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Creadores del mosaico de Catedral refutan razones del arzobispo para destruir la obra

Fernando Llort y el director de la ejecución del mosaico hace 15 años desmontaron este martes los argumentos que Escobar Alas dio el domingo como justificación para destruirlo. Mientras Llort pidió a la Iglesia Católica que dé a la población una explicación 'seria', la Secretaría de Cultura emitió un comunicado en el que abandonó su tono severo inicial para anunciar la búsqueda de un acuerdo con los responsables.


Miércoles, 4 de enero de 2012
Gabriel Labrador

El que la Iglesia Católica haya justificado la remoción de los 3,000 azulejos que componían el mosaico de la fachada de la Catedral Metropolitana con la explicación de que las piezas estaban deterioradas, decoloradas o agrietadas y que constituían un peligro para los visitantes es falso, dijo este martes el creador de la obra, Fernando Llort.

“Eso es técnicamente insostenible además de inconsistente”, dijo el artista en rueda de prensa, acompañado de José Roberto Suárez, un ingeniero que trabaja para el taller de artesanías 'El árbol de Dios' y que fue uno de los encargados de dirigir la ejecución del mosaico hace 15 años.

Llort y Suárez atacaron cada uno de los argumentos que el domingo esgrimieron el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, y dos empleados de la empresa a la que la Iglesia contrató para que destruyera el mural, sin notificar ni al artista ni a la Secretaría de Cultura, que el viernes anterior condenó la acción de los prelados y declaró que había una violación a la Ley de Protección de Patrimonio Cultural.

Llort pidió a la Iglesia que ofrezca al país una “explicación seria y coherente” sobre la destrucción de la que él considera como su principal obra y se mostró indignado de que ni siquiera le hubieran avisado del plan de destruirla, porque de esa manera hubiera buscado la forma de darle un retiro digno al mosaico.

Fernando Llord durante la conferencia de prensa donde demando al Arzobispo de San Salvador una explicación verdadera de los motivos de la demolición de su obra. Foto Mauro Arias
Fernando Llord durante la conferencia de prensa donde demando al Arzobispo de San Salvador una explicación verdadera de los motivos de la demolición de su obra. Foto Mauro Arias

Las piezas, que fueron colocadas hace 13 años como culminación de la reconstrucción del templo destruido por un incendio en 1956, terminaron hechas ripio después de que los obreros las retiraran de la fachada a golpes de cincel y con la ayuda de taladros. Uno de los hijos de Llort, Juan Pablo, intentó rescatar algunos de los pedazos de azulejos.

El domingo, Escobar Alas justificó la destrucción con una explicación que contradecía la que el viernes había dado el párroco de Catedral, William Recinos, quien reveló que la Iglesia había aceptado el donativo de una estatua de mármol cuya belleza iba a ser interferida por la obra de Llort. El arzobispo, en cambio, adujo el deterioro del mosaico como razón para retirarlo.

Sobre las palabras del arzobispo, Suárez explicó, en primer lugar, que el pegamento epóxico utilizado para adherir la cerámica al concreto de la pared es capaz de soportar, por cada centímetro cuadrado, 1,056 libras de peso. Esto equivale casi a media tonelada por cada centímetro cuadrado. Con esto dio a entender que era poco probable que los azulejos se desprendieran, como dijo el arzobispo y ratificó Tatiana Molina, arquitecta de la firma de Ingenieros, Arquitectos y Servicios Inmobiliarios Molina, en la conferencia de prensa del domingo. El pegamento –prosiguió Suárez— es el mismo que se ha utilizado en todas las piezas de mármol y granito adheridas a las paredes del interior de Catedral, que según él tienen un peso de hasta 50 veces mayor que las piezas cerámicas del mural.

Carlos Rivera, artesano de La Palma y alumno de Fernando Llort desde 1970, llora al abrazar a su maestro al terminar la conferencia de prensa luego de la destrucción del mural de catedral en diciembre de 2011. / Foto de Mauro Arias
Carlos Rivera, artesano de La Palma y alumno de Fernando Llort desde 1970, llora al abrazar a su maestro al terminar la conferencia de prensa luego de la destrucción del mural de catedral en diciembre de 2011. / Foto de Mauro Arias

El jerarca católico dijo que el pegamento había perdido su fuerza y que muchas piezas estaban “a punto de caerse” y que “cuando estuvimos tratando de limpiarlas se nos caían las piezas”.

