CIUDAD DEL VATICANO. “Mi pensamiento se dirige en este momento a los numerosos migrantes cubanos en dificultad en América Central, muchos de los cuales son víctimas de tráfico de seres humanos”, dijo el papa Francisco este domingo 27 de diciembre al finalizar la oración del Ángelus en el Vaticano.
“Invito a los países de la región a redoblar con generosidad todos los esfuerzos necesarios para encontrar una solución rápida a este drama humanitario”, agregó el pontífice argentino.
La crisis se inició a mediados de noviembre, cuando Nicaragua cerró las fronteras a los cubanos, lo que provocó que entre 5,000 y 7,000 migrantes quedaran atrapados en Costa Rica.
El gobierno costarricense se vio forzado a su vez este mes a cerrar las fronteras al flujo de cubanos, ante las proporciones del problema y la negativa de otros países de la región a recibir a los migrantes.
La Cruz Roja de Panamá advirtió esta semana que la permanencia de cientos de migrantes cubanos en la zona fronteriza con Costa Rica puede “salirse de control”, si ese país mantiene la decisión de cerrarles el paso.
Una cumbre de presidentes centroamericanos celebrada los días 18 y 19 de diciembre en San salvador concluyó sin encontrar salida a la crisis. Al contrario, Costa Rica, ante la actitud del resto de países –incluido El Salvador– anunció que abandonará el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) hasta que la crisis de los migrantes cubanos se resuelva.
En su defensa, el vicecanciller de Nicaragua, Dennis Moncada, afirmó en ese momento que la llave de la solución había que buscarla en Estados Unidos, dado que “son ellos los que están generando que muchos cubanos quieran ir a su territorio”.
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