Tegucigalpa, HONDURAS. Acompañado del nuevo jefe de la policía, Félix Villanueva, el ministro de Seguridad, Arturo Corrales, dijo a la prensa que el presidente Juan Orlando Hernández se reunió el martes con los nuevos mandos policiales para ordenarles “que se acelere la depuración” de esa institución.
Hernández colocó a Villanueva en reemplazo de Ramón Sabillón, quien, según fuentes policiales y medios locales, se resistía a los planes del gobierno de otorgar a los militares más poder que a la policía en el combate de la criminalidad.
Según esas versiones, Villanueva rechazaba que la Policía Militar de Orden Público (PMOP) se elevara a un rango constitucional, como pretende Hernández.
La PMOP, actualmente integrada por 2,500 efectivos militares, que podrían duplicar en número próximamente, fue creada por Hernández en 2013, cuando era presidente del Congreso.
A inicios de 2012 el gobierno de la época ordenó a la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP), un organismo independiente, depurar la policía –integrada entonces por unos 9,500 efectivos–, y decidió sacar a los militares a las calles para apoyar el combate de la criminalidad.
En 2011 la Fiscalía había determinado que sedes enteras de la institución policial integraban bandas del crimen organizado.
La depuración policial ha sido declarada “fracasada” por distintos sectores, que observan que no ha habido destituciones de altos mandos sospechados de corrupción y enriquecimiento ilícito.
Honduras registró en 2013 la tasa de homicidios más alta del mundo, 79 por cada 100,000 habitantes, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.
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