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Anuncios que causan obesidad, diabetes y cáncer

El bombardeo incesante de mensajes publicitarios que invitan a consumir comida rápida, boquitas y bebidas azucaradas es responsable del aumento de caries, obesidad, diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares y cáncer en El Salvador. Las autoridades salvadoreñas deben incrementar sus esfuerzos para regular la publicidad de estos artículos y promover hábitos alimenticios saludables.


Lunes, 23 de noviembre de 2015
Baharak Amanzadeh, Claudia María Campos, Karen Sokal-Gutierrez y Judith C. Barker

En todo el mundo la globalización ha dado lugar a un aumento dramático en la comercialización y consumo de alimentos y bebidas con mínima nutrición, como dulces, galletas, papas fritas y bebidas azucaradas. Trágicamente, esta 'transición nutricional' de una dieta con alimentos tradicionales a una moderna ha dado lugar a un aumento global de serios problemas de salud para niños y adultos, incluyendo caries, obesidad, diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

A escala mundial, el público está expuesto a estos alimentos y bebidas no nutritivas a través de anuncios comerciales. La publicidad utiliza diversas técnicas para atraer a diferentes poblaciones, adaptándose a los contextos culturales y sociales de la audiencia. Con frecuencia los anuncios comerciales apelan a las emociones humanas básicas y a los deseos de lograr el éxito, el amor y la felicidad. Su mensaje es que el consumo de un producto puede ser la vía rápida para alcanzar los sueños de los individuos. Sin embargo, esta manipulación de la información y los deseos está dañando la salud de la población.

El Salvador, un país de renta media baja con sustanciales disparidades de riqueza y salud, está experimentando los efectos de la globalización, la urbanización y la transición nutricional. Mientras que el 40% de los hogares salvadoreños viven en la pobreza, con altos y persistentes índices de desnutrición infantil, las tasas de obesidad han aumentado dramáticamente en las últimas décadas. Actualmente, el 61% de los adultos salvadoreños tienen sobrepeso, incluyendo 26% que son obesos. De 1993 a 2008, hubo un aumento del 50% en la obesidad infantil (del 4% al 6%), con tasas más altas en las poblaciones urbanas de ingresos altos. Además de los efectos negativos en la salud de la población, el aumento en la presencia simultánea de desnutrición con enfermedades crónicas relacionadas con la obesidad puede exceder la futura capacidad del sistema de salud y limitar la productividad económica.

La investigación local del problema

Desde 2003, profesionales de salud de la Universidad de California han estado colaborando con la Asociación Salvadoreña Pro-Salud Rural (ASAPROSAR), una organización no gubernamental salvadoreña sin fines de lucro con sede en Santa Ana, que durante muchos años ha estado activa en la promoción de la nutrición y la salud oral en las comunidades rurales que atiende. El objetivo de esta colaboración ha sido concienciar a las familias sobre los peligros de los boquitas (snacks) y las bebidas poco saludables, y mejorar la nutrición y la salud de los niños.

En 2010, el equipo de salud inició un estudio de los mensajes que se emplean para promover la venta de alimentos y bebidas en el mercado local. Se tomaron fotografías de cien anuncios en vallas, muros y carteles en las zonas rurales y urbanas alrededor de Santa Ana. Se analizaron en detalle todas las imágenes para identificar los temas utilizados.

Los anuncios representaban un bombardeo continuo de mensajes tanto explícitos como subliminales para aumentar el consumo, cambiar los hábitos alimentarios y promover el consumo de comida rápida, boquitas procesadas y bebidas azucaradas. En general, los temas más importantes en los anuncios eran: precios bajos, tamaño, rapidez y modernidad. Otros temas comunes eran: el aspecto refrescante de las bebidas, vinculaciones con el deporte y el nacionalismo, roles sexuales y de género, diversión y sentimientos de felicidad, familia, amistad, comunidad y salud. En las zonas urbanas eran más frecuentes los anuncios de restaurantes de comida rápida y el tema de la modernidad. En las zonas rurales predominaban los anuncios de bebidas azucaradas y boquitas con los temas de precios baratos, rapidez y gran tamaño.

Entre los anuncios de comida rápida, un anuncio mostraba la imagen de una hamburguesa de gran tamaño, gaseosas y papas a la francesa, con la etiqueta 'Ahorro Combo'. Algunos anuncios combinaban los alimentos modernos con los tradicionales, con palabras en español e inglés. Uno de los anuncios de comida rápida mostraba un combo 'Big Burrito' con papas fritas y gaseosas, llamado el 'Nuevo Meal'. Los restaurantes de comida rápida también buscaban estimular el apetito de los consumidores en cualquier momento del día. Por ejemplo, las pizzerías también venden desayunos, fomentando la idea de ir a los restaurantes a desayunar, algo que antes no era parte de la cultura local.

Típicamente los anuncios de gaseosas incluían la imagen de un vaso lleno de burbujas y gotas de condensación, con palabras como 'refrescar', para estimular la sed del espectador. La necesidad de hidratarse es aguda en el caluroso clima de El Salvador, sobre todo para las personas que se dedican al trabajo físico. La mayoría de las zonas rurales tiene poco acceso a fuentes de agua potable asequible como grifos, pozos o agua embotellada. Mientras que los anuncios de botellas de bebidas azucaradas grandes y baratas estaban por todos lados, el único anuncio de agua era una pequeña imagen de una botella azul y blanco, y el precio era casi el doble del de una lata de gaseosa.

