El Salvador / Violencia

Liberan a los dos jóvenes que la PNC tuvo seis meses desaparecidos

El Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque ha resuelto que no hay pruebas que vinculen con el doble homicidio del que acusaban a Chungo y Toño, dos jóvenes de Santa Marta, Cabañas, a los que Policía ocultó de su familia, su abogado y hasta de la jueza del caso durante seis meses.


Lunes, 20 de noviembre de 2017
Nelson Rauda Zablah

El Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque absolvió este 20 de noviembre del delito de homicidio a Manuel de Jesús López Bonilla y su primo José Antonio Bonilla, los dos jóvenes a los que la Policía Nacional Civil (PNC) desapareció durante 6 meses, aislándolos de sus familiares, su abogado y hasta del tribunal que analizaba el caso en su contra. 

'La jueza no encontró elementos que indique que ellos fueron responsables. Lo que dijo el testigo criteriado (de la Fiscalía) no coincide con los documentos de la acusación', dijo a El Faro el defensor de los jóvenes, Saúl Rivas, en una llamada telefónica a la 1:30 de la tarde, minutos después que el Tribunal comunicara su decisión.

El Faro reveló el caso de Jesús y Antonio -conocidos en su nativa comunidad de Santa Marta (Cabañas) como Chungo y Toño- el 3 de julio de 2017. Ellos estuvieron retenidos por agentes de la Policía en un lugar desconocido -y acusados por un homicidio que no cometieron- desde el 30 de noviembre de 2016, cuando fueron capturados a las afueras de los juzgados de Sensuntepeque. Reaparecieron ante instancias judiciales hasta el 1° junio de 2017, cuando el Tribunal que miraba la causa exigió a la Policía que respondiera sobre el paradero de los imputados. 

El 25 de noviembre, en la noche en la que fueron capturados por primera vez, los jóvenes habían transportado hacia el hospital de Sensuntepeque a un soldado que había sido herido en un tiroteo, ocurrido en la colonia Los Laureles, de Santa Marta (Cabañas). En ese tiroteo hubo tres víctimas fatales: José Antonio Morales, su esposa María Elena Reyes de Morales y Erick Rodríguez Cortez, el soldado, quien murió en el trayecto hacia el hospital. 

Tras su improvisado intento como rescatistas, la Policía capturó a Chungo por una supuesta resistencia al arresto, y a Toño por la tenencia ilegal de un revólver que, según sus familiares, le fue implantado por los mismos policías. Aunque se libraron de esas acusaciones, después de solo cinco días en bartolinas, el 30 de noviembre la Fiscalía los terminó acusando del doble homicidio en el que participó el soldado al que ellos intentaron auxiliar. Y fue entonces cuando ya nunca más se supo de ellos durante seis meses.

Manuel de Jesús López (izquierda) y José Antonio Bonilla, captados el 8 de junio de 2017, mientras eran transportados al salir de la audiencia preliminar del caso que la Fiscalía presentó en su contra, afuera de Sensuntepeque, Cabañas. Este 20 de noviembre, el Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque los declaró inocentes del delito de homicidio. Foto: El Faro/ Carla Ascencio
Manuel de Jesús López (izquierda) y José Antonio Bonilla, captados el 8 de junio de 2017, mientras eran transportados al salir de la audiencia preliminar del caso que la Fiscalía presentó en su contra, afuera de Sensuntepeque, Cabañas. Este 20 de noviembre, el Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque los declaró inocentes del delito de homicidio. Foto: El Faro/ Carla Ascencio

La historia de Chungo y Toño, retomada por la versión latinoamericana de BBC, narra un proceso lleno de irregularidades. Durante medio año, ni los parientes ni la jueza del caso supieron el lugar exacto donde los acusados estaban detenidos; en ese periodo, policías llevaron en dos ocasiones a los jóvenes a casa de sus parientes en Cabañas, para coaccionarlos a ellos y a sus parientes. La amenaza era clara: si los parientes seguían preguntando por ellos, Chungo y Toño se verían perjudicados. 

