Al final de la tarde del lunes 25 de abril, un día antes del Enade, el presidente saliente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Jorge Daboub, viajó 70 kilómetros hasta el aeropuerto Monseñor Óscar Arnulfo Romero para recibir al exjefe del gobierno español (1998 – 2006). A diferencia de la primera vez que José María Aznar visitó el país –en tiempos del gobierno del expresidente Francisco Flores- en esta ocasión fue recibido sin honores. En las calles no hubo propaganda oficial anunciando su venida y, en cambio, funcionarios de gobierno, medios de comunicación, pero sobre todo las redes sociales y varios sitios digitales que sirven de megáfonos para los discursos del FMLN, destacaron la ironía con la cual los empresarios armaron un evento para hablar del combate a la corrupción, pero donde el ponente principal sería un expresidente español acusado de evadir impuestos y vinculado a dos tramas de corrupción en su propio país.
El lema del Enade 2016 'Honestos versus corruptos, El Salvador libre de corrupción' también sirvió otra ironía para un país en el que desde 2009, cuando la izquierda representada por el FMLN llegó al poder, la corrupción es corrupción solo si se sospecha que fue cometida en los 20 años de los gobiernos de derecha (y desde el otro lado la lógica es la misma: la corrupción es corrupción solo si se sospecha que ha sido cometida en los siete años de la izquierda al poder). Históricamente vinculada a la derecha política, la clase empresarial de El Salvador se vistió de gala para hacer un guiño contra los actos oscuros del gobierno de izquierda, pero el tiro terminó saliéndole por la culata.
Afuera del hotel Sheraton Presidente de la Zona Rosa capitalina, el parqueo se agotó rápido. A la entrada, centenares de empresarios, de la crema y nata económica del país, se abrieron paso entre los manifestantes, quienes les achacaron evasión de impuestos. “¡Bienvenidos al paraíso fiscal, Evade 2016!”, ironizaron los protestantes usando las siglas del Enade (Encuentro Nacional de la Empresa Privada).
Cualquiera con un leve conocimiento de la historia política reciente del país hubiese reconocido, de manera sencilla, a algunos de los asistentes estrella que desfilaron por los pasillos del hotel. Figuras públicas que cobraron notoriedad por sus pasos como funcionarios durante las administraciones del partido Arena, y que luego fueron señalados por ser protagonistas en las supuestas tramas de corrupción de los últimos tiempos. Al Enade asistió, por ejemplo, Guillermo Sol Bang, expresidente de la estatal Comisión Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), quien fue acusado de colaborar en una supuesta trama irregular en la concesión de explotación de energía geotérmica a favor de la italiana Enel Green Power. Sol Bang fue señalado por la Fiscalía General de la República de liderar una defraudación de 1 mil 800 millones de dólares, pero tras dos años y medio en litigios, la Fiscalía hizo un giro de 180 grados en la acusación fiscal, y los jueces otorgaron un sobreseimiento definitivo porque el delito cambió de peculado doloso a peculado culposo. El nuevo delito -definido a última hora entre las partes- ya había prescrito. Por ahí también pasó Arnoldo Jiménez, quien favoreció con un contrato de 10 millones de dólares a una empresa sin experiencia para que instalara 100 centros de cómputo en el país, de los cuales al final solo instaló 40. El caso nunca ha llegado a juicio, pese a la denuncia que hiciera el expresidente Mauricio Funes.
En el hotel sede del Enade también desfilaron algunos de los que han denunciado corrupción y se desilusionan con estos encuentros convocados para discutir de manera seria el tema. “Puede ser desalentador en algunas ocasiones”, dijo a El Faro Roberto Burgos, un abogado que por años trabajó en las oficina de Asistencia Legal Anticorrupción (Alac) de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), una oenegé vinculada a la izquierda política. “En este Enade vimos que ni siquiera hubo un representante del Órgano Ejecutivo, no debería ser un punto de discusión la necesidad de dialogar sobre un problema real. Existe mucha polarización entorno a la corrupción, se ataca la corrupción del contrario pero no se reconoce la de las propias organizaciones”, añadió.
