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Retrato oscuro de la caña en Guatemala

Víctor Peña

Domingo, 30 de abril de 2017
Víctor Peña

Detrás de la industria azucarera de Guatemala, que representa 1,900 millones de dólares (cerca del 3 % del PIB), se esconden historias de pobreza, desigualdad y denuncias por daños al medio ambiente. En los territorios donde más se cultiva, campesinos indígenas han sido desplazados y todavía esperan que el Estado responda sus demandas. Los ingenios también pelean por la tierra, por la posesión para el cultivo. El gobierno de Estados Unidos sostiene que Guatemala es un país de producción de azúcar de bajo costo, y eso, para algunos especialistas, es muestra de que la industria no cumple a cabalidad la legislación laboral. De los 12 grandes ingenios que tiene el país, solo en uno existe un sindicato y denuncia presiones que lo asfixian. Mientras en los cultivos miles de campesinos dejan hasta la vida, los ingenios funcionan como un cartel, un oligopolio en el que las empresas existentes se ponen de acuerdo para influir en el precio y para decidir quiénes pueden exportar el azúcar. Guatemala es el cuarto exportador de azúcar en el mundo, el segundo en Latinoamérica, solo superado por Brasil.

*Nota de la Redacción: Este trabajo fue posible gracias a una investigación conjunta entre El Faro y eldiario.es para el especial #LaTierraEsclava.




Nicolás Velásquez, líder comunitario guatemalteco, está amenazado por sus constantes denuncias contra el ingenio Tululá, dueño de la caña que rodea su comunidad y que, según Nicolás, contamina los ríos de la zona. En la imagen se dirige a su casa, en el microparcelamiento Buenos Aires, del municipio de San Andrés Villa Seca, departamento de Retalhuleu.
Nicolás Velásquez, líder comunitario guatemalteco, está amenazado por sus constantes denuncias contra el ingenio Tululá, dueño de la caña que rodea su comunidad y que, según Nicolás, contamina los ríos de la zona. En la imagen se dirige a su casa, en el microparcelamiento Buenos Aires, del municipio de San Andrés Villa Seca, departamento de Retalhuleu.




La industria azucarera en Guatemala aporta 1,900 millones de dólares anuales a la economía nacional. Está compuesta de 12 ingenios activos, y muchos de ellos han incursionado en la generación de energía eléctrica. El ingenio El Pilar, de la familia Weissenberg Campollo, se convirtió en el sexto productor más grande de azúcar en la cosecha 2015-2016.
La industria azucarera en Guatemala aporta 1,900 millones de dólares anuales a la economía nacional. Está compuesta de 12 ingenios activos, y muchos de ellos han incursionado en la generación de energía eléctrica. El ingenio El Pilar, de la familia Weissenberg Campollo, se convirtió en el sexto productor más grande de azúcar en la cosecha 2015-2016.




Cecilia Ichic Caal, de 48 años, posa junto a su familia en el Valle de Polochic, en el altiplano guatemalteco. Ella fue desalojada violentamente por policías, soldados y guardias de seguridad privada, junto a 750 familias, en 2011, porque el ingenio Chabil Utzaj reclamaba esas tierras como suyas. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos resolvió que el desalojo fue ilegal. El Estado debe proveerles un hogar estable, pero eso no es más que una promesa. Chabil Utzaj significa “buena caña” en q’eqchí. La casa de la señora Caal tiene suelo de tierra, y sus paredes están hechas con varas de caña vieja.
Cecilia Ichic Caal, de 48 años, posa junto a su familia en el Valle de Polochic, en el altiplano guatemalteco. Ella fue desalojada violentamente por policías, soldados y guardias de seguridad privada, junto a 750 familias, en 2011, porque el ingenio Chabil Utzaj reclamaba esas tierras como suyas. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos resolvió que el desalojo fue ilegal. El Estado debe proveerles un hogar estable, pero eso no es más que una promesa. Chabil Utzaj significa “buena caña” en q’eqchí. La casa de la señora Caal tiene suelo de tierra, y sus paredes están hechas con varas de caña vieja.




El Río Zanjón Quijivalá, en Retalhuleu, ha recibido desechos industriales del ingenio Tululá, según denuncias de las comunidades. El Ministerio de Medio Ambiente ha recibido al menos 40 denuncias contra la industria azucarera en los últimos cinco años. Los conflictos por el agua surgen constantemente ante la falta de ley que regule el uso de los ríos y lagos. 
El Río Zanjón Quijivalá, en Retalhuleu, ha recibido desechos industriales del ingenio Tululá, según denuncias de las comunidades. El Ministerio de Medio Ambiente ha recibido al menos 40 denuncias contra la industria azucarera en los últimos cinco años. Los conflictos por el agua surgen constantemente ante la falta de ley que regule el uso de los ríos y lagos. 