Otro punto de la versión eclesial que refutó la familia Llort tiene que ver con las posibilidades de restauración de la cerámica. Escobar Alas dijo el domingo que “por su naturaleza” la cerámica de la fachada no era restaurable. “Además, si es necesario sustituirla constantemente perdería su originalidad la obra, por ello nos vimos forzados a retirar el mosaico”.

El mismo domingo, después de las palabras de Escobar Alas, Suárez -quien también estuvo en esa comparecencia ante los periodistas- aclaró que precisamente el hecho de que un mosaico esté constituido por múltiples piezas pequeñas facilita la sustitución de aquellas unidades dañadas.

Este martes, Suárez dijo que en dos ocasiones la Iglesia permitió que se sustituyeran algunas piezas dañadas. Uno de esos casos fue después de los terremotos de 2001 en los que 12 piezas se fracturaron debido a la torsión del edificio. “El procedimiento que se siguió fue el de llamar a los técnicos del taller para que verificaran el estado y el código numérico individual de cada pieza que muestra el tono, color y diseño. Con estos datos, Aníbal Fuentes, el gerente del taller Árbol de Dios, procedió a la fabricación y sustitución de cada una de las piezas dañadas”, dijo Suárez.

El segundo caso ocurrió en septiembre pasado cuando los técnicos fueron llamados para pintar y restaurar algunos azulejos de la fachada, y así se hizo. La cerámica, dijo el especialista, no es tan frágil y cuando se decidió en 1997 utilizarla fue porque necesitaban una superficie lisa. Esto contradice un argumento dado por Escobar Alas el domingo, cuando dijo que muchas piezas habían sido dañadas por el sol y la lluvia.

En aquella primera versión del porqué de la remoción de los azulejos, el prelado insistió en que muchos colores se habían perdido por la lluvia y el sol. Suárez refutó el argumento diciendo que el color de estas piezas de cerámica era difícil que se perdiera debido al proceso de horneado (a 900 grados celsius de temperatura) de cada ladrillo. De hecho, cada uno de estos, dijo, tiene una capa de recubrimiento impermeable parecida al vidrio, de un milímetro de espesor. “Un proceso de decoloración es casi nulo”, subrayó.

El último punto que desestimó la familia del artista fue que la Iglesia hubiera guardado algunas de las piezas retiradas con el propósito de construir otra obra. La familia Llort dijo que casi el 100% de las 3,000 piezas habían sido destruidas y que incluso fueron testigos de cómo algunos de los restos tirados sobre el atrio de la Catedral eran recogidos por gente particular posiblemente para llevárselos como recuerdo.

Los restos rescatados por la familia Llort llenan un par de jabas en el taller El Árbol de Dios de San Salvador. Foto Mauro Arias
Los restos rescatados por la familia Llort llenan un par de jabas en el taller El Árbol de Dios de San Salvador. Foto Mauro Arias

La conferencia de prensa de la familia Llort estaba programada para las 10 de la mañana. A la misma hora tenía previstas sus propias declaraciones la Secretaría de Cultura, pero el lunes por la noche la institución anunció que suspendía su actividad para no interferir con la de los Llort.

Este martes, la Secretaría emitió un pronunciamiento en el que anunciaba la búsqueda de acuerdos con la Iglesia para tratar de encontrar un resarcimiento a los daños. Este comunicado contrasta con el tono beligerante del emitido el viernes y publicado también en Facebook, en el que la institución condenaba la destrucción del mural y acusaba a la Iglesia de haber violado la Ley de Protección de Patrimonio Cultural.

Esa vez, la Secretaría dijo que la remoción del mosaico violaba la Ley Especial de Protección de Patrimonio Cultural en sus artículos 42 y 43, y el Reglamento a la normativa en su artículo 83. Este martes, sin embargo, la Secretaría no habló de interponer demandas judiciales contra la Iglesia sino más bien buscar una solución consensuada.

“Hemos empezado a entablar conversaciones estrechas con la Iglesia para posibilitar una forma de compensar los daños y además evitar que este tipo de hechos se replique en el futuro. Un error de esta naturaleza no puede ni debe pasar desapercibido. Queremos encontrar una solución consensuada, digna tanto para los artistas como para la sociedad y la iglesia”, reza el comunicado publicado también en Facebook.

'Siempre he creído que las manos sirven para construir, no para destruir', escribió Llort, en un pronunciamiento que hizo circular por las redes sociales. 'Me siento sorprendido e inmensamente triste porque me negaron la oportunidad de retirar con dignidad la obra más importante de mi vida'.

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