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“Mi tata hasta hace poco aceptó que sí se puede vivir de dibujar”

Casi seis años tomó a Simón Varela ver su sueño culminado: este jueves se estrena en los cines de El Salvador la película animada 'El libro de la vida', del productor Guillermo del Toro. En 2008, Varela confesó a El Faro que soñaba con trabajar con del Toro y esa vez lo identificamos como 'ilustrador de ambientes para dibujos animados', después de su participación en 'Buscando a Nemo'. Hoy su nombre aparece junto a los términos 'production design'. El cumplimiento del sueño es la excusa para rescatar esta plática publicada originalmente el 15 de diciembre de 2008, con foto de Varela tomada este mismo jueves 16 de octubre de 2014.


Lunes, 15 de diciembre de 2008
Daniel Valencia, Edith Portillo y Mauro Arias

Simón Varela, ilustrador salvadoreño. Foto El Faro/Mauro Arias
Simón Varela, ilustrador salvadoreño. Foto El Faro/Mauro Arias

Hijo de un exalcalde y diputado del Partido de Conciliación Nacional al que la guerrilla supuestamente ya tenía amenazado, Simón Varela dejó su natal Quezaltepeque y emigró con toda su familia a los Estados Unidos cuando tenía 15 años. Allá, luego de un breve paso por la carrera de Arquitectura y contra la voluntad de su padre, decidió que aunque no supiera de qué comería, estudiaría lo que en realidad más le apasionaba: el dibujo. Así inició con sus estudios en una escuela de dibujo en Los Ángeles, todavía sin llegar a imaginarse que esos trazos que empezaba a ensayar terminarían por darle más que de comer, sino incluso llevar su nombre a la pantalla grande.

Su mano alzada – no el mouse de la computadora, porque para aprender eso sí ha sido “huevón” – definió los ambientes de varias y conocidas películas de dibujos animados. Pero fue su papel diseñando el arrecife y los tiburones de la taquillera cinta “Buscando a Nemo”, de Pixar, el que hizo que su trabajo fuera más conocido y que su nombre empezara a sonar también como uno de los orgullos de El Salvador en el extranjero. Ahora tiene en mente montar una exposición en la que visualizará a personajes de leyendas salvadoreñas, como la Siguanaba, pero sin dejar de lado las ofertas de realizar nuevas ilustraciones para películas animadas. Su mayor sueño por ahora: trabajar con el aclamado director mexicano Guillermo del Toro, quien está por dirigir la filmación de “El Hobbit”, una historia de John Tolkien, el autor de “El Señor de los Anillos”.

¿Cómo es que llegaste a dibujar personajes para “Nemo”?
Fijate que yo no estudié para animación, yo estudié ilustración. Y antes de eso estaba estudiando arquitectura, porque viniendo de El Salvador llego allá, y yo siempre dibujaba desde chiquito, y lo más lógico para mí era “me gusta dibujar y soy bueno en matemáticas. Arquitectura”. Porque era una carrera, pero solo duré un año porque empecé a tomar clases de fundación, y te dan clases de diseño y de dibujo…

Y te poncharon… 
No, me gustó, fijate. Me gustó lo de diseño, ya eran clases, y yo nunca había tomado una clase de dibujo. Eso fue ya en los Estados Unidos, ya en el 85…

¿Y por qué te fuiste?
Porque a mí papá los muchachos lo andaban siguiendo.

“Los muchachos”, ja, ja. ¿Cuáles?
De la izquierda. Es que él estuvo en el PCN por muchos años. Fue diputado y fue alcalde de Quezaltepeque como por 12 años.

¿Cómo se llama tu papá?
Simón Varela también.

O sea que tu papá es PCN pero de la vieja guardia, no del PCN actual.
No, con el de ahora no. Si se había salido ya de la política él, solo estaba cultivando las fincas, pero le dijeron “o te vas o te quedás”. Él salió primero y a nosotros de un día para otro nos sacaron de la escuela y para los Estados Unidos, toda la familia nos fuimos.

¿Y cómo era vivir en El Salvador para un hijo de un pecenista? Y apenas después del golpe.
Fijate que era calmado, mi niñez en la cuadra… a los 15 años yo no andaba saliendo, sino que el cuadra jugando fútbol.

¿Pero qué pensabas? 
No sé, no me pasaba… andábamos armados. Yo andaba pistola, mi hermano también.

¡¿A los 15 años andabas armado?!
Sí, como mi papá tenía finca, uno iba a tirar con fusil de municiones. Dormíamos con ellas a la par…. Nosotros teníamos un IRA (Instituto Regulador de Abastecimientos), y yo como bicho mi papá me ponía a echar riata desde entonces, nos mandaba a picarle el zacate a las vacas, a darle la comida a los peones, porque mi tata no es alguien que te dice “quiero que me hagás esto”, sino “quiero que hagamos esto”. Cuando llegó allá empezó a trabajar recogiendo basura, a la par de coroneles de Nicaragua.

¿Pero tu papá no era militar?
No, solo en política. Ah, estuvo en logística para las 100 horas, estaba con el presidente cuando le llegaron a dar la noticia de que estábamos en guerra, ja, ja, ja.

¿Pero y a vos qué te pasaba por la cabeza en aquel momento?
Es que uno oía lo que estaba pasando, y muertos se encontraban a cada rato allá en Quezaltepeque, pero te digo, mi tata nunca fue tan sobreprotector, pero no sé, quizás no sintió que necesitaba protegernos, o si se sentía amenazado no lo demostraba, por eso yo no tenía ningún temor. Aunque sí llegaron una vez, pero eso mi papá me lo dijo después, me enseñó las cartas que le habían mandado. Como teníamos un IRA, sábado y domingo era cuando más se vendía, llegaron los muchachos y mi papá abrió. Le dijeron “danos todo lo de la venta de ahora, si no, entramos y se acaban todos aquí adentro”.

