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'Tenemos que estar preparados, no esperar a que la gente sufra hambre'

El ministro de Agricultura afirma que los gobiernos de El Salvador no han preparado las condiciones estructurales para enfrentar el cambio climático y fenómenos como El Niño. Acepta que en el Centa hay 'mucho personal que no tiene ni idoneidad ni tiene la voluntad ni la actitud de ir a trabajar con el productor' y admite que la sequía de julio y agosto ofrece un potencial de provocar hambre entre las familias campesinas que lo perdieron todo.


Miércoles, 10 de septiembre de 2014
Tomás Andréu

Se mueve como pez en el agua porque no ignora el tema que lo tiene entre la sequía y el hambre: el cambio climático. El ministro de Agricultura, Orestes Ortez, sabe los paliativos que deben implementarse tras las ausencias de lluvias en el territorio y que significaron la pérdida de 50 millones de dólares en cultivos solo en el rubro del maíz; no obstante, su optimismo sobre la situación se estrella al codepender de otros ministerios y de otros proyectos que verán la luz con dinero internacional.

Ortez, que es diputado propietario con permiso para ejercer el cargo de ministro, es el presidente de la Comisión Agropecuaria y miembro de la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto en la Asamblea Legislativa. En esta conversación con El Faro, acepta que 'hemos tenido afectación en maíz, frijol, sorgo, arroz y en hortalizas donde más se cultiva en la parte oriental', pero 'inferir que tuvimos una sequía y que el país está mal y la agricultura no sirve y que está destruida en el país, eso sería no objetivo. Eso sería no estar apegado a la verdad'.

Para el ministro hay algo que mantiene sus ánimos en el top-ten de lo saludable: 'Me sentiría profundamente derrotado o pesimista si los agricultores [en este momento] no estuvieran resembrando'.

A pesar de que ha comenzado a llover, ¿cómo está la situación de la agricultura en el país?
Bien. Estamos trabajando y los agricultores están sembrando. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) está haciendo lo que puede. El cambio climático no es un asunto pasajero, no es una feria, no es una coyuntura. El cambio climático es una realidad que está afectando a todo el planeta. Tenemos que crear las condiciones para adaptarnos a producir en esas condiciones. Quiero decirte que la agricultura en El Salvador viene experimentando cambios desde el gobierno del presidente Funes. Estamos trabajando en profundizar esos cambios, hacerlos más eficientes, acercar las capacidades tecnológicas y de innovación, y por supuesto los recursos, al productor de parte del MAG y sus organizaciones vinculadas como el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA) y la Escuela Nacional de Agricultura (ENA).

Cuando dice que la situación de la agricultura está bien, ¿a qué se refiere? El Faro ha visitado el oriente del país y hay gente que ha perdido manzanas enteras de maíz, frijol, café... todo.
Va bien. Es que... hay optimismo, hay trabajo y estamos haciendo esfuerzos importantes por mitigar... es que yo quiero partir de lo siguiente: el presidente le hizo un llamado a ustedes [medios de comunicación] para que no le informen al país solo de la tragedia solo para vender una noticia, sino que le informemos al país de las cosas útiles que se hacen. Y yo, en ese sentido, me sentiría profundamente derrotado o pesimista si los agricultores no estuvieran resembrando, si no me dijeran: mire, ministro, aquí necesitamos paquetes, abonos... las pérdidas nosotros las registramos, las hemos conmensurado y estamos trabajando para que en esta temporada, siempre incierta, podamos reponer o reparar las pérdidas que nos ha dejado [la sequía]. Lo que tú decías es correcto, pero inferir que tuvimos una sequía y que el país está mal y la agricultura no sirve y que está destruida en el país, eso sería no objetivo. Eso sería no estar apegado a la verdad. Hemos tenido una canícula de 29 días ininterrumpidos y 35 días con interrupción que ningún tipo de cultivo en ninguna parte puede resistir el estrés hídrico de esa naturaleza. Hemos tenido afectación en maíz, frijol, sorgo, arroz y en hortalizas donde más se cultiva en la parte oriental.

