El Salvador / Pandillas

Estados Unidos tiene a seis de los 27 líderes de la MS-13 acusados de terrorismo

Con la reciente captura de Lucky, Estados Unidos ya tiene a casi una cuarta parte de los líderes salvadoreños de la MS-13 a quienes pretende juzgar en Nueva York. La radiografía actual de este proceso deja serias dudas sobre el paradero de al menos un pandillero que debería estar preso en El Salvador, acusaciones de negociaciones entre el Gobierno de Bukele y las pandillas y eventos icónicos como la captura de Crook, que debería estar purgando una condena de 40 años en El Salvador y fue detenido en México.


Jueves, 21 de marzo de 2024
Carlos García*

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La justicia estadounidense tiene bajo custodia a seis de los 27 máximos líderes de la Mara Salvatrucha-13 (MS-13) a quienes el FBI señala como los miembros de “mayor rango” en el mundo, acusados de delitos como conspiración para proveer y ocultar el apoyo material para terroristas, para cometer actos de terrorismo que trascienden las fronteras nacionales, para financiar terrorismo y para el narcoterrorismo.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos comenzó formalmente su persecución contra la conocida como Ranfla Nacional en 2020. Desde entonces, ha capturado fuera de las fronteras salvadoreñas a seis de los pandilleros a los que pretende juzgar en la Corte Este de Nueva York.

El pasado 7 de marzo, el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) capturó en California al cabecilla Fredy Iván Jandres Parada, alias Lucky. De acuerdo con boletines de prensa del FBI, documentos de la Corte Este de Nueva York e información obtenida a través de Guacamaya Leaks, se conoce que seis pandilleros se encuentran en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, en Nueva York; 17, en alguna cárcel de El Salvador y cuatro en calidad de prófugos, probablemente en México, según varios reportes de inteligencia de la Policía Nacional Civil de El Salvador a los que este medio tuvo acceso.

imagen de Fredy Iván Jandres Parada, alias Lucky, que fue capturado este mes de marzo. Las autoridades estadounidenses dicen haberlo capturado en San Diego, California. 
imagen de Fredy Iván Jandres Parada, alias Lucky, que fue capturado este mes de marzo. Las autoridades estadounidenses dicen haberlo capturado en San Diego, California. 

Algunas de estas certezas son puestas en duda por un hecho: la liberación de Crook en noviembre de 2021, cuando aún debía 40 años de prisión en El Salvador. Crook es uno de los seis capturados por las autoridades estadounidenses gracias a que según el relato oficial las autoridades mexicanas lo detuvieran en su territorio en noviembre de 2023, dos años después de ser liberado por la administración de Nayib Bukele. México lo envió a Estados Unidos y no a El Salvador. Desde que en El Salvador inició el régimen de excepción en marzo de 2022, las autoridades han mostrado decenas de imágenes de pandilleros sometidos, pero ninguna de los líderes nacionales requeridos por Estados Unidos. A la luz de lo ocurrido con Crook, no son pocas las sospechas que aparecen en el debate público de que pueda haber otros líderes que tras ser liberados ilegalmente estén prófugos y no en una celda salvadoreña.

El Gobierno salvadoreño intentó operaciones insólitas para recuperar a Crook, como conspirar con un líder pandillero prófugo para que negociara con un cártel mexicano la captura del líder de la MS-13. El pandillero prófugo, que perteneció al Barrio 18, timó al Gobierno de Bukele, grabó las conversaciones con el jefe policial de la División Élite contra el Crimen Organizado y ahora está bajo protección estadounidense. 

El único ranflero que ha sido mostrado por las autoridades salvadoreñas tras el inicio del régimen de excepción en marzo de 2022 ha sido Borromeo Enrique Solórzano, Diablito de Hollywood, el líder más conocido de la pandilla. Tres días después de iniciado el régimen, sin dar ningún contexto, el presidente Bukele difundió en sus redes sociales un video donde el líder marero se quejaba de que las autoridades penitenciarias le habían quitado comida y enseres de limpieza que él tenía en su celda. Desde entonces, tras dos años de régimen, las autoridades salvadoreñas no han mostrado la imagen de ningún líder pandillero involucrado en las negociaciones que este gobierno sostuvo desde 2019 y acusados por Estados Unidos. Ni de líderes de la MS-13 ni de líderes de las dos facciones del Barrio 18. Esto a pesar de que el Gobierno a permitido visitas guiadas de decenas de periodistas nacionales e internacionales, así como de youtubers e influencers, al interior del Centro de Confinamiento Contra el Terrorismo, la megacárcel donde Bukele prometió encarcelar a todos los líderes mareros. 

