Nacionales / Violencia

San Salvador desplaza a Zacatecoluca como la cabecera departamental más violenta

Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2015 se cometieron 382 homicidios en la ciudad capital (no el departamento, no el área metropolitana; solo la ciudad), lo que ha convertido San Salvador en la cabecera departamental más violenta de El Salvador, por delante incluso de Zacatecoluca, que durante el año pasado y en la primera mitad de este tuvo ese ‘honor’.


Domingo, 25 de octubre de 2015
Roberto Valencia

Foto Marvin Recinos (AFP).
Foto Marvin Recinos (AFP).

San Salvador, la capital de la República, se ha convertido en la cabecera departamental más violenta del país, según los más recientes consolidados de cifras tanto de la Policía Nacional Civil (PNC) como del Instituto de Medicina Legal. Con casi 200 asesinatos por cada 100,000 habitantes proyectados para 2015, San Salvador destrona a Zacatecoluca (La Paz) como el municipio con los indicadores más negativos entre las 14 cabeceras.

En 2014, San Salvador y Zacatecoluca también fueron las dos más violentas, pero en orden inverso al que ocupan en la actualidad. De hecho, hasta el 30 de mayo de 2015, Zacatecoluca seguía en primer lugar, pero el repunte sin precedentes en la cifra de homicidios ocurridos en la capital en los últimos meses (sobre todo en el Distrito Centro Histórico) ha hecho que el escenario se voltee.

San Salvador pasa a ser la más violenta no porque las cosas estén mejor en Zacatecoluca (la tasa de homicidios en 2014 fue de 138, y la proyectada para 2015, de 168), sino porque los asesinatos en la capital se han disparado hasta niveles nunca antes conocidos en el presente siglo: la tasa de 126 en 2014 se catapulta a 198, la proyectada para todo el año 2015 en función del comportamiento durante los nueve primeros meses.

Así, mientras en San Salvador se promediaron 28 asesinatos cada mes el año pasado, entre mayo y septiembre de 2015 se recogió un promedio de 55 cadáveres de las calles, con un pico de 75 en agosto. Ni Apopa, Soyapango e Ilopango juntos sumaron tantos homicidios ese mes.

No está de más recalcar que el concepto ‘San Salvador’ se refiere únicamente al municipio de San Salvador, no al departamento ni al área metropolitana.

En el plano anecdótico cabe reseñarse también que el actual alcalde de la capital, Nayib Bukele, repitió una y otra vez durante la pasada campaña electoral que San Salvador era “la ciudad más violenta del país”, dato que no era cierto entonces por los números de Zacatecoluca y de otros municipios que no son cabeceras, como San Pedro Perulapán (Cuscatlán), Jiquilisco (Usulután) o Ilobasco (Cabañas).

Las otras 12 cabeceras

En cuanto al resto de cabeceras departamentales, las cifras también muestran a Usulután, La Unión y Cojutepeque con tasas de homicidios por cada 100,000 habitantes de tres dígitos.

Por debajo del promedio nacional (102 por cada 100,000 habitantes hasta septiembre) existe un grupo de cinco cabeceras que tienen tasas en torno a 70 homicidios por cada 100,000 habitantes. Estas son San Miguel, San Francisco Gotera, San Vicente, Sonsonate y Santa Ana.

Por último, las cabeceras salvadoreñas con los números más amables son Ahuachapán, Chalatenango, Sensuntepeque y Santa Tecla, esta última con una tasa proyectada de 28 homicidios por cada 100,000 habitantes, baja si se compara con la de San Salvador o Zacatecoluca, pero que supone duplicar la tasa de 2014.

A pesar de las diferencias abismales entre unas cabeceras y otras, ninguna tiene motivos para la celebración, ya que Naciones Unidas establece que arriba de 10 homicidios por cada 100,000 habitantes en una ciudad, región o país, este padece de una ‘epidemia de violencia’.

En cuanto a los otros municipios salvadoreños que no son cabeceras, aun las hay con números más altos que los de San Salvador. Existen seis municipios arriba de los 20,000 habitantes con una tasa proyectada arriba de 200: estos son, en orden creciente, Armenia (Sonsonate), Tecoluca (San Vicente), San Julián (Sonsonate), Jiquilisco, Chirilagua (San Miguel) y San Pedro Perulapán, cuya tasa se sitúa en 313 homicidios por cada 100,000 habitantes.

Los departamentos

Hay diferencias significativas cuando los departamentos son la unidad territorial de análisis de la explosión de violencia homicida que afecta a El Salvador.

A pesar del arrastre de la capital por su peso poblacional, el departamento de San Salvador no es el más violento de la República. La Paz, Usulután y sobre todo Cuscatlán lo superan con holgura.

Entre los departamentos que presentan tasas menos elevadas, Ahuachapán surge como el territorio en el que los salvadoreños menos se asesinan, por debajo de Chalatenango y sobre todo de Morazán, que hasta 2014 ostentaba ese honor.

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