La industria cañera hace uso de transporte pesado para trasladar el cultivo de los sembradíos hacia los ingenios, donde finalmente se muele y procesa para la producción de azúcar y alcoholes. Los ingenios han construido unos 2,500 kilómetros de caminos internos -en sus propias tierras- ante la queja de las comunidades con las que conviven por el maltrato de las calles vecinales.
La industria cañera hace uso de transporte pesado para trasladar el cultivo de los sembradíos hacia los ingenios, donde finalmente se muele y procesa para la producción de azúcar y alcoholes. Los ingenios han construido unos 2,500 kilómetros de caminos internos -en sus propias tierras- ante la queja de las comunidades con las que conviven por el maltrato de las calles vecinales.




Kevin Hernández, de 29 años, era un empleado del ingenio Palo Gordo hasta que en 2012 fue despedido por participar en una protesta al interior de la fábrica. Nunca, dice, se presentaron pruebas que demostraran que él había agredido a uno de los gerentes de la fábrica. El ingenio, de hecho, desmontó la acusación tiempo después, pero Kevin no ha podido conseguir trabajo desde entonces. El caso fue de conocimiento del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Kevin Hernández, de 29 años, era un empleado del ingenio Palo Gordo hasta que en 2012 fue despedido por participar en una protesta al interior de la fábrica. Nunca, dice, se presentaron pruebas que demostraran que él había agredido a uno de los gerentes de la fábrica. El ingenio, de hecho, desmontó la acusación tiempo después, pero Kevin no ha podido conseguir trabajo desde entonces. El caso fue de conocimiento del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.




La quema de los sembradíos de caña es uno de los procesos característicos en la zafra y afecta a las comunidades aledañas. La quema se hace antes del corte para ahuyentar serpientes y otros animales, y para que el tallo de la caña sea más fácil de cortar. El Instituto Privado de Investigación sobre el Cambio Climático (ICC), financiado por los azucareros, dice haber diseñado un sistema computarizado con el que determinan el momento en el que la quema no afectará, con el hollín y ceniza, a las comunidades vecinas.
La quema de los sembradíos de caña es uno de los procesos característicos en la zafra y afecta a las comunidades aledañas. La quema se hace antes del corte para ahuyentar serpientes y otros animales, y para que el tallo de la caña sea más fácil de cortar. El Instituto Privado de Investigación sobre el Cambio Climático (ICC), financiado por los azucareros, dice haber diseñado un sistema computarizado con el que determinan el momento en el que la quema no afectará, con el hollín y ceniza, a las comunidades vecinas. '¿Acaso alguien puede controlar el viento?', cuestiona, con incredulidad, Nicolás Velásquez, líder comunitario en Retalhuleu.




El departamento de Suchitepéquez ha multiplicado la extensión de territorio que dedica a la caña, y con ello han aparecido nuevos conflictos. Hay comunidades que ahora viven rodeadas de caña, como esta en el municipio de San Antonio. El Sector 4 de la aldea Barrios 1 se ha quedado sin acceso al río y sin acceso a un camino que los comunica con el casco urbano. Un cañero les ha cerrado el camino. Para salir de la comunidad, cerca de 300 familias deben usar los caminos del ingenio Palo Gordo, el mismo que han denunciado por contaminación de pozos domésticos.
El departamento de Suchitepéquez ha multiplicado la extensión de territorio que dedica a la caña, y con ello han aparecido nuevos conflictos. Hay comunidades que ahora viven rodeadas de caña, como esta en el municipio de San Antonio. El Sector 4 de la aldea Barrios 1 se ha quedado sin acceso al río y sin acceso a un camino que los comunica con el casco urbano. Un cañero les ha cerrado el camino. Para salir de la comunidad, cerca de 300 familias deben usar los caminos del ingenio Palo Gordo, el mismo que han denunciado por contaminación de pozos domésticos.




Nicolás Córdova, de 40 años, afila su machete australiano una tarde de finales de enero en la finca del ingenio Madre Tierra. El machete australiano se introdujo en la industria azucarera con el objetivo de facilitar el trabajo a los cortadores y aumentar la eficiencia y el rendimiento. Les exigen rozar una tarea, o una tarea y media por jornada laboral. Los trabajadores consultados se quejan de que en el ingenio les
Nicolás Córdova, de 40 años, afila su machete australiano una tarde de finales de enero en la finca del ingenio Madre Tierra. El machete australiano se introdujo en la industria azucarera con el objetivo de facilitar el trabajo a los cortadores y aumentar la eficiencia y el rendimiento. Les exigen rozar una tarea, o una tarea y media por jornada laboral. Los trabajadores consultados se quejan de que en el ingenio les 'sugieren' tomar bebidas energizantes al inicio de la zafra (a la venta a por unos 120 quetzales, unos 16 dólares) para poder cortar suficiente caña como para asegurar un ingreso digno.




