El Salvador / Violencia

Belloso quería ser policía

José Mario Belloso tiene trayectoria como activista político y empezó en el FMLN. Su primer trabajo partidario era de pinta y pega en la campaña presidencial de 1999. No terminó el bachillerato, perteneció al Movimiento Renovador y fue concejal de la alcaldía de Mejicanos. Su padre es un jubilado que trabajó en una maquila y su madre cosmetóloga, ambos evangélicos.


Lunes, 10 de julio de 2006
Daniel Valencia Caravantes
De la casa que hasta hace un año habitaba José Mario Belloso Castillo sobresale una varilla de unos 12 metros de altura. Ondeando en la punta, las hilachas de lo que fue una bandera roja con las letras F-M-L-N y una estrella blanca se mueven lento, muy lento.
 
En la mañana del miércoles cinco de julio, este hombre de 29 años tomó un fusil M-16 y arremetió en contra de agentes de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO). Por este hecho, las autoridades de seguridad lo acusan de ser el principal responsable de la muerte de dos agentes y de haber dejado heridos a otros diez.
 
La principal prueba en contra de él son las imágenes captadas por las cámaras de televisión y las fotográficas de los medios impresos, justo al momento en que dispara, y en los minutos previos a la balacera: la misma ropa, la misma gorra, la misma pañoleta roja.
 
“Si cuando él era chiquito quería ser policía y mire ahora lo que pasó. Para nosotros fue sorpresa ver semejante cosa… como salió”. Con esta frase, Magdalena del Rosario Castillo, madre del hombre más buscado en El Salvador, resume el sentir de su familia, originaria de San Ramón, Mejicanos.
 
Parada a la par de su esposo, José Mario Belloso, expresa el golpe de ver a su hijo portando un arma de fuego, aunque se niega a admitir que él haya asesinado a dos policías y herido a otros diez.
 
“Siempre le dijimos que meterse en esas cosas no lo iba a llevar a nada bueno”, dice. “Él empezó en eso así como todos esos cipotes locos que salen marchando y gritando. Nosotros siempre le dijimos que quien está en el partido que va contra el gobierno nunca está bien”, agrega.
 
Belloso disparó un fúsil M-16 en medio una protesta en contra del alza del pasaje que se suponía pacífica. El Ministerio de Gobernación ofrece una recompensa de $10 mil dólares por su captura. Según las autoridades, Belloso era miembro del Bloque Popular de la Juventud (BPJ).
 
“Un vez me dijo que estaban locos los que lo entrenaban”, dice un amigo de Belloso que trabajó con él cuando se estaba fundando el Bloque. Este ex fundador del BPJ es también ex militante del FMLN y asegura que Belloso se atrevió a disparar un M-16 porque recibió órdenes.
 
“He ido a entrenar por estos locos que están con la tesis de que se viene un levantamiento militar”, parafrasea el ex compañero de militancia de Belloso. Pidió el anonimato porque teme represalias de los amigos de la “Brigada El Limón”, a la que se supone dirige Belloso. “Todos los de la Brigada El Limón son bien unidos y hay que tener cuidado”, explica.
 
Belloso, dice, andaba contando que había recibido entrenamiento militar en la isla Montecristo, en Jiquílisco. “En el local de la UNTS (Unión Nacional de Trabajadores Salvadoreños) llegaba un encapuchado a darle teoría revolucionaria”.
 
De estudiante a militante político
 
José Mario Belloso creció y vivió la mayor parte de su vida en una comunidad de clase media baja de Mejicanos, junto a sus cinco hermanos y sus padres. Es el segundo hijo del matrimonio compuesto por un ex empleado de una maquila estadounidense radicada en El Salvador –“me despidieron y no me dieron mi pensión porque no tengo la edad suficiente. Contra ese tipo de cosas lucha mi hijo”, dice el padre de José Mario, de 49 años-, y de una cosmetóloga.
 
