El Ágora /

Un merecido premio para Fernando Llort en medio de circunstancias dudosas

La ironía es que el Premio Nacional de Cultura 2013 recibirá el reconocimiento del mismo gobierno que optó por dejar impune la destrucción de la que Llort consideraba su principal obra: el mural en Catedral. Además, el galardón queda salpicado de un cambio de reglas a medio camino para que ya no sean los jurados quienes designen, sino la persona que ocupe Casa Presidencial.

Miércoles, 2 de octubre de 2013
María Luz Nóchez, Élmer L. Menjívar y Óscar Luna

Foto de Fernando Llort mostrando los productos del taller La semilla de Dios con pobladores de La Palma, Chalatenango. / Foto cortesía de la Familia Llort.
Foto de Fernando Llort mostrando los productos del taller La semilla de Dios con pobladores de La Palma, Chalatenango. / Foto cortesía de la Familia Llort.

Trayectoria de un iluminado:

  • 1949 | El 7 de abril, nace en San Salvador, uno de los seis hijos del hogar formado por Baltasar Llort y Victoria Choussy.
  • 1964 | Tomó clases de cerámica con el maestro César Sermeño.
  • 1966 - 1969 | En este período, Llort comenzó a pintar mientras estudiaba en Francia. 
  • 1970 | Regresa a El Salvador para formar parte de “La banda del sol”, en la que participó junto a Manuel Martínez Daglio, Max Martínez, Carlos Aragón, Ricardo Archer y Alejandro Bella Battle.
  • 1972 | Llort se instala en La Palma, a los 23 años.
  • 1978 | El maestro pintor Carlos Cañas le da un taller privado de grabado en La Palma.
  • 1980 | Elabora un mural de 30 m en el Hotel Presidente Hyatt. La obra, sin embargo, fue destruida en una remodelación.
  • 1981 | El artista abre las puertas del centro Cultural  “El Árbol de Dios”. Aquí Llort  prosiguió con su labor  de enseñanza  y los artesanos, venían desde La Palma  a entrenarse.
  • 1983 | Con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II, le fue encargado a Llort la decoración del templete para la misa pontificia. Así como el diseño de la estola Papal para la ceremonia.
  • 1985 | Trabaja en la decoración de la Capilla Monseñor Romero en la UCA, en San Salvador.
  • 1989 |  Fernando Llort crea una fundación de utilidad pública, la “Fundación Fernando Llort para el Fomento del Arte y la Cultura”.
  • 1997 | Llort es seleccionado para que presente alternativas al proyecto de un mural para la fachada de Catedral.
  • 1999 | Se inaugura la remodelación de catedral con el mural de Llort en la fachada principal.
  • 2003 | Recibe de la Asamblea Legislativa la distinción honorífica de Hijo Meritísimo de El Salvador.
  • 2011 | El mural de la fachada de catedral metropolitana es destruido por orden de monseñor Escobar Alas.
  • 2012 | La Secretaría de Cultura le dedica una exposición retrospectiva de su vida como artista en la Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué”.
  • 2013 | El presidente Mauricio Funes elige a Fernando Llort como Premio Nacional de Cultura.

Son las 10 a.m. del martes 1 de octubre de 2013, y la entrada del salón de prensa de la Secretaría de Cultura es despejada por un camarógrafo que camina de espaldas y hacia dentro de la sala siguiendo el paso de Fernando Llort, quien avanza auxiliado de un bastón para hacer su entrada triunfal con la emoción dibujada en su rostro. La emoción empezó desde que le fue notificado hace una semana que él sería el próximo en recibir una medalla y un diploma de honor que lo certifican como el Premio Nacional de Cultura 2013. Muy de cerca le siguen su esposa Estela Chacón y su hija María José, de quienes destila un notable orgullo ante el reconocimiento que recibirá el artista y que esta mañana se oficializa frente a la prensa.

En la habitación los periodistas están terminando de acomodarse y al verlo entrar no dudan en acercarse para recoger las primeras declaraciones del galardonado. El encuentro del artista con la prensa se ve frustrado por el personal de comunicaciones de la institución, que lo redirige hacia el despacho de la secretaria de Cultura, Magdalena Granadino, en espera de que el resto de la mesa de honor cumpla con la cita. 40 minutos después, la conferencia por fin arranca. Llort trata de ser sutil, pero sus ojos delatan su emoción y entusiasmo.

Llort es un artista. Su trabajo creativo ha hecho de su vida un mosaico compuesto por las artes plásticas, la música, la artesanía y el emprendimiento cultural; una vida tejida de historias, de ideas, de actitud. En noviembre recibirá de manos del presidente el Premio Nacional de Cultura por su faceta de gestor cultural, quizás la faceta menos pública, pero no por eso menos importante, aunque es innegable que su paso por la historia y la identidad salvadoreña ha dejado huellas definitivas en la plástica y en la música.

