, se resolvió el amparo de las personas de la terna que había sido desechada por la Asamblea cuando eligió al señor Moreno Niños (como magistrado del TSE). Temas electorales que tenían un denominador común: eran los casos más viejos.
Florentín Meléndez: Sumando a esto. Cuando llegamos a la Sala nos encontramos casos de los años 90s que estaban inactivos y ya los hemos resuelto. Hemos superado la mora hasta el año 2006 en el primer año de trabajo. También a nivel de la Corte plena, por ejemplo, nos hemos encontrado con una mora muy alta en distintos expedientes, especialmente en expedientes vinculados con la aplicación del régimen disciplinario para jueces y juezas, y para abogados y notarios. Tenemos denuncias de mediados de los 90s que no se han resuelto. Eso no es posible, ya no estábamos en guerra en este país. Y dentro de esos casos engavetados hay unos 700 expedientes o denuncias contra jueces y dentro de esos 700 hay 75 denuncias por corrupción contra jueces que están inamovibles desde hace muchos años. Ya no digamos contra abogados o notarios. ¿Entonces cómo queda la víctima o el ciudadano, que vienen con la Constitución en la mano a activar el régimen disciplinario por actos de corrupción? Habla por sí misma la cantidad de expedientes, no estamos basándonos en rumores

Ahora vemos que en la Asamblea Legislativa siguen discutiendo si acatar o no acatar la sentencia sobre candidaturas. ¿Es cierto que una sentencia de la Sala de lo Constitucional debe acatarse?
Belarmino Jaime:
¡Por supuesto!

¡Y eso está en discusión en la Asamblea y en la comisión que crearon! "¿Y debemos acatarla?"
Belarmino Jaime:
¡No! Esas son las opiniones de dos ex presidentes de la Corte que les digo, sinceramente, siento vergüenza ajena de que siendo estas personas antiguos presidentes de esta Sala salgan diciendo una cosa como esa.

