Internacionales / Política

'Hay incertidumbre en Colombia por lo que otras fuerzas violentas estén pensando'

La periodista Ginna Morelo dice que aunque Colombia ha logrado el cese al conflicto armado con las FARC, todavía quedan muchas interrogantes sobre cómo pueda actuar la guerrilla del ELN, los paramilitares, narcotraficantes y bandas criminales. De fondo, sin embargo, la paz da esperanza para un puebo que ha vivido 50 años en un conflicto con la guerrilla más longeva del continente. 

 


Lunes, 27 de junio de 2016
El Faro

Ginna Morelo es editora de la unidad de datos del periódico colombiano El Tiempo y es presidenta de Consejo de Redacción, organización que promueve el periodismo de investigación en Colombia. En esta entrevista concedida a El Faro Radio, Morelo perfila los acuerdos de cese al conflicto alcanzados en La Habana, Cuba, el pasado 23 de junio. 

En positivo, Morelo destaca que la noticia del cese del conflicto, de la dejación de las armas por parte de la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), es un escenario esperanzador para el pueblo colombiano. La sola posibilidad de un fin al conflicto con la guerrilla más longeva del continente abre las puertas para un mejor futuro para esta y las nuevas generaciones. Sin embargo, la periodista plantea que hay incertidumbre por cómo puedan llegar a reaccionar las 'otras fuerzas violentas' con mucho poder y presencia territorial. En concreto menciona la incertidumbre que genera lo que estén pensando grupos paramilitares, los narcotraficantes, las bandas criminales y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Colombia ha estado muy dividida en las calles sobre la conveniencia o no de estos acuerdos de paz, y tenemos que preguntarte: ¿tú estás contenta con los acuerdos?
Como ciudadana colombiana, no quisiera decir que como periodista, tengo una fe profunda en lo que está ocurriendo en el país en este momento por dos razones primordiales. La primera de ellas es porque hoy escuchamos cosas absolutamente concretas con relación al punto tres de los acuerdos sobre el fin al conflicto. Que nos expliquen que va a haber dejación de armas, zonas de concentración y cese bilateral del fuego. Es realmente esperanzador para un país que ha sufrido por más de 50 años la guerra, con específicamente un actor armado como las FARC. La segunda razón por la que uno se siente esperanzado es lo personal. Es imaginar que está muy cerca la posibilidad de que las generaciones que nos siguen van a poder tener la expectativa mucho más despejada de vivir en un país distinto. No puedo dejar de imaginar, de sentir como mamá de un chico de 12 que va a poder vivir en un mejor país para él y para los que vienen.

En resumen, te resulta esperanzador. ¿Tienes alguna reserva?
Ahora sí habla la periodista: Sin duda alguna tengo reservas. Hoy de alguna forma pudimos escuchar el día D, cuándo será el día D, porque nos están hablando de que a partir de la firma definitiva que será en Colombia, ya no será en la Habana, se desarrollará un proceso de 180 días, 6 meses, dentro de los cuales se realizará la implementación. En esa implementación es cuando nos surgen esas inquietudes. Pues ya nos hablan de 23 zonas bredales, transitorias y de ocho campamentos de concentración. Entonces, tú empiezas a imaginarte cuál será todo ese país en donde se concentrará la guerrilla y lo que significa eso en terreno frente a la presencia evidentemente de otros actores armados en Colombia. Hablemos del ELN, de las bandas criminales. Hablemos de los grupos de narcotraficantes. Hablemos de todos los grupos paramilitares que de una u otra forma se rearmaron durante los procesos que se llevaron a cabo en el país en 2016. Hay una gran incertidumbre por lo que otras fuerzas violentas en Colombia puedan estar pensando en estos momentos sobre lo que ocurre. Por otro lado, se tiene un reto enorme cuando se habla de un proceso de transición y yo me pregunto como periodista, ¿los empresarios colombianos cómo vacogerán todo este escenario de reintegración de la guerrilla y cuáles serán las reales oportunidades para ellos para que podamos estar próximos a una reconciliación? Lo que hay es una gran inquietud de fondo, pero es de todas formas una inquietud que está soportada también en una gran alegría por lo que está ocurriendo. Hoy definitivamente marca un nuevo momento y eso hay que reconocerlo. Nunca antes habíamos estado tan cerca de por lo menos lograr un acuerdo con el grupo mayoritario que hace la guerra en Colombia y es la guerrilla más vieja de América Latina.