¿Qué perfil han hecho del fenómeno de El Niño? Porque esto no es solo de ahora. Y con el cambio climático vienen épocas que se pondrán más difíciles.
Sí, vaya. Precisamente sobre eso: El Niño, según las agencias norteamericanas, el fenómeno ha disminuido su posibilidad [de materializarse] a un 65 %, pero aun si estuviéramos a un 40 %, no significa que es una situación normal. El período que estamos viviendo es anormal. El ingreso de El Niño no solo afecta a esta estación, sino que va a afectar parte de 2015. Nosotros hemos sostenido como MAG que, además de mejorar las capacidades de la asistencia tecnológica a los productores, ha llegado el momento de tomar dos medidas que me parecen importantes: resolver estructuralmente las posibilidades de producir con riego en aquellas zonas donde es posible hacerlo. Y tenemos zonas con producción agrícola donde podemos utilizar el agua, por ejemplo, de toda esta banda costera desde el departamento de La Paz hasta San Miguel. Tenemos condiciones para desarrollarla... En el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) ya tenemos prácticamente construido el diagnóstico hídrico que me va a servir de plataforma para ir trabajando los proyectos de riego, por supuesto, sistemas de riego amigables con este cambio climático. Ya no es posible esta configuración geográfica del corredor seco hacer riego tradicional y desperdiciar inmensas masas de agua para producir un poquito de maíz. Te doy un dato: con la cooperación japonesa estamos a punto de poner en marcha un proyecto de 1.8 millones de dólares de riego... ya están en Zacatecoluca, Tecoluca y Jiquilisco. Ese proyecto empezará a producir en este verano (sic). Mientras tanto, estamos en el proceso de adquirir 104 sistemas de microrriego móviles para llevarlos por las diferentes zonas y prestarle al campesino ese servicio y se pueden instalar en una parcela, dos, cuatro manzanas; moverme por un municipio, por un departamento. Si la estación lluviosa ordinaria tiene problemas, nosotros estaríamos logrando con riego la compensación de las pérdidas... La conclusión que tengo es que el país y su gente tienen la capacidad de garantizar la seguridad alimentaria de granos básicos en El Salvador.

Se han perdido millones en dólares, millones en quintales en producción, miles de manzanas. Esto es un problema muy grave. Con la honestidad que el tema requiere, ¿qué se viene para El Salvador en producción alimentaria? Hay organismos y productores que han afirmado que este asistencialismo cae en saco roto. La ayuda es poca con las grandes cantidades que se han perdido y que se necesitan medidas radicales para cambiar esto.
Eso son los extremos de una acción, porque esos son como los canta-mañana: que todos los días te cantan, pero que no transforman en nada la realidad. El subsidio agrícola tiene el propósito de que las familias de economía de subsistencia no padezcan hambre y no es cierto que ese esté echando en saco roto. Lo que pasa es que la comunidad rural no ha recibido el apoyo que debería de recibir por más de 20 años. Salió del conflicto armado y cayó en el consenso de Washington el sector agropecuario. Ese es el fondo del tema. Si tú me preguntas si debemos mantener por sécula esta subvención a través del paquete agrícola, yo te diría que no. Para mí sería más importante impulsar una agricultura de excedente basado en productividad, en transferencia tecnológica que le permita al productor recuperar, no solo su trabajo, sino también su inversión y un excedente que le permita seguir inserto en la actividad agrícola. Siempre es necesario el estímulo del Estado. Lo óptimo sería que tú llegaras y me dijeras que has producido 100 quintales de maíz, pero el precio en el mercado no te compensa. En otros países estimulan a ese productor que arriesga todo a estar dándole esa pequeña economía de subsistencia que no sale de ahí. Los radicales de estas posiciones no dicen que... a lo que me quiero referir es a lo siguiente: el gobierno, para aquellos que producen hasta tres manzanas de terreno con frijol y maíz les está otorgando este año 18 mil préstamos solo a maíz al 4 %. Esa es una dinámica que deberíamos de ampliarla a 10 manzanas, porque cuesta encontrar gente que pase de 10 manzanas en cultivos de granos básicos. Concluyo la idea diciendo que no es cierto [que los subsidios agrícolas] estén cayendo en saco roto. Son una necesidad imperiosa si queremos evitar el hambre.