Burgos terminó renunciado a su trabajo como director Alac en enero de 2016 por presiones de miembros de la junta directiva de la Fundación. El trabajo que hizo durante tres años lo llevó a solicitar información a instituciones de gobierno, y Burgos considera que solicitar información sobre el estado de la salud del presidente Sánchez Cerén le causó problemas. En su carta de renuncia, en enero, Burgos escribió que lamentaba que su trabajo fuera del desagrado de algunos directivos de la Fundación. En sus informes anuales, Alac denunció que instituciones como la Presidencia, la Asamblea Legislativa o el IPSFA eran de las instituciones más oscuras en cuanto a libertad de acceso a la información, en estos tiempos gobernados por el FMLN.
“Muchas veces este tipo de eventos se quedan en eventos protocolarios en los cuales no se tocan temas de naturaleza primordial, como por ejemplo, la protección a los informantes o las estrategias oscuras para acaparar contratos del Estado, queda mucho por hacer”, dijo Burgos, quien ahora trabaja para la fundación Democracia, Transparencia, Justicia (DTJ) dirigida por Claudia Umaña, una de las integrantes del Grupo Promotor de la Ley de Acceso a la Información, aprobada en 2011, y exjefa del departamento de estudios legales de Fusades, un tanque de pensamiento vinculado al sector privado y a la derecha política del país.
En el lobby del hotel, antes de que arrancara el encuentro, entre quienes esperaban a Aznar en primera fila estuvo la exvicepresidenta del país, actual diputada de Arena y vicepresidenta de la Asamblea Legislativa, Ana Vilma de Escobar. Refiriéndose a los manifestantes que gritaban consignas afuera del evento, ella bromeó con los periodistas que la rodeaban: “Ya le dije a los protestantes de allá afuera –dijo,con una sonrisa en el rostro- que a quien me difame le va a pasar igual que a Marcos Rodríguez”.
La diputada se refería al secretario de Transparencia del gobierno, a quien ha demandado por difamación, luego de que este la acusó de coadministrar irregularmente un fondo especial para ayudar a empresas durante la administración del expresidente Antonio Saca. La denuncia de Rodríguez surgió después de una demanda del ministerio de Economía ante la Fiscalía en la que se denuncia que con ese fondo especial se malversaron 20 millones de dólares.
Marcos Rodríguez fue uno de los funcionarios de este gobierno que más ironizó con la venida de Aznar al país. “Sus experiencias en este tema (corrupción) han sido interesantes”, dijo, citado por el Diario1. Rodríguez, otrora investigador de la Funde, se convirtió durante el primer gobierno del FMLN en subsecretario de Transparencia, un cargo que prometía un cambio radical en favor de la transparencia desde el Ejecutivo, en 2009. Su papel y su peso, sin embargo, comenzó a desdibujarse en el primer semestre de Mauricio Funes al poder, cuando el mismo Rodríguez se declaró incompetente para exigir transparencia al expresidente Funes en el primer caso irregular de su gestión. Funes maniobró para que la Casa Presidencial y otras 17 oficinas adscritas al Ejecutivo contrataran los servicios de publicidad de Polistepeque, una agencia creada por Joao Santana, amigo de Funes y quien condujo su campaña presidencial. Santana hoy está en Brasil, acusado en la trama de sobornos de Petrobras que tiene contra las cuerdas al gobierno y a la presidenta Dilma Roussef. Funes, en El Salvador, ahora también tiene en contra un juicio por enriquecimiento ilícito y Rodríguez, convertido en Secretario de Transparencia, es quien quizá más despotrica en redes sociales contra la corrupción de los gobiernos de Arena, contra los empresarios evasores de impuestos… Pero que matiza los casos señalados contra su gobierno o en los casos en los que han salido vinculados funcionarios o dirigentes del FMLN.
“Espero que en ENADE de ANEP se discuta el caso de la elusión fiscal y los paraísos fiscales, dado que hablan de un país libre de corrupción. Si sólo discute lo que tendría que hacer el gobierno, entonces estamos en un problema de falta de transparencia y falta de ética”, dijo Rodríguez en una entrevista televisiva.
