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“Me refiero al orgullo de que, aun habiendo personas que quisieran vernos empalados, seguimos existiendo”

Es cierto, lanzar la lucha por el matrimonio igualitario es importante, pero El Salvador ofrece retos más urgentes para la comunidad LGBTI, dice el activista Nicolás Rodríguez. Explica cómo él cree que esta sociedad puede ir desmontando poco a poco el odio hacia los gays, lesbianas y transexuales, y cómo los organizadores de la marcha del 28 de junio neutralizaron una 'procesión' que, temían, resultara contraproducente.


Domingo, 13 de julio de 2014
Lya Cuéllar

Nicolás Rodríguez, activista defensor de los derechos humanos de la comunidad LGTBI en El Salvador. Foto: Mauro Arias
Nicolás Rodríguez, activista defensor de los derechos humanos de la comunidad LGTBI en El Salvador. Foto: Mauro Arias

Entre su trabajo como director del portal de la diversidad sexual elsalvadorg.com, sus múltiples apariciones en medios televisivos y su trabajo como promotor y organizador de la Marcha por la Diversidad Sexual, Nicolás Rodríguez se ha convertido en el “comunicador de la diversidad sexual” en el país. “Me estaban diciendo que yo era el Hank McCoy (The Beast) de la comunidad, jajaja”, bromea Nicolás. Sin embargo, puede que esa comparación con el personaje de la tira cómica X-Men no sea desatinada.

Nicolás trabaja como comunicador social “secular” desde 2002, realizando a la vez proyectos propios como activista de la comunidad LGBTI. En 2007, tras un ataque homofóbico, Rodríguez se vio obligado a decidir entre continuar su trabajo como publicista o dedicarse únicamente al activismo. Nicolás se decidió por la segunda opción y creó el portal www.elsalvadorg.com. Desde entonces, se ha dedicado a tiempo completo al activismo por los derechos LGBTI. A partir de 2009, tras la creación del Comité 28 de Junio, Nicolás asumió un papel clave dentro de la comunidad, encargándose de la publicidad y de la gestión de permisos para la realización de la Marcha por la Diversidad Sexual.

La Marcha por la Diversidad Sexual se realiza en todo el mundo el sábado más cercano al 28 de junio, el Día Internacional del Orgullo LGBTI. En El Salvador, la marcha se realiza desde 1997, por iniciativa de la asociación Entre Amigos, y coincide con el aniversario del asesinato y la violación de más de una docena de mujeres transgénero a manos del extinto Batallón Bracamonte en 1984. Este año, la marcha reunió a miles de personas (entre 4 mil y 7 mil personas) que desfilaron desde el Parque Cuscatlán hasta el Monumento al Divino Salvador del Mundo. Antes y después de esto, Nicolás actuó como maestro de ceremonias para los actos en el Parque y en el Monumento. Su portal, elsalvadorg.com, se encargó de la publicidad de la marcha por medio de redes sociales.

¿Qué es exactamente elsalvadorg?
Es un portal de noticias que funciona mayormente en redes sociales, es más que todo un tanque de contenido en la red.

Pero yo veo más publicidad de bares y discotecas, por ejemplo, y menos noticias...
Sí, pero porque obviamente nuestra información es holística. Hay 23 secciones del portal y una de ellas es la de los bares y discotecas, porque obviamente no se vive del aire. Hay que pagar el hosting, la luz, el internet, y eso se paga con el aporte modesto que los bares y discotecas dan, pero nuestro trabajo es noticioso. Hemos hecho noticias tanto nacionales como internacionales. También cubrimos turismo LGBTI, que me gustaría que se desarrollara en El Salvador. Hacemos vídeos de este tema para que la gente vea que si se abren las puertas a la diversidad hasta se tiene beneficios económicos. En síntesis, el trabajo es noticioso.