¿Y cuál es la perspectiva sobre este tema...?
La perspectiva es que nosotros debemos asegurar en esta estación que estamos ahorita se siembre la mayor cantidad de frijol y maíz. No es poca cosa que en maíz, frijol, sorgo estamos distribuyendo miles de paquetes. En frijol estamos distribuyendo 200 mil y estamos en proceso de adquirir otra cantidad para terminar de completar las siembras de frijol en Chalatenango, Santa Ana, Sonsonate, Ahuachapán... La población nos dice que quieren sembrar maíz, frijol. Entonces, perfecto: concentramos los fuerzos de Cabañas hacia el oriente, donde los estragos en maíz fueron fuertes [además], la población tiene tradición de siembra postrera y concentramos la distribución en la zona oriental. ¿Es suficiente todo este esfuerzo? No, no es suficiente. ¿Qué debemos de hacer? Ha llegado el momento en que el Estado salvadoreño establezca una reserva estratégica de alimentos para estar preparados para cualquier circunstancia, ya sea por clima o por otro tipo de siniestro al que estamos expuestos en esta franja del corredor seco de Centroamérica. Además, en las placas del Pacífico ha habido siniestros importantes que requerirán atención en algún momento y no estamos preparados en ese sentido.

Pero ese banco de alimentos es un 'ABC' que hace tiempo debió haber funcionado...
Al contrario...

El presidente Sánchez Cerén ha dicho que necesita fondos, ¿cómo van a implementar este banco de alimentos?
En este plan de emergencia que hemos diseñado hemos solicitado una cantidad de dinero y de hecho en el refuerzo presupuestario de 2015 estamos solicitando ese dinero para empezar esa compra [de granos básicos] y ojalá esas compras se pudieran hacer a los productores que logren cosechas este año y en vez de rematarlos en los mercados tradicionales en el que se benefician los intermediarios de la política económica del gobierno y del trabajo de los pequeños productores, sea el Estado el que logre comprar una parte importante a un precio razonable para estar preparados si el otro año enfrentáramos otra situación igual... Tú sabes que este año Nicaragua y Honduras no van a tener producción de frijol de la estación tradicional. Y están a la expectativa como nosotros de lo que va a ser el resto del invierno de agosto a noviembre. Por esa razón de manera responsable he dicho en público y en privado en el gabinete económico que debemos pasar a construir la reserva estratégica de alimentos para el país. ¿Y cómo estamos solventando ahora? Tú sabes que la roya nos dejó efectos...

Bueno, aún hay estragos al respecto [en Usulután, como comprobó El Faro...]
Sí, aún hay estragos en la población que vive de los jornales de la caficultura. Estamos resolviendo con el Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam), Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) un paquete básico para 25 mil familias que hemos detectado con vulneración a fondo en este tema de la roya. Sostuvimos una reunión los ministerios antisequía [Medio Ambiente, Agricultura y Gobernación] para presentarle al PMA un requerimiento concreto que está atento para atenderlo en la zona oriental en la que tenemos la seguridad que por el efecto de la sequía de julio va a necesitar de paquetes [porque] tenemos que estar preparados, no esperar a que la gente sufra hambre. Nos hemos reunido con los gobernadores de estos 10 departamentos afectados y les hemos dicho que tienen que estar preparados, listos y saber con precisión —como responsables del desarrollo territorial— a dónde vamos a tener estas demandas para no estar haciendo justamente un clientelismo absurdo, despilfarrador. Focalizaremos adecuadamente las familias que necesiten este subsidio.

