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El chocolate: regalo de los pipiles al mundo

La palabra “chocolate” tiene su origen en una bebida la región de los Izalcos. La antropóloga Kathryn Sampeck muestra que la producción de cacao era de gran importancia para dicha región y sus pueblos, los vinculaba a redes comerciales y culturales regionales y globales. De hecho, el poder político de los Pipiles-Izalcos se basaba en una producción de cacao que no tenía igual en toda Mesoamérica.


Miércoles, 12 de agosto de 2015
Kathryn Sampeck*

Cada día, por todo el mundo, millones de personas hablan en pipil: la palabra “chocolate” es parte del vocabulario de varios idiomas. Cuando llegaron los españoles a la región pipil de los Izalcos, al poniente de El Salvador actual, el chocolate era la receta de una bebida que se preparaba con el cacao de la zona. En la Mesoamérica precolombina las recetas de bebidas de cacao eran características de cada lugar y se distinguían por sus combinaciones de especias, el procedimiento de preparación, y el sabor particular que el terreno daba al cacao. Además, desde antes de la invasión española, las semillas de cacao se ocupaban como moneda para pagar tributo, fijar precios, y hacer compras cotidianas. El corazón político de los Pipiles-Izalcos, uno de los estados precolombinos más importantes del sur de Mesoamérica, estaba situado en el actual departamento de Sonsonate. El poder político de los Pipiles-Izalcos se basaba en una producción de cacao que no tenía igual en toda Mesoamérica. La región de los Izalcos era un lugar de riquezas.

Al principio de la época colonial, los europeos aceptaban con más entusiasmo el cacao en la forma de moneda que las preparaciones de dicha semilla en la forma de comida o bebida. Sin embargo, con el tiempo los colonizadores desarrollaron el gusto por el cacao, y su importancia económica aumentó durante el siglo XVI. Desde 1562 hasta 1615, se exportaron unos mil doscientos millones de semillas de cacao desde el puerto de Acajutla. Aunque durante estos años el comercio de cacao tenía una importancia central en la economía colonial, hasta 1580 la palabra “chocolate” no se mencionaba ni en el centro de México ni en Europa, solamente se hacía referencia al “cacao” o a la “bebida de cacao.”  La palabra “chocolate” se encontraba principalmente en la zona pipil para referirse a una bebida específica de cacao y achiote. “Chocolate” tiene su origen lingüístico en el Náhuat de la periferia, que incluye la lengua pipil, y no se ve en documentos de México hasta 1580.

¿Qué pasó en 1580? El precio de cacao ascendió a más que diez veces su valor anterior—era un fuente de valor de grandes proporciones. La región de los Izalcos producía mucho más que otros lugares—era un lugar famoso para enriquecerse con rapidez. Durante el período de máxima producción de cacao izalqueño, la palabra “chocolate” comenzó a emplearse más allá de las fronteras de Guatemala. La palabra “chocolate” se encontró cada vez con más frecuencia durante la época colonial hasta llegar a convertirse en una palabra de uso común a nivel mundial para designar productos con contenido de cacao. Esto ocurrió al mismo tiempo que su precio llegaba a un nivel sin precedentes en el comercio colonial. Chocolate, la bebida pipil de cacao, era tan icónica que otros empezaron a ocupar su nombre. Esta jornada semántica conllevó implicaciones económicas y sociales para los habitantes de los Izalcos que se tradujeron en cambios en los asentamientos y en el uso de materiales culturales.

Rama de cacao. John Gabriel Stedman, Narrative, of a five years” expedition ; against the revolted negroes of Surinam in Guiana, on the wild coast of South America ; from the year 1772, to 1777, Vol. 2, (London: 1796). Imágen cortesía de la John Carter Brown Library en Brown University.
Rama de cacao. John Gabriel Stedman, Narrative, of a five years” expedition ; against the revolted negroes of Surinam in Guiana, on the wild coast of South America ; from the year 1772, to 1777, Vol. 2, (London: 1796). Imágen cortesía de la John Carter Brown Library en Brown University.

Por ejemplo, aunque por orden oficial el programa de congregaciones (reasentamientos de indígenas en pueblos) en la zona de los Izalcos debía de haber comenzado alrededor de 1550, los restos arqueológicos en Caluco, un pueblo de congregación, indican que la población se estableció más tarde, alrededor de 1580. Esta era una estrategia para dejar a los productores de cacao en su lugar de origen para no interrumpir sus labores. Hay poca evidencia de asentamientos precolombinos en las zonas contiguas a los pueblos de los Izalcos, pero encontramos gran cantidad de artefactos que pertenecen a los siglos XVI y XVII.

Los artefactos de la fase entre 1580 y 1615 se distinguen por la frecuencia con la que se encuentran artículos de contrabando como porcelana china de la época Ming. Esta cerámica es evidencia arqueológica del intercambio comercial con el Oriente a través los galeones de Manila. No importa si los objetos se encuentran en casas o sitios de trabajo, grandes o pequeños, todos muestran evidencias de intercambios por el océano Pacífico. El comercio intercolonial estaba prohibido, pero a todos los niveles de la sociedad de los Izalcos se encuentra evidencia del comercio marítimo. Está claro que la riqueza rápida del comercio del cacao era tan seductora que muchos no resistieron la tentación de participar en intercambios prohibidos por la ley.

Además, la región participaba en las redes de comercio legal por tierra, esta participación se manifiesta materialmente con la presencia de artefactos como cerámica mayólica de Guatemala. En todos los asentamientos de este periodo la mayólica de Guatemala era la cerámica vidriada más común. Es decir, el comercio de los izalqueños no quedaba completamente afuera de la ley, ni tampoco totalmente adentro de ella.

La población de los Izalcos creció en el siglo XVIII, pero los habitantes de Sonsonate no tenían mucho interés en inversiones agrícolas alternativas. La principal producción de cacao ya se había trasladado a Ecuador y Venezuela, donde se basaba en mano de obra de esclavos africanos en lugar del conocimiento y habilidades de indígenas. Después de la época de máxima producción en los Izalcos, los izalqueños mantuvieron sus enlaces con las redes de comercio mundial. La exportación de la zona de los Izalcos no se recuperó hasta finales del siglo XVIII, cuando bajó sustancialmente el precio de cacao. Al mismo tiempo, el cacao entró a la cocina europea como “chocolate”, que pasó a ser una alimento común. El paisaje cultural de los Izalcos se transformó en un espacio donde dominaban las haciendas. Este cambio a tierras de propiedad privada marginaba a los indígenas que permitían y propagaban la producción de cacao. Sin embargo, todavía sobrevive la industria pipil del cacao, y cada vez que se pide “chocolate” es un recuerdo de su pasado colonial.

 

*Kathryn Sampeck es profesora asistente en el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Illinois. Este artículo es un resumen de “El Paisaje Cultural de Chocolate: Un Análisis Arqueológico de Los Piples Izalcos y Cambios Semánticos en el Mundo Atlántico, Siglos XVI-XIX.” La Universidad 22-24 (2014): 39-54. Editor responsable de esta entrega: Erik Ching.

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