¿Y cómo lo financian?
Se financia principalmente por lo que dan bares y discotecas. De vez en cuando tenemos uno que otro anunciante, pero son ocasiones de meses. Lo que sí es fijo es el aporte pequeño de los bares.

Pero si es un “aporte modesto”, ¿tenés otra fuente de ingresos?
Antes hacía asesorías publicitarias, pero elsalvadorg.com me chupa demasiado tiempo. Estoy susbistiendo, literalmente.

... ¿Te alcanza?
Subsisto. Sobrevivo, ja ja ja...

Bueno, hablemos de la Marcha por la Diversidad Sexual. El año pasado salieron del Salvador del Mundo y llegaron a vestir el Palacio Nacional con banderas de arcoíris. Este año, la ruta fue al revés y hasta se promovió un “PrideFest” con música electrónica… ¿A qué se debe ese cambio de enfoque?
La marcha tiene distintas justificaciones cada año, algunas son más reivindicativas, depende de lo que haya sucedido en el año. Como realmente tuvimos muchos logros... digo, asesinatos siempre ha habido y Dios quiera que no siga habiendo, pero este año hubo muchos logros y eso lo queríamos celebrar. Terminamos con algo más festivo al final, pero el protocolo del inicio en el parque fue más solemne, con el himno nacional a capella, con la lectura de las posiciones reivindicativas y las demandas hacia el Estado y las instituciones... Hubo un momento en el que recordamos a las personas que han muerto por crímenes de odio. Digamos que lo protocolario y serio lo dejamos para el inicio y dejamos lo festivo para el final. La idea era, aparte de nuestras demandas, celebrar como hacen en muchos países, donde se vuelve un evento familiar. Me fijé en que este año ya se acercó más a eso, la gente llegó con sus familias a ver a la comunidad LGBTI en su celebración, en su día. El punto es celebrar la diversidad, celebrar que, a pesar de que vivimos en una sociedad heterosexista, patriarcal, dominante, opresora, estamos aquí y salimos adelante. Hubo logros, como en el Tribunal Supremo Electoral, con el voto de las personas trans... hay razones para celebrar.

La marcha anterior se centró en los crímenes de odio que siguen impunes. El lema era “Sin igualdad, no hay justicia”. ¿Por qué creés que estos crímenes siguen en la impunidad?
Por el simple hecho de que no se ha judicializado ninguno. Yo no sé si es falta de voluntad del fiscal, de las instancias encargadas, pero no, no ha habido ni una sola judicialización. Es por eso que la compañera Karla Avelar llegó hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en noviembre del año pasado a demandar al Estado para que sí haya al menos un statement...

¿Y hacia qué te inclinás más: a pensar que es falta de voluntad, indiferencia o que hay gente con poder político que también odia, que es homofóbica?
No, no solo indiferencia, mueven palancas. Con esta marcha me di cuenta. Esos poderes fácticos con mucho poder económico e influencias lograron que un día antes de la marcha se nos revocaran los permisos. Fue gracias a la astucia legal de tu servidor y a imponerse, decirles que están cayendo en una ilegalidad, que a las 9 de la mañana del día siguiente volvimos a tener el permiso. Pero sí, todo fue porque gente poderosa tomó el teléfono.

Pero, ha habido muchas marchas. ¿Por qué querrían detener esta?
¿Será porque esta fue para la que más bulla hemos hecho? Ja ja, eso puede ser.

Puede ser. Ustedes son una comunidad porque tienen un interés común: que se les reconozcan sus derechos. Pero los diferentes grupos dentro de la comunidad no coinciden en todo, lo que seguramente produce conflictos internos. ¿Cómo se administrás los conflictos por esas diferencias?
Para eso se hizo el Comité 28 de Junio, para que todas las organizaciones civiles estén invitadas a participar en el proceso. Tanto las organizaciones trans, como las de gays y lesbianas vamos a tener agendas distintas, pero todos tenemos puntos en los que coincidimos. Por eso es la creación del comité, porque eso es algo en lo que coincidimos, en la marcha. 
Me llama la atención que hay organizaciones, como las que se hicieron muy famosas este año por la controversia que generaron, que nunca se han abocado a participar en el proceso de organización de la marcha. Fue una falta de respeto que solo vinieron a imponerse con su planteamiento y posicionamiento cuando no participaron en el proceso de creación de la marcha.