Como con la renta ahora, pues.
“Pa la causa”. Pero nosotros viendo televisión estábamos adentro, no nos dimos cuenta de nada, hasta después que él contó eso. Y decidió irse porque le mandaron una carta con una lista con gente que iban a matar, amigos de él, y sí se los empezaron a echar uno por uno. Cuando mataron a su mejor amigo, que lo mataron el día de la madre, ya con eso es que se fue.

¿Y cuántos años tenías cuando te fuiste?
15 años. Y nosotros llegamos con visa, no fue que nos tuvimos que ir mojados, sino que volamos y llegamos, pero ya nos quedamos. Al nomás llegar mi papá metió papeles para asilo político y tardó como dos años para que ya tuviéramos todos los papeles, antes era más rápido. Llegamos a San Francisco, ahí terminamos el bachillerato. Luego, aquí arquitectura era una carrera y entonces me puse a estudiarla allá, pero me empezó a gustar el dibujo.

¿La política nunca te interesó?
Es que acababa de cumplir 15, mi hermano 14. Y mi papá siempre dijo “estudio quiero. Nada más”. Y clases de inglés. Y yo decía: para qué. En el verano, clases de inglés.

Y al final te sirvió.
Al final allá estábamos. Y eso desde chiquito. Pero política a mí… últimamente sí, uno viene y ve cómo están las cosas. Van a  estar interesantes estas elecciones.

¿Vas a votar por el PCN?
A ver si me descuelgo. Es que ya me voy, el 14, porque tengo a mi hijo y me lo dan por dos semanas. Y tengo que ir a asegurar otro contrato.

¿Qué dibujarás ahora?
Puede que trabaje con el mismo director de Nemo y Wall-e. Tiene un tercer proyecto y puede que haya posibilidades.

¿Qué proyecto es?
Se llama The Queen of Mars. Es una historia vieja, viene desde los años cincuenta, pero hasta ahorita la traerán a la pantalla.

¿Y cómo fue que tus dibujos llegaron a Pixar?
Ah sí, como les estaba diciendo.

Hoy sí regresemos al tema, pues.
Sí, ja, ja, ja. Yo no sabía qué hacer. No me gustaba eso de la regla, muy fácil. Y un amigo me dijo que aplicara a una escuela en Los Ángeles, donde me enseñarían a dibujar, que era la mejor escuela de diseño. Mandé mi aplicación, mi portafolios…

Ya eras un gran aficionado al dibujo.
Siempre. Yo hacía los carteles para mis primas, mis actividades eran ilustradas, no cromos ni recortes. Y me acuerdo cuando decidí que quería aprender a dibujar. Recuerdo que miraba mis dibujos en el kinder, unas rosas todas feas, y miraba las de mis compañeros y eran bien bonitas. Púchica, decía. Un día quería dibujar la cabeza de un dragón chino y no la podía dibujar, y le pedí ayuda a mi tío. Y él empezó a dibujarla. ¡Hey, qué chivo! Desde entonces aprendí a dibujar.

Y mientras tu papá quería que fueras “algo”
Quería que sacara una carrera. Yo decía que iba a ser doctor cuando era chiquito, pero… recuerdo que acabábamos de salir de cenar, íbamos caminando para el carro y le dije a mi papá que me habían aceptado en una escuela de dibujo y que me iría para Los Ángeles. El señor me lloró. “¿Qué vas a hacer? No hagas eso. De eso no se vive”. Y yo lo entendía, porque en El Salvador decirle “voy a pintar” era como que… él veía que pintar era lo que hacían las señoras que iban a tomar clases porque estaban aburridas en la casa. Y veía a mi tío, que era artista, escritor y (hace gestos con las manos imitando un puro entre sus dedos) “motero completo”.

Ja, ja, ja.
Quijadurías. ¿Lo conocen? Él es mi tío.

¿En serio?
Él es mi tío. Me acuerdo que él andaba todo peludo, con trajes de manta, todo chuco, descalzo.

¿Él es hermano de tu papá?
No, por parte de mi mamá. Y bueno, “mira, papi”, le dije. “No sé de qué voy a vivir, pero quiero aprender a dibujar. Eso es lo que yo quiero. Te cuento y si me podes ayudar qué bueno y si no también”. Porque mi papá nunca tuvo las posibilidades para mandarnos a la escuela. Mi hermano y mi hermana salieron de Berkley, pero con puras becas. Yo también estudié arquitectura ahí, que es una de las mejores de arquitectura de Estados Unidos, pero no. Y me voy para una de las mejores escuelas de dibujo. Y me fui, con préstamos y una media beca. Me moví completamente de San Francisco.

Recuerdo que regresé a casa para la primera navidad, y llevé los mejores dibujitos, los mejorcitos que había hecho. Se los estaba enseñando y me acuerdo que mi tata me dice “¿y sólo eso has hecho?”. “No, papi, tengo más, lo que pasa es que solo estos traje”. Es bien así. Y siempre, en lo que yo estuve en la escuela: “Dejá de estudiar eso... aprendé de computadoras, aprendé cualquier otra cosa”... Siempre. Y yo no... Me meto... no termino la carrera, me salgo porque se me acaba el dinero y tenía una novia, me quedé unos años con ella. Me puse a trabajar, diseñando camisetas para publicidad, porque eso fue por el 87. Ahí llegué a los Estados en el 85 y en el 87 ya tenía yo un portafolio con el que podía ir a conseguir un trabajo. De ahí los últimos dos... solo me faltaban dos trimestres, esos eran para hacer un portafolio y dije que no y me relajé. En realidad no necesitás un título para lo que yo hago. Depende del trabajo que hacés. Si les gusta. Ya estuvo.

