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Colonos extienden la judaización de Jerusalén Este

Más allá de las frecuentes peleas a pedradas y puñetazos, israelíes y palestinos de Jerusalén Este llevan a cabo un combate menos visible, marcado por los intentos de los colonos de apropiarse de viviendas y de judaizar la parte anexada de la Ciudad Santa.


Miércoles, 22 de octubre de 2014
Shatha Yaish (AFP) / El Faro

Así luce el barrio Silwan, ubicado en Jerusalén Este, la mitad de la ciudad que Naciones Unidas asignó en 1947 a Palestina, pero que Israel ocupó militarmente en 1967. Silwan es uno de los barrios en los que los colonos judíos siguen ganando terreno a los residentes palestinos. Foto Ahmad Gharabli (AFP).
Así luce el barrio Silwan, ubicado en Jerusalén Este, la mitad de la ciudad que Naciones Unidas asignó en 1947 a Palestina, pero que Israel ocupó militarmente en 1967. Silwan es uno de los barrios en los que los colonos judíos siguen ganando terreno a los residentes palestinos. Foto Ahmad Gharabli (AFP).

Jerusalén, PALESTINA. Uno de los campos de batalla más feroces es el barrio de Silwan, donde unos 500 colonos viven atrincherados en medio de 45,000 palestinos. Los enfrentamientos son frecuentes.

Durante el último mes, en dos oportunidades los palestinos de Silwan fueron despertados antes de la madrugada por la instalación de nuevos vecinos, que no fueron bienvenidos, con todos sus muebles y bajo la protección de policías. Los colonos se instalaron en 35 apartamentos, en algunos de los cuales por la fuerza, según los palestinos, y en otros con toda legalidad, incluyendo a los de la familia Rajabi.

Los Rajabi trataban de vender su edificio de tres pisos y el terreno contiguo en Silwan, un barrio vecino de la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar santo del islam y el más sagrado para los judíos.

Ellos querían vender a un palestino. Un día, un palestino se presentó. “Dijo que quería comprar para su primo instalado en Dubai y su familia es conocida por su compromiso con la causa palestina”, declaró Zuheir al Rajabi a la AFP. Entonces vendieron por el equivalente de unos $630,000.

“Como un cáncer”

En la actualidad, el edificio está en manos de los colonos. “La gente nos acusa de haber deliberadamente vendido” a los colonos, “pero nosotros no sabíamos”, se quejó Zuheir. Su familia decidió publicar en la prensa la fotocopia del contrato de venta al agente palestino.

Es una cuestión de honor. Y también puede tratarse de proteger su seguridad. Algunos palestinos de Jerusalén Este pagaron con su vida haber vendido a los colonos. La ley palestina puede castigar semejante traición con cadena perpetua y trabajos forzados. “Deberíamos haber sido más cuidadosos, pero no podemos dar marcha atrás. Los colonos son como un cáncer que se extiende en el cuerpo hasta la muerte”, protestó Zuheir.

Los colonos utilizan testaferros palestinos o la ley relativa a los bienes de los ausentes, afirma Jalil Tufakji, un cartógrafo de Jerusalén.

La ley adoptada en 1950 coloca bajo la tutela del Estado israelí todos los bienes cuyos propietarios huyeron durante el conflicto de 1948.

Los agentes al servicio de los colonos “son cada vez más numerosos en Jerusalén y en la Línea Verde”, la histórica línea de demarcación con Jerusalén Este, afirma Ahmed al Rueidi, encargado de la cuestión de Jerusalén en la Autoridad Palestina.

Otras transacciones se hacen a través de empresas denunciadas por los palestinos como testaferros. Un abogado que representa a esas compañías, Avi Segal, se negó a explicar a la AFP los métodos utilizados.

“Todas las operaciones fueron realizadas en forma legal y legítima, eso es todo”, dijo.

Según Tufakji, con esas compras Israel quiere modificar la realidad demográfica con miras a las negociaciones sobre el estatuto de Jerusalén y en particular sobre una eventual división de la ciudad.

Hagit Ofran, de la organización anticolonización Paz Ahora, minimiza el impacto de apropiaciones como las de Silwan. Desde fines de los años 1980, los movimientos projudíos sólo lograron instalar a 2,500 colonos en los barrios palestinos, y si existe un intento de judaización, “dificulta la vida a los palestinos, pero ha fracasado”.

Sin embargo, Ofran advierte otro peligro, mucho más pernicioso en su opinión: el de un turismo masivo projudío en todo Jerusalén Este. Silwan, por ejemplo, cuenta con un importante sitio arqueológico llamado La Ciudad de David. Según la tradición, el rey David construyó allí su palacio y estableció en esa zona su capital, anterior a Jerusalén. Para los visitantes, con semejante pasado, Silwan es indudablemente judío, afirmó Hagit Ofran.

© Agence France-Presse

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