Entiendo que estás hablando de las “Adoradoras de la Santísima Vulva”. ¿Qué te pasó por la cabeza cuando viste lo que estaban haciendo?
¿Me preguntás como Elsalvadorg o como Nicolás?

Como Nicolás.
Mi posición es que las compañeras tienen todo el derecho de expresarse. Lo vi mal como organizador que se había estado pelando las cejas consiguiendo los permisos por tres meses, permisos con mis declaraciones juradas y mis firmas... obviamente me molestó ver que no socializaron su forma de expresarse. Escuché que una de ellas dijo que era “una forma creativa de santificar el órgano femenino y la sexualidad de la mujer”. Yo lo entiendo y lo aplaudo. El problema para mí es que mezclar asuntos religiosos y más con respecto a la Virgen María es complicado. Creo que hasta personas que no son católicas se pudieron sentir insultadas por la imagen tan gráfica. El problema es que mucha gente pensó que eran afiches oficiales del Comité 28 de Junio y de repente, todos los permisos que había sacado peligraban.

Pero y si ellas lo ponían como una religión propia, ¿no se podría apelar a un derecho fundamental como es la libertad de culto?
Mirá, yo tengo entendido, y puedo equivocarme, pero era una expresión creativa, no una nueva creencia para ellas. Yo sé que muchas de las que estaban ahí son agnósticas. Yo, lo que entendí por sus planteamientos, es que no era una cuestión de una nueva religión, era más una dignificación creativa de la santidad de la mujer y del derecho a su sexualidad. Estaban ocupando a la Virgen de Guadalupe, que aquí en El Salvador, llegaría a creer, tiene casi más peso que el mismísimo Jesucristo, y sí era una cuestión delicada. Como comunicador social te digo que si ellas querían dejar un mensaje y cambiar las mentes, llegaron con demasiado ruido. No era lo que querían lo que la gente interpretaba, lo interpretaban como una irreverencia a la devoción.

¿Qué hicieron al respecto?
Inicialmente, nada. Era una expresión de ellas y ya. Cuando empezó a afectar nuestros permisos, sí tuve que dejarle claro a las instancias que los otorgaban que yo, a ellas, su derecho de expresarse en las calles no se los podía quitar, pero que el espacio específico del Salvador del Mundo que era del permiso de Espectáculos Públicos... Porque la actividad del Salvador del Mundo tenía tipificación de espectáculo público y teníamos el permiso del Ministerio de Gobernación. La directora de Espectáculos Públicos me dejó bien claro que eso no podía estar presentes porque violaba la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (Lepina), leyes de discriminación contra la mujer... Entonces, se les hizo ver a ellas antes de la marcha que ellas al espacio ese no podían entrar y que no podían estar en su bloque de la marcha. Tengo entendido que igual se fueron atrás y se expresaron. Si esa es su forma de expresarse, ¿por qué no lo hicieron en otra parte, en espacios que ellas gestionaron? ¿Por qué vinieron a violentar un proceso que el Comité había gestionado y que nos condicionaba? Ellas participaron hasta el final y antes de llegar al monumento al Salvador del Mundo se les pidió con la PNC que se desviaran.

Y, ¿por qué era el escándalo? ¿Por las vírgenes besándose o por la vulva?
El escándalo lo hicieron las personas conservadoras que interpretaron el posicionamiento gráfico de las compañeras de la peor manera. Ya hablando a nivel popular, pues, era una imagen de una Virgen de Guadalupe donde su cuerpo era una vagina con clítoris expuesto. A las personas en el país todavía les cuesta mucho mezclar la sexualidad y la religión en una sola frase. No nos vayamos tan lejos: el simple hecho de que una persona sea homosexual, bisexual o trans y cristiana no les cabe en la cabeza.