¿Qué tipo de cosas dibujabas?
Para publicidad, lo que te piden: una taza, incluso... aburridas, va, diseños de camisetas. Había una compañía en la que mi novia trabajaba y les hacía diseños a ellos. Lo que fuese. Estuve haciendo aritos, escultura. Yo estaba dándole a lo que fuera  de dibujar, de creatividad. Pero tenía amigos todavía en la escuela, entonces, yo los iba a ver. Había una bicha que me gustaba a mí...

Ja, ja, ja. Pero eso  no le decías a la novia....
Nooo, porque era amiga. Yo llegaba por irla a ver porque estaba bien chula la condenada. Estaba bonita y sí yo llegaba ahí... pues, empezamos juntos y todo... y yo nunca le dije nada a la bicha tampoco. Yo para eso era bien calmado. Era. ¡Soy! Y ya estaba ahí con ella y pasó uno de mis  profesores, que era también el asistente del decano del departamento de ilustración. Y me dice “Andá ve esto, es una compañía de Finlandia que anda buscando gente para trabajar en animación”. Entonces, llamé. Tenía que llamar a la escuela para hacer una cita, para que te vieran el portafolio y me preguntaron si me estaba graduando y yo les dije que no. Y ellos me dijeron que eso era para graduados que tuvieran su portafolio. “Ah, pero yo ya no voy a regresar a la escuela, ¿no cuenta esto como igual?”.Me dijeron que no, que no me podían dar la entrevista. Pero eso era en la escuela, no era en la compañía. Y como no me dejaron pasar, me dijo mi chero que les hablara directamente. Y los llamé y los fui a ver...

Y te contrataron...
Cabal. Si no habían contratado a nadie de los que había en la escuela. Y luego me preguntaron “¿Por qué no llegaste?”. “Porque no me dejaron”, les dije. “¿Pero querés trabajo?”. “Pues sí, pero yo no sé nada de animación”. “No te preocupés, aquí te vamos a enseñar. Te vamos a dar entre 800 y mil dólares a la semana”. Y ya cuando iba en el carro me pregunté “puta, ¿a la semana o al mes?”

Ja, ja, ja. 
Llego a la casa. Yo estaba con la duda y llamé. Me acuerdo que era un señor mexicano... Rodolfo, creo que se llamaba, que había trabajado con Hanna Barbera, lo conocían en animación...

¿Pero de dónde decís que era la compañía? 
Era una producción de Finlandia. Se llamaba Simbad... pero nunca la hicieron. Trabajé ahí como por un año y después ya... Porque el chero se andaba echando las bolas a la bolsa, no sé cómo estaba ahí el bolado con el dizque productor de cine. Entonces, voy y lo llamé y le pregunté... “mire,  ¿y cuánto va a ser?”. “Entre 800 y mil”. “¿A la semana?”, le dije. “Sí”, me respondió. “Vaya pues, ahí llego al lunes”.

Ja, ja, ja.  
Y yo, ¡hey! ¡Hey! ¡Ah, puta, me dieron $900! Estamos hablando de 1990.

Estaba bien.
Llegó mi novia y le digo “Hey, me van a dar $900 bolas a la semana”.

¡Casémonos!
¡Cuál casémonos!. Cortamos. Terminamos después de eso. Ya teníamos problemitas. Pero empecé a trabajar.

¿No le llamaste de inmediato a tu papá para decirle ‘vaya, viste’?
Si, pero me siguió diciendo lo mismo.

¿Aun con eso?
Mi papá es bien yuca. Hasta te podría decir que mi tata hasta hace cuatro o cinco años él ha visto lo que yo hago, se ha dado cuenta de cómo yo trabajo... hasta ahora. Porque no lo entendía él y tampoco yo lo... mi mamá fue a ver la película Nemo porque mi hermano la llevó, no son de los que van al cine... antes sí, ahora ya no.

¿Y qué dijo?
Entonces, nada de lo que... como te digo, no creo que mi trabajo mi tata lo haya visto...

¿No ha ido a ver Nemo tu papá? ¿O no se las has llevado vos...? 
Si ahí está en la casa, pero... tampoco lo voy a sentar a que la vea...

¿Vos crees que a escondidas no la ha visto?
A saber. Yo a mi tata ni le pregunto. Pero sí, fijate que mi tata hasta hace poco me aceptó que está bien, que sí se puede vivir de esto y sí, empecé a trabajar en esa película, bueno la película nunca terminó.

¿Y qué se hizo con ese material? ¿Te lo llevaste?
Se pierde. Les pertenece a ellos y yo dejé unos dibujos ahí que mejor me los hubiera robado porque esos a saber qué diablos los iban a hacer, quemar, botar... no sé. Entonces, quedé picado y fui a aplicar a otra compañía y me contrataron...

¿Qué dibujos habías hecho para esa película que no salieron, la de Simbad? 
Ah... era visualización, lo que hago ahorita... De eso empecé, luego, en el próximo trabajo fue de fondos y el movimiento de la cámara... vos solo indicás dónde está el personaje, pero diseñás todo el fondo, pero también el movimiento de la cámara. Estamos hablando de 2D, no era nada...

Definime visualización, que no lo entiendo ese término...
Visualización: a mí me dan el libreto y yo tengo que traducir la palabra en imágenes. Es lo que yo hago. Les doy conceptos de personajes y de cómo se puede ver el mundo. Es lo que hago. Pero a mí me dan el libreto. Me dicen “no sabemos qué queremos, visualizanos un mundo”.