Dicen que no hay manera de acatar lo que no se debe acatar.
Belarmino Jaime:
Eso sí tienen que acatarlo. La Constitución misma... miren, al único organismo estatal que le da competencia para juzgar en materia constitucional es a la Sala de lo Constitucional. Y hay sentencias no nuestras, sino anteriores, que la misma Sala, por cierto ahí está uno de los ex presidentes que firmaron, en donde dicen que el intérprete máximo de la Constitución es la Sala de lo Constitucional. ¡Y cómo es eso pues, que por un lado dicen que la Sala de lo Constitucional es el intérprete máximo, y hoy dicen que no hay que acatar eso porque se equivocaron, y se equivocaron porque yo no estoy de acuerdo! Eso me parece a mí  no solo desleal sino hasta malintencionado.
Sidney Blanco: De acuerdo: se ha creado una comisión en la Asamblea, oficial, con publicidad, etcétera. Pero lo que se anunció era para analizar la sentencia y encontrar las vías de cumplimiento. Y a medida que han desfilado algunas personas que han invitado, va hacia otra orientación. Hablar de destitución, incumplimiento, de no atender el fallo, de recurrir la sentencia ante tribunales internacionales como la Corte Centroamericana de Justicia. No sabemos cuál es el propósito sincero de la comisión. Lo que sí me causa a mi tristeza y revelación es escuchar a unos ex presidente de la Corte decir que no deben acatar los fallos de la Sala. Creo que los estudiantes de derecho se sentirán avergonzados y desilusionados de que un ex presidente haga semejantes propuestas. Y por otro lado, escuchando al anterior presidente, Agustín García Calderón, que la Corte en pleno debería revisar la sentencia de la Sala, en realidad es un contrasentido, una aberración. Mi conclusión personal es que toda esta gente que ha opinado en esos términos siguen siendo esclavos de los grupos de presión y no tienen libertad para expresarse y no les importa decir barbaridades como esas a costa de complacer a esos grupos de presión. Es lamentable que después de haber ocupado estas sillas en la Sala, todavía sigan causándole confusión, perjuicio y daño al sistema judicial y al estado de derecho. Porque eso es el trasfondo, opiniones que la gente común y corriente puede entender como autorizadas, son en realidad aberraciones jurídicas y una revelación nítida de cuál era la visión que se tenía antes. Y estas personas que han opinado, todas, tienen algo distinto a nosotros y es la vinculación política y el origen de cada una de ellas. Porque si analizamos a cada uno de ellos, han estado o están vinculados con partidos políticos. Bueno, el presidente Gutiérrez Castro lo dijo de una manera gráfica, que para nosotros significó el entendimiento a plenitud: que a él no le gustan los magistrados insípidos, incoloros, inodoros, que no hayan tenido trabajo político. Esa es una visión personal, y es una visión institucional que en un momento tuvieron la Corte Suprema y sus magistrados. Nosotros creemos que los magistrados no deben tener absolutamente ninguna vinculación partidaria, no deben tener favoritismos en los casos que resuelven sobre partidos políticos. La conclusión mía es que estos ex funcionarios siguen siendo esclavos de los grupos de presión. Y dicen cosas tan aberrantes como esa con el fin de complacer, todavía, a esos grupos de presión. Lo cual además me extraña: yo jamás recuerdo haber visto al doctor Tenorio, Clará, Acosta y al doctor García Calderón, saliendo públicamente a sostener jurídicamente una sentencia. Me ha causado extrañeza que ahora han aparecido hasta con campos pagados. Eso unido a la vinculación política, me hace suponer los intereses y la desacreditación total que tienen sus palabras y sus opiniones, porque han perdido la orientación jurídica.
Florentín Meléndez: Aquí hay dos cuestiones sumamente graves: una de ellas es estructural. Llamar a no cumplir una sentencia de la Sala de lo Constitucional, llamar a desobedecer un mandato judicial firme, que es inapelable, por mandato de la misma Constitución, eso no solo viola la Constitución, sino que resquebraja el estado de derecho en este país. Eso es gravísimo. Más aún viniendo de ex presidentes de la Sala, y de abogados salvadoreños, graduados. El licenciado García Calderón es graduado de la Universidad de El Salvador, el licenciado Gutiérrez Castro se graduó en México. ¡Son abogados, por el amor de Dios! Y lo otro lamentable, la otra aberración de la que hablaba Sidney –y yo presumo mala fe- es la confusión y el engaño que quieren hacerle a la población salvadoreña, generando expectativas que no existen y que no tienen base en el sistema jurídico. Una de ellas, y no sé de dónde, el licenciado García Calderón dice que los fallos de la Sala pueden ser revisados por la Corte plena. Eso ni siquiera un estudiante de primer año de derecho lo sostiene. Porque no tiene base jurídica en el sistema salvadoreño. O sostener, como varios ex magistrados de la Sala han sostenido, de que este fallo puede ser revisado por la Corte Centroamericana de Justicia es otra aberración. Yo les pediría que vayan a leer lo básico del estatuto que rige a la Corte Centroamericana. Están engañando a la población con esto. Lo que se está difundiendo a nivel público daña definitivamente la justicia en el país, más de lo que quedó dañada cuando algunos de ellos pasaron por la Corte Suprema y por la Sala.
Belarmino Jaime: Que somos, dijo: inodoros, incoloros e insípidos. Fíjese que recuerdo que cuando estudiaba plan básico, esas eran las características del agua. Quizá porque nos ven cristalinos dicen eso. Y la otra cuestión que dicen que hay que tener alguna vinculación política. Solo les quiero decir que pienso que cuando la justicia y la política se unen, la justicia se prostituye. Por eso nosotros no tenemos vinculación política.

O sea que en las Sala anteriores, estuvo prostituida la justicia.
Belarmino Jaime:
Ese es su comentario y me parece bonito.
Todos los magistrados: ¡Ja, ja, ja...!

Le parece bonito.
Sidney Blanco:
Le parece bonito.

¿Y su conclusión cuál es?
Belarmino Jaime:
Ya se la dije: que cuando la política y la justicia se unen, la justicia se prostituye.
Sidney Blanco: Yo le voy a dar elementos para que refuerce su conclusión
Todos los magistrados: ¡Ja, ja, ja...!
Sidney Blanco: Clará fue empleado de confianza de Casa Presidencial en algún momento. Acosta Baires síndico municipal de un gobierno municipal de un partido político; Tenorio, eterno funcionario de confianza, político, ministro de Hacienda, ministro de exteriores, de la Presidencia... o sea, cargos políticos, de confianza. El licenciado Agustín García Calderón era el gran amigo, complaciente, que tenían los políticos aquí en la Corte. No sé si eso ayuda a su conclusión.

