Washington, ESTADOS UNIDOS. “Las frágiles políticas migratorias del gobierno de Obama permitieron que la pandilla MS-13 se forme en ciudades a través de Estados Unidos. ¡Los estamos removiendo rápidamente”, aseguró el mandatario en su cuenta de la red social Twitter.
The weak illegal immigration policies of the Obama Admin. allowed bad MS 13 gangs to form in cities across U.S. We are removing them fast!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 18 de abril de 2017
La pandilla Mara Salvatrucha –con fuerte implantación en Guatemala, Honduras, México y sobre en El Salvador– tiene sus orígenes en la década de los ochenta en la ciudad de Los Ángeles, con salvadoreños huidos de la guerra civil como principal caldo de cultivo para su nacimiento y expansión.
A partir de inicios de los noventa, miles de pandilleros brincados en Los Ángeles han sido deportados desde Estados Unidos hacia sus países de origen. La llegada de esos mareros, sumada a las condiciones de pobreza, desigualdad, clasismo, debilidad institucional y a erradas políticas públicas como el manodurismo, facilitó un crecimiento exponencial de la pandilla, y la posterior ruptura con los liderazgos en territorio norteamericano.
Un proceso similar sufrió la otra gran pandilla sureña con fuerte implementación en Centroamérica: el Barrio 18.
En las últimas semanas, autoridades de Guatemala han arrestado a dos salvadoreños apuntados como líderes de la Mara Salvatrucha, al tiempo que agentes de El Salvador incautaron dinero y armas en la cárcel de Ciudad Barrios, prisión que el Estado asignó en 2004 a la Mara Salvatrucha y en la que en la actualidad se hacinan cerca de 3,000 de sus miembros.
En marzo pasado, la Policía Nacional hondureña anunció el decomiso de 11 fusiles AK-47, granadas, 57 pistolas y unos 100,000 dólares escondidos en una cárcel donde están arrestados miembros de esta pandilla.
Honduras, Guatemala y El Salvador conformaron en diciembre pasado una fuerza trinacional para combatir el crimen organizado en las áreas fronterizas, centrada en pandillas como la Mara Salvatrucha y Barrio 18.
No obstante, es un error considerar que estas estructuras criminales responden a un único mandato transnacional. Las filiales nacionales de la MS-13 operan de manera autónoma; de hecho, tampoco a escala nacional se pueden hablar de un mando único.
En la Costa Este de Estados Unidos, y en sintonía con el aumento del flujo migratorio de los salvadoreños en el último lustro hacia estados como Maryland, Virginia, Nueva York y Washington, programas de la Mara Salvatrucha radicados en El Salvador han logrado establecer clicas en barrios y pueblos. Varios casos de homicidios y violaciones protagonizados por salvadoreños han sacudido la opinión pública estadounidense en las últimas semanas. El más reciente, la masacre de cuatro adolescentes el 12 de abril en Brentwood, un suburbio en el estado de Nueva York.
La ‘exportación’ hacia Estados Unidos de pandilleros y simpatizantes que responden a sus clicas y programas en El Salvador es un fenómeno similar al que está ocurriendo en la ciudad italiana de Milán, aunque a mayor escala.
© Agence France-Presse