Si bien el juicio en Estados Unidos es en contra de líderes mareros, en distintos documentos judiciales se menciona que muchos de ellos participaron en negociaciones con diferentes gobiernos de El Salvador, incluyendo la administración actual. Siendo que la MS-13 es considerada una organización terrorista transnacional por Estados Unidos, esas menciones componen una especie de subtrama del juicio, ya que aquellos funcionarios que hayan colaborado con estos líderes podrían enfrentar cargos en cortes de ese país.

De los 27 acusados, el segundo indictment señala a seis mareros de participar directamente en las negociaciones con el Gobierno de Bukele: Vampiro, Renuente, Cisco, Big Boy, Cruger y Snayder

En el caso de Cruger, la acusación dice: “Estuvo muy involucrado en nombre de la Ranfla Nacional en negociaciones con el gobierno de El Salvador desde 2019 hasta la fecha de este indictment (2022), incluido el suministro de instrucciones a miembros de la MS-13 involucrados directamente en las negociaciones”.

Mientras que a Snayder lo señala de haber sido “vocero durante las negociaciones con el gobierno salvadoreño” y “participante clave” en ese proceso.

Estos 27 líderes acusados forman parte de dos indictments o acusaciones que la Corte Este de Nueva York en Central Islip ha realizado en contra de la Ranfla Nacional.

Documento de la justicia estadounidense que perfila a parte de la Ranfla Nacional de El Salvador que está siendo acusada en la Corte Este de Nueva York. 
Documento de la justicia estadounidense que perfila a parte de la Ranfla Nacional de El Salvador que está siendo acusada en la Corte Este de Nueva York. 

El primer indictment

El 14 de enero de 2021, a seis días de dejar la Presidencia, Donald Trump dio a conocer el primer indictment realizado en Estados Unidos contra la cúpula de la Mara Salvatrucha-13. En aquella rueda de prensa, el entonces fiscal general, Jeffrey A. Rosen, dijo que se trataba de la acusación “más amplia y de mayor alcance que se ha hecho en la historia de Estados Unidos contra la MS-13 y su estructura de mando y control”.

La Fiscalía neoyorquina acusó de terrorismo a 14 mareros salvadoreños, creadores de la Ranfla Nacional que a partir de 2002 dirigía actos de violencia y homicidios desde los penales de El Salvador hacia diferentes partes del mundo.

La Ranfla surgió en El Salvador alrededor del año 2002. Surgió en el penal de San Francisco Gotera, en un sector exclusivo para miembros de la MS-13, y pretendía normar la vida de los miembros de esa pandilla al interior del penal para que no cometieran faltas, como agresiones a la visita de otros mareros. Con el paso del tiempo, y principalmente bajo la planificación de Diablito, la Ranfla empezó a contactar con otros penales y con líderes en libertad y a organizar una especie de junta directiva que terminaría normando las actividades criminales de toda la pandilla dentro y fuera del país.

El primer indictment también inculpa a los líderes de fraguar una tregua con el gobierno salvadoreño entre 2012 y 2015, básicamente durante la Presidencia del efemelenista  Mauricio Funes, de establecer campamentos de entrenamiento con armas y de ordenar a miembros de la MS-13 en Nueva York aumentar la violencia entre 2016 y 2017, tras el año más homicida de toda la posguerra en El Salvador, 2015, cuando la tasa de asesinatos fue de 106 por cada 100,000 habitantes.

Pese a que Trump la anunció después, la acusación fue presentada en la Corte Este de Nueva York el 16 de diciembre 2020 con el número de registro CR 20 577, y cuatro meses más tarde se comenzaron a solicitar las primeras órdenes de extradición.

Cuando se dio a conocer este requerimiento, 11 de los ranfleros se encontraban presos en El Salvador. Entre ellos, Élmer Canales Rivera, alias Crook. Los tres restantes eran prófugos: Lucky, el recién capturado; César Humberto López Larios, alias Greñas; y Hugo Armando Quintero Mineros, alias Flaco. Este último fue capturado en El Salvador el 2 de marzo de 2021. Estados Unidos lo solicita en extradición.