¿Vos no diseñás los personajes?
Sí, pero me enfoco más en los mundos. La ambientación. Yo no me considero un diseñador de personajes, porque hay diseñadores de personajes que, puta, solo eso pasan haciendo las 24 horas al día  y te hacen un vero de dibujos... Yo te hago tres personajes. Porque, no sé la gente te dice “hey, dibujate algo”, pero yo no soy de hacerlos rápido, yo tengo que cranear los volados.

¿No tenés una libreta aquí?
Fijate que ando una que se la voy a regalar a un amigo, pero no sabe. “Dibujá, dibujá en esa babosada”, me dice, porque siempre la he andado. Estaba haciendo esto ve (y muestra la tapa de una libreta, con un diseño futurista de un niño con algo parecido a una máscara espacial), la portada la andaba ilustrando.

¿Y siempre cargás una libreta?
Esta la acabo de sacar y estaba dibujando, pero no sabe que se la voy a dar para su cumpleaños. Este era un proyecto para el que estaba trabajando, de los últimos; compré el libro este no con la intención de hacer acá todos los dibujos, pero... este es mi hijo, basado en mi hijo, trompudo igual que yo y narizón. Y no sé, es una película en que los poderes, no sé... en el que el Jedi tiene el sable y estos son los lentes. Son diferentes lentes que tiran rayos y hacen diferentes cosas.

¿Y va a salir esa o ya no?
Fijate que no sé. Hay proyectos en los que yo trabajo que puede que salgan y puede que no salgan. Yo empiezo unos volados que no tienen ni libreto de vez en cuando, en este lo estaban trabajando el libreto.

Mirá, ¿cómo hacés para trabajar cuando te dicen “hace este ambiente, este personaje” y a vos no te gusta el personaje ni la idea?
Normalmente no me dicen mucho, no me dan mucha dirección. Digamos, para Nemo, literalmente me enseñaron unos papelitos con rayitas, con un plumón rayas horizontales. Y a medida que vaya progresando la historia se van a ir definiendo un poquito más, hasta que llegamos a curvas. Les digo yo, “mándenme el libreto” y me dicen: “no, no lo vamos a mandar, venite vos, te vamos a mandar a traer”, porque es secreto pues. Ahí le decían  “the fish film”, “la película del pescado”, nadie sabía cuál era el nombre ni nada de eso. Como la otra, Wall-e, yo trabajé en Wall-e también. Cuando yo trabajé en ella se llamaba “Andrew’s next project”, “Próximo proyecto de Andrew”, no había nombre.

¿Y eso por qué es, por el miedo al plagio?
Es que se roban las ideas. Cuando salió “A Bug’s Life” salió la otra, “Hormigas”, al mismo tiempo. Salió “Nemo” y salió la otra del un tiburón de DreamWorks.

Es cierto, ¿la que la voz era de Will Smith?
Ajá. Y así se roban ideas, yo estaba trabajando en una película ahorita con DreamWorks que era de cavernícolas y Sony tiene una de neandertales.

Casi que espionaje, pues...
Sí, lo que pasa es que uno firma un volado de que no le va a decir nada a nadie, pero te encontrás a tomar con tus amigos que están trabajando en otro lugar y te dicen: “estamos trabajando en esto y vos”.

Cuando empinás el codo das más información.
Ja, ja, ja. Toda la mara sabe, los ejecutivos piensan que sólo ellos saben.

Cuando entraste a Pixar ya habían tenido éxito con Toy Story...
Toy Story, A Bug’s Life, Toy Story 2, estaban trabajando también Monster Inc., estaban en eso, en esa se tardaron seis años, cuatro de pre-producción y dos de producción. Cuando a mi me llamaron, leí el libreto y me dijeron: “necesitamos que trabajés debajo de agua”, y como te digo, cositas así de rayitas me enseñaron y yo “vergón, sí, ya sé lo que quieren”, ja, ja, ja. Al que era diseñador de producción ya lo conocía, pero nunca había trabajado con él, y mi chero que estaba ahí le dice “Puta contratalo, él va a hacer lo que necesitás”. Después me dijo “Mirá nos gustó la jungla”, una que había diseñado. Una jungla puede ser bien... que no sabés dónde ver, tanta planta, tanto matorral, árboles, texturas. Y el arrecife es igual, vida por todos lados...

¿Y vos viste fotos de arrecifes o te ibas a bucear para tener una mejor idea para dibujar?
A puro libro lo hice. Me fui a la biblioteca, a la librería, a buscar libros y comprar libros y después a fotocopiarlos, de tiburones, porque ya sabía los personajes.

¿Ya te habían encargado el tiburón?
Me habían dicho “trabajá en el arrecife, organizá el caos, que se vea como arrecife y trabajá en la sección de los tiburones y todo lo que hay bajo agua”.

¿Y la vía rápida de las tortugas también la hiciste vos? Porque esa es una gran fumada. 
Fijate que no llegué hasta eso yo. Me dijeron que tenía que hacerla, pero se le acabó el presupuesto, porque yo estaba freelance. Con ellos trabajé 11 meses.

El arrecife es una gran fumada también. 
Ja, ja, ja, ni cigarro fumo. Una vez traté y como no puedo fumar no puedo bajarla y no sabía qué putas hacer, entonces no.