Los parientes no desistieron y las amenazas tampoco. En los meses en que estuvieron desaparecidos, la pareja de Chungo recibió amenazas desde teléfonos que pertenecen a la Policía. Luego, un abogado vinculado a la Policía se presentó al Tribunal para intentar sustituir a los abogados defensores de Chungo y Toño.  La Procuraduría de Derechos Humanos, la Inspectoría General de Seguridad y la Sección de Investigación Judicial de la Corte Suprema de Justicia abrieron investigaciones por algunos de estos comportamientos, aunque ninguna dio pronunciamientos conclusivos o condenatorios.

Antes de la decisión del Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque, otras dos sedes judiciales habían llegado a la misma conclusión: que no hay pruebas que vinculen a Chungo y Toño con el asesinato de los esposos Morales Reyes. El 8 de junio, la jueza de Primera Instancia de Sensuntepeque ordenó sobreseimiento para los dos por el delito de homicidio, porque no encontró elementos para vincular a los imputados con el crimen.

Sin embargo, la Fiscalía apeló. El 3 de julio, los magistrados de la Cámara de Cojutepeque revirtieron la decisión y enviaron a los jóvenes a juicio. En esa resolución, la Cámara aceptó que 'no hay al momento un señalamiento directo contra los imputados', pero aún así considero que si existían 'los elementos de convicción mínimos pero necesarios que habilitan que la causa transite' a juicio. Ese juicio se desarrolló entre el 16 y 17 de noviembre pasado, con reserva total.

Pese a la absolución por el delito de homicidio para ambos jóvenes, el Tribunal de Sensuntepeque condenó a tres años de prisión a Antonio Bonilla por portar ilegalmente un revólver Taurus .38. La ley salvadoreña permite que las penas menores o iguales a tres años se sustituyan por medidas distintas, como servicio comunitario, por lo que no cumplirá esa pena en prisión, según explicó el abogado Saúl Rivas. La familia reclamó durante el proceso que Toño nunca ha tenido un arma, que la Policía registró su casa el mismo día de la captura y no encontró nada. El arma está registrada a nombre de José Atilio Iraheta Cruz, según un informe del Ministerio de la Defensa que consta en el expediente judicial. No hay ninguna otra mención de Iraheta Cruz en todo el proceso.

Jesús López saldrá en libertad a más tardar el 21 de noviembre. Su primo se le unirá, una vez se compruebe que no tiene otra causa pendiente en el sistema judicial, algo que el abogado Rivas asegura que es un simple trámite. El Tribunal entregará la sentencia el próximo 6 de diciembre y la Fiscalía tendrá cinco días para apelar, aunque no anunciaron si lo harán durante el anuncio de la resolución.

'Lo que la jueza hizo es lo justo. La Fiscalía no pudo probar nada. Ha sido injusto todo lo que les ha pasado este año', dijo Samuel Bonilla, hermano de Antonio. 

Chungo y Toño son parte de una lista de personas acusadas en procesos llenos de irregularidades, pero que aún así son tramitados por la Fiscalía ante las cortes salvadoreñas. En julio del 2016, El Faro dio a conocer el caso de Miguel Ángel Deras, un joven de Quezaltepeque que fue acusado erróneamente de participar en una masacre de 11 personas, en San Juan Opico. Luego de un largo proceso y de guardar prisión, Deras fue sobreseido en febrero de 2017. Además, en 2016 se conocieron los casos de Wendy Morales, una activista acusada de extorsión por llamadas que se hicieron de un teléfono que la empresa Tigo dijo -equivocadamente- que le pertenecía; o de Daniel Alemán, un joven detenido por posesión de marihuana, aunque después se descubrió que policías le implantaron la droga y que ahora son juzgados por fraude procesal. En medio del proceso por posesión de marihuana, la Fiscalía también acusó a Alemán por el delito de extorsión, un caso que también ha sido cuestionado por su familia. Muchos de estos casos se han aglutinado y se publican en la página de Facebook 'Los siempre sospechosos de todo', liderado por la periodista Tatiana Alemán, hermana de Daniel.

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