The Valle del Polochic is part of one of the most impoverished zones in Guatemala. There, parameters for prosperity are relative. José Luis Cux, 32 años, and his wife, Dominga Chen, 28, managed to build a house thanks to the savings they collected from the corn and bean crops that they sell. They say they
The Valle del Polochic is part of one of the most impoverished zones in Guatemala. There, parameters for prosperity are relative. José Luis Cux, 32 años, and his wife, Dominga Chen, 28, managed to build a house thanks to the savings they collected from the corn and bean crops that they sell. They say they've been able to prosper during the six years after the State dismissed a claim by a company that wanted to take over the area's lands. 




Santiago Cuc Caal, de 44 años, y María May Ich, de 47 años, son los cabezas de este hogar de ocho integrantes. En la imagen, faltan dos varones que al momento de la fotografía estaban en la escuela. Junto a la pobreza, expresada en la falta de servicios básicos y en el hecho de que todos conviven en un espacio de cinco por cuatro metros, aparecen expresiones de machismo: las mujeres y niñas no hablan español y tampoco van a la escuela. Esta familia espera la ayuda del Fondo de Tierras de Guatemala para conseguir un título de propiedad para su vivienda.
Santiago Cuc Caal, de 44 años, y María May Ich, de 47 años, son los cabezas de este hogar de ocho integrantes. En la imagen, faltan dos varones que al momento de la fotografía estaban en la escuela. Junto a la pobreza, expresada en la falta de servicios básicos y en el hecho de que todos conviven en un espacio de cinco por cuatro metros, aparecen expresiones de machismo: las mujeres y niñas no hablan español y tampoco van a la escuela. Esta familia espera la ayuda del Fondo de Tierras de Guatemala para conseguir un título de propiedad para su vivienda.




La Asociación de Azucareros de Guatemala sostiene que a los empleados de la industria se les paga, en promedio, más del salario mínimo que en 2017 ascendió a 87 quetzales diarios (unos 12 dólares). Cortadores de caña en Patulul, departamento de Suchitepéquez, explicaron a El Faro que cada jornada de trabajo dura 12 horas. Raras veces se les paga horas extras, explicaron.
La Asociación de Azucareros de Guatemala sostiene que a los empleados de la industria se les paga, en promedio, más del salario mínimo que en 2017 ascendió a 87 quetzales diarios (unos 12 dólares). Cortadores de caña en Patulul, departamento de Suchitepéquez, explicaron a El Faro que cada jornada de trabajo dura 12 horas. Raras veces se les paga horas extras, explicaron.




Guatemala tiene cerca del 10% de su territorio cultivable entregado a la caña de azúcar. Antiguas familias dedicadas a los negocios agropecuarios sustituyeron sus cultivos de café por la caña, que resultó un negocio más rentable. Guatemala es ahora el cuarto exportador mundial de azúcar, el segundo en Latinoamérica después de Brasil. Hay quienes auguran malos tiempos para Guatemala:
Guatemala tiene cerca del 10% de su territorio cultivable entregado a la caña de azúcar. Antiguas familias dedicadas a los negocios agropecuarios sustituyeron sus cultivos de café por la caña, que resultó un negocio más rentable. Guatemala es ahora el cuarto exportador mundial de azúcar, el segundo en Latinoamérica después de Brasil. Hay quienes auguran malos tiempos para Guatemala: 'La industria del agro se está llevando la muerte de miles y miles de guatemaltecos porque los hace morir de hambre y desnutrición, les roba el agua y los contamina', dice el diputado de izquierda Amílcar Pop.





La finca Cocales está ubicada en el municipio de Patulul, departamento de Suchitepéquez, en la costa sur guatemalteca. Es propiedad del ingenio Palo Gordo, uno de los más grandes del país, y también el que registra el único sindicato en toda la industria azucarera. El resto de sindicatos han desaparecido, asfixiados por las empresas. 
La finca Cocales está ubicada en el municipio de Patulul, departamento de Suchitepéquez, en la costa sur guatemalteca. Es propiedad del ingenio Palo Gordo, uno de los más grandes del país, y también el que registra el único sindicato en toda la industria azucarera. El resto de sindicatos han desaparecido, asfixiados por las empresas. 




Los cortadores de caña trabajan largas y extenuantes jornadas una vez que los cañaverales han sido quemados. Al momento de ser fotografiado, Martín Quinilla, 22 años, dijo no saber que se encontraba en una finca del ingenio Madre Tierra, municipio de Santa Lucía Cotzumalguapa, en el departamento de Escuintla. “A nosotros solo nos suben a un bus y nos llevan a trabajar a cualquier lado”, dijo.
Los cortadores de caña trabajan largas y extenuantes jornadas una vez que los cañaverales han sido quemados. Al momento de ser fotografiado, Martín Quinilla, 22 años, dijo no saber que se encontraba en una finca del ingenio Madre Tierra, municipio de Santa Lucía Cotzumalguapa, en el departamento de Escuintla. “A nosotros solo nos suben a un bus y nos llevan a trabajar a cualquier lado”, dijo.


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