Internacionales /

Tarántulas nicas salen a conquistar el mercado de las mascotas exóticas

Agobiado por los efectos de una prolongada sequía en el norte de Nicaragua, Leonel se sobrepuso al miedo, se calzó unos guantes rústicos y se sumó a la caza de tarántulas, una experiencia escalofriante que, sin embargo, alivió su desesperada situación económica.


Miércoles, 26 de noviembre de 2014
Blanca Morel (AFP) / El Faro

Una tarántula de la especie Cyclosternum fasciatum, es mostrada por un empleado de una tienda de fauna exótica en Managua, Nicaragua, donde existe un floreciente comercio con especies exóticas para su exportación. En varios países desarrollados y con clima frío, existe la aficionados a poseer especies exóticas provenientes de los trópicos.  Nicaragua intenta así aprovechar su biodiversidad para generar nuevos ingresos y empleos. Foto AFP/Inti Ocon
Una tarántula de la especie Cyclosternum fasciatum, es mostrada por un empleado de una tienda de fauna exótica en Managua, Nicaragua, donde existe un floreciente comercio con especies exóticas para su exportación. En varios países desarrollados y con clima frío, existe la aficionados a poseer especies exóticas provenientes de los trópicos.  Nicaragua intenta así aprovechar su biodiversidad para generar nuevos ingresos y empleos. Foto AFP/Inti Ocon

Managua, NICARAGUA. Leonel, su tía Sonia y su primo Juan se internaron en los bosques de los cerros de Terranoba, en el norteño departamento de Matagalpa, y en dos semanas capturaron unas 400 tarántulas, entre hembras y machos, de las especies “cebra” y “rizada”.

Por cada una, los criadores les pagan poco más de un dólar, una cifra pequeña comparada con el riesgo de atrapar a las esquivas arañas en sus madrigueras, entre las rocas o en los troncos de los árboles, pero que en Nicaragua equivale a un kilo de arroz o un litro de leche.

“Es la primera vez que salimos a buscar tarántulas. Nos daba un poco de miedo, pero nos animamos a agarrarlas porque estaba la sequía, para ayudarnos a comprar un poco de granos” para comer, relata Leonel a la agencia AFP.

Este agricultor de 27 años, oriundo de Terranoba, perdió todos sus cultivos de maíz y frijoles en la severa sequía que afectó al Pacífico nicaragüense entre mayo y septiembre. Con una esposa y cuatro hijos que alimentar, su situación es muy difícil, como lo es la de su tía Sonia, madre soltera de cinco hijos y quien también fue duramente afectada por la sequía.

Leonel y Sonia recorrieron más de 100 kilómetros, hasta las afueras de Managua, para entregar su carga de arácnidos al zoocriadero Exotic Fauna, que este mes empezó a reproducirlos con fines de exportación.

Aquí, con el aval del Ministerio de Ambiente, pequeñas urnas de vidrio con pisos de aserrín han sido dispuestas para reproducir unas 7,000 tarántulas.

“Pensamos venderlas a un precio mejor que la boa” que en la actualidad se cotiza a un máximo de ocho dólares cada una, comenta el propietario del criadero, Eduardo Lacayo, quien invirtió en esta aventura empresarial más de $6,000, obtenidos de la venta de tortugas.

Difícil crianza de tarántulas

Las tarántulas son carnívoros que se alimentan día de por medio con grillos, gusanos y ratones recién nacidos que los cuidadores del centro depositan en sus urnas, en las que permanecen aisladas unas de otras para evitar que se maten entre sí.

“Es más fácil manipular una boa que una araña”, porque estos últimos son animales territoriales y cuando se sienten amenazados pican y expulsan un tóxico que causa alergias y dolor, afirma Lacayo.

Las tarántulas, que abundan en las zonas tropicales y áridas de Centroamérica, donde mucha gente les tiene pavor, incuban alrededor de mil huevos cada una en bolsitas que depositan en telarañas, de los cuales nacen entre 300 y 700. “Tenemos clientes que han confirmado que quieren este tipo de especie” en China y Estados Unidos, asegura.

El comercio de arañas, que en cautiverio puede vivir muchos años, es uno de los negocios emprendedores con los cuales Nicaragua, el segundo más pobre del continente, intenta diversificar su oferta exportadora aprovechando todos los recursos de su biodiversidad.

El primero en exportar fue Ramón Mendieta, propietario de un zoocriadero de animales exóticos ubicado en el departamento de Carazo, al sur de la capital, quien vende alrededor de 10,000 tarántulas cebras al año a Estados Unidos y Europa.

“Es una actividad de sobrevivencia porque los costos de producción son altos”, incluido el cuidado fitosanitario que requieren los arácnidos para que no contraigan parásitos en cautiverio, declaró Mendieta a la AFP, quien vende arañas desde hace tres años.

Las arañas nicaragüenses enfrentan, sin embargo, la competencia de Chile, que vende tarántulas rodilla roja, menos ariscas, así como de Colombia y el propio Estados Unidos.

Pese a ello, “hay mucha gente que les encanta tenerlas en sus casas, unos para compañía, otros porque les gusta lo peligroso”, dice a la AFP el biólogo Fabio Buitrago, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Sostenible (Fundenic-Sos).

© Agence France-Presse

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.