¿Vos sos cristiano?
Sí, soy evangélico. Aunque una visión muy amplia de la palabra “evangélico”.

Y, ¿cómo conciliás tu fe con lo que la Biblia dice de las personas homosexuales?
Como cristiano, uno está invitado a leer las escrituras y a leerlas bien. Yo te puedo decir con total propiedad que los siete versos bíblicos regados por todo el libro que hablan en contra de la homosexualidad son libros que han sido interpretados a lo largo de los siglos en una visión heterosexista patriarcal. Pero si tú lees los escritos originales, ninguno de los siete versículos que hablan del tema están hablando realmente de la homosexualidad como tal. Jesucristo nunca habló contra la homosexualidad, ni en los cuatro evangelios canónicos que están en la Biblia, ni en los 16 otros que no han sido aprobados. Lejos de eso, hay un pasaje bíblico, el famoso pasaje del centurión que va a pedirle que le sane a su criado. Si leés el griego original, la palabra que aparece para criado es “pais”, que contextualizándolo en el tiempo de Jesús, era la palabra utilizada para “amante”. En pocas palabras el centurión le estaba pidiendo que le sanara a su amante. Y Jesucristo no le regañó ni le increpó, solo hizo que sanara su “pais”. Así que si ni Jesucristo condena la homosexualidad, ¿por qué va a venir alguien más a hacerlo? No, no tengo ningún problema con mi sexualidad y mi religión.

Entonces, ¿pensás que personas como Julia Regina de Cardenal malinterpretan la Biblia?
Uno ve la vida desde el punto de vista con el que lo criaron. Yo mismo le he expresado que gran parte del tiempo exagera, porque habla de un lobby LGBTI y de aquellos tentáculos económicos... Una vez le dije: “Regina, si fuera cierto lo que decís, ¡qué galán! Estaría nadando en dinero. Pero la que nada en dinero sos vos.” Su postura sobre el tema es enfermiza, al punto en el que nos preguntamos qué problema tuvo con un gay de joven, no sé... en serio, no sé, nos culpa de todos los males habidos y por haber. La posición de ella es antagónica a la mía y, para mí es cerrada.

Vos mencionaste en El Faro Radio que hablaste con ella. ¿Con qué propósito?
Me tomé la molestia de hablarle un día antes de la marcha para asegurarle de que no éramos nosotros y todavía me decía por teléfono: “¿Por qué desfilan? ¿Por qué marchan? ¿Orgullo de qué?”. Y yo claramente le dije: “Orgullo de que aún habiendo personas como tú, que quisieran vernos empalados, seguimos existiendo, seguimos estando y seguimos superándonos. A ese orgullo me refiero.”

¿Cómo podés hablar con alguien que sabés está en contra de tu naturaleza, que piensa que tenés un “desorden sexual”?
Tenemos que entender algo. Voy a tener que ocupar esta analogía “hollywoodense”... El discurso de la fuerza en Star Wars, lo que dice el Maestro Yoda. Explica cómo el miedo genera tristeza, la tristeza genera rencor y el rencor genera la violencia. Ese es el proceso de la fobia. Primero desconocés algo y te sentís inseguro, no manejás ese tema. Después te asusta eso, por ser desconocido. Como es algo desconocido, querés rechazarlo. Como lo tenés tan presente frente a ti, ese miedo lo podés llegar a transformar en violencia. Ese es el proceso de toda fobia. El trabajo con los homofóbicos es lograr que se den la oportunidad de desaprender eso.

