Tuvo una niñez excepcional dado que sus aulas de clases fueron los océanos. Ahora anda por el mundo buscando cómo ayudar a salvar al planeta y por eso hace dos semanas vino al segundo país más depredado del continente. 'Hay lugares peores', asegura. Tenía una razón fundamental para estar en El Salvador: impulsar un proyecto de liberación de mil millones de tortugas bebés. Este país centroamericano es considerado el principal punto de desove de la tortuga carey, amenazada de extinción. El estilo y la apuesta de Fabien Cousteau es el optimismo y más que destruir puentes, él se inclina por construirlos. Por eso, aunque comparte la inquietud de los activistas que se dan a la tarea de entorpecer el trabajo de los balleneros japoneses, cree que no es la mejor manera de conseguir frutos.
Sobre el futuro del planeta y de las especies, está seguro de que vienen tiempos mejores. 'Estamos en el amanecer de una nueva era', asegura. Quizás ese optimismo se deba a que, como él mismo se describe, Fabien Cousteau es 'un creyente en la humanidad'.
Empezamos con la pregunta más sencilla: ¿quién es usted?
Ja, ja, ja, ja... Esa es una de las más complejas y filosóficas preguntas que existen. En función de hacer fácil la respuesta: mi nombre es Fabien Cousteau, soy el hijo de Jean-Michel Cousteau y el nieto de Jacques-Yves Cousteau. Soy un explorador del océano, un documentalista y, claro, también soy la voz del mar.
Entiendo que bucea desde los 4 años de edad.
Sí, he estado buceando desde mi cuarto cumpleaños.
¿Es posible tener una niñez normal buceando desde los cuatro años o es acaso no tuvo una niñez normal?
Bueno, yo no soy normal, así que... no, mi niñez fue definitivamente única. Y mi salón de clases fueron los océanos y las expediciones y uno de mis profesores fue mi abuelo.
A usted, el hecho de estar cercano al océano permanentemente, de convivir con el océano desde pequeño, ¿le inspiraba ser oceanógrafo, o quizás soñaba con ser aviador o dedicarse a otra cosa?
No estoy seguro de si se trata de un asunto de ADN o de la experiencia del mundo oceánico desde el principio o de tener contacto con tan maravillosos escenarios, o la combinación de todo esto, pero la pasión y el amor que yo siento por nuestro planeta acuático está profundamente arraigada a mi ser. La sensación de la exploración y el deseo de contar historias y el deseo de hacer algo bueno por el planeta y, por lo tanto, para la humanidad. La cosa más maravillosa de mi situación es que yo no solo soy un buzo y un explorador del océano, sino también soy un aviador, así que también puedo volar.
Tratemos de huir de las deficiones de diccionario. Según su convicción más personal, ¿qué es un explorador del océano?
Mi abuelo tenía el mismo problema: ¿Cómo uno puede explicar lo que te impulsa a ser un explorador? Mi definición o mi explicación es una muy emocional: es algo que se siente pero que es bien difícil poner en palabras. Realmente lo que yo puedo decirles es que la sensación que tengo cuando estoy en la superficie del agua y luego me sumerjo hasta las profundidades es un sentimiento de libertad y de plenitud, entonces realmente creo que esto es lo que siento al estar dentro del mar y ver lo que hay del otro lado de un arrecife de coral, esa curiosidad es lo que me motiva.Y yo creo que todos nacemos con esta conexión hacia el mar, creo que el hecho de que pasemos nueve meses en el vientre materno, que es agua, esto realmente nos da esa conexión, nos da esos reflejos de buceo de los mamíferos (mammalian diving reflex). Esto es lo que establece toda esta conexión con el mar.
¿En qué consiste ese reflejo?
Cuando uno está muy pequeño realmente toda la programación cerebral integral incluye que cuando metemos nuestro rostro debajo del agua, se nos cierran los ojos y la boca, y esto implica que se nos baja el ritmo cardíaco, nuestro consumo de oxígeno también disminuye, es una reacción que tienen todos los mamíferos que vienen del agua, a eso se refiere este reflejo. Ahora, lo que sucede es que se va perdiendo de manera progresiva, ya que no estamos en contacto constante con el agua, por eso es bueno que uno se mantenga expuesto al agua constantemente desde que uno está pequeño, para poder mantener este reflejo, porque entre más nos alejamos, este reflejo se va perdiendo. Este reflejo le permite a los delfines, las focas, las ballenas y todos mamíferos acuáticos mantenerse bajo de agua tanto tiempo.
¿Por qué si las personas nacemos con ese tipo de reflejos, aparentemente -por la forma en que tratamos al planeta- no tenemos uno que nos haga percibir la línea fronteriza más allá de la cual nos jugamos la sobrevivencia?
Es una muy buena pregunta, desearía saberlo yo también, me serviría mucho. Pero sé que nosotros somos los únicos mamíferos que tienen la capacidad de pensar más allá, y también somos capaces de tomar decisiones en base a eso y también tenemos la habilidad de ignorar eso, ja, ja, ja.
¿Cómo usted, un naturalista, que considera al océano su hogar, viene a El Salvador, que es el país ambientalmente más depredado del continente solo superado por Haití? ¿No le da sarpullido estar aquí?