Entonces para los tiburones te aprendiste la vida de los tiburones.
Fijate que yo agarré los libros y empecé a buscar tiburones. Ya sabía la clase de tiburones que eran y les dije “mándenme todos los tiburones”, porque ya tenían mara diseñando personajes, eso sí lo tenían desde el principio, había otro chero que estaba haciendo los fondos, pero no les había gustado lo que estaba haciendo. Les dije que me mandaran todo lo que tenían, porque había algunos que ya estaban aprobados, pero había unos que no y entonces me mandaron todo. Los tiburones obviamente no estaban y me mandaron los diseños, entonces cuando me puse a dibujarlos, yo estaba dibujando la ambientación, entonces puse los tiburones porque tenían que ir ahí para que vieran cómo está la cosa, la escala, la relación de todo eso y le mandé un dibujo y al director le pareció.

Entonces el director es el que dice la última palabra.
Normalmente. En ciertas compañías es el dueño. Deja al director y si se presenta el dueño, pues...  de vez en cuando dan chance. Entonces el director vio el dibujo y dijo “está es la película”. De ese dibujo dijo “estos son los tiburones”. No sabían qué cantidad de detalles le iban a poner, qué tan realista lo iban a hacer. Cuando vio los dibujos dijo “esos son”.

¿Qué otros personajes hiciste?
Hice los tres tiburones, fueron basados en mis diseños. Y también el feo, el que tiene la luz, uno que lo anda siguiendo, cuando encuentran las máscara, ese también.

Pez sapo, le dicen.
Ajá, ajá. Ese.

Algo había leído de que el principal tiburón...
El Bruce.

Lo habías dibujado a imagen y semejanza tuya.
Fijate que no. La gente me ha dicho que se parece, yo digo... quizá.. digo, pero nada que ver, no fue intencional. El Nemo, cuando lo estaba dibujando, cuando me tocaba lo dibujaba basado en mi hijo, tiene ojos bien grandes, le acababan de salir los dientotes, pero no es el Nemo que salió en la película. Y cuando estaba haciendo eso, todavía no tenía la aletita pegada, era normal. Esa fue la primera versión que mandé, ese dibujo, y ese se lo robaron de Pixar. Se robaron dos dibujos, porque se estaban moviendo del edificio que tenían al nuevo, movieron los volados, pero no tenían seguridad encima. Andaba gente de construcción todavía ahí. Se llevaron dos, nunca los encontraron.

 

Boceto en carboncillo de Simón Varela para la película Buscando a Nemo (Finding Nemo).
Boceto en carboncillo de Simón Varela para la película Buscando a Nemo (Finding Nemo).

¿Era la versión de Nemo y cuál más?
El otro era una tortuga, es que la tortuga antes vivía en una cueva, no iba en el volado ese. Así como de los setentas las cueva, bien bohemio, bien fumón, se suponía que eso era, pero le cambiaron el concepto, iba a ser surf, que casi es lo mismo.

Ja, ja, ja. Hay un salto de Simbad a Nemo, ¿qué hiciste en ese tiempo?
Estuve en una compañía donde hacían vídeos educativos, pero de aventura. De Cristóbal Colón, Thomas Edison, Jefferson, inventores... se llamaban Héroes Americanos. Hacían también religiosos, eran del Antiguo Testamento. El otro era Mormones. Era una compañía de mormones, eran los dueños. Ahí caí. Trabajé con un chero que era súper paloma, buenísimo, rápido, de Disney... cuando yo conocí  él tenía ya 15 años de estar trabajando en este volado.  Así mirá... solo llegaba una vez a la semana, lo hacía desde su casa, bien chivo. Y me dio el trabajo... contento yo. Ahí estuve y me dejaban pintar fondos en color, donde trabajo ahora es solo blanco y negro. Estaba pintando fondos y portadas de los vídeos. Los que yo pintaba era para los mormones, porque el que pintaba los volados era cristiano y no quería pintar para los mormones, entonces a mí me los daban.

Ja, ja, ja.
Lo que pasó es que dejaron de hacer eso. No sé por qué diablos, entonces quedé picado y me fui a buscar por otro lado, así freelance. En eso andaba y me ofrecieron trabajo, en una compañía donde hacen series de televisión, me dijeron  “queremos que te vengás a trabajar con nosotros”. Pero yo freelance quería. “No”, me dijeron, “queremos que trabajés aquí”. ¿Y me van a pagar más? Mil 100. En series de televisión.

¿Qué serie?
No sé ni cuáles eran, como hay bastantes estudios así, hoy están los grandotes, Cartoon Network, Nikelodeon.

Animadas.
Sí, series animadas. Pero andaba con la gana de querer freelance. Y por andar así me quedé una semana y empecé a buscar otra vez. En la búsqueda esa fue que me dijeron “ahí está la película en la Hanna Barbera”. Y me fui para Hanna Barbera y les dije “no, yo quiero ser freelance”. Me dijeron, “venite, queremos que trabajés aquí. Te vamos a dar mil 250 aquí, venite. Es una película vas a tener bastante, que no sé qué”…

Entonces decidí que les iba a decir que me iba a ir de donde trabajaban las series. Entonces sí se molestó el jefe. “Ni modo”, le dije, “es una película, es una buena oportunidad para mí y no la quiero dejar pasar”. La cosa es que me fui.

¿Qué película era?
“Érase una Vez en un Bosque”.  En inglés, no sé como la tradujeron,  “Once Upon a Forest”. Era de animalitos, de aventura, una ardillita, buscando no sé qué para salvar el bosque. Pero estuvo bien chivo, conocí bastante gente ahí. Después me fui para Estudios Universal a trabajar Piececitos, “Little Feet”, la de los dinosaurios. Trabajé en cuatros videos, la quinta la hice en free lance. En ese entonces ya estaban que todos los estudios querían tener su propia división de películas animada, antes solo era Disney, pero de ahí Warner quería la suya, Fox, DreamWorks acababa de salir, y la mara andaba detrás de todos los artistas.

