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“No es relevante si el Coena pidió o no la renuncia a Quijano”

En transparencia, Zamora pone a los gobiernos de Arena un 6 o un 7. 'Trato de ser objetivo', dice este diputado que acaba de echarse a los hombros -en emergencia- la responsabilidad de revitalizar su partido y hacer que mantenga la alcaldía de la capital. 'Yo no había pensado en ser alcalde', dice. Ahora que sí piensa en ello El Faro le pregunta sobre sus planes para San Salvador, pero sobre todo sobre las sombras de su partido.


Domingo, 19 de octubre de 2014
Ricardo Vaquerano y Mauro Arias

Edwin Zamora entrevistado por El Faro el pasado viernes 17 de octubre 2014. Foto Mauro Arias
Edwin Zamora entrevistado por El Faro el pasado viernes 17 de octubre 2014. Foto Mauro Arias

Edwin Zamora quiere lograr en cuatro meses y medio que los capitalinos le abran la puerta de la alcaldía de San Salvador. Para mientras, el plan B de Arena —asumiendo que Norman Quijano fuera el A— está aún aprendiendo a responder a la gente que lo saluda en la calle, a aguzar los sentidos, a afinar reflejos. Camina unos pasos sobre la Avenida Masferrer Norte, frente a la residencia presidencial, y un hombre cincuentón le grita desde el volante de una Pathfinder blanca que pasa sobre la calzada: '¡Estamos con usted!' Él tarda apenas unos 950 milisegundos en dirigir la vista en dirección al saludo, sonreír, levantar la mano derecha y ondearla como hacen las candidatas a reinas de fiestas patronales, y a responder que muchas gracias. En la calle solo le acompaña su asistente de prensa. 'Yo no uso guardaespaldas', dice, tal vez con una falsa confianza en la capital de uno de los países más violentos del mundo. La capital que quiere gobernar desde el 1 de mayo de 2015.

¿Quién es este empresario que decidió hace escasos años saltar a la política partidaria? A sus 56 años aparenta 56 años. Aunque su rostro pareciera indicar una distancia de unos seis o siete años respecto de aquel que mostraban sus afiches de campaña para diputado hace solo tres.

Hace una semana Zamora se alistaba para la campaña por la reelección como legislador. Y en eso estaba cuando vino Quijano y declaró que algunos dirigentes de Arena no apoyaban su candidatura y por eso él prefería apartarse. Era una renuncia que había vivido en rumores durante semanas, pero su partido pareció no tener recambio listo y tardó varios días en nombrar a Zamora como sustituto. Ahora él debe reacomodar su cabeza para pensar en clave alcaldía y no en clave Asamblea Legislativa. Sus tres contrincantes —Nayib Bukele, del FMLN; Walter Araujo, de Gana, y Roberto Cañas, de CD— llevan ya dos meses en campaña.

Y, en estos días de tanta lluvia sobre San Salvador y de tanta tormenta en su partido Arena, ¿qué piensa Zamora de los indicios de que un desvío de millonarios donativos de Taiwán sirvió para financiar la campaña electoral arenera de 2004? ¿Y qué piensa de la relación de su partido con el expresidente de la República Francisco Flores, hoy en prisión preventiva acusado de corrupción por esos desvíos?

¿En qué cree y en qué no cree el político que en 2012 ofreció al votante abrirle las puertas de la Asamblea Legislativa? 'No creo en el aborto. Estoy de acuerdo con la prohibición total del aborto tal como está legislado en El Salvador actualmente', dice. Y tampoco cree en la pena de muerte. Ni en el matrimonio entre personas del mismo sexo. 'Yo no soy del Opus Dei ni de los Legionarios de Cristo, pero sí soy un católico practicante', explica. Y ni siquiera cree en una frase que, según algunos dirigentes de Arena, era parte del credo del fundador del partido, el mayor Roberto d'Aubuisson:

¿Usted cree en esta frase de Elbert Hubbard citada por algunos dirigentes de su partido: 'Una onza de lealtad vale por una libra de talento'?
No, no creo en eso.

