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'Hay pandilleros que compran microbuses y así lavan el dinero'

Howard Cotto intenta poner en su correcta dimensión a las pandillas: grupos con capacidad de hacer pactos entre sí, con un creciente traslape con el narcotráfico y con un alcance territorial considerable... sin embargo, dice estar convencido de que el Estado les está ganando el pulso.


Miércoles, 6 de octubre de 2010
Carlos Martínez

Howard Cotto. Foto Mauro Arias
Howard Cotto. Foto Mauro Arias

Howard Augusto Cotto dirige los organismos de investigación policial en el país más violento del continente. De él dependen directamente la División de Investigación de Homicidios (Diho), la División Antinarcóticos (DAN), la División Élite contra el Crimen Organizado (DECO), la División de Investigación Criminal (DIC) entre otras. Si alguien en la Policía entiende el fenómeno de las pandillas debe de ser él.

El comisionado Cotto no le resta fuego al asunto, y reconoce que las pandillas son organizaciones con una muy considerable capacidad de acción. En esta entrevista se intenta dimensionar a las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha a través de su última demostración de fuerza: el paro nacional que “decretaron” y que detuvo al país durante al menos dos días, y que hizo que la corporación policial encendiera todas sus señales de alerta.

Durante dos días la sociedad fue presa de una ola de miedo por la amenaza de las pandillas. Según la Cámara de Comercio se perdieron 40 millones de dólares por la falta de actividad comercial. Se supone que dos pandillas enemigas consiguieron ponerse de acuerdo para intimidar a la población, se supone que los motines adentro de las cárceles estuvieron relacionados con esto. ¿Usted puede explicarnos qué fue lo que pasó?
Este tema se presta mucho a la especulación. Ha habido efectivamente una acción orquestada de las pandillas, queda claro para nosotros que hubo una coordinación entre las dos pandillas mayoritarias al menos. Esa es la palabra: coordinación y puesta de acuerdo en función de realizar un paro. Está claro para nosotros que hay una participación activa y determinante de las pandillas. De eso creo que no queda duda. Ahora: lo que sucede es que sin ofrecer datos que ahorita pueda confirmar, a nosotros nos llama bastante la atención el nivel de orquestación tanto interno como externo que ellos tienen para realizar esto y entonces eso obviamente nos hace no descartar la posibilidad de que algunos sectores interesados pudieran haber promovido, participado, o por lo menos visto con buenos ojos una acción de este tipo.

Las tres cosas que ha dicho se parecen bien poco. Participar, promover o ver con buenos ojos son tres cosas bien distintas. ¿A qué se están refiriendo exactamente con este argumento repetido de “sectores”? ¿Transportistas coaligados con las pandillas? ¿Un partido político facilitando el escenario para que las pandillas amenacen? Nunca concretan los señalamientos.
Es que para nosotros es difícil confirmar esto. La ciudadanía puede expresar lo que quiera sobre su interpretación de un hecho, pero la Policía no puede, porque debe tener la suficiente responsabilidad como para manifestar que algo ha sido de alguna forma. Lo que nosotros hemos dicho es que vemos con cautela que haya habido un plan tan orquestado y que pudieran haber algunos sectores, grupos, personas, individuos, que pudieran estar interesados, que pudieran haber promovido, o al menos pudieran haber visto con buenos ojos un hecho como este. Pero yo no puedo en este momento decirle a usted: mire, fulanito o tal organismo o instituto político están en esto, porque entonces la siguiente pregunta que usted me haría sería cómo fundamento eso.

Bueno, ¿pero qué les dicen las investigaciones?
Estamos investigando los hechos y no estamos cerrados a nada. Yo no les puedo confirmar ahorita la participación de un grupo específico. Tenemos seis diferentes áreas en las que estamos investigando sobre los hechos.

¿Cuáles?
Quiénes son los posibles organizadores, quiénes determinaron la distribución de esos panfletos, quiénes fueron aquellas personas que fueron de voz en voz diciéndole a los comerciantes y transportistas que no circularan, hasta los hechos concretos que hubo dentro de ese momento: agarraron a balazos a un microbús, quemaron una mototaxi... y producto de eso, hemos desarrollado más de 60 acciones investigativas. Nos llama la atención, obviamente, que haya toda una orquestación, un acuerdo tan limpio entre las dos pandillas para realizar este tipo de actividades.