Se dice que el ex presidente de la Corte procuraba una Corte plena armoniosa y ahora eso no se percibe. Se dice que usted, Florentín, hizo llorar a una magistrada, que otro mandó callar a un colega... en fin, ¿por qué esa armonía no se percibe?
Belarmino Jaime:
Bueno, vea: aquí se viene diciendo desde hace algún tiempo, de un G11, G13, G4, G5, como agrupamiento de magistrados en contra de los demás. Se habló en algún momento del G11. Les hago esa aclaración porque ese tal G11 que dicen no existe, eso no existe. A mí me parece lo más normal del mundo que en un cuerpo colegiado haya diferentes puntos de vista sobre el mismo fenómeno. Eso creo que es bien normal en cualquier cuerpo colegiado. Lo extraño es que los 15 votos siempre sean uniformes, eso lo que me estaría indicando es que están sometidos a una dirección.

Pero es evidente que ha habido un conflicto en asuntos no de jurisdicción, sino administrativos. Cuando ustedes llegaron encontraron una serie de abusos y prerrogativas que trataron de ir eliminando, pero varios de los magistrados anteriores pensaban que eran como derechos adquiridos que tenían derecho a disfrutar y gozar. ¿Se acabaron esas discusiones?
Belarmino Jaime:
Cierto, cierto... Pero es que no me gusta la palabra choque.

Use “colisión”, pues.
Todos los magistrados:
Ja, ja, ja
Belarmino Jaime: Tampoco, tampoco... muy radical eso... digamos que ha habido diferencias.

Ja, ja, ja.
Belarmino Jaime:
Diferencias. Es un poco más digerible. Efectivamente... bueno, aquí cambiamos todos los mandos medios, los mandos medios que hay ahora en la Corte, Órgano Judicial, no son los mismos que estaban antes, nosotros creemos que para un mejor funcionamiento debe haber personas ahí a las que uno les tenga confianza, y que por lo menos se hagan las cosas con mayor transparencia. Algunas medidas que no les gustaron, por supuesto que también ha existido eso. Es público, ya hasta puedo aburrir al repetir esto. El caso de la gasolina, cada magistrado tenía asignados 600 dólares de gasolina, que a mí eso me parece un exceso. Se les redujo a la mitad y aun así me parece que es bastante. En esas cosas ha habido diferencias, claro que ha habido diferencias, pero eso depende de la percepción que cada uno tenga de cómo deben manejarse los recursos del Estado. Nosotros creemos que estamos aquí administrando fondos que no son nuestros, son de la nación, es por eso que tenemos que ser más cuidadosos y no tenemos derecho a andar despilfarrando los fondos que no son propios. Los que les voy a decir lo he repetido una cantidad enorme de veces: si yo me gasto mis recursos y me quedo en la indigencia, al fin y al cabo no estoy dañando a nadie, es por mi propia irresponsabilidad que me llevó a estar en esa situación de indigencia, pero cuando se trata de cuestión de fondos estatales, la visión debe ser diferente. Uno tiene que ser responsable para que eso sea mejor distribuido. Hay unas cosas que a mí me chocan...

Recuerde que a usted no le gusta ese verbo, ja, ja, ja...
Belarmino Jaime:
Es que no estoy hablando de choque de poderes. Lo que me disgusta a mí -para que estén más tranquilos-, no me siento tranquilo con que la cúpula del Órgano Judicial gaste, despilfarre, mientras que hay hospitales donde la gente se muere porque la gente no tiene medicina. Ese tipo de gente me incomoda.

Si un magistrado viniera a solicitarles el visto bueno para ir en misión oficial pagada por la Corte a un festival llamado “The Pupusa Power”, ¿ustedes lo considerarían despilfarro?
Belarmino Jaime:
Yo sí lo consideraría despilfarro, ¡un verdadero despilfarro! Yo no estoy en contra de que la Corte tenga relaciones internacionales. Hay reuniones a nivel latinoamericano de presidentes de Cortes, reuniones iberoamericanas de ese tipo, donde la Corte algo puede lograr. Pero cuando se trata de que yo me voy a ir a Los Ángeles, el caso que pone, a dar una conferencia en un festival que se llama Pupusa Power, entonces no veo qué es lo bueno que puede sacar la Corte. Si es algo donde la Corte no tiene absolutamente ningún tipo de vinculación. Eso sí es un despilfarro, un exceso.