El 26 de abril de 2021, ya entrado el Gobierno de Bukele, Estados Unidos solicitó al gobierno salvadoreño la extradición de los 12 ranfleros confinados para entonces en el penal de Máxima Seguridad de Zacatecoluca, incluyendo al recién capturado Flaco.

Sin embargo, la Corte Suprema de El Salvador ha negado consecutivamente la extradición de tres solicitudes de las que se tiene conocimiento: Flaco; Efraín Cortez, alias Tigre; y Eduardo Erazo Nolasco, alias Colocho.

En el segundo indictment, la fiscalía neoyorkina diría que esta falta de cooperación para entregar a la Ranfla Nacional obedece a negociaciones entre esta cúpula y el Gobierno de Bukele.

“La Ranfla Nacional exigió que el gobierno de El Salvador se negara a extraditar a los líderes de la MS-13, incluida la Ranfla Nacional, a los Estados Unidos para su enjuiciamiento. A cambio, los líderes de la MS-13 acordaron reducir el número de asesinatos públicos en El Salvador, lo que benefició políticamente al gobierno de El Salvador, al crear la percepción de que el gobierno estaba reduciendo la tasa de homicidios”, señala el documento.

En ese contexto de tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y El Salvador, Crook fue liberado ilegalmente por la administración bukelista el 18 de noviembre de 2021 a pesar de contar con una solicitud de extradición realizada ante el Juzgado 14 de Paz, de San Salvador, fechada el 3 de junio de 2021.

Tras dos años prófugo, Crook fue capturado el 6 de noviembre de 2023 en Chiapas, México, y enviado de inmediato a los Estados Unidos.

Fotografía de Crook obtenida de una ficha de Inteligencia Policial a la que se accedió gracias a Guacamaya Leaks. 
Fotografía de Crook obtenida de una ficha de Inteligencia Policial a la que se accedió gracias a Guacamaya Leaks. 

De los 14 acusados en el primer indictment, sólo Crook y Lucky se encuentran ya enfrentando la justicia norteamericana. Greñas es el único que aún figura como prófugo, luego de quedar libre el 27 de octubre de 2020 del penal de Zacatecoluca, según consta el Informe de Novedades de esa fecha, elaborado por el coordinador policial de ese centro.

Dos pandilleros salvadoreños radicados en México han declarado para esta investigación que Greñas fue asesinado en ese país por órdenes de la Ranfla Nacional. El Faro no ha podido constatar esta información.

Diez de los 14 líderes imputados en este primer indictment se iniciaron en la pandilla en Los Ángeles, lo que hace recordar que esa organización criminal no surgió en Centroamérica, sino en el sur de California, principalmente con jóvenes que huían de las guerras de El Salvador y Guatemala.

El segundo indictment

El segundo indictment se dio a conocer el 23 de febrero de 2023, un año después de la imposición del régimen de excepción en El Salvador, cuando el Departamento de Justicia estadounidense anunció la captura de tres mareros en suelo mexicano.

En ese contexto, y contando a los tres capturados, la Fiscalía neoyorquina acusó a 13 miembros considerados de “alto rango” y repartidos entre prisiones de El Salvador y calles de México por delitos como terrorismo y tráfico de personas.

Vladimir Antonio Arévalo Chávez, alias Vampiro; Marlon Antonio Menjívar Portillo, alias Rojo; y Walter Yovani Hernández Rivera, alias Baxter, fueron capturados en México el 22 de febrero y expulsados de inmediato a Texas. Dos meses más tarde, el 18 de abril, sucedería lo mismo con José Wilfredo Ayala Alcántara, alias Indio, capturado en Ciudad de México y enviado de inmediato a Houston, según los documentos de la corte en poder de El Faro.

La mayoría de estos cabecillas no son considerados históricos ni cuentan con una trayectoria tan reconocida como los del primer indictment. Sin embargo, a algunos se les acusa de formar parte de las negociaciones con el gobierno de Bukele, así como de crear el Programa México, una extensión de la ranfla en libertad -los lideres que no estaban presos- asentada en suelo mexicano y que ha obtenido narcóticos y armas gracias a negociaciones con los cárteles de Sinaloa, Golfo, Jalisco Nueva Generación y Los Zetas.