Esa es ya una afirmación que me llama la atención. Usted dice que le sorprende el hecho de que las pandillas hayan conseguido tal nivel de organización como para poder, de forma tan coordinada,  atender un despliegue territorial y hablar con una sola voz. Si les sorprende es porque ustedes suponían que las pandillas no tenían esa capacidad.
No, sorprende porque muy pocas veces en la historia del país -aunque no es la única- pero estas organizaciones criminales han llegado a un acuerdo tan limpio para realizar una acción determinada. ¿Cuántas veces se han puesto de acuerdo? Que yo recuerde se han puesto de acuerdo una que otra vez para realizar unas marchas que al final han sido pequeñas marchas, con algunos familiares reclamando acciones muy puntuales, pero ahora, ¿con qué nos encontramos? ¡Con un plan! Por ejemplo: el panfleto que repartían en el mercado central era idéntico al que repartían por todo el país, con la misma coma, con la misma letra, solo que en uno decía 18 y en el otro MS. El tiempo que decían ellos que iba a durar era exactamente el mismo, las medidas que estaban tomando en los centros penales y si resistían o no resistían, eran exactamente iguales. A eso es a lo que nos referimos. Los hemos agarrado con las bolsas llenas de papelitos que andaban repartiendo donde llamaban a no abrir los comercios. ¡81 personas!

Una cosa es repartir un panfleto y amenazar al país. ¿Las pandillas tienen la capacidad como grupo criminal de cumplir la amenaza si la población hubiera desacatado?
No creo que tengan la capacidad de realizarlo.

Ya quemaron un autobús con gente dentro.
Han quemado buses... lo que pasa es que un paro tiene que ser comunicado a la población y eso implica que nosotros obligatoriamente nos demos cuenta y entonces eso nos obliga o nos lleva a tomar acciones extraordinarias para contrarrestarlo. Si nosotros aún en estas condiciones detuvimos a 81 personas, imagínense el nivel de detenciones que hubiéramos tenido por hechos más graves tal vez, por homicidio o por tentativa de homicidio o tentativa de quemar unidades del transporte. Ver esto con un enfoque de guerra abierta y declarada creo que no funciona, porque ellos no tienen unidades regulares, ni nosotros somos el ejército.

Supongo que la población necesita tener claro –más allá de si nos gusta o no- cuál es la correcta dimensión del problema. Si lo minimizamos ponemos en riesgo a la gente y si lo sobredimensionamos les creamos artificialmente un poder que no tienen. Ya no son grupos de muchachos con cuchillos y tampoco son cárteles de la droga... ¿qué queda en medio? ¿Qué capacidad real tienen esos grupos?
Son lo que son, es decir, nosotros nunca hemos dicho que las pandillas son un fenómeno que no vale la pena ni considerar, que solo son sustitos. Siempre hemos reiterado el impacto que tiene la existencia de la pandilla en el crimen, en el homicidio, particularmente.

Creo que como país no comprendemos el fenómeno. ¿Qué es la pandilla ahora? Es un grupo criminal de qué dimensiones.
Ellos yo creo que tenían la capacidad de hacer cumplir su amenaza hasta cierto punto, es decir que si todo mundo hubiera dicho “no hacemos caso y vamos a salir” ellos no tienen la capacidad de parar a todo el país, pudieron haber atacado, pudieron haber intentado. Ellos materialmente no hubieran podido detener este país. El instrumento más fuerte que ellos tuvieron fue la amenaza. Por ejemplo: con el delito pandilleril por excelencia que es la extorsión, si uno ve cuánta gente paga la extorsión y cuánta gente muere por no pagar la extorsión, uno se da cuenta de que no es algo que ellos tengan la capacidad de ejecutar. Lo que pasa es que aquí hay que decirlo con claridad: también es que la Policí no tiene como la facultad, el alcance de decir o de asegurar que la gente salga o no salga a la calle a trabajar. Yo creo que ahí se sobredimensiona el papel que juega la Policía en esto.

Si de usted hubiera dependido, usted asumiría la responsabilidad de haberle dicho a la gente “salgan, no hay problema”.
Yo asumo la responsabilidad de decir “nosotros vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que no pase nada”, pero... es que eso es como que usted me dijera: “¿comisionado, y usted tendría la capacidad de decirme, aunque sea por el día de mañana que no va a haber ni un solo homicidio en este país?' No lo puedo hacer, ninguna Policía lo puede hacer. ¿Creen ustedes que hay una Policía que puede salir ante los medios de comunicación y decir: “señores, salgan que yo les aseguro que ni una uña va a salir cortada de este proceso”? Sería muy irresponsable. Ni nosotros ni nadie.