Su antecesor justificó ese tipo de viajes aduciendo que eran útiles para establecer relaciones internacionales y esas cosas.
Belarmino Jaime: Yo leí la entrevista que ustedes le hicieron y yo no veo cuál es el beneficio que la Corte ha sacado de que un fulano (Ulices del Dios Guzmán) vaya a dar una conferencia a la Pupusa Power. Si ustedes lo saben, díganmelo, porque yo no lo sé.
Florentín Meléndez:
Miren, miren: con el presidente Belarmino... ni una copa vino...
Todos los magistrados: Ja, ja, ja...
Florentín Meléndez: Me explico: con la política de austeridad que ha impulsado el presidente incluso para actividades oficiales de la Sala de lo Constitucional, que son académicas, hemos traído conferencistas de primera línea, y es parte de las actividades que estamos haciendo, aparte de los fallos, nos toca a nosotros colaborar de nuestro bolsillo para en la recepción poder tomar vino e invitar a vino a los invitados. No es una única vez, no nos estamos vanagloriando de nada, sencillamente es parte de la política, no se aprueban gastos que sean de esta índole, innecesarios.

Entendemos que antes había hasta una partida para alcoholes...
Florentín Meléndez:
Para el año pasado, para atrás. Pero esto se terminó. Incluso cuando nos quedamos almorzando en la Sala, en esta mesa, ya no lo hacemos más con fondos de la Corte. ¡Antes venía acá el restaurante El Bodegón para  atender los almuerzos de trabajo o no trabajo de la Corte Suprema, de la Sala!

¿Y no hubo resistencias?
Florentín Meléndez:
pues entre nosotros cuatro no tiene por qué haber resistencias. Ahora, sí ha habido resistencias, estoy poniendo los ejemplos puntuales, este tipo de medidas han generado fricciones con otros colegas, no con todos.

Choques...
Florentín Meléndez:
Algunas fricciones sí. Pero esto se da desde nuestra llegada, esto no tiene que ver con medidas de austeridad, desde que llegamos acá comenzamos a sentir una incomodidad, algunos colegas que con derecho o sin él querían estar de presidentes, todos querían estar en la Sala de lo Constitucional, esto definitivamente creó una fricción ordinaria, gratuita, no la provocamos nosotros. Igual en Corte plena, lo que tú preguntabas, se han dado debates fuertes, como cuando se saca el régimen disciplinario para sancionar a algunos jueces... hay algunos que protegen a algunos jueces, y otros queremos el régimen disciplinario. Ya no se diga cuando se dieron los casos contra la Corte Suprema de Justicia que son demandas de algunos trabajadores y agentes externos. Hubo diferencias de criterios y ahí están congelados los casos de momento, entonces se dieron fricciones muy fuertes. Por supuesto hay ahí chambres, rumores, desprestigios personales, que son inaceptables: por ejemplo, el que tú mencionabas. Salió a la luz pública. Los grandes periódicos de este país sacan noticias falsas que nunca sucedieron en Corte plena, como el hecho de haber hecho llorar a la magistrada Rosa María Fortín, no es cierto... y el cinismo es tal -mis colegas no me dejan mentir ni las grabaciones de Corte plena tampoco-, ¡el magistrado que públicamente me acusó a mí de haber hecho llorar a la magistrada Rosa María Fortín (Ulices del Dios Guzmán) en una Corte plena él en efecto sí la hizo llorar porque la trató muy fuerte! Y el presidente tuvo que suspender la sesión porque la magistrada estaba llorando. Cuando eso se da y se lleva a esas latitudes, de promover con el apoyo y la complicidad de algunos medios de comunicación una difamación, eso sencillamente denota qué es lo que está pasando. O el simple hecho de que el magistrado, el otro colega, el Castaneda, responda con una difamación a mi persona de que me medico y me duermo en Corte plena, para responder a un señalamiento grave que yo le hice. Lo mío no era una acusación directa, era una duda razonable, de que él había podido ser el que filtró información a la Asamblea Legislativa, nada menos y más que para reformar la Constitución a medianoche, como una respuesta a la sentencia que ya habíamos acordado a las 8 de la noche de ese día. Entonces, ese tipo de conflictos, por supuesto, suceden en Corte plena. Pero los que estamos siendo entrevistados en este momento estamos muy comprometidos con el trabajo de Corte plena integrando las comisiones de jueces, la de abogados y notarios, la de modernización, en la mesa laboral, en la preparación del presupuesto, estamos viendo el tema de las publicaciones que hace el Órgano Judicial, también estamos acompañando al presidente en la conducción de Corte plena, no solo estamos en las inconstitucionalidades. ¡Díganme ustedes¡ Entre tanta carga de trabajo que está distribuida de forma inequitativa entre los 15 colegas -porque hay algunos que no participan en ninguna comisión, quizá la tercera parte de la Corte plena no participa absolutamente en nada, más que participar en las reuniones de Corte plena-, ¿a quién no le va a dar sueño en Corte plena si un magistrado, el magistrado Ulices del Dios Guzmán, en cada sesión de Corte plena habla 20 o 25 veces y durante 10 o 20 minutos en cada intervención? ¡Sin andar medicado cualquiera se dormiría!