Según el indictment, el Programa México mantenía estrecha relación con la Ranfla Nacional salvadoreña, así como también con las ranflas de cada penal y con la ranfla en libertad, con quienes coordinaban acciones violentas, entre las que estuvo incrementar el número de homicidios el 12 y 20 de septiembre de 2019 en El Salvador, de acuerdo con una presentación de inteligencia policial titulada “Cabecillas de la pandilla MS13 prófugos y radicados en México”, desclasificada por el colectivo Guacamaya y en poder de El Faro.

De los 13 cabecillas del segundo indictment, al menos seis se encuentran en prisiones de El Salvador y solicitados en extradición por Estados Unidos. Otros cuatro han sido capturados en México y enviados a Estados Unidos; y tres aún se mantienen libres, presumiblemente en México, según varios informes policiales. Ante el panorama actual de opacidad oficial de parte de ambos gobiernos, se desconoce si estos miembros ya fueron solicitados en extradición.

Documento del Centro Antipandillas Transnacional con sede en El Salvador que perfila a los ranfleros de la MS-13 que estaban en México. 
Documento del Centro Antipandillas Transnacional con sede en El Salvador que perfila a los ranfleros de la MS-13 que estaban en México. 

Hay dudas documentadas en al menos uno de los casos. La situación de Juan Antonio Martínez Ábrego, alias Mary Jane, es incierta. Hay confusión sobre el paradero de este marero acusado en el segundo indictment. De acuerdo con un boletín de la Fiscalía salvadoreña, el 19 de julio de 2019 fue sentenciado a 15 años de prisión, información que coincide con el de su ficha carcelaria del año 2020, donde se indicaba que se encontraba preso en el penal de San Francisco Gotera. Sin embargo, el boletín de prensa donde el FBI dio a conocer el requerimiento asegura que Mary Jane se encuentra en libertad.

Diez de los 13 acusados del segundo indictment son perfilados como integrantes del Programa México, de acuerdo con presentaciones del Centro Antipandillas Trasnacional. Esto evidencia que, según reportes de inteligencia, la pandilla apostaba fuertemente en los últimos diez años a tener más presencia en México y a consolidar sus pactos criminales con cárteles de ese país.

Contrario a lo ocurrido con los acusados del primer indictment, en este segundo, nueve de los 13 imputados se iniciaron en la MS-13 en El Salvador.

Un indictment con trasfondo político

Este segundo indictment contiene mensajes más allá de la judicialización de los pandilleros, pues además de señalar la creación y operación del Programa México, acusa al director de Centros Penales de El Salvador, Osiris Luna, y al director de Tejido Social de El Salvador, Carlos Marroquín, de negociar influencia política y apoyo al Gobierno del presidente Bukele a cambio de “beneficios económicos, control del territorio, condiciones carcelarias menos restrictivas que permitieran  a la Ranfla Nacional, la Ranfla en los Penales y otros líderes de la MS-13”.

“Estas reuniones (con pandilleros) fueron organizadas por el Gobierno salvadoreño y la prisión, funcionarios, incluidos, entre otros, el director de Centro Penales y el Director de Reconstrucción del Tejido Social”, consigna textualmente el requerimiento CR 22-429.

Las autoridades estadounidenses saben que miembros del Programa México negociaron directamente con la administración de Bukele de 2019 a 2022, lo que los convierte en piezas clave para obtener más información de los acuerdos que se rompieron en marzo de 2022, cuando inició el régimen de excepción, y en posibles testigos que podrían declarar contra funcionarios salvadoreños en caso de que la justicia estadounidense decidiera imputarles cargos.

Lucky

La detención de Lucky el pasado 7 de marzo, supuestamente en California, lo convierte en el sexto pandillero capturado por Estados Unidos y el primero en suelo estadounidense desde que se anunciaron estos indictments.

Tal como lo muestra la hoja de arresto firmada por el agente especial del FBI Peter A. Pisciotta, Lucky fue detenido en San Diego, ciudad fronteriza con Tijuana.

