A partir del 2 de junio, el exdirector de Patrimonio Cultural entre 2010 y 2012 regresará al edificio A5 del centro de gobierno para tratar de poner en orden la casa. Las afirmaciones que desde hace semanas predecían el nombramiento del antropólogo Ramón Rivas como el próximo al mando de la Secretaría de Cultura de la Presidencia se convirtieron en realidad la mañana de este jueves 29 de mayo, cuando el presidente electo, Salvador Sánchez Cerén, cerró la lista de funcionarios que formarán su gabinete con el nombramiento de los secretarios de la presidencia y los directores de las autónomas.
Como lo había adelantado hace algunas semanas, Rivas reiteró hoy que no pretende que su gestión parta de cero y de entrada se reunirá con los directores nacionales para evaluar a cuáles de los proyectos de esta gestión se les puede dar continuidad. Además de reintegrar al presupuesto el dinero que se ha utilizado para el arrendamiento de la sede actual de la Secultura, Rivas habla de una reestructuración jerárquica que elimine direcciones nacionales que bien podrían ser parte del entramado de otras.
Su prioridad, no obstante, será poner en marcha los puntos planteados en el Eje 9 del programa de gobierno del FMLN, que incluía darle cumplimiento a la Ley Nacional de Arte y Cultura, que sigue en calidad de anteproyecto en la Comisión de Cultura y educación de la Asamblea Legislativa; la creación de un régimen de seguridad social para los artistas, el Fondo Nacional Concursable para la Cultura y las Artes, y el Instituto Superior de las Artes. 'Si logramos la seguridad social para los trabajadores de la cultura y el arte podremos decir que hemos metido un gran gol', dijo el secretario entrante a El Faro en sus primeras declaraciones como designado de la presidencia.
Sus compromisos ante esta 'tarea quijotesca', como él prefiere llamarle, serán la austeridad y una política de puertas abiertas, tanto para los empleados de la Secultura, los distintos actores culturales, la empresa privada y la prensa. 'Queremos borrar ese estigma de que la Secultura obstruye el desarrollo de este país', aseguró. Esta nueva cultura de diálogo que pretender implementar Rivas vendría a romper el régimen de los últimos dos años, en donde los funcionarios no podían dar declaraciones sin autorización de la titular y las decisiones eran tomadas por unos pocos.
Esta actitud concertadora es de entrada una buena señal para los trabajadores de la Secultura, en específico para los miembros del Sindicato de Trabajadores de la Secultura (Sitrasec): 'Estamos un poco más complacidos porque sin duda es un conocedor de la cultura como tal, con amplio conocimiento del patrimonio cultural en el país. Vemos con buenos ojos que venga alguien profesional', expresó Mauro Arévalo, secretario de comunicaciones del sindicato. En cuanto a las demandas que han sido frente de batalla en el último quinquenio esperan que con la administración entrante se respete el beneficio de la canasta básica y que se retome el tema del escalafón, 'pretendemos que le dé seguimiento y cumpla con las promesas del partido en turno y se aplique como tal'.
Para la comunidad artística, que sea Rivas el designado de la presidencia para asumir el cargo es una buena señal de cambio de parte del gobierno entrante.
El cineasta André Guttfreund, quien ha sido parte activa de las reuniones a las que la Secretaría del FMLN ha convocado desde la segunda vuelta electoral, celebra su nombramiento, alegando que 'su actitud es la que quisíeramos que alguien en su posición tenga, porque él dijo que quiere que sea la gente más capaz la que trabaje con él'. De hecho, confirmó que ya tuvo una primera reunión con Rivas y Jorge Dalton para tratar los temas relacionados con el desarrollo cinematográfico, un acercamiento que calificó como satisfactorio.
La académica Claudia Cristiani comparte la visión de que el nuevo secretario se rodee de la gente idónea, ya que esto le sumará credibilidad y confianza frente a sus colaboradores de la Secultura y la comunidad artística: 'Debe, primero, rodearse de personas decentes, con capacidad profesional y disposición de decirle lo que piensan aunque vaya en contra de la posición oficial. Y, acto seguido, liderar la elaboración de una política cultural que sirva para guiar el trabajo concreto del gobierno en el mediano y largo plazo, con énfasis en concreto. Creo que hay suficientes insumos y condiciones que permiten que finalmente podamos pensar en que este es un objetivo asequible'.
Las referencias de ambos gestores culturales en la selección de las personas 'correctas' en el círculo de trabajo de Rivas está ligado a las alertas que hay entre los involucrados en la transición de que exista algún tipo de imposición en cuanto a quienes ocuparían puestos clave en la Secultura y, posteriormente, en el Ministerio de Cultura. Al respecto, Rivas recalcó que su pretensión es tomar en cuenta a quienes han desempeñado un puesto como director en la gestión saliente. 'No creo que haya imposición. Hemos venido trabajando los últimos 2 años y medio en armonía', explicó.
El director del Museo de Arte, Roberto Galicia, también se sumó a las voces de apoyo a la gestión que iniciaría el 2 de junio y, tomando en cuenta que 'no es nada fácil lo que está asumiendo', el expresidente de Concultura espera que 'la confianza que han depositado en él se traduzca en un permanente respaldo a su gestión'.
Como exdirector de Patrimonio Cultural, Rivas fue el único que denunció el porqué se cerró el caso por la destrucción del mural de Fernando Llort de la fachada de la catedral metropolitana en diciembre de 2011 por parte del arzobispo José Luis Escobar Alas. El Faro le preguntó si ahora que iba estar él al frente de la institución encargada de proteger el patrimonio iba a retomar el caso y soslayó diciendo que primero tenía que revisar qué se había hecho en esta gestión al respecto, porque 'vamos a dar continuidad a determinados aspectos. No nos podemos aventurar a decir que vamos a hacer tal cosa'.