Mucha de la publicidad de comida rápida, boquitas y bebidas azucaradas estaba dirigida directamente a niños pequeños y adolescentes. Algunos restaurantes de comida rápida incluyen aparatos de juegos infantiles, de forma que los restaurantes se convierten en un destino de diversión para las familias. Los anuncios de boquitas y bebidas azucaradas utilizan colores brillantes y figuras de dibujos animados para atraer la atención de los niños. Algunos anuncios de refrescos incluyen juegos como la colección de tapas con premios. Además, en los anuncios de bebidas a menudo aparecen figuras del deporte como modelos a seguir, como la selección de fútbol de El Salvador, lo que comunica un mensaje implícito de que beber gaseosas es saludable y, además, una expresión de orgullo nacional.

Es posible que la estrecha relación de El Salvador con Estados Unidos facilita la comercialización generalizada y el consumo de alimentos y bebidas no nutritivas. Con un tercio de los hogares salvadoreños que tienen familiares viviendo en los EE.UU. después de la guerra civil, la adopción del dólar en 2001, y la ratificación del Tratado de Libre Comercio de Centroamérica (CAFTA) en 2006, los productos alimenticios y las prácticas dietéticas estadounidenses han calado en El Salvador. Los anuncios comunican el mensaje implícito de que la dieta moderna otorga un estatus más alto, es sabrosa y deseable, mientras que la dieta tradicional es anticuada, de menor estatus y es indeseable.

Además de la pérdida de las tradiciones culturales autóctonas de El Salvador, la dieta moderna, con mucha azúcar y grasa, pocos granos enteros y fibra, aumenta el riesgo de que la población sufra de caries, obesidad, diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares y cáncer. En una era de globalización, con el desarrollo de tecnologías de comunicación y la expansión de empresas multinacionales en los 'mercados emergentes', la mayoría de los países de ingreso medio bajo tienen recursos limitados para promover una alimentación sana, regular y controlar los anuncios de alimentos y bebidas, y proporcionar tratamiento médico-dental para las enfermedades crónicas derivadas de la transición nutricional.

Esfuerzos para abordar el problema

En los últimos años, la Organización Mundial de la Salud y muchos gobiernos nacionales y locales han comenzado a reconocer los peligros que la transición nutricional representa para la salud y han desarrollado directrices y regulaciones para limitar la publicidad de alimentos y bebidas no nutritivas, especialmente cuando están dirigidas a los niños. Varios países latinoamericanos han introducido leyes de alimentos saludables para tratar de reducir la obesidad infantil. En 2012, El Salvador participó en la elaboración de un Reglamento Técnico Centroamericano que creó un régimen de publicidad que prohíbe la promoción del consumo excesivo de alimentos y los malos hábitos dietéticos; pero las regulaciones carecen de criterios nutricionales claros para definir cuáles son los alimentos 'no saludables', lo que limita su aplicación.

En 2014, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió directrices para promover la lactancia materna infantil y dietas saludables para los niños, mejorar la alimentación y la actividad física en las escuelas, y proteger a los niños de la comercialización de alimentos y bebidas poco saludables y no nutritivos. Estas directrices de la OPS recibieron el apoyo de todos los países de América Latina, incluyendo El Salvador. En el futuro, aún quedan muchos retos para aplicar y hacer cumplir las pautas de nutrición, en particular para los países de ingresos medio bajos con limitados recursos. Sin embargo, los esfuerzos para mejorar la nutrición están cobrando impulso.

Los organismos globales y locales deben supervisar la comercialización global de los alimentos y bebidas no nutritivas y las empresas deben asumir la responsabilidad de prevenir y tratar las consecuencias adversas para la salud. Además, las autoridades de salud pública deberían de aprender estrategias publicitarias para promover el mercadeo social de mensajes de salud pública, utilizando estrategias de marketing exitosas para promover el bien social, tales como el consumo de alimentos y bebidas saludables, en lugar de que se utilicen para aumentar las ganancias económicas derivadas de la venta de productos carentes de nutrición.

Los proveedores y los encargados de formular políticas, al transmitir a los niños en edad escolar y a la población en general mensajes de nutrición saludables, pueden crear normas sociales más saludables y entornos que hagan que las decisiones saludables sean las opciones más fáciles y asequibles. Necesitamos esfuerzos concertados para dar marcha atrás al aumento de enfermedades relacionadas con la nutrición, y mejorar la nutrición, salud y bienestar de la población.

 

*Baharak Amanzadeh es parte de la Oficina de Salud Dental del Departamento de Salud Pública del Condado de Alameda, en Oakland, California; y del departamento de Ciencias Dentales preventivas y Restaurativas de la Escuela de Odontología de la Universidad de California-San Francisco. Claudia Maria Campos, trabaja en la Facultad de Letras y Ciencia de la Universidad de California-Berkeley. Karen Sokal-Gutierrez, en el Programa Conjunto Médico de las Universidades de California-Berkeley y California-San Francisco, y en la Escuela de Salud Pública de California-Berkeley. Judith C Barker, es parte del Departamento de Antropología, Historia y Medicina Social de la Universidad de California-San Francisco, y del Centro para Disparidades de Salud Oral Infantil de California-San Francisco. Este artículo es resumen de “An interpretive study of food, snack and beverage advertisements in rural and urban El Salvador” , BMC Public Health (Volumen 15).

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