Ja, ja, ja.
Los otros magistrados:
ja, ja, ja...

Cuando ustedes llegaron acá despidieron a la gerente de recursos humanos por corrupción. Pusieron detectives a investigar...
Belarmino Jaime:
Esa la voy a contestar yo. Vea: desde antes de venir aquí a la Corte, ya a mí me había llegado ese rumor de que aquí se vendían plazas. Cuando llegué, las pruebas de eso yo no las tenía. Pero a medida que el tiempo fue pasando, vino gente que trabaja en la Corte a decirnos: mire, yo pagué tanto por entrar aquí, yo serví de fiador a esta señora y me ha dejado enganchado, y hoy yo tengo que pagar un dinero que es mío, y yo no presté... entonces recolecto la información, cuando se tuvo la información se le pidió que renunciara. Estaba medio así que no quería renunciar, bueno entonces la vamos a despedir, al final renunció, de eso se envió las correspondientes denuncias a la Fiscalía. Ya si ellos no hacen nada es problema de ellos, pero sí se envió eso a la Fiscalía para que ellos procedieran.

Hace pocos días, su antecesor Agustín García Calderón usó dos verbos, “gozar” y “disfrutar”, para referirse a un beneficio de retiro que él aduce que es legal, que permite “renunciar voluntariamente” cinco minutos antes de que venza el mandato de nueve años para llevarse un bono de decenas de miles de dólares. García Calderón dijo en nuestra entrevista que así como él disfrutó ese bono, igual lo disfrutaron sus predecesores e igual lo disfrutarán ustedes. ¿Van a disfrutar ustedes ese bono?
Belarmino Jaime:
Mire, yo no discuto eso, sé que es legal. En lo personal creo que ni siquiera tengo derecho a eso, y si lo tuviera no lo haría.

Esa es una posición personal, no institucional. ¿A nivel institucional piensan hacer algo, para que tomar ese bono no dependa de cada persona?
Belarmino Jaime:
Así es. Pero institucionalmente es una atribución de la Asamblea, porque si está en la ley, nosotros no podemos reformar la ley porque nos dé la gana. Tal vez a un diputado se le ocurre que eso no es correcto y pide las reformas correspondientes para evitar que siga ocurriendo.
Rodolfo González: Tengo la impresión de que aquí algunas personas  piensan que la Corte es un sitio para un retiro dorado. Yo no voy a salir en edad de jubilarme, así que no tengo más alternativa que trabajar, pero nadie, por lo menos nosotros, ha venido con la  mentalidad de... ya hubiéramos dado muestras en estos 14 meses de que venimos aquí a aprovecharnos, a gozar, a disfrutar de los beneficios. Lo mínimo que implica es la seguridad de tener un asistente que me ayude a hacer una investigación de legislación, jurisprudencia comparada, de cómo estaba esta situación antes de que estuviera reformada, eso es lo más que uno puede esperar, y su remuneración y sus derechos. Está en la ley, para los funcionarios judiciales, pero la vuelta esa poco ética de renunciar un día antes, o unos días antes sin una causa justificada, esa no tiene un fundamento ético. Será legal, pero no tiene un fundamento ético, yo no estoy en esa disposición. Me molesta, lo he dicho en Corte plena, quienes toman la Corte como un lugar para matar el tiempo, como un sitio de retiro dorado, con todas las necesidades que tiene el país. Cuando acepté ocupar el cargo pensé yo que había venido estudiando este tema desde hacía años, que había sido crítico desde hacía muchos años, pero desde el aula, y esa es una posición bastante cómoda. Cualquiera pudo haberme dicho: “Si usted cree que es mejor que los que lo han estado haciendo, ¿por qué no llega usted a hacerlo?” Ese es mi incentivo, puede parecer tonto, pero ese es mi incentivo, y no tiene que ver con prebendas económicas, además, si viene con  eso un prestigio social, pues no me viene mal.

