El Estado está organizado para garantizar la vida y la integridad de sus ciudadanos, ¿pero qué sucede cuando es el mismo Estado el que se convierte en una víctima de la violencia? En 2015 El Salvador ha sido testigo de una oleada de ataques contra policías y soldados por parte de las pandillas, y en respuesta, el gobierno ha enviado a la guerra a sus agentes de seguridad, dándoles licencia para disparar 'en cumplimiento del deber' y en 'defensa de la vida'. Sin embargo, ya suman 22 los agentes de la Policia Nacional Civil (PNC) asesinados en lo que va del año, más seis miembros de la Fuerza Armada.