Criado bajo los preceptos de la religión evangélica, del grupo “Palabra Viva”, sus padres lo tildan como una persona tranquila, seria e incapaz de hacer daño a otro ser humano.
 
“Porque lo educamos en la palabra de Dios y en el precepto de que no se le puede hacer daño a los demás. Desde que se metió en eso de la política incluso iba un par de veces con nosotros al culto”, dice su padre.
 
Belloso cursó toda su enseñanza primaria y secundaria en el Colegio Julio Verne de Mejicanos. “Después estudió el primer año en un colegio para enfermeros pero se salió. No lo terminó. Entonces lo metí a que aprendiera un oficio”.
 
Según cuenta su madre, para 1999, Belloso, entonces de 22 años, tomó una decisión con la cual sus padres estaban en completo desacuerdo. “Yo nunca estuve de acuerdo con que perteneciera a esos grupos. Nosotros en nuestra religión sabemos que no hay mano humana que detenga esta situación que hay ahora. Él contestaba que no hay porque quedarse callado, que poco a poco se pueden arreglar las cosas, siempre que haya más voces que presionen… Usted sabe que a una persona adulta es difícil decirles que es blanco lo que ellos dicen que es negro”.
 
Ese mismo año, Belloso se incorporó activamente en el FMLN. Llegó por recomendación de su primo y junto a “Casetera”, como le apodan a su amigo Luís Antonio Herrador –por no tener los dientes incisivos- , el hombre que estaba atrás de él mientras disparaba con el fúsil M-16, empezó su militancia trabajando por la campaña presidencial de 1999.
 
Su trabajo consistía en participar en las caravanas, pintar y pegar propaganda con el comando de campaña que acompañaba a la ex diputada al Parlamento Centroamericano y candidata a la vicepresidencia, Nidia Díaz. “Su participación política era más logística”, comenta el ex BPJ.
 
Belloso también estuvo apoyando comandos de campaña de varias tendencias dentro del FMLN. Luego de que el Frente perdiera la presidencia, en marzo de 1999, se relacionó con el Movimiento Renovador de Facundo Guardado. Ahí trabajó muy de cerca con la ex gerente de la alcaldía municipal de San Salvador Carolina Recinos, a quien llamaba “Madrina”.
 
En ese momento fue propuesto para concejal de la alcaldía de Mejicanos. “Ya había empezado a nacer la brigada El Limón, de San Ramón, siempre andaban repitiendo que eran los más ácidos”, cuenta la fuente ex BPJ.
 
“Él nos vino a decir que estaba en la lista para concejales de Mejicanos y nosotros le decíamos que él podía ser simpatizante de algo pero que al final no va a cambiar nada. Siempre platicábamos que estar en eso no le iba a traer consecuencias buenas”, comenta su padre.
 
Magdalena, sin embargo, dice que en el 2000, año en que se realizaron elecciones municipales y legislativas, en toda la colonia hubo un apoyo completo hacia la candidatura de Belloso para optar un cargo municipal. “Nos dimos cuenta porque él nos dijo. Todos los vecinos y amigos lo ayudaban a él y todos, creo que al final, teníamos aceptación por lo que él hacía. Y es que si usted pregunta casa por casa en esta zona se dará cuenta que aunque hay pocos militantes así como era él, todos tienen sus preferencias, pues”, dice.
Según su padre, Belloso incluso era “muy querido” en algunas zonas marginales del municipio de Mejicanos porque era el primero en salir a prestar ayuda, en la época en que fue concejal, para las zonas más dañadas por los desastres naturales. El ex compañero de Belloso cuenta que durante su estancia en el concejo municipal de Mejicanos, José Mario siempre gestionó fondos para las brigadas de rescate.
 
El 12 de diciembre de 2002, cuando era alcaldesa María Tomasa del Cid, el concejo municipal de Mejicanos acordó destituirla del puesto. Belloso estaba entre los concejales que votó por destituir a la funcionaria bajo las acusaciones de peculado y malversación. Según la demanda que presentó a la Corte Suprema de Justicia los concejales contradijeron la constitución a retirarle las facultades legales como funcionaria pública y de elección popular.
 