¿Qué papel está jugando en esta crisis el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa)? La crítica más fuerte es que el Centa no tiene incidencia y que de tecnología no tiene nada.
Te agradezco que hayás tocado este punto. El Centa en su creación fue una idea importante desde los años de 1960. Fue el mejor centro de la región en innovación, investigación y transferencia tecnológica que tenía El Salvador. El enfoque de tierra arrasada al agro del Consenso de Washington y el Centa casi termina siendo privatizado, pero fue desmantelado en dos actividades fundamentales... En el gobierno del presidente Funes se hicieron algunos cambios, tibios a mi juicio, porque se involucra al Centa en el Plan de Agricultura Familiar. El Centa estaba confinado anteriormente a ser un aparato electoral de control del voto rural del partido en el gobierno. Sacar de ese estado al Centa no es una tarea fácil, pero nos la hemos planteado en la junta directiva, y convertirlo en un centro de producción e innovación para el agricultor salvadoreño. Tienes toda la razón y yo comparto —y es la primera vez que lo voy a decir en público—: tenemos mucho personal que no tiene ni idoneidad ni tiene la voluntad ni la actitud de ir a trabajar con el productor. No son la mayoría, pero sí los hay. La crítica tiene toda la razón. Estamos trabajando en los cambios de actitud, eso es esencial. Segundo, dotar de recursos al Centa. Tenemos el apoyo importante de países amigos como Japón, Corea, Taiwán, Estados Unidos y comparte esta visión de hacer del Centa un verdadero centro de la tecnología agropecuaria. La gente lo que debe de darnos es un compás de espera para que hagamos nuestra proyección. Acabamos de crear y ya está funcionando en 20 puntos del país la división Centa-Café con cerca de 60 especialistas visitando las zonas geográficas cafetaleras de las seis cordilleras. Lo anterior no se tenía. El Estado había perdido la capacidad de la asistencia tecnológica y las consecuencias las hemos pagado. Caímos el año pasado a 700 mi quintales de producción después que producíamos un millón 900 mil. Es uno de los impactos más fuertes, pero yo sí estaría en problemas si no tuviéramos ya una visión de transformación del Centa. Hemos empezado a trabajar en eso, vamos a darle mucha atención a la investigación científica, profundizar en la investigación aplicada y lo esencial: que podamos hacerle la transferencia al campesino. En época de cambio climático, la asistencia directa al productor es fundamental, no solo para conocer mejor el clima, sino para hacer condiciones de resiliencia mejor. Por otra parte, que el hombre y la mujer logren nuevamente con toda su capacidad y sabiduría producir en condiciones de cambio climático. También creemos que la Escuela Nacional de Agricultura (ENA), que es otra de las instituciones que rige el MAG, también debe educar a los agrónomos, no con la visión de la agricultura de los años 50, sino con la visión de la agricultura en el cambio climático: agricultura orgánica, métodos agroecológicos adecuados. La junta directiva de la ENA ya está trabajando en el cambio curricular. Yo el panorama lo veo optimista, porque tenemos voluntad y tenemos disposición, tenemos a la comunidad internacional de nuestro lado y nosotros tenemos una visión de hacia dónde caminar; por supuesto, sin desconocer que en el día a día debemos ir encarando estas dificultades.

En Usulután los productores pensaron en la creación de un banco de granos básicos como lo han pensado ustedes, pero el Banco de Fomento Agropecuario (BFA) dio la espalda a esta iniciativa que finalmente fue apoyada por la banca privada. ¿Qué papel juegan el BFA y el Banco Hipotecario?
Estos bancos están creados fundamentalmente para cumplir una misión de acompañamiento al sector agropecuario. En el caso del BFA casi se lo terminan. El gobierno del presidente Funes lo encontró con un patrimonio de 18 a 20 millones de dólares. La administración del presidente Funes cerró con un patrimonio de 30 millones de dólares, es chiquito. Sin embargo, en esa administración se lograron entregar 100 millones de dólares a la producción de granos básicos y ganadería. Estamos trabajando en este momento con el Ministerio de Hacienda, el gabinete económico y el secretario técnico de la presidencia, Roberto Lorenzana, la necesidad de incrementar el patrimonio tanto del BFA como del Banco Hipotecario. Tú te diste cuenta en los medios de comunicación que el Banco Hipotecario se había dedicado a dar préstamos para vivienda, cuando se tiene que desarrollar la economía agropecuaria en el país. Ya se hizo la corrección. Yo desconozco el tema que me has planteado, pero qué bueno que le dio apoyo la banca privada. De todas maneras, voy a decirte que estoy preparando una petición que ya conversé con los representantes de la FAO y el PNUD para ver si de aquí a diciembre tenemos construida y el diseño metodológico de un sistema nacional de abastecimiento para hacer de verdad que la política de seguridad alimentaria tenga soporte. La región centroamericana está pagando una factura que no le pertenece en el tema del cambio climático.