¿Cuánto interés había tenido hasta ahora en gobernar el municipio de San Salvador?
Realmente yo no había pensado en ser alcalde. Para mí el alcalde era Norman Quijano y en ningún momento le había dado pensamiento a ser alcalde.

¿Hasta cuándo?
Hasta que me ofrecieron la candidatura.

¿Y eso cuándo fue? Porque Quijano apenas renunció el miércoles 8 de octubre.
El lunes pasado (13 de octubre), entre las 6:30 y las 7 de la noche. Yo sí había evaluado la posibilidad porque mi nombre se había estado evaluando unos días antes. Pero no consideraba que Norman fuera a desistir de la candidatura; en esto de la política hay muchos rumores y especulaciones. Yo estaba concentrado en ser diputado. He aprendido bastante en la Asamblea Legislativa y creo que puedo seguir aportando... creía que podía seguir aportando en la Asamblea Legislativa.

¿A usted, como miembro de Arena, le satisfacía y le daba tranquilidad ver a Quijano como candidato para un tercer período en la alcaldía de San Salvador?
Sí, estaba tranquilo y me satisfacía. Era la decisión de él y del partido. Él se sometió al proceso de evaluación de todos los alcaldes y estaba bien. De acuerdo con esa evaluación de desempeño se decidió si un alcalde podía optar a una candidatura nueva. Eso fue lo que sucedió con Norman.

Entonces el lunes al final del día a usted le avisaron que lo querían como candidato. ¿Y usted de inmediato les dijo 'a la orden'?
Mi pensamiento cuando Norman renunció fue que cualquiera de nosotros a quien el Coena le pidiera que tomara la candidatura tendría que decir que sí.

¿El Coena le pidió a usted que fuera candidato o se lo exigió?
¡Noooo...! Me lo pidió. Ni siquiera eso: me invitó. 'Quisiéramos que tú fueras por estas razones...' Llegaron a buscarme a mi oficina el presidente del Coena y cuatro miembros más del Coena, y me hicieron la invitación después de que el Coena en pleno, con la excepción de quienes habían sido mencionados como posibles candidatos, tomaron esa decisión.

¿Cree que ganará, Edwin?
Sé que voy a ganar.

Quedan cuatro meses y medio para la prueba en urnas y sus contendientes ya están en campaña. ¿Por qué cree que ganará?
Porque los ciudadanos van a ver que estoy verdaderamente ineteresado en resolver sus problemas y que soy capaz de hacerlo.

Pero usted quería seguir siendo diputado e iba a buscar la reelección.
Sí, ya estaba en la lista de los diputados para reelección.

¿Entonces es correcto pensar que usted estaba más interesado en otra diputación que en gobernar a los capitalinos, ya que ni siquiera se inscribió como precandidato a alcalde cuando tuvo la oportunidad de hacerlo?
Eeeeh... no... no creo que sea correcto eso. Mi opción era ser diputado. La alcaldía de San Salvador no era opción para nosotros, pues ya existía un candidato. Siendo la de una diputación la única opción que yo tenía y en lo que yo me sentía cómodo, y pensando que yo tenía aún cosas que hacer como diputado, iba a buscar la reelección.

Después de que Arena ha perdido dos elecciones presidenciales consecutivas por primera vez y tomando en cuenta que desde hace décadas los partidos políticos son de las instituciones que consistentemente salen en las encuestas con peor imagen y menor credibilidad, ¿cuán grande es el reto que tiene usted en esta contienda, hoy que es una de las caras más relevantes de su partido ante los salvadoreños que irán a las urnas en 2015?
No estoy seguro de que entendí bien su pregunta.

¿Cuán grande es el reto que tiene usted como candidato en ayudar a limpiar la cara al partido al que representa?
Yo creo que para cualquier candidato de cualquier partido hay grandes retos.

Vamos a ver, para aterrizar esto: en una escala de 0 a 10, en la que 0 es 'nada' y 10 es 'total', ¿qué nota le pondría usted a los gobiernos nacionales de Arena en el área de transparencia?
Híjole, no le sabría decir... pero... 6 o 7...

