Internacionales / Política

Trump, el candidato

Donald Trump hizo estallar en pedazos la corrección política y dejó en evidencia a un Partido Republicano, en carne viva como consecuencia de sus profundas divisiones. Esta semana, en la convención nacional del Partido Republicano celebrada en Cleveland, el histriónico Trump se ha convertido oficialmente en candidato a la presidencia del país más poderoso del mundo.


Jueves, 21 de julio de 2016
Brigitte Dusseau (AFP) / El Faro

El multimillonario Donald Trump, de 69 años, anunció que va a entrar en la carrera por llegar a la Casa Blanca. Foto AFP / KENA BETANCUR
El multimillonario Donald Trump, de 69 años, anunció que va a entrar en la carrera por llegar a la Casa Blanca. Foto AFP / KENA BETANCUR

Cleveland, Ohio, ESTADOS UNIDOS. Exagerado, impulsivo, polémico y sin experiencia política, Donald Trump parecía no tener ninguna de las cualidades necesarias para ser el candidato del partido Republicano a la elección presidencial de noviembre en Estados Unidos.

Pero al fin de una campaña absolutamente atípica, llena de discursos rudos sobre la inseguridad de los estadounidenses, el millonario neoyorquino de 70 años despedazó a otros 16 adversarios en las elecciones primarias.

Hasta junio del año pasado, cuando sorprendió a todos al lanzar su candidatura, era conocido por sus emprendimientos inmobiliarios, sus campos de golf y sus casinos, su peinado y sus espectaculares divorcios, además de un programa de televisión donde se hizo célebre por despedir a empleados.

En la campaña, el hombre conocido por su ego sobredimensionado, mostró también ser un formidable animal político.

Imprevisible

El ahora candidato a la presidencia de Estados Unidos parece no tener pelos en la lengua, y nada le importa, especialmente cuando ataca a sus adversarios.

Miles y miles de estadounidenses, en su mayoría blancos, se reúnen para deleitarse con sus discursos, en los que arremete contra los políticos tradicionales, contra la prensa, contra la globalización, contra los inmigrantes o contra los musulmanes.

Para todos los problemas complejos del mundo, ofrece soluciones simples, como su idea de construir un gigantesco muro en la frontera con México –a ser pagado por los mexicanos, obviamente– para impedir la inmigración clandestina.

Con el mismo impulso, habla de expulsar de Estados Unidos a 11 millones de inmigrantes clandestinos, de hacer retornar al país a empresas estadounidenses que fueron a crear empleos en el extranjero, o de combatir el terrorismo vetando la entrada de musulmanes al país. Ante la ola de tensión racial que sacude al país, se presenta como el candidato del “orden público”.

Para la algarabía de sus seguidores, Trump se presenta como el salvador de un país que considera moribundo y que se convirtió en el hazmerreír del mundo.

Esos seguidores se sienten inspirados al escucharlo, y desean creer que sabrá resolver todos los problemas del país.

Trump, un millonario que financió su campaña en las elecciones primarias de su propio bolsillo, les parece un hombre incorruptible, comparado a otros candidatos apoyados en una multitud de grupos interesados.

A su alrededor, todo es puro glamour. Sus dos hijas y sus hijos, casi todos metidos de lleno en la campaña, están impecablemente vestidos las 24 horas del día. El candidato habita un departamento triplex, obviamente situado en la Torre Trump, de Nueva York, y se mueve por el país en su avión privado Boeing 757.

Presencia mediática

Con su ya célebre peinado, Trump tanto fascina como inspira miedo. Pero al mismo tiempo, sus declaraciones belicosas y su espontaneidad contrasta abrumadoramente con el discurso de su adversaria, Hillary Clinton, dueña de un discurso estudiado milimétricamente, y eso le ha garantizado una enorme cobertura de televisión.

Trump fue un demócrata hasta 1987, Republicano (1987-1999), luego miembro del Partido Reformista (1999-2001), demócrata nuevamente (2001-2009) para retornar al Partido Republicano.

Nacido en Nueva York, desde joven fue enviado a una escuela militar para tratar de calmar su temperamento volcánico. Después de realizar estudios sobre comercio, se sumó a la empresa familiar de promoción inmobiliaria.

Según contó más tarde, comenzó su vida empresarial después que su padre le dio “un pequeño préstamo de un millón de dólares”.

En 1971 asumió el control de la empresa de su padre. Pero si hasta entonces la empresa construía casas para la clase media, a partir de ese momento prefiere las torres de lujo, los hoteles con casino y campos de golf desde Manhattan a Bombay.

Aficionado a la lucha libre, en su carrera empresarial ha sido el objetivo de decenas y decenas de procesos judiciales.

Trump se ha casado tres veces: dos modelos y una actriz. Tiene cinco hijos y ocho nietos.

Para conocer los detalles de su programa de gobierno, aún será necesario esperar. “Queremos ser imprevisibles. Debemos ser como jugadores de póker o de ajedrez”, dijo recientemente, alegando que pretendía evitar que los enemigos y aliados de Estados Unidos sepan en qué está pensando.

© Agence France-Presse

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.