El Salvador terminó 2015 poniéndole tres dígitos a su tasa de asesinatos, algo que no se había visto nunca durante este siglo en todo el continente: 102.9 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Y con ello el país se granjeó el sello infame de país más violento del mundo.
Con El Salvador como el país más asesino de todos los países que no tienen guerra y de muchos que sí la tienen, los diputados de la comisión de Seguridad Pública de la Asamblea Legislativa tuvieron su primera sesión de trabajo.
El diputado presidente, Antonio Almendáriz, del PCN, comenzó poniendo orden y pidiendo una buena depuración de la lista de asuntos que hacen fila para ser estudiados por la comisión y luego hizo notar que había que dar prioridad a lo prioritario: la ley de delitos informáticos, que los diputados estudian desde hace 3 años.
El diputado del FMLN Misael Mejía hizo una pequeña interrupción para pedir que la comisión considerara el estudio del sistema de ascensos dentro de la Policía, pero Almendariz lo atajó recordándole que él fue militar, y que durante la guerra los ascensos se ganaban, y que eran muy mal vistos los 'lambiscones' que andaban “hueseando” ascensos fuera. Tema cerrado.
Entonces el presidente añadió más a la lista de prioridades: la ley de rehabilitación y reinserción de pandillas propuesta por el Ministerio de Seguridad Pública, y la apostilló con lo que él considera que será el centro de la polémica: “¿Cómo se puede dar beneficios a terroristas?”. Almendáriz recordó además a los legisladores de ARENA que para entrar al estudio de la Ley todavía estaban esperando sus propuestas. Por alusión respondió el exdirector de la Policía, Rodrigo Ávila, que dijo que su partido podría entregar su propuesta pronto, pero que de entrada le preocupaba que el proyecto de ley del gobierno excluya a los pandilleros que han cometido delitos graves. Según Ávila, ya que todo pandillero en el país es un extorsionista, y que la extorsión es un delito grave, la ley no serviría para nada tal y como está redactada. Su colega arenero César Reyes sugirió que se llame a expertos juristas para analizar el caso. El exalcalde de San Salvador, Norman Quijano, también de ARENA, agregó que hay que estudiar las diferencias entre “pandillero” y “joven en riesgo”. Almendáriz volvió a llamar al orden y recordó que durante la segunda reunión del año la comisión tiene previsto escuchar al ministro de seguridad pública, Benito Lara, y en la tercera escuchará las recomendaciones de una comisión interinstitucional sobre delitos informáticos.
Fue el diputado Mauricio Vargas, siempre de ARENA, el primero en mencionar que tener “6 mil y pico” muertos en un año es un “problema catastrófico”, y que la ley debería buscar el desmontaje de las pandillas. Almendariz agregó que las deportaciones masivas de migrantes indocumentados salvadoreños agravan el problema y lo ejemplificó: “es como si usted barriera y llegaran a echarle basura”.
El legislador del partido oficial Roger Blandino Nerio quiso restar hierro al asunto citando a El Faro, y para calificar mejor su fuente dijo “que no se puede decir que sea un periódico aliado del FMLN”: su argumento es que no es cierto que 2015 haya sido el año con más muertos desde la guerra, como hay quien dice, porque según publicó este periódico hubo más homicidios en 1994 y 1995. Agregó que las cifras se manipulan y que eso “trastoca los objetivos” del Gobierno, y culminó diciendo que este año “debe insuflarnos la esperanza de que se puede solucionar (el problema de violencia) con el aporte legislativo”.
Rodrigo Ávila saltó a la palestra. “No son ciertas las cifras de El Faro”, dijo, y argumentó que en 1994 y 1995 se contaban como homicidios los suicidios y los asesinatos accidentales, y que eso inflaba por aquel entonces las cifras. Almendariz intentó ordenar la discusión, pero el diputado Ávila ya había agarrado velocidad: “No se trata de hacer propaganda”, advirtió, pero recordó que el programa de reinserción de presos “Yo cambio”, que este gobierno enarbola como un logro, fue creado por su partido. Finalmente, Almendariz consiguió parar la discusión y regañó a los diputados: “ya va a venir la campaña y ahí pueden sacar todo eso; no demos discursos de tarima aquí”. Vargas terció el debate con una suerte de proverbio: “El ayer ya se fue, de mañana el sol no ha salido. El hoy es lo que importa”.
Y se acabó la sesión.
Con algunas palabras más, esa fue la primera reunión de la comisión legislativa responsable de los asuntos de seguridad pública del país más violento del mundo.