Lucky es un veterano iniciado en Los Ángeles, California, hacia finales de los 80. Para 1993, su carrera como pandillero en El Salvador ya se hacía valer viajando entre ambos países. Sin embargo, su recorrido criminal en El Salvador despuntó en 2014, luego de ser deportado de Estados Unidos y convertirse en la segunda palabra del Programa Los Ángeles, que reunía a miembros deportados de California, de acuerdo con el testigo protegido por la Fiscalía salvadoreña con nombre clave Capricornio, que reveló esto al autor de esta pieza antes de ser asesinado. 

Para 2015, la Fiscalía General de El Salvador lo tenía ubicado como uno de los ranfleros en libertad a cargo de La Federación, una instancia que creó la pandilla durante su pacto con el Gobierno del FMLN para autorizar acciones criminales como asesinatos y coordinar la comunicación entre la calle y la cárcel. Lucky aparece como encargado de la zona paracentral de El Salvador, según el requerimiento de Operación Jaque, un procedimiento fiscal y policial para atacar el liderazgo de la MS-13. Se le acusa de haberse reunido ese mismo año con narcotraficantes mexicanos para 'establecer fuentes de suministro más confiables y rentables de cocaína, marihuana y metanfetamina' que distribuyó en El Salvador y Estados Unidos, de acuerdo con la notificación roja de Interpol girada desde Estados Unidos el 12 de enero de 2021, con número A-296/1-2021.

Ficha de la Interpol solicitando la captura de Lucky. 
Ficha de la Interpol solicitando la captura de Lucky. 

El 10 de diciembre de 2015 fue detenido en El Salvador, en El Rosario, La Paz, por organizaciones terroristas, pero gozaba de medidas sustitutivas a la detención provisional otorgadas por el Tribunal Especializado de Sentencia “C” de la Ciudad de San Salvador, según otra ficha de Interpol girada desde El Salvador en marzo de 2019, con folio A-2950/3-2019. Por ello, quedó en libertad.

Un mes después, el 25 de enero de 2016, volvió a ser capturado en La Paz con 40 porciones de marihuana y enviado al penal de Ciudad Barrios y posteriormente al de Izalco, desde donde la PNC lo acusó de girar órdenes para incrementar homicidios el 18 de junio de 2017, según una ficha de inteligencia policial. Fue enviado al penal de Zacatecoluca donde desarrolló tuberculosis hasta que el 5 de septiembre de 2018 quedó en libertad, de acuerdo con el Informe Diario Situacional de Inteligencia, desclasificado por Guacamaya Leaks.

Aún contaba con las medidas sustitutivas cuando quedó en libertad, hasta que el 22 de noviembre de 2018 le fueron revocadas por el mismo Tribunal Especializado de Sentencia C y entonces fue acusado otra vez por una pena de 15 años.

Pero Lucky salió del país hacia México, de acuerdo con el testimonio de un pandillero conocido como Angel Black, que se entrevistó con el Centro Antipandillas Trasnacional y que para finales de 2019 lo ubicaba en Playa del Carmen, Quintana Roo. Para 2020, una fuente del Grupo Conjunto de Inteligencia Fronteriza acusó a Lucky de estar trabajando en Tijuana para Nelson Alexánder Flores Pacheco, alias Mula, un miembro de su clica, pero también soldado de la Mexican Mafia, con influencia en Estados Unidos y México. La Mexican Mafia reúne a miembros de varias pandillas sureñas de Estados Unidos en una especie de suprapandilla que controla a todo ese ecosistema.

Sin embargo, en abril de 2021, una persona anónima habló 'nerviosa' a la línea del Homeland Security Investigations para dar información sobre él y dijo que Lucky vivía en una casa blanca de madera en un nuevo desarrollo inmobiliario llamado colonia Faisanes, pero no precisó en qué estado de México.  

Lo último que se supo de él según inteligencia policial es que a pocos días de impuesto el Régimen de Excepción en El Salvador, Lucky coordinó con miembros del Programa Los Ángeles de Guatemala y Honduras para que dieran refugio a pandilleros salvadoreños que huían del país.

Cinco días después de su captura, el 12 de marzo, renunció a la audiencia de deportación a El Salvador, por lo que será enviado a la Corte Este de Nueva York, por donde han pasado el resto de sus homeboys.

*Carlos García es un periodista e investigador mexicano, colaborador de El Faro y experto en la Mara Salvatrucha 13. 

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