¿6 o 7? 'Regular'.
Yo trato de ser objetivo. La cultura de transparencia es una cultura que se ha ido sembrando y cultivando en los últimos años. Toda esta cultura democrática es un proceso que hemos ido aprendiendo como sociedad y la transparencia es uno de los fundamentos de la democracia. Tenemos unos 35 años de democracia, si lo contamos desde cuando el presidente Duarte para acá.

¿Usted siempre votó por los candidatos de Arena para la Presidencia, desde Alfredo Cristiani en 1989?
Sí.

Explíquenos por qué los gobiernos de Arena se merecen un 6 en transparencia. ¿Qué hacían o dejaban de hacer para que usted les ponga esa nota?
Concretamente no lo sé... usted me pide un número y yo creo que todo lo que hacemos, en la Asamblea Legislativa, en los gobiernos municipales y en el Ejecutivo, debería estar expuesto ante los ciudadanos. Para mi gusto faltaba en aquel momento y ahora falta más, creo que hablamos mucho pero es un asunto más mediático. Hay una Ley de Acceso a la Información con muy buenas intenciones pero que permite que se cierre la llave a criterio de las instituciones, y entonces todo lo declaran reservado.

Usted en su campaña para diputado hizo una oferta de Asamblea Legislativa de puertas abiertas.
Correcto.

¿Y tenemos una Asamblea Legislativa de puertas abiertas?
Yo ofrecía promover una Asamblea Legislativa de puertas abiertas, pero no está en poder de un diputado tranformar la Asamblea Legislativa. Lo que le puedo decir es que he trabajado tanto dentro del partido como en la bancada legislativa y en la Asamblea Legislativa por construir esa transparencia y en mi gestión sí ha habido puertas abiertas. A mí me piden que rinda cuentas y yo entrego cuentas. En lo de los viajes yo regresé y di detalle de gastos, de dinero que me dieron y devolví el dinero que no usé.

Uno se encuentra con diputados de su partido que son directivos de la Asamblea Legislativa que se rehúsan a hablar de las razones para autorizar viajes de legisladores al exterior. Por ejemplo, uno de los diputados que en los últimos años ha supuesto más gasto en viajes ha sido su colega de Arena Alberto Romero, pero cuando uno acude a directivos legislativos de Arena para pedirles que expliquen el sentido y la utilidad de tanto viaje, se niegan a decir algo.
Yo creo que si quieren saber sobre los viajes de Alberto Romero le deben preguntar a Alberto Romero. Lo que sí sé es que en las comisiones en que él está tiene muchas invitaciones a viajes que podrían ser relevantes con su gestión, pero lo mejor es que le pregunten a él.

El punto no son los viajes de Alberto Romero, sino que nadie parece estar interesado en transparentar los viajes al exterior. ¿Por qué dan las firmas para estos viajes?
Yo no le puedo dar respuesta a eso porque desconozco. Son decisiones que se toman a nivel de junta directiva y por voto mayoritario y yo sí creo que debe haber transparencia. Si uno hace un viaje para el bien del país no hay nada que esconder.

Antonio Saca, expresidente de la República y expresidente de su partido Arena acuñó una frase: 'La mejor ley de acceso a la información es la que no existe'. Y no recuerdo a ningún arenero entusiasta en favor de la ley hasta que el FMLN llegó a la presidencia de la República en 2009.
¿Qué quiere que le diga?

¿Qué le parece a usted esto?
Yo no estoy de acuerdo con eso, no estoy de acuerdo con que nadie niegue información, no estoy de acuerdo con que un presidente diga que no habrá acceso a la información. La LAIP se ha quedado corta, sobre todo con la cláusula de que las instituciones pueden definir cualquier cosa como información restringida.

