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El Teatro Luis Poma y su dramático final de temporada

El drama se apropió de las tablas del Teatro Luis Poma desde 14 de agosto, fecha que marca la tercera llamada del tercer y último acto de la temporada 2014, que trae consigo dramaturgia salvadoreña, entre ellos una obra de Jorgelina Cerritos y el proyecto ganador del Premio Ovación 2013.


Viernes, 15 de agosto de 2014
María Luz Nóchez

Tres estrenos y seis reposiciones estarán disponibles en cartelera hasta el 21 de diciembre de 2014, cerrando el ciclo con “El Cavernícola”, la obra más taquillera en la historia de esta sede teatral. El primer actor salvadoreño Antonio Lemus Simún será el encargado de inaugurar con “Bandera Negra”, una obra que interpretó y dirigió hace 14 años con el Grupo Hamlet, un drama del español Horacio Ruiz de la Fuente.

La repetición de obras a exhibirse tiene para Roberto Salomón, director artístico del Poma, dos funciones: poner en escena obras de calidad que se están produciendo en el medio y que por distintas circunstancias el público no ha tenido la oportunidad de ver en el pasado y, en el caso particular de La Bocha Teatro, rendir tributo a sus 10 años de carrera artística. Y es que del 11 de septiembre al 5 de octubre, Óscar Guardado y Dinora Alfaro pondrán la nota cómica con Nuestra amante, La fiesta y La culpa la tuvo el tranvía, dirigidas por Fernando Umaña, Enrique Valencia y Roberto Salomón, respectivamente.

Ángel de la guarda, interpretada por Naara Salomón, en 2009. Foto cortesía del Teatro Luis Poma.
Ángel de la guarda, interpretada por Naara Salomón, en 2009. Foto cortesía del Teatro Luis Poma.
En noviembre también hará su regreso a las tablas Naara Salomón con el unipersonal Ángel de la guarda, obra escrita por el dramaturgo salvadoreño Jorge Ávalos. Que esta pieza vuelva a cartelera coincide con la invitación que Rubén Correa hiciera al director del teatro para participar en el Festival Cervantes en Buenos Aires (Argentina). “Inicialmente Rubén quería que lleváramos Incendios, pero se trata de un elenco de 15 actores y actrices, era imposible”, explica Salomón, quien agrega que Correa y él trabajaron juntos durante dos años, luego de que el organizador del festival argentino conociera su trabajo con Tierra de ceniza y esperanza en Madrid, España, en 2001, obra que dirigió para Sol del Río, la compañía de teatro más relevante entre los setenta y los albores del siglo XXI.

El estreno de Las voces del tiempo a la sombra de los almendros, de la dramaturga salvadoreña Jorgelina Cerritos llevará de regreso el drama a escena con un texto que se ha nutrido de experiencias, los dolores y los fantasmas de personas que estuvieron involucradas o que fueron víctimas de los distintos conflictos civiles en Centroamérica. La producción de este montaje se basa en el proyecto que la compañía costarricense 50 al Sur, dirigida por Jorge Hugo Carrillo, presentara al programa de ayuda para la creación dramatúrgica de Iberescena. Esta serie de diálogos sobre la memoria que los actores mantendrán en escena es un trabajo en conjunto con creadores, actores y actrices de México, Guatemala, El Salvador y Costa Rica.

Sobre la pertinencia de traer este tema a escena, Cerritos asegura que “la responsabilidad que como artistas sentimos con temas que no se han discutido ampliamente a través del teatro es llegar a la reflexión y comprobar qué tan cierto es que las heridas están cerradas y que ya podemos pasar la página. Es un riesgo, pero tenemos la obligación de hacerlo”. Que el debut se haga en San Salvador, añade, tiene que ver con que las realidades más cercanas al conflicto están más presentes en los países del triángulo norte de la región que en Costa Rica, país del que surgió la iniciativa.

Siguiendo la línea de los conflictos humanos, Enrique Valencia presentará del 16 al 26 de octubre El resplandor del anónimo, un texto de su autoría que trae a escena las casualidades que unieron a Santiago y Maricela; el reencuentro fallido de Alberto y su familia; y el conflicto de identidad que envuelve a sus 34 años a Elizabeth. Tres “anécdotas a polo tierra” con las que el director pretende mostrar al público la miseria humana desde “las sombras internas que nos llenan de lastre”, explicó Valencia.

Para llevar a escena este drama contemporáneo, el autor se ha auxiliado de la bailarina Didine Ángel para la dramaturgia física de los actores, y la diseñadora Catalina del Cid para el espacio escénico.

El último de los estrenos para esta temporada está a cargo de Ricardo Barahona y Lorena Juárez, a quienes el año pasado un jurado les otorgó por unanimidad el Premio Ovación 2013. Esta historia, que combina la animación audiovisual con la actuación y la fantasía, nos presenta a Tamborina, una niña que viaja a través de videollamadas por los destinos por los que transita Carmelo, su padre, quien ha tenido que migrar producto de una decisión laboral.

Este estreno coincidirá con la entrega que por sexto año consecutivo harán la Fundación Poma y el Teatro Luis Poma del Premio Ovación, el cual consiste en una subvención de 5 mil dólares para echar a andar un proyecto teatral, aunque este no se traduzca en una obra de teatro. “Lo más importante del premio son los efectos colaterales y a largo plazo que genera en los ganadores”, dice Salomón, quien siempre ha puesto en el jurado su voto de confianza para la elección de los ganadores, aunque los resultados no sean siempre los esperados.

Entre las particularidades que han marcado la undécima temporada de la sala de teatro está la entrega tripartita que se hizo del programa, el cual fue entregado en dosis de 3 y 8 obras, respectivamente. La estrategia, sostiene Salomón, pretende orientar de mejor manera al público sobre lo que está disponible en cartelera para disfrutar: 'ha funcionado maravillosamente, ya no tenemos un programa con 10 obras que ya pasaron'. En retrospectiva al éxito de los espectáculos que ya pasaron por las tablas, solo agrega que él da un voto de confianza a los directores que logran colar sus obras en la temporada, le gusten o no los textos escogidos para ser representados. 'Es un salto al vacío, yo no puedo censurar una obra solo porque a mí no me guste'.

Este año, el Teatro Luis Poma también ha abierto las puertas a la formación de actores y actrices con un taller de títeres, impartido por el Sandglass Theater de Vermont, Estados Unidos; el taller de interpretación con Pablo Castel, actor de origen salvadoreño formado en México y Francia; y un taller de dramaturgia de Luis Ayllhón, dramaturgo mexicano, también de origen salvadoreño. De hecho, como resultado de la primera capacitación ya se han seleccionado a siete actores salvadoreños para llevar a escena el primer espectáculo de títeres de este tipo. Entre ellos están Alejandra Nolasco, Pechán Osorio, Viktorio Godoy, Dinora Alfaro, Óscar Guardado y Naara Salomón. El resultado del taller está programado para estrenarse en agosto del próximo año.

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