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El difícil panorama de la prensa escrita ecuatoriana

Un negocio en crisis, un gobierno popular que la cuestiona sin reservas y una ley que aprieta: la prensa privada de Ecuador, muy influyente en el pasado, está repensando su futuro.


Martes, 8 de julio de 2014
Héctor Velasco (AFP) / El Faro

Quito, ECUADOR. Siete años de enfrentamiento con el gobierno izquierdista de Rafael Correa, sumados a los problemas que encaran los impresos alrededor del mundo, alimentan por estos días la sensación de que la prensa escrita afronta el peor de los panoramas.

Después de 32 años de circulación, el diario HOY decidió suspender su impresión y migrar por completo a la versión electrónica, alegando, entre otras causas, las restricciones de una Ley de Comunicación vigente desde hace un año y promovida por el gobierno, a través de consulta popular, que aumentó el control sobre los medios y fijó una redistribución de las licencias de televisión y radio.

El año pasado el semanario Vanguardia, también crítico del gobierno, salió del mercado con la misma explicación.

“La Ley de Comunicación ha influenciado negativamente en todos los periódicos ecuatorianos por los problemas de autocensura, censura previa, regulaciones de responsabilidad sobre lo que sale en los periódicos”, dice a la agencia AFP Jaime Mantilla, director del HOY y expresidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Si bien Mantilla reconoce que hay un recorte de “la circulación de los impresos en el mundo” por el auge del Internet, cree que su medio enfrentó un “boicot del gobierno en publicidad y ventas” que lo forzó a tomar la decisión. “Hay muchos clientes privados que se han inhibido de publicar por recelo a que se vea que están colaborando con un diario supuestamente opositor”, indica.

El gobierno ha ventilado los problemas financieros y laborales que arrastraban HOY y Vanguardia, y considerado como “una manipulación burda” el argumento de la “falta de libertades” para ejercer su actividad.

“La inversión publicitaria en medios impresos nacionales, que proviene del Ejecutivo, en muchos casos no llega ni al 10% en cada uno de ellos. En el caso de HOY, históricamente ha facturado el 4% a los gobiernos de turno”, según un comunicado oficial. HOY, con una planta de 150 empleados, también enfrenta una multa de $57,800 por incumplir la norma que le obliga a revelar su tiraje.

La democracia al revés”

Desde su llegada al poder en 2007, Correa ha denunciado la “mediocridad y rol opositor” de la prensa privada, y promovido la creación o fortalecimiento de medios públicos, a su vez criticados por su sesgo oficialista.

Al momento hay 1,149 medios registrados, 91% de ellos privados, 5% públicos y 4% comunitarios, según estadísticas oficiales. En el país circulan 208 medios impresos.

Correa, que cuenta con su propio espacio mediático en el que cada semana replica las que llama “mentiras” de la prensa, ha alentado juicios penales y sanciones económicas contra medios por contenidos que consideró injuriosos, incluso los de una caricatura.

La prensa tradicional, que por años ejerció una enorme influencia frente la crisis de gobernabilidad que enfrentó el país entre 1996 y 2006, cuando tres presidentes fueron derrocados por masivas protestas, no se ha quedado atrás y ha juzgado como “autoritario” a Correa, y criticado sin tregua su gobierno. La aparición de nuevos medios ha recortado su espacio de incidencia.

“La ironía es que los gobiernos y presidentes se convirtieron en periodistas, y los medios de comunicación, en actores políticos: la democracia al revés”, dice a la AFP Omar Rincón, consultor internacional e investigador de medios de la Universidad de Los Andes de Colombia.

Rincón, que también ha colaborado con la Universidad Andina Simón Bolívar, con sede en Quito, cree que la “crisis de la prensa ecuatoriana” reúne varios elementos: el bajo índice de lectura, “la obsesiva persecución del gobierno, la crisis del negocio de la prensa ilustrada y la débil calidad del periodismo que produce”.

Ajenos a las críticas sobre la calidad de la información, los gremios periodísticos relacionan el difícil panorama de la prensa escrita con los ataques del gobierno, y especialmente con la Ley de Comunicación. Las autoridades tienen una explicación diferente.

“La Ley de Comunicación, que es aplicable a todos los medios, no plantea la censura previa, pero sí que haya responsabilidad ulterior”, dice a la AFP Hernán Reyes, del Consejo de Regulación y Desarrollo de la Comunicación e Información.

Según el funcionario, HOY solicitaba al gobierno publicidad con una mano y con la otra lo “estaba cacheteando”, y al final quiso mezclar sus problemas de rentabilidad económica con las obligaciones que le impone la ley.

© Agence France-Presse

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