Enumeremos algunos episodios de cuando Arena fue gobierno: la forma en que se aprobó la dolarización, la forma en que se privatizó el sistema de pensiones, la forma en que se subió al 13 % el IVA, la forma en que se decidió el envío de tropas a Iraq... ¿La Arena de hoy y a la que usted representa es distinta a la de ese historial?
Yo soy miembro del partido Arena, y Arena es diversa y con capacidad de transformarse. He predicado y he actuado buscando leyes de consenso, no leyes producto de 'madrugones'. Yo no comparto los madrugones e insisto en que las leyes tienen que construirse en consenso y producto de acuerdos de nación. Las leyes que han salido de las comisiones donde yo he estado han salido por consenso.

¿Arena sigue siendo la misma que describen esos episodios?
Yo creo que Arena ha cambiado, ha evolucionado a mayor transparencia y a mayor concertación. Pero debemos recordar que el partido que está en el gobierno es el que tiende a hacer cosas como esas. Usted está hablando de los tiempos de Arena, pero hemos visto en los últimos cinco o seis años la misma cosa. Entonces, creo que eso está más asociado al partido en el gobierno y no a Arena, y esa es una de las cosas que tienen que cambiar en el país.

¿Qué es lo mejor del dúo Edwin Zamora-Arena: usted o el partido?
Usted está comparando a un individuo que es miembro de un partido con ese partido político. La comparación me resulta totalmente difícil de...

Déjeme reformular la pregunta: ¿usted considera una buena candidatura la suya?
Sí, mi candidatura la considero buena. Si no el partido no me hubiera escogido.

¿Qué la hace buena: el partido o usted?
Las dos cosas.

¿En qué proporción uno y en qué proporción el otro?
No sé en qué proporción. Para mí está claro que es una sinergia, en la que el partido aporta la plataforma y yo represento la oferta electoral que ese partido escogió, pero no puedo determinar qué es más relevante.

¿No le resulta Arena un lastre a su candidatura?
Definitivamente no: el partido es lo que me permitirá ganar.

Después de la derrota en la presidencial de marzo, el presidente de Arena, Jorge Velado, admitió que la cercanía del expresidente Flores a la campaña perjudicó las posibilidades en las urnas de Norman Quijano. ¿Usted concuerda con eso?
Seguramente.

Aun así, el partido no se ha desmarcado de Flores, a pesar de que desde hace ya nueve meses el expresidente declaró en la Asamblea que había recibido millonarios donativos de Taiwán y que no hubo ni funcionario ni institución alguna que controlara cómo se manejaba ese dinero.
A mí esas declaraciones me parecen desafortunadas, y que lejos de ayudarle a él le perjudicaron.

Las declaraciones de Flores le parecen desafortunadas, no la conducta que él describió con esas declaraciones.
Yo no conozco detalles de la conducta. Si es como él lo explicó, que está por verse en términos judiciales, a mí me cuesta entender cómo un gobierno va a dar un cheque a título personal a un presidente de la república, y aunque no soy abogado, a mí me parece que eso es incorrecto.

¿No le da un poco de vergüenza este episodio del pasado de su partido?
Yo no puedo aprobar todo lo que ha hecho el partido, estoy seguro de que el partido cometió errores en el pasado. Mi papel es ser uno de los agentes transformadores del partido. Nos hemos centrado a ver mi partido, pero si nos sentamos a analizar a todos los partidos en todas partes del mundo, veremos que tienen problemas. O intentamos mejorarlos o nos quedamos al margen de ellos. Yo creo que el vehículo de los partidos políticos es adecuado, pero hay que hacerlos más transparentes, más democráticos...

¿Su candidatura la condicionó a que le den más poder para poder impulsar ese tipo de cambios?
Nooo... recuerden que a mí me nombraron parte del equipo organizador del congreso que tuvimos y yo creo que esos son los medios de transformación. ¿Que si es perfecto? ¡No'mbre! ¿Que si estoy satisfecho? No, no estoy satisfecho, pero estoy comprometido con seguir buscando los cambios.

Veamos eso de seguir buscando los cambios. En el expediente judicial sobre los donativos de Taiwán queda configurado que el partido Arena financió su campaña presidencial de 2004 con dinero de un gobierno extranjero. ¿Qué piensa usted que Arena debería estar haciendo a propósito de esto?
Transparentarse.

¿Eso qué significa?
Eso quiere decir que las donaciones deben transparentarse.