¿Cómo se hace para desaprender eso?
Te voy a dar un ejemplo no tan alejado. Yo cuando estaba en mis primeros días de aceptación, sufría de transfobia, me daban miedo las trans, pero nunca me había acercado a una. Yo solo tenía esta idea tonta de que por ellas es que a todos nos tachaban de que queremos ser mujeres. Ni sabía que una mujer trans no era necesariamente homosexual. Era tanto mi desconocimiento e ignorancia, aún siendo LGBTI... y duró hasta que me di la oportunidad de conocer sobre el tema, de entender de dónde viene la transexualidad, qué era y me di cuenta de mi grave error. Yo decía, en mi mente de veinteañero recién salido del clóset, “es que si ellas no fueran así y solo existieran gays como yo y lesbianas “femeninas” como mis amigas esto no fuera un problema”, mas no sabía que existía todo un mundo que me negaba a conocer. Lo mismo pasa con las personas homófobas, vienen con un casete preestablecido: que los homosexuales son violadores, que son personas aberrantes, enfermas de VIH o de sida. Eso realmente incide en tu forma de reaccionar al tener cerca a una persona homosexual. Pero cuando te das la oportunidad de conocer la humanidad de esa persona, la gente cambia. Muchos y muchas se vuelven aliados y aliadas. Por eso yo hablo constantemente con gente homofóbica. Más allá de la indignación que me pueda dar, yo sé que si puedo dejarle la semillita de enterarse un poco más, de desaprender los conceptos y paradigmas que tiene, para mí ya es ganancia.

A propósito, una de las principales luchas de la comunidad LGBTI ha sido evitar la reforma constitucional (aprobada en primera instancia en abril de 2012 y que para su consolidación requiere que la actual Asamblea la ratifique con el voto mínimo de dos tercios de los diputados) que establece que el matrimonio solo es posible entre hombre y mujer “así nacidos”. ¿Y cuándo se lanzarán a luchar por el matrimonio igualitario?
A ver, te explico. Me preguntaste si había diferencias en el colectivo LGBTI. El tema del matrimonio depende de con qué colectivo hablés, te van a mostrar más o menos interés. Ejemplo: a las compañeras trans les importa más la ley de identidad. Esa es su bandera de lucha actual. Creo que te van a hablar de interés en matrimonio igualitario, la población gay masculina o lesbiana femenina que tiene ya una vida hecha, ya coronaron todo en su vida, y solo el factor de la seguridad jurídica de su pareja es la que está pendiente. No hay un consenso. En lo personal, sí creo que debería existir el matrimonio igualitario. Más allá de las garantías legales que deberíamos tener, también el hecho de que cuando se vuelve algo legal, ya el nivel de homofobia popular baja porque, por ejemplo, en las escuelas ya saben los adolescentes y niños que un hombre y una mujer se pueden casar como un hombre y otro hombre. Eso baja radicalmente el nivel de violencia mental hacia la diversidad sexual porque ya se mira como algo de respeto, de igualdad, que no porque alguien es homosexual va a tener una ciudadanía de segunda clase. Entonces, en lo que está de acuerdo todo el movimiento LGBTI es en no permitir la ratificación que hoy por hoy no tiene ninguna validez. Y ojo, que encontramos una Constitución que ya la tenía, como si fuera de ley y tuvimos que llamarle la atención a la imprenta... El matrimonio igualitario... creo que llegará su momento, espero verlo. Espero que más gente en la comunidad tome fuerza. Hoy por hoy, nuestro trabajo es detener la ratificación.

