Parece mentira que tengamos que escribir un artículo para contestar la pregunta del título. Más parece una tontería que un problema, pero vale la pena teniendo en cuenta que, en esta elección, hay una sorda campaña recomendando la anulación del voto y, por múltiples fuentes, me entero de que los capacitadores están enseñando que si el votante escribe en la papeleta 'nulo' o un insulto, este debe ser considerado como un voto válido.
Parece mentira, pero su raíz está en la Asamblea Legislativa. En una de las últimas reformas, los diputados le han hecho al Código Electoral (para esta elección han roto récord en multiplicarlas y a destiempo), han dado la nueva lista de nulidades del voto. En el Articulo 207 se establece que la palabra 'nulo' en la papeleta NO SE CONSIDERA CAUSA DE NULIDAD, pues la nulidad del voto solo se aplica cuando el votante haya escrito 'palabras o figuras obscenas' en su papeleta, y la palabra 'nulo' no es considerada por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua como tal.
Este razonamiento creo que plantea una flagrante contradicción con la Constitución de la República, pues según esta, la soberanía es propiedad de los ciudadanos y estos, mediante el voto, delegan en el candidato el ejercicio del gobierno. Es decir, nuestro sistema es 'democrático y representativo' (art. 85). De esto se deduce que en el acto de votar, el ciudadano es el soberano y en ese mismo acto está delegando temporalmente esta soberanía en un candidato. Por ello es que el acto de votar está revestido de una gran formalidad e importancia que excede y con mucho a cualquier otra actividad política de la ciudadanía, que incluso lleva a muchos a considerar, erróneamente, que la democracia empieza y termina con las elecciones.
Si coincidimos en lo anterior, tenemos que concluir que la manifestación de voluntad del votante en la papeleta debe ser, primero, reconocida y contabilizada con la mayor fidelidad a la voluntad de este y, segundo, que es de su total albedrío, tanto el escoger candidato, como al NO ESCOGER NINGUNO. Ya sea dejando la papeleta en blanco, o explicitando su voluntad de que ninguno de los candidatos que han sido presentados a elección merece la delegación de su soberanía para gobernarlo, la decisión del votante es soberana y ninguna autoridad puede decirle lo contrario. De igual manera, si el votante en vez de marcar la casilla escribe una palabra, no obscena pero sí insultante ('ladrones', 'inútiles', o algo similar) la única interpretación de su voluntad es que no acepta las candidaturas presentados por los partidos o por individuos.
Finalmente, si los capacitadores les dicen a los miembros de JRV que consideren válidos estos votos, lo único que lograrán es complicarles aun más el escrutinio de los votos, puesto que si lo hacen, ¿A QUIÉN SE LO VAN A ADJUDICAR? Porque el candidato 'nulo' no existe. Por otra parte, y por puro sentido común, considerar las papeletas en blanco como nulas y decir que las que tienen insultos o declaración de nulo son válidas es un contrasentido, implica que la Ley electoral lee nulo donde no está escrito, pero cuando lo encuentra dice que es valido.