Se cotizaron, pues.
Vos ahí solo te sentabas y casi solo por firmar el contrato te daban el montón de bolas.

Pero ahí sí te tenías que casar con una compañía.
Sí, porque ahí ya te estaban dando contratos por años, cuando antes te daban por producción. Así que la mara ahí andaba, porque se necesitaban por lo menos 400 artistas para cada división, y no había suficientes artistas en los Estados Unidos. Entonces fueron a Europa, trajeron un montón de franceses. Fueron también a Filipinas, Irlanda, Canadá…

¿De Filipinas?
Sí, buenísimos son. Y bueno, yo terminé en Warner Brothers, ahí estuve hasta el 98.

¿Y estuviste en alguna producción conocida?
Trabajé como en 15 proyectos, pero todos eran porque no sabían cuál iban a hacer. Entonces yo llegué ahí y mi portafolio era de layout, de movimiento de cámara y todo eso, diseño de fondos. Y sí estaba haciendo arte conceptual, pero no muy seguido. Llego ahí y me contratan de layout, pero no había película para hacer todavía, tenían de 15 a 20 y tenían que escoger una. Y lo chivo es que me pusieron a trabajar un montón, entonces mi portafolio se hizo grande bien rápido, y bien variado. Ahí estuve hasta el 98, salió una película, que no fue de las mejores que han hecho, que es “Quest for Camelot”, y también “Iron Giant”, esa película es buenísima.  La hizo el director que hizo “Los Increíbles”, es una película bien bonita en 2D. Parece que se llevó el Óscar, pero nadie la vio, porque los de publicidad y mercadeo se durmieron, pero esa película se llevó varios Annie – esos son como los Óscar de animación – arrasó ahí con todos. En todo lo que la nominaron se la llevó.

¿Y hay alguna nominación para lo que vos hacés?
Sí, a mí nunca me han nominado para eso. Es que fijate que es bien yuca, porque lo que yo hago, lo que nominan es “production design”. No tienen para “visual developement”, que es lo que yo hago. Y para Nemo, por ejemplo, el diseñador de la producción no hizo los dibujos, lo hice yo. Pero a él es al que…

Y el concepto fueron las rayitas… Ja, ja, ja, ja.
¿Ves cómo es la cosa?

¿Y cuánto te pagaron por Nemo?
Yo ahí les estaba cobrando 80 dólares la hora, pero lo que yo hacía es que veía el dibujo y decía “quiero tanto”. Yo fui de 1 mil 250, de ahí llegué, cuando estaba en Warner Brothers, tenia 2 mil a la semana.  Después, cuando me fui para Fox, que me fui para Arizona, ahí me dieron ya los 3 mil. De ahí ha variado, porque en el 99 la industria se vino abajo.

¿Y eso por qué?
Yo nunca había tenido problemas de conseguir trabajo, de uno al otro, pum, de uno al otro, pum. Hasta opciones tenía. Lo que pasó fue que estaban en la transición de 2D a 3D y estaban haciendo decisiones malas. Todos esos estudios que tenían su división empezaron a cerrar. Fox la cerró, la cerró Warner Brothers, la cerró Disney. Disney soltó como 700 artistas. Había como 2 mil 500 artistas sin empleo en Estados Unidos.

Entre ellos vos…
Sí, si es que cerraron la división completa, todo parejo.

¿Y qué hiciste?
Entonces fue que me salió Nemo. Y la trabajé desde Arizona. Después de que terminé… ¡nada! Pasé como año y medio así.

¿Ni aún con el éxito de Nemo?
Es que el éxito no se ve hasta 2003, porque toma dos años para salir. Y se supone que yo por ley no puedo enseñar los dibujos hasta que no salga la película, que es paja porque a mí me vale. Yo ahí voy “esto es lo que hago, esto es lo que hecho y estoy es lo que estoy haciendo”. Tengo que enseñar lo que hago.

O sea que ahí llegaste y ¡Chas! Al ratito ahí estaba saliendo la película del tiburón. Ja, ja, ja, ja, ja, ja.
¡Cabal! Yo ahí les estaba cobrando 3 mil 500 por cada dibujo, porque les decía que me tomaba una semana para hacerlo, pero me tomaba una semana hacerlo, pero me tardaba como 15 ó 20 horas. Y unos dibujos más grandes a 5 mil dólares, pero yo les había dicho 80 dólares la hora y a eso le sacaba los números…

Ja, ja, ja. 
Y bien chivo, man. Y como les gustaba todo lo que estaba haciendo estaba bien. Para Wall-e hice dibujos grandes, hice siete. 5 mil dólares les cobré por dibujo. Pero ahí se viene el bajón. Toda la mara chapaleando.

¿Wall-e en qué año la trabajaste?
Eso fue ya en 2004, pero el bajón fue en 99, 2000 y parte de 2001, de ahí se empezó a recuperar. Pero imaginate, estuve como año y medio sin trabajo, y yo qué ondas, gran depresión.

Y viviendo de tus ahorros nada más…
Puta, vendí mis carros. Yo tenía un Mercedes súper vergonísimo, que fue lo último que vendí. Tenía un carrazo. El carro que yo tenía aquí lo vi. Ese carro era una edición especial. Costó como 70 mil dólares.

¿El mismo carro?
Igualito al que yo tenía. No era el mismo, pero era igualito. Como era edición especial, lo de adentro era diferente, los colores eran diferentes. Y ahí estaba en un chupadero. Lo vi por dentro y todo era igual. “¡Puta!”, le dije a un primo, “este carro es igual al que tengo yo allá”.