Cuando el alcalde de Santa Tecla Óscar Ortiz compitió por la candidatura a la presidencia contra Schafik Hándal, en 2003, Belloso y la Brigada el Limón apoyaron un cambio de timón en el FMLN. Dos efemelenistas aseguran que cambiaron de opinión luego de perder confianza en la llamada “Fuerza por el Cambio”, liderada por el alcalde tecleño.
 
Un año más tarde, Belloso formaría parte de la estructura jerárquica del partido de izquierda. “Benito Lara, -coordinador departamental de San Salvador- lo convenció de meterse. Por eso se metió en la planilla de la Directiva Departamental”, cuenta el que fuera miembro de la juventud efemelenista.
 
En las elecciones internas de 2004, cuando Óscar Ortiz perdió la competencia por dirigir al partido, Belloso ganó un puesto en la directiva departamental de San Salvador.
 
José Luis Merino, dirigente del FMLN, confirma que el acusado tuvo un cargo en la juventud del partido, pero que fue separado en noviembre del año pasado. El efemelenista asegura que se puede demostrar que Belloso fue sustituido del cargo que tenía en la juventud del FMLN por conductas irregulares.
 
Las palabras de Merino contrastan con el discurso que manejaban los diputados efemelenistas el jueves 6. Ese día, ningún diputado admitió la vinculación de Belloso en el partido.
 
La dirigente del Bloque Popular Social y diputada suplente del FMLN, Guadalupe Erazo, incluso dijo que no conocía a ninguno de los dos sujetos que aparecían en las imágenes del enfrentamiento entre manifestantes y policías.
 
“Que se investigue, no voy a responder a eso ahorita. Todo lo que sucedió ayer debe investigarse, y debe castigarse a los culpables. Estamos en contra de todo tipo de violencia. No los conozco, no sé quiénes son”, dijo.
 
El sábado 8, luego de una reunión que sostuvo la Comisión Política del FMLN, Sigfrido Reyes, vocero del partido, confirmó también la militancia de Belloso.
 
“Dentro de la juventud del FMLN se le desautorizó porque no expresaba un compartir de la visión y estrategia del trabajo del FMLN”, dice.
 
De sus diferentes trabajos dentro y fuera del partido sus padres dicen desconocer “todo”. “Usted sabe cómo son los hijos, le pueden decir a uno que van a un lado pero después van a otro”, explica su madre.
 
Su padre se queja de “este tipo” de grupos formados por jóvenes porque, según él, son usados sólo como carne de cañón por otros líderes que nunca se atreven a dar la cara, y dice que la última vez que vio a su hijo fue hace unos “cuatro o cinco meses. Y hablamos precisamente de eso. Ahora no sabemos cómo se encuentra, en dónde está, si está bien o no”.
 
Esta pareja dice que no aprueba en ningún momento la muerte de los policías y comprender el dolor de los familiares. Pero dejan abierta la mínima posibilidad de que no haya sido su hijo el asesino de los oficiales.
 
“No estuvimos ahí”, dice el padre. “Las imágenes ahí están, pero así como ahí sale que él disparó pudieron ser otras las balas que mataron a los policías, o pueden ser imágenes falsas, pudieron haber sido los francotiradores de la misma PNC”.
 
Magdalena opina lo mismo, aunque no puede negar que vio a su hijo disparar un arma de guerra y huir de la escena portando el arma. Luego recuerda la última vez que le vio. “Fue hace como un mes. Vino como cada semana a dejar el dinero y la compra del súper para sus hijos. Tiene una niña de 10 años y un niño de ocho. Yo estaba barriendo ahí enfrente y lo único que nos dijimos fue adiós”.
 
*Con reportes de Sergio Arauz
logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.