Sidney Blanco: Quiero aclarar también que no solo Rodolfo es el joven que al terminar los nueve años no estará para jubilación: yo tampoco estaré en edad de jubilarme.

Ja, ja, ja.
Florentín Meléndez:
los últimos serán los primeros.
Los demás magistrados: ja, ja, ja...
Florentín Meléndez: Quiero hablar de cuatro términos en esto que estamos conversando: miren, las cuestiones pueden ser legales, formalmente, pero antes que ser legales tienen que ser éticas, justas, equitativas y razonables, y me parece que la actitud que ha dado lugar a esta conversación sobre estas prebendas, no llenan ninguno de esos cuatro parámetros.

Otro punto en este tema de transparencia. La Corte le quitó dientes a la sección de Probidad, cuando es la Corte la encargada de dar luces sobre enriquecimiento ilícito de funcionarios o no. ¿Fue útil trasladar las funciones esas de la sección de Probidad a los  magistrados?
Belarmino Jaime:
Ya es una cosa pasada. En aquel momento, si no le permitieron al jefe de Probidad pedirle esa información a los bancos, vaya, aún con las diferencias de criterio de interpretación de la ley, digamos que eso era lo correcto, ¿pero qué tuvo que haber hecho la Corte? Los magistrados debieron pedir esa información ellos, pues se estaba mandando un mensaje de que estaban protegiendo a algún corrupto. Esa es la impresión que a mí me dio en algún momento, y más de alguna vez lo dije públicamente -creo que en Fusades-, que el mensaje que se estaba lanzando era bastante malo, son de las cosas que de algún modo han provocado la desconfianza del pueblo en general hacia el Órgano Judicial. Esa es una primera aclaración. ¿Que qué está cambiando en Probidad? Mire, hay un proyecto de Ley de Probidad.

Mire, ¿y algún día pidieron a los bancos los informes?
Belarmino Jaime:
Hasta donde yo sé, nunca se han pedido.
Rodolfo González: Es un fenómeno raro: una Corte que se siente indignada porque el jefe de Probidad les estaba invadiendo sus funciones, se las quitan, pero la Corte no las ejerce. Es una indignación falsa.
Belarmino Jaime: Les estaba diciendo que hay un proyecto de Ley de Probidad, porque hay criterios bastante errados que dan lugar a que las cosas sigan funcionando de la misma manera. Pero de acuerdo a la Ley de Enriquecimiento Ilícito, los funcionarios estatales en general presentan su declaración al inicio de su labor, y la presentan nuevamente cuando dejan de ser funcionarios judiciales... pero hay casos, para hablar del Órgano Judicial, hay jueces que tienen 28, 30 años de ser jueces, así que esta segunda declaración, ¿de qué nos va a servir, si ya no hay un parámetro de comparación para saber si le sirvió para enriquecerse o ejerció su labor de manera honesta? Ojalá la Asamblea haga ese cambio. Para mí debería ser quizá un año o dos años un tiempo prudencial que permita comparar los patrimonios antes y después.

En estos 14 meses que tienen ustedes en el cargo, ¿en algún momento han llegado a sospechar que alguno de sus colegas pueden estar teniendo problemas de independencia, que se dejan influir por partidos políticos a la hora de tomar decisiones?
Sidney Blanco:
Bueno, yo creo que es una opción no descartable por las actuaciones que usted dice que se hayan visto. El problema es que no se sabe identificar a qué responden. Afortunadamente eso es minoría en la Corte.