¿Pero a su partido qué le dice usted cuando el presidente de Arena, Jorge Velado, lo que salió diciendo fue 'Esta es otra Arena, pregúntenle sobre eso a los que dirigían Arena entonces'?
Yo les digo que debemos ser más transparentes. Esta es una Arena distinta, y yo no puedo valorar la opinión de Jorge. Lo que sí creo es que las finanzas de los partidos deben ser transparentes.

Edwin: ¿por qué usted en aquel audio filtrado en 2013 se refería a Francisco Flores en términos peyorativos?
Mire, yo no quiero hablar ya de esos audios. Puse mi posición y me excusé por el lenguaje inapropiado que ocupé en ese momento. Era una conversación privada, pero lo más inapropiado fue que hubiera gente sin escrúpulos que estaba dispuesta a publicarlos.

Dígame si me equivoco: usted daba a entender en esa conversación que había una intervención inapropiada de Flores en los asuntos del partido Arena.
No, es que yo no estaba de acuerdo con algunas de las acciones del expresidente Flores... había situaciones personales, no de partido.

¿Por qué cree usted que el Coena lo escogió a usted como candidato a alcalde de San Salvador?
Creo que porque ellos pensaron que yo soy el mejor candidato.

¿Qué argumentos le enumeraron?
Que hicieron una evaluación, me explicaron las fases de la evaluación, que hicieron una matriz con los criterios requeridos para el candidato, que evaluaron a seis o siete personas con esos criterios y que habíamos unas tres o cuatro personas con números parecidos y llegaron a la conclusión de que yo era la persona idónea.

¿Cuáles eran las virtudes ventajosas suyas?
No me las dijeron.

¿Y no las preguntó?
No.

¿Solo les creyó?
Sí. Mi decisión fue tomada en esta situación y yo creí que debía sumarse al esfuerzo del partido para tener la alcaldía de San Salvador y para mí no era necesario detenerme a hacer preguntas sobre qué elementos utilizaron para eso...

... Un soldado obediente al servicio de...
... No, no, yo soy una persona responsable al servicio de la patria y si el partido consideraba que yo iba a ser beneficioso para la municipalidad de San Salvador y para el país, era algo que yo no podía desechar.

¿Usted cree que lo eligieron porque su perfil es parecido al de Nayib Bukele o porque es muy diferente al de Nayib Bukele?
Mire, yo no creo que me eligieron en función de ningún otro candidato.

En la guerra se elige el arma según está apercibido el enemigo.
Posiblemente, pero usted me preguntó qué creo yo, y eso es lo que yo creo. En el partido hicieron focus groups y allí se determinó el perfil del alcalde que la gente quería, y según me explicaron yo llenaba ese perfil.

¿Y para qué quiere usted ser alcalde?
Yo entré a la política hace como cinco años para servir a mi país.

Dígame algo diferente a lo que dicen todos los políticos.
A mí no me importa lo que dicen todos los políticos, yo lo que le estoy diciendo es lo que yo hice. Yo como empresario alcancé metas como la oportunidad de generar miles de empleos, y yo sentía que le debía más a la sociedad.

Volvamos a la pregunta: ¿para qué quiere usted ser alcalde de San Salvador?
Yo entré a la política para servir a mi país desde donde mejor pudiera hacerlo. Yo estuve en el Coena e hice esfuerzos por mejorar el partido convencido de que eso, a su vez, va a mejorar al país. Por ejemplo, el congreso arenero (en que se pidió elegir candidatos y dirigentes con voto secreto de la militancia) fue el producto de 720 miembros de la estructura diciendo qué querían para el partido, y yo fui uno de los agentes que ayudaron a que esa expresión se cristalizara. En la Asamblea Legislativa ayudé a pasar leyes de consenso. Ahora surge la oportunidad de entrar a la alcaldía de San Salvador. Mi trayectoria es más ejecutiva que legislativa y puedo poner en práctica mis capacidades ejecutivas, gerenciales, de liderazgo.