Rodríguez, el secretario de Transparencia, es el primer defensor de una postura gubernamental que va en contra de la transparencia, y de la cual ha intentado sacar provecho el gremio empresarial representado en ANEP: la denegación de los gastos de publicidad de la presidencia y de los informes de los viajes de los presidentes Sánchez Cerén y Mauricio Funes. Este último, además del caso Polistepeque y su juicio por enriquecimiento ilícito, también está vinculado en una cadena de favores a empresas de Miguel Meléndez y a la madre del hijo menor del expresidente, Ada Mitchell Guzmán, através de empréstitos de un banco estatal.
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Aznar entró al hotel flanqueado por cámaras y docenas de personas que le hacen una especie de corte para abrirle paso. Entre ellos, diputados de Arena, y directivos de la ANEP. Atrás de él, como parte de la misma corte, entra el fiscal general de la República y el presidente del Órgano Judicial.
En el salón principal, una multitud de empresarios esperaban sus palabras. Entre los invitados especiales estaba un grupo de diputados de Arena, el partido que se vio involucrado directamente por la investigación de los desvíos millonarios de donativos de Taiwán. El expresidente Francisco Flores (1999-2004) fue acusado de desviar 10 millones de dólares donados por la república de Taiwán para financiar la campaña del partido Arena para las presidenciales del 2004. En aquella edición electoral, el competidor de Arena era Antonio Saca, un empresario radial que, ironías de la ANEP, también fue presidente de la gremial, y salió de su partido, en 2009, vilipendiado por sus hermanos areneros por supuestos actos de corrupción que nunca se materializaron en una denuncia. Saca, un empresario de radios, no llegó al ENADE, pero en este 2016 un juicio por enriquecimiento ilícito en su contra es parte del contexto en el que se celebró este encuentro anticorrupción.
Entre los invitados al ENADE, de la izquierda política el único que se atrevió a asistir fue el alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, quien desde hace varios años, desde que fue alcalde del municipio de Nuevo Cuscatlán, se atrevió a cuestionar los actos irregulares del primer gobierno de izquierdas. Del resto de la izquierda no asistió nadie, ni el vicepresidente Óscar Ortiz quien ha sido el más cercano al empresariado en este segundo gobierno del FMLN. El gobierno desistió de ir al ENADE, por primera vez en 16 años. Un comunicado de la presidencia de la República, emitido el lunes por la noche, anticipaba el hecho. La presidencia tomó la decisión debido a “reiteradas posturas confrontativas y excluyentes de algunos dirigentes de ANEP”, según decía el comunicado.
Sin eufemismos, el comunicado emitido por la presidencia se refería a Jorge Daboub, el presidente saliente de la ANEP. Ante una petición de El Faro, la secretaría de comunicaciones de la presidencia envió una lista de artículos y de publicaciones en la red social Twitter donde consta que Daboub había lanzado declaraciones, a juicio del gobierno, demasiado altisonantes. La lista incluye diez publicaciones, y por ejemplo, citaban cuando el 6 de abril Daboub escribió en su cuenta @DaboubJorge: “La agenda diaria del Presidente, llena de actividades sin sentido, nos demuestra que los problemas de los salvadoreños no le interesan”, o cuando reclamaba que el gobierno tenía una ideología fracasada o que el gobierno lo que pedía era que todos saltáramos a un precipicio.
Esas fueron las razones oficiales, pero quizá el gobierno no quería prestarse al juego de un evento en el que la denuncia de corrupción estaría cargada solo hacia un lado, el lado del gobierno. Sobre todo cuando en materia de transparencia, quizá el viento nunca haya soplado en contra de la izquierda representada por el FMLN como en este 2016. Ortiz, por ejemplo, se descubrió que mantiene una sociedad con un empresario investigado por la Fiscalía salvadoreña y señalado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de ser un “capo internacional de la droga”, José Adán Salazar Umaña. Su primer presidente, Mauricio Funes, está siendo investigado por enriquecimiento ilícito junto a la actual secretaria de Inclusión Social y exesposa Vanda Pignato, por un monto total de 278 mil dólares. Algunos de los principales dirigentes del FMLN habían ocultado la existencia de ocho empresas en paraísos fiscales a los que Albapetróleos de El Salvador, empresa donde muchos de ellos son directivos, envió 290.6 millones de dólares y así reduce el pago de impuestos al erario salvadoreño.