¿Y las películas infantiles son más vistas que las normales?
No, cuando sale una película juvenil… porque el mercado de los 16 y 17 años es el que va a ver bastantes películas. Es raro, pero hay películas para niños que las va a ver este mercado. Hay unas películas que son súper vergonas que no sólo son para niños. Por ejemplo, Shrek, digamos. La primera me gustó, ya las otras era la misma cosa. En realidad, a nivel de diseño, me parece una babosada y no soy el único que lo dice. Yo estuve trabajando con el chero que la diseñó y nadie respeta al hijueputa.

Ja, ja, ja.
Pero cada película te da 700 millones y eso sí se respeta. Bueno, tenés que respetarlo pero no es por lo artístico. Puta, hubo unos diseños que se hicieron para esa película que fueron a la basura porque no los usaron.

Entonces, ¿pesa más el guión?
No, es que la visualización que querían era más… No sé… Le quitas las orejas y lo verde a Shrek y es un hombre gordo nada más. Lo único son las orejitas y que es verde. Y ese es el gran diseño. Toda la mara sabe eso.

Ja, ja, ja. 
Shrek es la película número uno y dos en animación que ha hecho más bolas. Shrek I y Shrek III…

… ¿Y Nemo en qué lugar está?
No sé en qué lugar está, pero sí hizo bastantes bolas también.

¿Wall-e?
Llevaba bastante también, más de 200 millones… Fijate que, mundialmente, quizás ya son los 500 ó 600 millones.

¿Y en Wall-e qué hiciste? ¿El escenario?
Ambientación de vídeo.

Decías que sólo trabajás en blanco y negro, ¿por qué?
Por lo mismo. Cuando me puse ha hacer layouts, fondos, solo es blanco y negro, líneas. Y a mí siempre me ha gustado el blanco y negro desde que estaba con grafito y allá mis trabajos son hechos en carboncillo. Entonces, es blanco y negro. Y más que todo yo me he enfocado en diseño y no en color. Porque también es bien específico. Cuando empecé en la industria, uno dibujaba en blanco y negro y llegaba el director de arte que te le ponía el color. Y había mara que sólo pintaba. Ellos no diseñaban ni jota… Sólo pintaban. Vos les dabas el dibujo y ellos pintaban.

Vos hacés como la maqueta y otro le da el color, vos hacés el diseño básico. 
Sí, por eso es que sólo terminé dibujando. Ahora cuando dibujo, como cuando me meto un proyecto trato de capturar momentos de la película… Es como si estuvieras viendo la película y la parás. Eso trato de visualizar y eso me ha funcionado. En Nemo me funcionó y en la película podía ver las composiciones que eran mías y mis diseños. “Hey, ese es el dibujo que yo hice”… Exactamente la misma composición. Pero más que todo vos creas un lenguaje visual que lo puedan repetir y utilizar. Por ejemplo, para Wall-e lo que hice fueron siete dibujos nada más. En la película, vi cinco de ellos y los otros dos estaban ahí pero no eran literalmente mis dibujos, la escala que yo les había dado.

¿Tu hijo ha visto todas las películas en las que has hecho dibujos?
Sí.

¿Y qué dice de tu trabajo?
Le gusta. A él lo pongo a dibujar. Cuando estaba chiquito y yo estaba trabajando en Nemo… Yo tengo un borrador eléctrico y se lo daba, o le daba un lápiz y hacía sus rayones que yo trataba de mantener en el dibujo. El tiene su mano en el dibujo. A él le gusta dibujar y lo hace a la par mía cuando está conmigo, porque él vive en Arizona con su mamá… No estamos juntos.

¿Tenés alguna serie de dibujos en las que quisieras estar? Qué se yo, imaginate que van a lanzar Batman…
No, yo quiero trabajar con Guillermo del Toro, con ese hijo de su madre.

Ja, ja. ¿Ya has tratado de contactarlo?
No, pero tengo amigos que lo conocen. Se conoce a la mara, pero me entendés no es de sólo llegar. Y hay rumores de que él estaba tratando de abrir un estudio de animación. Pero animación para bichos de 13 años para arriba, donde podés hacer algo más intenso. Los otros estudios hacen para niños de cuatro años… No podés enseñar sangre, para empezar. Este quería hacer eso y lo que pasa es que ahorita él va a ser el director de “El Hobbit”, tres películas como las de El señor de los Anillos, y eso le va a tomar seis años.

¿Querés estar ahí?
¡Puta, yo quisiera estar ahí! Ahorita me vine porque terminé contrato con Dreamworks y ando… ando abriendo la bocaza, se podría decir.

¿Qué haces cuando venís a El Salvador? ¿Relajarte?
Relajarme. Antes salía más a los pueblos, me iba a puebliar (sic) y andar viendo artesanías, que me gusta. Pero ahora, con mis amigos, ando diseñando, dibujando, platicando y conociendo más gente siempre.

Hay gente que dice que los salvadoreños que se han ido deberían de regresar a transmitir su conocimiento. 
Más o menos por ahí ando, pero cuesta también. Quiero ver, primero Dios si se puede, conseguir un par de contratos allá y venirlos a trabajar aquí. Me gustaría trabajarlos desde aquí porque los puedo trabajar desde donde sea, los escaneas y los mandas por Internet. Pero cuesta también porque tengo a mi hijo, y lo veo una vez al mes y eso no es tan chiche.

