Internacionales / Violencia

¿Ejecutará Texas a un asesino que no mató a nadie?

¿Jeffery Wood merece ser ejecutado el próximo 24 de agosto en Texas? La suerte de este prisionero sacude más de lo normal a Estados Unidos debido a una controversial ley por la cual este hombre pagará con su vida un homicidio que no cometió.


Viernes, 19 de agosto de 2016
Sébastien Blanc (AFP) / El Faro

El activista de derechos humanos Mark Clements, quien pasó 28 años en la cárcel antes de que se demostrara su inocencia, se manifiesta en Austin (Texas)  por la conmutación de la pena de muerte a Jeff Wood, prevista para el 24 de agosto, y dictada en su contra a pesar de que nunca ha asesinado a nadie. Foto Tamir Kalifa (AFP).
El activista de derechos humanos Mark Clements, quien pasó 28 años en la cárcel antes de que se demostrara su inocencia, se manifiesta en Austin (Texas)  por la conmutación de la pena de muerte a Jeff Wood, prevista para el 24 de agosto, y dictada en su contra a pesar de que nunca ha asesinado a nadie. Foto Tamir Kalifa (AFP).

Washington, ESTADOS UNIDOS. La mañana del 2 de enero de 1996, Jeffery Wood, entonces un joven que acababa de salir de una perturbada adolescencia, estaba al volante de un auto detenido en la calle, mientras su amigo Daniel Reneau se disponía a robar la gasolinera de enfrente.

Renau había planeado apoderarse de la caja fuerte del local, y Wood debía ayudarlo a huir por las colinas de una localidad perdida entre San Antonio y El Paso, en el estado de Texas. Pero el plan se complicó cuando Renau disparó en el medio de los ojos al empleado de la tienda cuando se negó a colaborar.

Al escuchar el disparo, Wood ingresó a la gasolinera y vio la escena del crimen. Bajo las órdenes de su acólito, desmontó el sistema de vigilancia de la tienda y después se marcharon con la caja fuerte y el dinero en efectivo.

Fueron rápidamente identificados gracias a informaciones que la policía obtuvo de testigos y fueron arrestados al día siguiente. Para desgracia para Wood, entonces de 22 años, 43 en la actualidad, en Texas rige una ley que es tan original como represiva, conocida como Law of Parties [Ley de las partes].

Según esta normativa, poco importa si un sospechoso mató o tuvo la intención de matar, la sola existencia de un plan criminal al que estuvo vinculado y la posibilidad de que este derive en un homicidio es suficiente para que tenga la misma condena que aquél que disparó el gatillo.

Mi hermano no mató a nadie”

Como consecuencia, Reneau y Wood fueron condenados a la máxima pena, el primero fue ejecutado en 2002. Texas encabeza por mucho el número de ejecuciones entre los 31 estados del país que aplican esta condena.

Pero incluso en Texas, la pena capital de Jeffery Wood, quien tiene el coeficiente intelectual de un niño, es una excepción. “Nunca vi una ejecución en Estados Unidos con este nivel tan bajo de culpabilidad como la de Wood”, dice a la agencia AFP su abogada Kate Black.

En una editorial el jueves, el diario The New York Times calificó la Law of Parties como una “ilustración grotesca de la completa arbitrariedad de la pena capital”. “La única justicia verdadera consistiría para Texas en deshacerse de esa ley y salvar la vida de Wood”, estimó el diario.

“La pena de muerte se supone que debe ser reservada a lo peor de lo peor, a los crímenes más abominables”, dice de su lado la hermana de Wood, Terri Been. “Pero mi hermano no mató a nadie, él no estaba en el edificio o cuando ocurrió, no conspiró para matar a nadie, él ignoraba que (Reneau) portaba un arma de fuego”, explica la mujer.

El equipo de defensores de Jeff Wood acudió a la corte penal de apelaciones de Texas e interpuso otro recurso ante la Comisión de Indultos y Liberaciones condicionales del Estado con una mínima esperanza de lograr un aplazamiento en la aplicación de la inyección letal.

Con la fecha fatídica tan cercana, el comité de apoyo al prisionero, centrado alrededor de su familia, remueve cielo y tierra. Una petición en línea acumula más de 7,000 firmas a su favor y se realizó una concentración el jueves ante el Capitolio de Austin, capital de Texas.

“¡Jeffery Wood tiene sólo una hija y soy yo!”, escribió su hija Paige, en un comunicado. “Fui privada (de él) por un crimen cometido por otro. ¿Debo seguir siendo castigada así?” Medio centenar de representantes religiosos enviaron una carta pidiendo el indulto de Wood al gobernador de Texas, Greg Abbott. Todo se definirá en los próximos días.

© Agence France-Presse

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