'Has puesto un pueblo en el mapa', le dijo Granadino para ponderar la contribución del artista en el enriquecimiento del arte salvadoreño desde la gestión cultural en el municipio de La Palma, en Chalatenango. Las artesanías de La Palma son la huella más visible de Llort por el impacto y proyección mercadológica que tienen. Pero el efecto va más allá del mercado. Tras estas figuraciones geométricas naturalistas impregnadas de los colores primarios y secundarios que hacen brillar al trópico, hay miles de historias humanas, generaciones enteras de familias que han podido sobrellevar su pobreza entregados a la producción de artesanías hijas, hermanas, primas, amigas de la escuela de artesanos que Llort fundó, 'La semilla de Dios'. Su obra en este campo es tan identitaria que es ya un icono principal del arte popular, muchas veces despreciado precisamente por ser tan popular. Es común escuchar referencias despectivas: arte de toallas, dibujitos de kínder o semillas pintadas.

A veces tiene que ser un extranjero el que siembre el orgullo por la obra de Llort, como irónicamente ha sucedido recientemente: dos años después de que el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, destruyera impunemente el mural de la Catedral -obra que el mismo artista consideraba la más importante de su carrera-, el arzobispado de Londres encargó a Fernando Llort una pieza de arte sacro para instalar en una capilla en honor de monseñor Óscar Arnulfo Romero en la catedral católica de Saint Georges, Southwark. Esta obra se inauguró el 19 de septiembre de 2013. Es una cruz de madera de cuatro metros de altura que se llama en inglés 'Romero Cross' (La cruz de Romero). La capilla ha recibido el nombre temporal de 'Prayer Space' (espacio de oración) hasta que Romero sea beatificado-, momento en que pasaría a nombrarse “The Romero Chapel” (La Capilla Romero). Así es de transcendental para nuestra identidad la iconografía creada por Llort y sus escuela de artesanos.

La cruz de Romero, obra de Fernando Llort encargada por el arzobispado de Londres para presidir una capilla en honor al obispo mártir en la catedral St. Georges, Southwark, inaugurada el 19 de septiembre de 2013. / Foto cortesía de Sophie Stapes.
La cruz de Romero, obra de Fernando Llort encargada por el arzobispado de Londres para presidir una capilla en honor al obispo mártir en la catedral St. Georges, Southwark, inaugurada el 19 de septiembre de 2013. / Foto cortesía de Sophie Stapes.

Licry Bicard, presidenta del jurado del Premio Nacional de Cultura 2013, reconoció el tino de la decisión presidencial que le otorga el galardón a Llort y aunque dijo estar consciente de que el artista era ampliamente reconocido por la mayoría por su incursión en las artes plásticas, recordó que 'un maestro es mejor que un artista' por el apoyo que brinda a la comunidad para salir adelante a través del arte. Los otros cuatro jurados fueron el arquitecto Alberto Harth Déneke, el arquitecto José Roberto Suárez (responsable del matenimiento del mural de Catedral antes de su destrucción), el empresario radial Francisco Monterrosa y la gestora Silvia Rodríguez de Aguilar.

Llort también es una figura de referencia para los músicos. En la justificación del premio, el jurado solo menciona de Llort su labor de gestor cultural sin mencionar una de las contribuciones más generosas que hizo a la cultura: La Banda del Sol, sin duda una de las mejores bandas en la historia de la música salvadoreña. Sus únicas canciones grabadas están en la recopilación que produjo Willie Maldonado llamada “Unidad”. Llort incursionó, junto con Tamba Aragón y Manuel “el Bolo” Martínez en el pop de protesta. En el especial “Los 10 mejores discos de la historia de El Salvador” varios expertos en la historia discográfica salvadoreña ponderaron el legado de La Banda del Sol con sumo entusiasmo. Daniel Rucks la recuerda como 'una banda muy buena y políticamente irreverente”. Manuel Martínez, director del grupo radial Samix, se pregunta a manera de elogio: “Quisiera saber qué consumieron para hacer esas rolas”. La fundadora de La Luna Casa y Arte, Beatriz Alcaine, lo describe como “Uno de los proyectos más emblemáticos de esa época”; y Carlos Bautista, DJ de radio, es contundente: “El disco (Unidad) es el más importante de la historia de la música salvadoreña e incluyó tres temas de la legendaria Banda del Sol”. 

Durante la conferencia de prensa, evidentemente conmovido por el honor que le supone recibir este galardón, Llort pronunció un discurso en el que agradeció a la providencia divina el don que le fue conferido, ya que por medio del arte ha promovido el desarrollo de un pueblo y de la identidad nacional: 'Yo nunca me imaginé que al compartir mis dibujos con los lugareños, llegarían a ser lo que es ahora y mi corazón se llena de gozo cuando veo que esos colores hermosos ahora son parte de la identidad cultural del país'.