¿Cuáles son las causas originarias del conflicto en Colombia para reflexionar si de alguna manera los acuerdos resuelven las causas iniciales del conflicto?
Varios expertos, historiadores, entre quienes destacan el profesor Alejandro Reyes, han coincidido en que el conflicto en Colombia es una disputa por la tierra y una diputa por la tierra entendida como un conflicto de proporciones agrarias bastante notorias. Hablamos de la conformación de grupos que se alzaron frente al estado colombiano. En la mitad del siglo pasado, lo hicieron justamente por una repartición inequitativa de la tierra por un fenómeno violento de acumulación de propiedades por parte de un sector del estado colombiano. Cuando ellos se agrupan en una zona en Colombia, conocida como la cordillera ancestral, en los departamentos entre Utila y Tolima, casi que el centro del país. Lo que envían al resto de los  colombianos es un grito herido, de una reclamación de alguna manera inspirada y legítima. La respuesta del estado es considerarlos alzados en armas cuando ocurre la primera gran confrontación en una zona, luego posteriormente en 1964, si la memoria no me falla, se da la primera asamblea de creación de las FARC. Aquí está el semen la disputa por la tierra, algo que nos sitúa comparativamente en muchos de los conflictos vividos en muchos países latinoamericanos.

Dentro de los componentes de los Acuerdos, ¿consideras que este componente de la disputa por la tierra, el conflicto agrario, está contemplado y avanza Colombia para resolverlo?
Uno de los puntos acordados tiene que ver específicamente con el campo y se está planteando unas reformas estructurales que le dan origen a nuevas entidades que van a administrar todos los procesos de organización del campo, de la tierra y de la productividad en Colombia. Estamos a las puertas de unas decisiones de fondo que nos van a situar frente a la creación de una nueva institucionalidad. Nosotros queremos creer que funcione. Debemos hablar con certezas y con realidades: Colombia enfrentó unos fenómenos de corrupción y los sigue viviendo muy enquistados alrededor de entidades que manejaron el derecho a la propiedad como del antiguo instituto INCORA, que adjudicaba territorios, que por cometer demasiadas irregularidades y ligerezas avivó el conflicto que existía entre campesinos y otros sectores de la población. Entonces el acuerdo está implementado, lo que viene va a ser de una magnitud tremenda y de unos niveles de compromiso por parte del estado bastante grandes que a todos nos tienen inquietos, preocupados, pero queremos creer que nos vamos a enrutar por buenos caminos, por el bien del país.

Lo discutido hasta ahora por las partes ha caminado por seis ejes que incluyen asuntos relativos a las drogas, el tema de víctimas y la participación política de miembros de las FARC. Para tratar de hacer un resumen, ¿cómo caracterizarías los acuerdos logrados hasta ahora?
Básicamente lo que hemos visto es que estamos frente a acuerdos que contemplan reformas estructurales en tema de campo, una revisión profunda sobre temas que tienen que ver con la participación política y hoy vimos algo muy interesante sobre lo cual no teníamos claridad: las FARC dijeron 'nos vamos a acoger a la participación política que determine el estado y que verifique el aporte'. Eso es muy importante porque están aceptando la institucionalidad creada para estos temas. Otro punto que acabas de mencionar es todo el tema de drogas. Ahí hay un desafío mayúsculo. Hablamos de sustitución y desarticulación de cultivos ilícitos en Colombia para efectivamente combatir el narcotráfico, pero generar oportunidades de sostenibilidad para campesinos y para el país. Hablamos de políticas de territorio donde tiene que hacer presencia el estado. Ha generado demasiado conflicto en muchas zonas. Estamos mirando todo lo que tiene que ver con la atención a las víctimas, que sin duda vimos hoy que hay un compromiso real. Hay la creación de una Comisión de la Verdad que no tiene un vestido jurídico, pero que nos va a enmarcar en un proceso interesante de conocimiento y esclarecimiento de la verdad y la participación de las víctimas mirada desde el género, que fue una dura batalla que dieron algunas personas, víctimas que fueron hasta la Habana a decir cómo debía ser tomada en cuenta toda esta población, en especial las mujeres dentro del esclarecimiento de la verdad de los crímenes cometidos en Colombia. Eso un poco el panorama de lo discutido en la Habana.

Las conversaciones empezaron con Álvaro Uribe, pero él se ha convertido en un férreo opositor a este proceso. ¿Por qué?
Con tristeza tenemos que mencionar que durante estos cuatro años de negociaciones Colombia se vio sumergida en un escenario de polarización absoluta entre quienes estaban a favor de las FARC y quienes están en contra, los Uribistas. No están de acuerdo con la manera en la que se está pactando la paz, aceptando demasiadas prebendas para la guerrilla.

¿De qué tipo son las razones? ¿Morales o legales?
Creo que hay de los dos argumentos. Hay una argumentación de tipo legal y recordemos lo que estaba diciendo hace un momento: el gobierno de Álvaro Uribe hizo un combate férreo en contra de la guerrilla argumentando que el país no se podía arrodillar frente a los que hacían la guerra. Había discusiones argumentativas sobre que en Colombia no había conflicto. Recordemos que Uribe no quiso aceptar que Colombia vivía un conflicto. Pero hay argumentos de tipo legal cuando se habla de la participación política sobre el plebiscito y sobre el mecanismo de refrendación de los acuerdos. Ellos están hoy promoviendo un movimiento llamado de Resistencia Civil, que pretende recoger firmas, para que no se refrenden los acuerdos que se acaban de firmar, de pactarse, que solo estarán en firme cuando se firmen los acuerdos en Colombia. Es una postura muy fuerte de parte de los uribistas.  

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.