¿Cuál es la correcta dimensión del problema?
Las pandillas son una expresión clara del crimen organizado que reúnen, si nos ponemos académicos, todos los requisitos de expresión de crimen organizado. ¿Qué es lo que pasa con las pandillas? Que han creado un nivel de codependencia a su interior que necesitan asegurarse la subsistencia de sus miembros para continuar siendo lo que son y una de estas expresiones es la extorsión. Ellos están pensando y realizando acciones serias para incluso dar un salto de calidad en el sentido de vincularse a otras expresiones del crimen organizado como el narcotráfico. No sé si eso en alguna medida responde eso.

Un investigador del tema planteó  en un artículo en El Faro que los términos “mara” o “pandilla”, como categorías de análisis, han perdido sentido, porque la pandilla es tanto un niño de 13 años recién incorporado, como gente con algún vínculo con el narcotráfico. Si hacemos una política pública pensando en el niño del cuchillo, será insuficiente, pero si hacemos una política pensando en el que tiene vínculos con el narcotráfico, sería injusto con el que sí es rehabilitable. 
La proporción es ser multidimensional. Esta pregunta me lleva a recordarme con lo que pasó hace meses. Me causaba mucha curiosidad cuando había aquella discusión de que la Policía ya no va a investigar sino a prevenir, que le iba a dar charlas a los que matan gente y las descuartizan. Yo me pregunto por qué en este país siempre se trata de servirse la sopa con una sola cuchara. Yo creo que es porque no comprendemos el fenómeno, o porque tenemos otros intereses que nos llevan a tratar de concluir o hacer creer a la gente que hay que sacar otro tipo de conclusiones, pero por qué alguien tiene que venir y sentarse aquí y decirme que yo o hago esto por prevenir a ese niño de 13 años o investigo y reviento al que ha matado a 15, ¿por qué tengo que escoger?

Lo que hay que saber es cuál es la proporción correcta.
Tener políticas para atender a ese niño y cualificar la investigación del delito para darle en la torre al que está matando y que yo sé que ya no lo puedo rehabilitar.

¿Hoy por hoy la pandilla tiene un traslape grande o medio o pequeño o nulo con el narcotráfico?
Es difícil explicar esta gráfica y te voy a decir por qué. Es difícil qué proporción es. Yo me inclinaría más por decir que es un traslape medio, pero tendría que explicarlo. ¿Quiénes distribuyen la droga en los territorios? ¿Quiénes hacen narcomenudeo por excelencia? ¡Las pandillas! Entonces depende de cómo se mida ese traslape. Ahora... que yo soy el cártel y yo soy el narcotraficante y vengo donde un pandillero y le digo “aquí está la droga, distribuila” y vos pandillero empezás a distribuirla, pero ya hay pandilleros que dicen: “chis, ¿y por qué no nos podemos vincular también, no simplemente ser los que distribuimos en la comunidad y ya no solo ganarnos el dinero del narcomenudeo, sino también el dinero del tráfico?” Hay indicios. Son incipientes pero ahí están. Por eso es que te digo que depende de lo que hablemos con cercanía con el narcotráfico. En el narcomenudeo las pandillas juegan un papel importantísimo. Seríamos muy infantiles si dijéramos que no es cierto que los grandes distribuidores de droga en nuestro país no han utilizado a las pandillas para distribuir droga. ¡Por favor! Pero también te pongo el caso del Barney, que por cierto el juez lo dejó libre. ¿Quién es él? Es un cabecilla de la Mara Salvatrucha, vinculado en Sonsonate a todos los cuerpos embolsados que aparecieron hace un año y medio y lo agarrás con 7 kilos de droga en el puerto de La Libertad... o sea que sí ves expresiones que te llevan a pensar... pero que las ves como incipientes.

¿Y dónde va a parar ese dinero?
Lo que pasa es que en las pandillas encuentras de todo: desde gente que extorsiona para sus vicios -ese es un extremo- hasta aquel que compra microbuses y lava ese dinero por esa vía y se convierte en un empresario, construye su casa, manda a sus niños a una escuela privada... Por ejemplo el Diablito de la (clica) Hollywood, si vas a ver, su casa era una casa muy bonita, que hasta llama la atención en medio del lugar donde vive y ves a su esposa vinculada al negocio de la droga. Ahí todo lo que te puedas encontrar en medio de esos extremos.

Las dos pandillas se han matado, torturado y mutilado durante años... ¿qué cosa pone de acuerdo a estas dos organizaciones para hacer comunicados conjuntos?
Cosas que tú no puedes dejar de hacer. Nosotros no podemos dejar de pretender nuevas leyes y disposiciones que nos faciliten la investigación de los hechos.