Carlos Rivera, artesano de La Palma y alumno de Fernando Llort desde 1970, llora al abrazar a su maestro al terminar la conferencia de prensa luego de la destrucción del mural de catedral en diciembre de 2011. / Foto de Mauro Arias
Carlos Rivera, artesano de La Palma y alumno de Fernando Llort desde 1970, llora al abrazar a su maestro al terminar la conferencia de prensa luego de la destrucción del mural de catedral en diciembre de 2011. / Foto de Mauro Arias

La circunstancias dudosas

Pasada la sección de halagos en el discurso de Granadino, la titular presentó al jurado y explicó el procedimiento que se siguió este año para elegir al ganador. La aclaración que por años en estas conferencias ha servido para reiterar lo establecido en el Reglamento de la Ley del Premio Nacional de Cultura, que se emitió en marzo de 1994, de pronto dio un giro: esta vez el jurado no emitió un veredicto final, sino que solo funcionó como un filtro y fue el presidente Mauricio Funes quien determinó de entre una terna de finalistas quién recibiría el galardón. El jurado, entonces, por primera vez no elige a la persona galardonada, y de ahora en adelante esa decisión estará en manos del político o de la política que ocupe Casa Presidencial. 

Durante casi 20 años, el fallo le ha competido únicamente a un jurado de especialistas en la materia del caso, un fallo por consenso, técnico e inapelable. Las bases mismas de la convocatoria 2013 publicadas a finales de mayo establecían los requisitos y esos procesos con detalle: 'El premio se otorgará por consenso del jurado y su fallo será inapelable'; sin embargo, fue hasta la mañana de la conferencia de prensa que se informó a los periodistas sobre el cambio en las reglas del juego, que otorgan al presidente la potestad de elegir al ganador. 

Al preguntarle a Granadino por qué se había modificado el procedimiento, la secretaria respondió que esa era una gestión que había iniciado Héctor Samour, su predecesor en el cargo. El Faro consultó a Samour vía telefónica sobre las motivaciones para promover esta reforma, y el ahora viceministro de Educación negó enfático la versión de la funcionaria: 'Nunca, nunca, nunca impulsé una reforma a esa ley ni al reglamento', y dijo desconocer por qué Granadino dice esas cosas.

Lo que sí es cierto es que la reforma al Reglamento de la Ley del Premio Nacional de Cultura se publicó en el Diario Oficial el 14 de agosto de 2013, y está firmada por el presidente Mauricio Funes y Hato Hasbún, en su rol de Ministro de Educación. La explicación que dieron Granadino y sus funcionarios se limitaba a repetir que se hizo lo que está establecido jurídicamente.

—¿Por qué las bases no lo dicen de esa manera? –preguntamos por teléfono a Mirna Fuentes de Aguirre, delegada en la convocatoria 2013 para las consultas sobre las bases.

—Porque no estaba vigente la reforma cuando publicamos las bases –respondió. 

—Pero esto supone una contradicción en cuanto a que en las bases indican que son los jurados quienes van a elegir al ganador y luego se les diga que ya no.

—Yo no veo la contradicción, no sé qué es lo que a ustedes les molesta. La única contradicción que podría haber -y no estoy diciendo que la haya- es sobre los jurados, pero lo que pasa es que en el momento en que los jurados deliberaron ya estaba vigente la reforma y tenían que ajustarse a eso... Si quiere más detalles le puedo pasar la llamada al departamento jurídico ahora mismo.

Fuentes transfirió la llamada y el teléfono sonó varias veces. Nadie contestó. Luego llamamos directamente y tampoco contestaron. 

Siguiendo el razonamiento de Fuentes, si la reforma se publicó en el Diario Oficial en 14 de agosto esta entraba en vigencia el 22, ocho días después. Según detalla el empresario radial Francisco Monterrosa, uno de los jurados, la primera reunión de los cinco jurados se produjo el 20 de agosto, y fue hasta entonces cuando se les comunicó que el rol que habían aceptado no consistía en lo que las bases oficiales publicadas rezaban, sino solamente en la evaluación de las 15 postulaciones, entre personas e instituciones, para seleccionar una terna que Granadino le haría llegar al presidente Funes, quien al final sería el jurado definitivo para otorgar el Premio Nacional de Cultura 2013.

Bajo estas directrices los jurados se tomaron tres días para deliberar y entregaron los finalistas el 23 de agosto. Para esa fecha ya estaba en vigencia la reforma al reglamento, pero tanto los postulantes como los jurados se involucraron en un juego cuyas reglas fueron cambiadas a medio camino sin previo aviso. En la terna de finalistas, junto a Llort figuraban José Roberto Monterroso, director de la Casa de la Cultura de Zacatecoluca; y la Escuela de Música “Cecilio Orellana”, de San Esteban Catarina.