¿Se piensa en un bloque centroamericano de ministros que pidan a las potencias que reduzcan sus emanaciones que provocan el cambio climático?
Tenemos una reunión los ministros de Centroamérica este septiembre en Belice en la que el tema central será los efectos de la sequía en el corredor centroamericano y las medidas de trabajo conjunto como región, porque esto nos afecta a todos por igual. Veremos cuál va a ser el planteamiento a la comunidad internacional sobre este tema. Yo pienso llevar el tema de la responsabilidad de las grandes economías industriales y los recursos con los que deben de apoyar a Centroamérica para que estos efectos devastadores sean mitigados de una mejor manera.

En esta crisis, ¿qué tan delgada es la frontera en la que el salvadoreño empiece a consumir alimentos transgénicos? Incluso, la FAO se ha planteado eso para paliar el hambre.
Bueno, mira... yo creo que nuestros campesinos difícilmente estarían en las condiciones de trabajar con semilla transgénica. Es más: en lo que estamos trabajando es en hacer nuestras propias variedades porque las tenemos. Tenemos 15 variedades nacionales liberadas por el Centa. Por eso te decía que tampoco es que el Centa esté tirado al perro. Estamos por llevar en transferencia una variedad de arroz que produce 214 quintales por manzana. Ahorita el promedio nacional es de casi 95. ¿Para qué vamos a necesitar semilla transgénica? El H59, que es el maíz que nos proveen los productores nacionales de semillas, tiene buen rendimiento. ¿Qué nos ha fallado? La asistencia tecnológica. Si nosotros acompañamos adecuadamente a los productores de maíz y frijol a elevar la productividad, no tiene por qué El Salvador recurrir a la semilla transgénica. Mirá: en primer lugar, somos antitransgénico. Aun para los animales es cuestionable el uso de semillas transgénicas. Por eso no dejamos de producir sorgo, porque esto es importante para la cría de animales, aves de corral, cerdos, etcétera. Entonces, rotundamente te digo que no se está pensando en semillas transgénicas.

Los organismos con los que habló El Faro afirman que una carencia del gobierno anterior —y de este entrante no sé, porque va comenzando— es que no ha habido un estudio o diagnóstico sobre el suelo para cultivar y para que este esfuerzo fuese potable. Además, que ha faltado una prohibición [por ley] contra la minería por efecto dominó que tiene en los suelos y mantos acuíferos...
Tú sabés que a la minería le hemos dicho que no y en eso hay una clara respuesta de que no...

No hay un no rotundo, no hay una política que diga 'Prohibida la minería en El Salvador. Ni en sueños...'
Pero... mirá, aquí voy a hablar por el FMLN, porque sabés que he sido diputado. Nosotros en eso no hemos tenido ambages y hemos acompañado a las organizaciones antiminería. Personalmente, yo como ministro de Agricultura, creo que la minería es, al hacer los costos y beneficios, mucho más oneroso el daño incalculable desarrollar la minería, máxime si es una minería con métodos primitivos. Sobre el diagnóstico del suelo, estamos trabajando. El Centa tiene una división de suelos y estamos trabajando en una tecnología que facilite el análisis de suelo en diferentes regiones donde tenemos café para adaptar la fertilización a las condiciones de la realidad del suelo. También tenemos una división de agricultura orgánica. Tengo reuniones con el BFA y el Centa, precisamente para estimular la producción orgánica en el país. Y para eso se necesita saber cuáles son las características que tienen los suelos.

¿Qué se ha hecho mal en El Salvador con el cambio climático, con el fenómeno de El Niño?
Lo más importante de esto es que no hemos preparado las condiciones de resiliencia adecuadas. Mucho menos, los trabajos estructurales para adaptar todo el aparato agrario... Bueno, la política forestal está sumida. Necesitamos una política forestal y una nueva reglamentación forestal de estímulo para hacer la recuperación ambiental que necesitamos.

¿Y dónde queda la ley de aguas...?
Ah, claro. Esto es muy importante. La ley de agua hará posible un marco normativo para una mejor y más racional de recurso...

¿Dónde está el impedimento para esta ley? ¿Por qué no camina la discusión en la Asamblea Legislativa, si ya hace 20 años la ANDA había preparado un borrador de ley?
Porque el sector privado quiere seguir en el potrero de don Pío: que cualquier animal entra y sale y nadie le dice nada.

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