Hay muchos lugares peores. Quiero decirles que realmente hay lugares donde hay atributos o características que son realmente maravillosas, o personas que tienen características maravillosas, pero si usted les dice a estas personas que son feas, que no valen nada, que son malas personas, si se los dice por un período de tiempo muy largo, se lo van a terminar creyendo. Eso puede pasar con El Salvador. El Salvador tiene cosas maravillosas, están sucediendo ahorita, y hay que enfocarse en esas cosas maravillosas; si siempre escuchamos de la guerra, de que El Salvador está ambientalmente destruido, entonces esto no contribuye. Ese es el pasado. Yo creo que nuestro peor enemigo es enfocarnos en estos aspectos del pasado y yo creo que lo que realmente nos va a dar esa esperanza y ese progreso es el poder mirar hacia adelante. Eso es lo que tenemos que tener en cuenta para poder empoderarnos y poder estar motivados. Entonces hay que hacerlo, hay que enfocarse en lo que se puede hacer, en las soluciones que hay y en las opciones disponibles. Y esto es lo que sucede con el programa de restauración de tortugas. Ya fue un éxito en los últimos dos años y creo que si se sigue así podemos tener éxito en los próximos cinco o 10 años. Y uno de los raros regalos que El Salvador tiene son estas tortugas carey que solamente se encuentran aquí en cantidades suficientes para su restauración. Este es el punto fundamental para encontrar estas tortugas carey. Esta es una oportunidad maravillosa para enfocar un programa donde haya sinergia y energía para este tipo de programas, que permita energizar a la población, que permita acceder a una mejor economía para las personas. ¿Qué más podemos hacer? Ahora que fuimos exitosos aquí podemos hacer esto, esto y esto. Hay muchas posibilidades y se ha mostrado una y otra vez que si la población cree en algo, entonces puede pasar. Y esto pasa todo el tiempo, o recientemente, en el mundo natural. Si vamos a cambiar nuestros malos hábitos o vamos a encontrar soluciones alternativas que complazcan tanto a los locales como a las personas de todo el país y al ambiente, tendremos un balance entre un ambiente saludable, una economía saludable y personas saludables. Y eso es bueno para todos y ha pasado en varios lugares alrededor del mundo. Estamos en el amanecer de una nueva era, en el que estamos saliendo de este oscuro período donde todo está perdido, en el que hemos crucificado todo ante esta nueva generación de pensadores a futuro y sí podemos hacer una gran diferencia.
¿No corremos el riesgo de que esa sea una visión demasiado romántica e ingenua y con los pies muy alejados de la tierra? Porque parece muy bueno pensar en que las comunidades pobres puedan meterse a proyectos de conservación ambiental, como en el caso de las tortugas, pero siempre hay intereses económicos sumamente poderosos que con una decisión pueden causar un desastre, como ha pasado con el derrame de petróleo en el Golfo de México. ¿No es inútil esta visión bonita, dulce y tierna si por otro lado hay monstruos con bolsillos sumamente grandes para aplastar esos sueños?
Ja, ja, ja, ja... Yo no intento que me cataloguen como dentro de una visión romántica y suave, es simplemente que prefiero no estar en el lado negativo de las cosas. Pero ese es un buen punto. Como individuos podemos muy fácilmente sentirnos impotentes cuando vemos el panorama completo.
¿Y entonces cuál es la clave para resolver esto? Usted tiene un grado universitario en economía ambiental. ¿Eso le enseñó cómo se puede conciliar esos intereses opuestos?
Absolutamente, cómo disminuir la brecha, es un buen punto y es probablemente el aspecto más importante de cualquier proyecto, ya sea de tortugas o cualquier otro. Se trata de animar a las personas a cambiar sus hábitos, cómo hacemos lo que hacemos de la mejor manera. En primer lugar tenemos que tener una solución. Tenemos que tener algo que sea económicamente viable para la persona promedio para solucionar a largo plazo. Al final esto no es sobre salvar el ambiente, es sobre salvarnos a nosotros mismos y el futuro de nuestros hijos. Pero como decía antes, un ambiente saludable es una economía saludable. Y si ves a países que han desaprovechado esa oportunidad y que tienen al ambiente en mal estado, tienen su economía en mal estado también. La solución que yo propongo no es solamente una solución del corazón, sino una que va a hacer algo que va a venir de las personas o comunidades más afectadas por el problema económico, porque ellas van a ser las que van a estar interesadas en tener proyectos sustentables a largo plazo para poder realmente asegurar un futuro. Entonces, creo que en estos términos los individuos tenemos el poder de influenciar a los gobiernos para que ellos tomen las decisiones. Podemos crear un gran movimiento o simplemente elegir el status quo, pero si elegimos el status quo esto se va a traducir en que va a haber pobreza, vamos a estar económicamente mal, más afectados por la naturaleza. Para poder avanzar tienen que estar involucrados el gobierno, el sector empresarial y la comunidad local, solo así la situación será de ganar-ganar. Para darles un ejemplo simple: si uno vende un huevo de tortuga a 50 centavos o a 25 centavos -no sé cuál será el precio-, esto no va a traer dinero, porque cuando no hayan más... sin embargo, si nosotros le compensamos a esta persona para que en vez de vender el huevo pueda incubarlo y liberar a una tortuguita al mar, esto a futuro, quizás, le va a representar 10 dólares. Sin embargo, la idea es que pensemos en los beneficios de la inversión a largo plazo, no simplemente tener la recompensa inmediata, hay que pensar realmente en los incentivos a largo plazo.