Para algunos miembros del jurado, el que a partir de ahora sea el presidente quien elija al ganador, les quita un peso de encima a los futuros 'filtradores'. Así lo explicó a El Faro José Roberto Suárez: 'Nos quitó una carga yuca, porque entre las 15 candidaturas había varias que eran increíbles', dijo. Lo que sí teme de este giro es que el fallo no se haga de manera objetiva, ya sea por las intenciones políticas que se tenga al entregar el galardón o porque el mandatario de turno no conozca lo suficiente de la rama del arte a la que cada año se dedica el premio. De hecho, Suárez confiesa que no creía que fuera Llort quien resultara ganador debido al discurso de reformas sociales que ha tenido este gobierno.

La preocupación de Suárez quizás esté reflejada en la idoneidad de quienes evalúan las postulaciones, según se puede inferir del artículo 1 de la Ley del Premio Nacional de Cultura, que en su cuarto párrafo dice: 'El premio se otorgará a quienes con dedicación y originalidad hayan desarrollado o desarrollen labores o descubran o realicen obras de notable y positiva trascendencia para el proceso cultural de El Salvador.' 

Que ahora sea el presidente Funes quien eligió al ganador del máximo galardón cultural que entrega el Estado resulta, como mínimo, paradójico, ya que durante su quinquenio el tema cultura no ha parecido ser demasiado relevante en su agenda. La primera funcionaria que encabezó la Secultura fue la última funcionaria del gabinete nombrada en su cargo, un mes después de que juramentara al resto de su equipo. Además, la Secretaría lo que menos ha tenido ha sido estabilidad, pues aparte de que ha tenido tres personas distintas en el máximo cargo en cuatro años y medio, se puede contar más de 20 cambios en direcciones y jefaturas. Asimismo, su gobierno desechó en agosto de 2012 el anteproyecto de Ley de Cultura elaborado por un consultor colombiano, y hasta ahora no ha producido uno nuevo. El borrador sustituto está en la oficina del presidente desde hace algunos meses.

Además de otorgarle la postestad al presidente, las reformas al reglamento ordenan que la cantidad mínima con la que este galardón puede ser reconocido son 5 mil dólares y se establecen como norma la impresión de un folleto que incluye el fallo del jurado y los discursos del presidente y de aceptación del premio, además de una reseña de la vida y obra del galardonado.

Fachada de la Catedral de San Salvador antes y después de que a finaldes de 2011 el arzobispo José Luis Escobar Alas ordenara la destrucción del mural de Fernando Llort, acto que hasta la fecha se mantiene impune bajo la mirada de las instituciones responsables.
Fachada de la Catedral de San Salvador antes y después de que a finaldes de 2011 el arzobispo José Luis Escobar Alas ordenara la destrucción del mural de Fernando Llort, acto que hasta la fecha se mantiene impune bajo la mirada de las instituciones responsables.

Para Llort, el galardón puede ser una gran ironía. El Premio Nacional de Cultura se lo entregan los mismos funcionarios que hace dos años optaron por dejar en la impunidad la destrucción del mural de catedral a manos del arzobispo José Luis Escobar Alas. Según el director de patrimonio de esa época, Ramón Rivas, la orden para “dejar de hablar del mural” vino directamente de casa presidencial, sin importar las evidencias y la cadena de hechos que evidenciaban la violación de la ley e ignoraba la declaratoria de Centro Histórico en 2008 por parte de la Asamblea Legislativa que protegía todos los inmuebles que contenía, incluyendo la Catedral Metropolitana. La orden de silencio fue cumplida a cabalidad por el secretario de cultura de entonces, Héctor Samour, y el director de patrimonio. Ambos funcionarios se retiraron en los meses siguientes y sus sucesores mantuvieron el silencio y toleraron la impunidad. 

Durante la conferencia de prensa en que se anunció el premio, ante la pregunta por el caso del mural, la secretaria de Cultura dijo que le compete al Fiscal General determinar si había violación a la ley. La familia no quiso ahondar al respecto y en representación de los jurados, Bicard dijo a la prensa que, si bien ella también estaba necesitada de respuestas como ciudadana, este momento debería de ser de celebración por el homenaje que se le rinde a la trayectoria de Llort.


Vea el video reportaje 'Desde La Palma: con paz y amor'

Por Óscar Luna / Jimena Aguilar / Mauro Arias
Publicado el 7 de Febrero de 2011

Fernando Llort fue un joven del movimiento hippie que vivió en comuna en un pueblo de Chalatenango. En esos días de rebeldía integró La Banda del Sol, grupo musical que confrontó al régimen. Hace años se convirtió en un icono de la cultura salvadoreña, pero más por el arte gráfico que por la música. Su mayor orgullo, dice, es haber diseñado el mosaico de la fachada de la Catedral de San Salvador.

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