El gobierno de Guatemala se estremeció este viernes cuando el presidente, Otto Pérez Molina, a falta de ocho meses de administración, anunció la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti, cuya inmunidad había quedado en manos del Congreso después de que la Corte Suprema de Justicia decidiera que había suficientes indicios de su posible vinculación con casos de corrupción.
'Hace unos momentos he sido notificado de la renuncia por parte de la vicepresidenta Ingrid Roxana Baldetti. La misma está siendo trasladada al Congreso de la República para que continúe el curso legal que corresponde en estos casos', dijo Pérez Molina, durante una conferencia de prensa convocada con carácter de urgente.
El presidente aclaró que la razón de la dimisión es el caso de corrupción revelado el 16 de abril que involucra al secretario privado de Baldetti, Juan Carlos Monzón, como cabecilla de una red de fraude en aduanas. Esa investigación, realizada por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), determinó que una organización conocida como 'La Línea' pedía sobornos a empresarios a cambio de permitirles la evasión de impuestos por las transacciones de mercadería.
'La renuncia, según los motivos manifestados por la vicepresidenta, se circunscribe al interés de someterse y colaborar con las investigaciones que sean necesarias y, sobre todo, con el debido proceso', dijo el general retirado.
Cuando la investigación de la CICIG salió a la luz, la vicepresidenta se encontraba de visita en Corea del Sur, junto con su secretario privado. El paradero de este no se volvió a conocer desde entonces y Baldetti no ha salido a responder las dudas de la prensa, particularmente cuando son muchas las voces que dicen no creer que la vicepresidenta no estuviera al tanto de las actividades ilícitas de su secretario privado.
Dos días después de que estallara el escándalo de defraudación aduanera, Pérez Molina aseguraba que Baldetti aún se encontraba en Corea del Sur y expresaba que por eso ella no podía dar la cara a la prensa, pero los medios de comunicación averiguaron que para entonces la funcionaria ya había regresado a Guatemala.
En sus declaraciones de este viernes, Pérez tuvo un dejo de franqueza sobre el impacto que la dimisión supone para su gobierno: 'Fue una decisión difícil pero valiente de la vicepresidenta al renunciar', dijo. La administración ha estado bajo fuego intenso durante las últimas semanas y el gobernante incluso tuvo que dar su brazo a torcer en uno de los temas más controvertidos de la Guatemala de los últimos ocho años: prolongar o cesar el mandato de la CICIG, que ha hecho algunas de las más importantes investigaciones sobre corrupción y crimen organizado en ese país.
Hasta el pasado 23 de abril, Pérez se había manifestado contrario a pedir a Naciones Unidas que prolongue por dos años más la vigencia de la Comisión 'porque ya no es necesaria'. Ese día, sin embargo, se vio obligado a retractarse y a anunciar que había decidido solicitar a la ONU extender el mandato de CICIG. Su decisión se produjo una semana después de que la CICIG destapara el caso de 'La Línea' y dos días después de que la poderosa cámara empresarial (CACIF) respaldara la extensión del mandato.
La renuncia de Baldetti debe ser aprobada por el Congreso, que ya el jueves había integrado una comisión investigadora para decidir si había razón para despojarla de su inmunidad, para que sea investigada por los tribunales comunes. Esta comisión se creó inmediatamente después de que la Corte Suprema de Justicia decidiera el miércoles que hay razones para que el Congreso someta a antejuicio a la vicepresidenta para decidir si le retira la inmunidad.
Unas horas antes del anuncio de la Corte, la administración había recibido otro golpe cuando la poderosa cámara empresarial (CACIF) había pedido la renuncia de Baldetti. El presidente de CACIF, Jorge Briz, había advertido que considerarían la posibilidad de ir al paro nacional si Baldetti no renunciaba.
Estas presiones incluyen una manifestación de calle realizada el sábado 25 de abril, cuando miles de guatemaltecos se reunieron en el centro de la capital para demandar la renuncia tanto de Baldetti como de Pérez Molina.
Solo unos días después de que estallara el escándalo de 'La Línea', el Partido Patriota, que llevó a Pérez Molina a la presidencia, había recibido otro golpe: Alejandro Sinibaldi, exministro de comunicaciones de la administración, rompió con el partido aduciendo que no toleraba la corrupción ni el bloqueo a sus aspiraciones presidenciales que le hacía Baldetti. Así el PP se quedó sin quien se daba por descontado que competiría por la presidencia guatemalteca en las elecciones de septiembre próximo.
Aunque la renuncia es un golpe más a la administración, hay quienes creen que la dimisión es la que acarrea el costo menor para el gobierno que entregará el poder en enero de 2016. 'Es tratar de bajar la animadversión contra el gobierno y la clase política que se ha estado expresando en las manifestaciones pacíficas', valoró en llamada telefónica con El Faro Helen Mack, presidenta de la Fundación Myrna Mack y una de las principales promotoras de la lucha contra la impunidad en Guatemala.
Dado que el país está en campaña por la presidencia, la ruta del antejuicio en el Congreso abría la posibilidad de que los legisladores escarbaran a placer en el caso de 'La Línea' y golpearan aun más a la administración para favorecerse a sí mismos. Gustavo Berganza, periodista de la revista Contrapoder, cree que este cálculo fue el que llevó a Otto Pérez a adelantarse y a optar por la separación de Baldetti: 'Hubiera sido humillante. La comisión hubiera buscado la manera de sacar raja política de cara a las elecciones de septiembre'.
Berganza subrayó que en la comisión de antejuicio del Congreso están el diputado Salvador Baldizón, hermano del actual candidato presidencial del partido opositor Líder, Manuel Baldizón, y otros tres integrantes de ese partido. 'La hubieran agarrado como piñata', dijo Berganza.
Manuel Baldizón celebró la renuncia de la vicepresidenta este viernes. 'Esta es victoria del pueblo, con su voz puso un alto a este gobierno corrupto, que no quede en la renuncia que se haga justicia', escribió en su cuenta de Twitter, @ManuelBaldizon.
Según Mack, en la protesta ciudadana que exigió la renuncia de Baldetti el 25 de abril participarón entre 25 mil y 30 mil ciudadanos. 'Los guatemaltecos estamos experimentando dónde reside la soberanía de un Estado y eso es en su pueblo. El despertar ciudadano está demostrando que los guatemaltecos podemos lograr cambios de manera pacífica', señaló Mack.
El Faro preguntó a Berganza si cree que este episodio puede suponer algún cambio en la clase política guatemalteca. 'No hay cambios visibles en la política por ahora, pero donde sí ya se vieron giros es en la Corte Suprema de Justicia', respondió. Señaló que el haber admitido para su trámite el proceso de antejuicio contra Baldetti es una señal de que no volvería a ocurrir lo del año pasado cuando la Corte no autorizó un proceso de antejuicio contra un diputado tras una denuncia de la magistrada Claudia Escobar quien lo acusó de intento de soborno para que otorgara un amparo a la vicepresidenta. 'El hecho de que la Corte Suprema haya aprobado el proceso de antejuicio muestra su sorprendente deseo de parecer honrados', acotó Berganza.