Pero, ¿por qué no se discute el matrimonio igualitario, por qué no quieren cruzar esa línea?
Desde la diversidad sexual lo que te puedo decir es: hoy nos siguen matando, no hay acceso a buena salud, no hay mucho acceso a la educación superior. Cuando esas necesidades básicas no están cubiertas, creo que el tema del matrimonio casi pasa a segundo plano. Espero que el tema vuelva a estar en la palestra otra vez, pero ya de modo positivo y a favor y que de nosotros salga. Porque hasta para eso hemos tenido que ser bien responsables de que cada vez que se saca ese tema, porque se saca, no lo sacamos nosotros, quienes pagan con sangre que el tema salga a la luz y se vuelva comidilla diaria somos nosotros. Es que siempre misteriosamente los crímenes de odio se elevan un 200 %, 300 % cuando el tema está en boca de la gente. Más de algún homofóbico escucha el tema, le molesta y en la noche se va a una esquina y le tira un balazo a una compañera trans. Entonces, tenemos que ser cuidadosos con nuestros posicionamientos y con la relevancia que le damos a los temas porque no soy yo, ni son mis compañeras feministas las que se exponen en la calle, sino que son nuestras compañeras trans. Y eso es lo mismo que les poníamos a las compañeras de la “Santísima Vulva”, que ellas pueden gritar todo lo que quieran, pero termina la marcha y se van todos y todas felices en sus carritos a la playa a celebrar. Pero son las mujeres trans las que quedan vendiéndose en la calle a medianoche quienes van a recibir la consecuencia: el desahogo del homófobo.

¿En los últimos años ha cambiado la posición de la comunidad LGBTI en la sociedad salvadoreña?
Sí, ha habido más apertura, claro.

Y, ¿ha jugado un papel en eso la Dirección de la Diversidad Sexual de la Secretaría de Inclusión Social?
Pues... muchos y muchas malinterpretaron la razón de ser de esa dirección. Pensaron que era como una dirección de quejas, de denuncias y de gestión de fondos, cuando realmente fue creada para asesorar a la Presidencia en temas de diversidad y lograr un proceso de sensibilización en la burocracia del Estado. Eso sí lo hizo la DDS, tuvo capacitaciones con gente del cuerpo de agentes metropolitanos, de Cancillería... Eso sí lo hizo. Lo que casi no hizo eran acciones hacia afuera, que la gente pudiera visibilizar. Eso esperaría que esta nueva instancia, si continúa la DDS, hiciera, que apostaran a más acciones públicas, que la población mire. Supongo que fue por miedo de que dijera: “¡En esto están gastando nuestros impuestos!” Pero yo creo que ya es el momento de que la DDS haga acciones hacia afuera.

¿Creés que la marcha ha tenido alguna influencia en la perspectiva de la sociedad salvadoreña hacia la comunidad?
Sí, este año lo noté. Hubo mucha gente heterosexual que llegó a participar con nosotros, no a “ver los payasos” como decían antes. La percepción de la gente está cambiando. Y algo que está haciendo que cambie es que más gente de otros sectores de la población LGBTI que normalmente no participan en la incidencia política se hicieron presentes en la marcha.

¿Como quíénes?
Mucha gente de clóset, profesionales que no se identifican con el movimiento y viven su sexualidad al margen de él. Noté eso, mucha gente clase media, muchos estudiantes, mucha gente aliada. Yo creo que la marcha es un buen termómetro y que hayamos llegado a 7,000 personas ya dice algo. 7,000 personas en la Roosevelt ya te va diciendo que el tema se va abriendo más. 
Mi mensaje para las personas que no estuvieron de acuerdo con el enfoque más festivo de la marcha: hay que entender los momentos políticos y 2014 fue un momento para celebrar. Recordar a nuestros muertos y que hay una gran agenda por cumplir, pero también que hemos tenido muchos logros. Como dicen: sufre las penas, porque son muchas, pero celebra las victorias, porque son pocas. Entonces, esta vez celebramos las victorias.

Horas después de esta entrevista en la que Nicolás expuso que se ha vuelto la norma que tras la marcha se produce ataques de odio contra la comunidad LGBTI, Ulises Humberto Rosales, conocido como “La Puca”, fue asesinado en los alrededores de Las Tres Torres, en San Salvador. Rosales era un trabajador sexual transgénero. La PNC desconoce el móvil detrás del asesinato, pero considera un ajuste de cuentas por parte de pandillas como un posible motivo.

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