Más recientemente, los reflectores han apuntado a una de las contrataciones en el Sitramss, uno de los proyectos insignias del segundo gobierno del FMLN que intenta mejorar el transporte público de pasajeros, pues estuvo envuelta en una trama en la que aparecieron sobornos y una empresa que de la noche a la mañana, y sin experiencia, se convirtió en la ganadora de una de los contratos.
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“Soy consciente del mal momento que vive la política en el mundo, y tampoco El Salvador tenía ser una excepción en eso”, dijo Aznar en su discurso ante un país con un contexto sui generis para hablar de corrupción, y en el que un orador como Aznar, con cuentas pendientes en su propio país, puede ser percibido como una triste coincidencia.
Aznar fue vinculado en el caso Bárcenas y en la trama Gürtel, dos investigaciones judiciales que han complicado la imagen del Partido Popular, el partido que él presidió. En el primer caso, ha salido señalado como ideólogo de un sistema de sobresueldos ocultos y receptor de los mismos. En el segundo, Aznar y su familia aparecen como receptores de regalitos, aunque también han implicado funcionarios de su círculo de confianza
“Pero aunque parezca paradójico, en el mundo de hoy, sobran muchas cosas, pero faltan precisamente, políticos. No nos sobra política, nos falta buena política. No nos sobran políticos. Nos faltan buenos políticos”, agregó Aznar, arrancando aplausos del público.
“Falta entender que no se puede ser neutral e indiferente en todo, sino que hay que elegir, hay que decidir, hay que actuar y ser responsables para medir bien el servicio que podemos prestar a nuestras sociedades”, dijo Aznar, quien puede predicar con el ejemplo. Durante su administración, él decidió apoyar a Estados Unidos en su rol contra el terrorismo, y permitió que la CIA planificara en su territorio operaciones para secuestrar a miembros de organizaciones terroristas y llevarlos a cárceles ocultas en el mundo. También avaló que la CIA efectuara 125 vuelos para trasladar a esos secuestrados, entre 2002 y 2005, algo que fue denunciado por organizaciones como Amnistía Internacional y Human Right Watch. Aznar recordó: “Falta política y sobra espectáculo; faltan proyectos políticos serios y de largo alcance y sobra activismo y tacticismo; faltan valores morales profundos y sobran tópicos inútiles. Si las ideas que prevalecen en la política son las fracasadas del totalitarismo y populismo, no habrá en nuestras sociedades regeneración posible”.
Después del discurso de Aznar, el Enade se clausuró y todos los participantes fueron invitados a un coctel junto a la piscina del hotel. El invitado de lujo, el orador anticorrupción, se tomaba fotos con el público.
A su lado, hablando con otros invitados estaba Jorge Daboub, el presidente saliente de la ANEP. Consultado sobre la idoneidad de Aznar como orador principal del Enade, respondió: “De todo lo del PP, él no puede responder por todo, no se le puede señalar a la persona la responsabilidad que pueden pasar en un partido. Todos los partidos pueden tener gente buena o gente mala, y eso es una realidad. Y sobre los vuelos que usted dice, no lo conozco no puedo opinar”.
En el coctel también estaba Federico Hernández, director ejecutivo de la Cámara Salvadoreña de Comercio, y exdirector de la Concultura que autorizó la destrucción de Sitio El Cambio, un sitio arqueológico de primer orden, para favorecer un proyecto residencial del empresario Mario Sol Bang. Por ese caso fueron procesados el empresario y el director de patrimonio cultural, Héctor Ismael Sermeño, subalterno de Hernández. Sol Bang y Sermeño fueron condenados. Para cumplir la condena, Sermeño pidió disculas públicas en periódicos impresos y se le implantaron medidas sustitutivas a cambio de cárcel. Sol Bang fue condenado a pagar 35 mil dólares en concepto de daños, pero 2012 la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia lo absolvió de todos los cargos. La condena contra Sermeño se mantuvo en firme. “No conozco los casos como para emitir una opinión responsable, pero señalamientos a políticos hay por doquier, y mientras no sean vencidos en juicio, no me atrevería a calificar si es cierto o no”, dijo Hernández, y en seguida explicó que el caso más conocido –el de los impuestos no pagados por Aznar- se debió a una simple equivocación del expresidente. “Él no es experto contable”, dijo.