¿De forma que usted sí se cree que lo que les unió es la Ley Antipandillas?
Les puede haber unido eso y otros factores, como por ejemplo creo que también el hecho de que hubiera esta serie de medidas que se están tomando en Centros Penales. Yo no puedo hablar a nombre del director de Centros Penales, pero para mí no es lógico decir que vas a endurecer las medidas en los de la mara x sí y en los de la y, no. Eso no se puede hacer. Eso sería un absurdo y probablemente encuentren en ello un factor de cohesión. Pero nosotros no podemos dejar de hacer acciones tendientes a cortar los cordones umbilicales y los hilos de conexión que les permiten a ellos cometer sus crímenes.

¿Qué tal esta otra hipótesis: les unen ya negocios comunes?
No. Yo creo que compartir el tipo de negocios sí, pero los negocios específicos no creo que los compartan. Pero el tipo de negocio sí. Si te refieres a que comparten el negocio de distribución de la droga sí. Ahora, uno lo desarrolla en La Campanera y el otro en Lourdes, Colón. La extorsión también la comparten como método.

¿Entonces esta coordinación será solo coyuntural?
Yo no creo que sea permanente, o al menos no tengo indicios de que eso sea así. Más lo vemos y lo constatamos como una acción coyuntural.

Dieron una muestra de poder que nunca habían dado. Pero sobre todo probaron un hecho: les tenemos miedo como sociedad. No salimos a la calle, dejamos de negociar, incluso para gente que salir a vender ese día implica comer ese día. Conclusión: ¿El Estado va perdiendo terreno frente a ellos?
¿Cuándo se termina de ganar y cuándo se termina de perder? Yo creo que vamos ganando. No se trata de que parezca revancha. Cuando la PNC reacciona no es en una actitud de me golpeaste y te golpeo. De lo que se trata es de una política responsable que asegure cada vez más seguridad y sensación de seguridad a la población y eso es lo que nos toca a nosotros. O sea, nosotros no investigamos ni prevenimos en venganza.

¿Ustedes se olieron antes que venía esto?
Teníamos información, pero ya cuando la información empezó a fluir, ya empezaban ciertos sectores a llamarnos diciendo que les estaban amenazando.

¿Qué tipo de indicadores son los que se observan para prevenir esto?
Pues algunos me los guardo y otros son la ciudadanía misma.

¿En la cárcel hay indicadores que ver?
Sí.

¿Esto se fraguó en la cárcel?
Hubo una participación determinante desde la cárcel.

¿Se ordenó desde la cárcel?
Lo explico de la siguiente forma: en las cárceles, de acuerdo con la visión de las pandillas, hay un nivel de jerarquía más alto y de mayor respeto que afuera. Los pandilleros que están en la cárcel son quienes tienen que aprobar cualquier idea o acción o al menos se termina de fraguar con el visto bueno de ellos. Así te lo pongo.

Si usted es un comisionado y tiene que llegar a un acuerdo con la Policía de otro país hablará con una persona de su mismo rango. Supongo que pasará lo mismo entre bandas delictivas. ¿Cómo se dio un acuerdo entre cúpulas?
Yo creo que esto tiene múltiples dimensiones aunque hay que decir claramente que la estructura jerárquica que ellos tienen tiene un nivel de flexibilidad mayor que la que tradicionalmente vemos en las estructuras. Lo que quiero decir es que ellos tienen como ciertos niveles de flexibilidad en con quién, a quién usar de interlocutor en el entendido de que ese interlocutor tiene acceso a otros de mayor jerarquía adentro de la pandilla contraria. Es decir, que el líder de una pandilla no necesita hablar directamente con el líder de la otra, sino que lo puede hacer a través de terceras personas, de familiares, de líderes de menor rango, de visitas, etcétera. En el caso del paro, la cárcel jugó un papel fundamental en decir “hagámoslo”.

Otra línea de investigación que propuso el ministro Manuel Melgar es buscar una relación entre el hallazgo de los barriles  con dinero y el paro de las pandillas.
Nosotros en la investigación sí te puedo decir así con meridiana claridad que hasta hoy no hemos encontrado ningún vínculo con eso. Nosotros analizamos y seguimos analizando, pero hasta ahora no hemos encontrado ningún vínculo entre un hecho y el otro.

Howard Cotto. Foto Mauro Arias
Howard Cotto. Foto Mauro Arias

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