Pero no es que vayamos a ver el Cipitío en 3D, por ejemplo.
No, serían proyectos de allá. Pero sí hay algo que quiero hacer y es un exhibición. Yo nunca he tenido una… Bueno, si tuve una, pero era grupal y es una de Pixar que anda por todo el mundo. Ya tiene dos años de andar virotiando… Empezó en el Moma, en Nueva York, y tuve cuatro piezas en ella. Pero una señora que tiene una galería me ha andado preguntado desde hace tiempo de que cuándo vas hacer tus cosas y yo no. Y me hizo una proposición bien bonita me dijo  “mirá, te voy a decir a vos y a otro, a otro artista que es mi profesor, les voy a decir a ustedes dos, te estoy preguntando a vos primero, vos vas hacer los diseños de lo que sea y van a ver tres escultores que van hacer representaciones de tus dibujos”. Uno trabaja el papel maché, son artesanos de México, hacen alebrijes y el otro es de Oaxaca es madera la que trabaja y el otro hace máscaras y me sonó interesante. Y le dije si la podía posponer hasta el 2009 y me dijo que sí, y lo que voy hacer es visualización de las leyendas salvadoreñas, yo he buscado y no encontrás, encontrás dibujitos, yo lo voy hacer estilizado con texturas y un poquito más pensado.

Es interesante, he estado haciendo la investigación y hay cositas que son diferentes en diferentes versiones, vas a ver al Cipitío, a la Siguanaba, cadejo blanco, cadejo negro, Padre sin cabeza, el Justo juez. Encontré a la Cuyancúa, que es de Izalco, son varias culebras pero tienen cuerpo de cerdo. La interpretación del diablo, de la muerte y un ángel también. Y también voy hacer una interpretación del tiempo, la carreta chillona, van a ser entre 15 tengo que escoger.

Mejor hacé la mano peluda

Ja, ja, ja, ja, ja. Talvez haga interpretaciones de fantasmas, de apariciones.  Esa exhibición me gustaría trabajarla desde aquí para ir a tomar fotos de referencia desde aquí, conseguirme una bicha fea para la Siguanaba, ya le dije a una amiga “me vas a modelar”, “sí”, me dice, “yo te modelo”. “De la Siguanaba” le dije, ja, ja, ja.

¿Y cómo vas hacer a la Siguanaba si en teoría es bonita y después es fea?

No, la voy hacer ya transformada, ya fea, la he pensado, he encontrado bastantes cositas, se supone que cuando te sale le decís tres veces pata de gallina y se va. Y mi amigo que está en Estados Unidos tiene un libreto de la Siguanaba y me dice “es que tiene pata de gallina”, pero lo que pasa es que las manos tiene las uñas largas y son todas arrugadas que parecen patas de gallina. Se supone que tienen los ojos rojos.

Y que va con las chiches caídas…

Sí, toda arrugada y todo, pero también le voy a dar una cosa porque ella era una princesa maya que fue castigada, entonces me he puesto a investigar también cómo vive una princesa noble maya, tenía incrustado jade en los dientes, se hacían tatuajes, se ponían volados en las orejas, todo eso lo voy a incorporar, va andar con la falda, el fustán, pero le voy hacer diseños mayas de los de aquí, no le voy a poner un volado azteca porque para qué. Y también pues lo clásico, esa mujer va a estar en una quebrada con el agua hasta la cintura, mojada. Así va a ir flotando como flota la… va a ir flotando… ya la tengo, “coquiada” está ya, y va a estar ahí y se va a estar riendo, porque se burla de vos, es lo que pasa…  que dicen “lo jugó la Siguanaba”, ja, ja, ja.

¿Y ese proyecto para cuándo? 
Tengo que entregarlo en julio.

¿Y para videojuegos no trabajás cosas? 
Trabajé como dos años en eso, pero haciendo lo mismo: conceptos, visualización.

¿En cuáles has trabajado? 
En el X-Men, cuando salió la película tercera, salió un video y en ese trabajé y trabajé en otros dos, pero nunca los hicieron.

Pero vos no sos así el súper experto en computadoras.
No, si yo la computadora para chequear correo, papá, para meterme al e-mail, para meterme a ver babosadas, no, en la compu no, me desespero, tengo como cuatro dibujos que he hecho en computadora.

¿Y eso no sentís que te ha quitado competitividad? 
Para ponerlo así sin tanta paja, yo huevón soy.

Ja, ja, ja, ja.

No, pero fijate que a mí me han contratado siempre por lo que yo hago y yo últimamente les he dado casaca que yo los escaneo y lo termino en la comp., para quedarme yo con el original, paja vea, porque yo tengo que entregar los originales, pero hay mara que no, porque lo que entrega es una carpeta y yo no… ¡puta, cuesta, men!

¿Y por hoy tenés alguna otra oferta chiva?

Antes de venirme, literalmente antes de venirme, antes de ir al aeropuerto fui a ver una charla que estaba dando el director de Nemo, terminó y llegué y lo saludé de un solo “¡ey que no se qué !”, ¿no tenés más proyectos? “Sí”, me dijo, acabamos de terminar el libreto, “a pues te llamo, voy de vacaciones y te llamo cuando regrese”. Puede que salga, a él le gusta lo que yo hago, a sí que a ver si sale, pero controlarlo a él eso es lo que cuesta, así que creo que de ahí va a salir uno y estoy platicando, pero me quieren jalar también para Australia

¿Y eso? 
Los que hicieron Happy Feet, el pingüinito que bailaba y cantaba, la compañía hizo también la película 300, y me han estado cuenteando para ver si me voy para allá, pero… está bien lejos. Y sí me llama la atención, pero mi hijo me detiene. Ahí estoy todavía negociando, me dijeron que cuánto quiero de salario, que es lo más importante. Ahí tenemos que ver qué ondas les digo yo.

Boceto en carboncillo de Simón Varela para la película La era de Hielo (Ice age).
Boceto en carboncillo de Simón Varela para la película La era de Hielo (Ice age).

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