Luego de las fotos, intentamos que Aznar hable:
—Expresidente Aznar, soy periodista, ¿me concede dos minutos para unas preguntas?
El expresidente negó con la cabeza. Esquivo, ante la insistencia, dio un par de palmadas en la mejilla al periodista.
—¿Entrevista? –dijo Aznar- Si es de fútbol, sí.
—Hablemos del Arsenal y luego le hago las preguntas.
—He dicho de fútbol, no de…
En eso llega uno de sus escoltas que dice: “No es el momento”, y Aznar aprovecha, se da media vuelta a saborear un vino en el coctel.
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Dos días después del encuentro de empresarios, la ANEP que armó una gala contra la corrupción eligió a un nuevo presidente. Daboub, el confrontador del gobierno, dejó su cargo para cedérselo a uno de los dos candidatos que se mantuvieron en contienda hasta la semana pasada: Luis Cardenal, excandidato a alcalde de San Salvador y que perdió contra Héctor Silva Argüello, expresidente de la Cámara Salvadoreña de Comercio, exministro de Turismo y uno de los rostros más visibles de las organizaciones religiosas conservadoras.
El otro contendiente era Carlos Guerrero, un exfuncionario del gobierno del presidente Saca. Fue viceministro de Obras Públicas, ministro de Medioambiente y presidente de una de las gremiales más poderosas del país, la de la construcción. Guerrero, a diferencia del estilo de Jorge Daboub, sí construyó puentes con el gobierno de Funes a tal punto que él era uno de los que estaba en la mesa de honor de la inauguración del bulevar Monseñor Romero.
Y pese a que la elección del nuevo presidente de la ANEP incluso llegó formar parte de la cobertura del Wall Street Journal, un periódico de finanzas referente en el mundo, el protagonismo de Cardenal y Guerrero no logró opacar una de las principales debilidades del gremio: las vinculaciones en irregularidades en las que estuvieron involucrados algunos de sus miembros.
Guerrero era viceministro de Obras Públicas, en 2007, cuando el ministerio violó la ley ambiental para la construcción del bulevar Diego de Holguín, rebautizado como Monseñor Romero, una obra impulsada, diseñada y ejecutada -la primera fase- por la cartera dirigida por David Gutiérrez (del gobierno de Saca), pero también por la oficina dirigida por Guerrero. Ese proyecto, por el que se pagaron decenas de millones de dólares, quedó abandonado, y al final el Estado también terminó pagando otras decenas de millones más a la empresa constructora que no había hecho el trabajo. Guerrero salió del MOP y fue condenado por la Corte de Cuentas por haber violado varias leyes y ordenanzas como ministro de Medioambiente, en relación a la construcción del bulevar cuestionado.
Guerrero se retiró de la competencia para la presidencia de la ANEP el martes 26, después de semanas de recibir ataques por su supuesta cercanía con el gobierno de izquierda. Dijo que se apartaba para propiciar que el empresariado se mantuviera unido y lamentó que sus adversarios hayan sacado raja de las palabras de apoyo que el vicepresidente Ortiz le dio en una feria de vivienda, en marzo pasado.
Con Guerrero a un lado, la presidencia quedó servida para Luis Cardenal... quien en su paso por el Ministerio de Turismo (durante la administración Saca), renunció después de que se conociera que, con una empresa familiar, había ganado el contrato para suministrar madera para un proyecto de casas financiado con fondos públicos. Con los años, la Corte de Cuentas exoneró a Cardenal de cualquier ilícito. En 2011, aquello que Cardenal pudo hacer porque la ley no lo prohibía (que una empresa de un funcionario participe de una licitación pública, independientemente de si esta es en otra cartera de estado diferente a la que él dirige) fue reformado en la Ley de Contrataciones y Adquisiciones para que nunca más ocurra.
Ahora Cardenal dirigirá la ANEP -por dos años- y aunque él ha dicho que comenzará su gestión extendiendo la mano para dialogar con el gobierno, también ha dejado claro que continuará con el legado de Daboub en términos de la confrontación verbal que este alcanzó con sus declaraciones. “Si se trata de defender principios, seré igual o peor que Daboub”, dijo.
*Nota del editor: este texto fue revisado en la mañana del sábado 30 de abril y se le corrigieron imprecisiones publicadas en su versión original.