¿Qué le dirá usted a los capitalinos para convencerlos de votar por usted?
En una frase: yo he hablado de transformar la ciudad para hacerla más agradable, más segura y más cómoda, donde vivamos más contentos. Eso es muy abstracto, pero más concretamente una ciudad más transitable, más segura y de oportunidades.

Ok. Oímos a Jorge Velado el miércoles 8, cuando renunció Norman, elogiar mucho la labor del alcalde. Y el alcalde es una persona que ganó cuatro elecciones consecutivas en el municipio capitalino, las municipales de 2009 y 2012, y las dos rondas presidenciales de febrero y marzo. ¿Cómo se explica usted que él no sea el candidato?
No sé, yo no fui parte de la decisión para eso. Norman expresó en su discurso que había terminado un ciclo en su carrera y después expresó que no contaba con todos los apoyos.

Dijo que no le gustaba retirarse sin haber podido dar la batalla y que carecía del apoyo de toda la dirigencia.
Eso es algo que él sabe, pero que yo desconozco.

¿Le preguntó a él a qué se refería?
No.

¿Por qué? Digo, usted es candidato del mismo partido que truncó las pretensiones a Quijano.
No sé, cuando él me llamó para expresarme su apoyo le pregunté de otras cosas, pero no sobre eso, porque mi decisión es ver para adelante.

¿Usted sospecha que le pidieron la renuncia?
No sé.

Cuando usted lo escuchó renunciar y tras ver sus declaraciones posteriores, ¿no llegó a sospechar eso?
Hay cosas que a estas alturas para qué se van a andar averiguando, son cosas que no se vuelven relevantes ni en la decisión del partido, ni en la de Norman ni en la mía.

Posiblemente esas cosas son tan relevantes como que le hablan de la institución a la que usted representa.
... Sí... no sé... yo creo que el partido ha ido fortaleciéndose, evolucionando, mejorando, y así como los países y las personas y las empresas debemos ir esforzándonos por hacerlo mejor. Yo puedo clavarme en especulaciones de posibles errores del pasado o del presente y por eso bloquear decisiones que pueden beneficiar a El Salvador.

¿Cómo financiará su campaña?
Mi campaña para diputado yo la financié acercándome a todo tipo de donantes, desde personas que podían darme 50 dólares hasta empresarios que podían darme 10,000 dólares. Ahora yo pienso hacer mi trabajo de búsqueda de financiamiento a los donantes que anteriormente me apoyaron y a nuevos donantes, y espero que el partido también aporte y, además, existe la deuda política (el financiamiento estatal).

¿Alguno de los grandes empresarios salvadoreños le ha ofrecido su apoyo?
Todos los grandes empresarios de El Salvador han expresado que quieren apoyar la candidatura.

¿Los Bukele?
Bueno... ja ja ja... bueno, si don Armando (Bukele, padre del candidato del FMLN Nayib Bukele) quiere donarme, yo le recibo la donación, ja ja ja...

Edwin: según el expediente judicial contra el expresidente Flores aparentemente puede concluirse que un gobierno extranjero financió la campaña presidencial de su partido Arena en 2004. ¿Usted qué piensa que hay que hacer para evitar ese tipo de flujos a fondos de campaña?
Entiendo que en aquel entonces no era ilegal, y ahora sí lo es. Yo espero estar suficientemente cerca del Coena y de la recaudación para asegurarme de que no venga de un origen como ese.

¿Y si no fuera ilegal usted aceptaría de buen grado financiamiento de un gobierno extranjero?
Transparentándolo yo no tendría problemas y si no trajera 'cola'. Yo no aceptaría ninguna donación que trajera compromisos asociados.

¿Qué hará usted si pierde?
No voy a perder.

Ya no puede volver a la Asamblea Legislativa.
No perderé.

¿Y si le sucede como a Ícaro?
No, porque no tengo alas de cera.

¿Qué tiene?
Pies en la tierra.

Edwin Zamora a su llegada a la entrevista con El Faro camina frente a la residencia presidencial. Foto Mauro Arias
Edwin Zamora a su llegada a la entrevista con El Faro camina frente a la residencia presidencial. Foto Mauro Arias

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