Costa Rica se sumó este 23 de junio a la lista de países que logran la inscripción de un bien cultural como Patrimonio de la humanidad, luego de que la Unesco anunciara su fallo durante la 38ª Reunión del Comité de Patrimonio Mundial con sede en Doha, Catar. Finca 6, Batambal, El Silencio, Grijalba 2, son los cuatro sitios arqueológicos que resguardan los vestigios de las culturas precolombinas que habitaron el delta del Diquís, en la zona sur de ese país centroamericano.
Con esta declaratoria, se convierte en el quinto país de Centroamérica que logra incluir un bien cultural a la lista de la Unesco aunque, a diferencia de El Salvador, cuenta con bienes naturales como Patrimonio de la humanidad: Reservas de la Cordillera de Talamanca–La Amistad y el Parque Nacional de la Amistad (1983, 1990), Parque Nacional de la Isla del Coco (1997, 2002), Zona de conservación de Guanacaste (1999, 2004). Belice es el único país de la región que aún no ha obtenido este sello.
“Los cuatro sitios arqueológicos (en conjunto) representan diferentes estructuras de asentamientos cacicales que contienen montes artificiales y sitios de entierro. Las esferas de piedra de Diquís son objetos especiales de maravilla y admiración, pues son únicas en su perfección de su estructura esférica de largo tamaño pero también son distintas por su cantidad y locación en su posición original en áreas residenciales”, reza el acta.
Bienes culturales en Centroamérica
Guatemala | Ciudad de Antigua (1979), Parque Nacional de Tikal (1979), Parque arqueológico y reuinas de Quiriguá (1981)
El Salvador | Sitio arqueológico Joya de Cerén (1993)
Honduras | Sitio Maya de Copán (1980)
Nicaragua | Ruinas de León Viejo (2000), Catedral de León (2011)
Costa Rica | Asentamientos precolombinos con esferas de piedra del Diquís (2014)
Panamá | Fortificaciones de la costa caribeña de Panamá: Portobelo y San Lorenzo (1980, en riesgo), Sitio arqueológico de Panamá Viejo y distrito histórico de Panamá (1997, 2003)
La declaratoria emitida este lunes, 17 meses después de su postulación, protege un aproximado de 200 esferas encontradas hasta la fecha, que miden entre 0.7 y 2.57 metros de diámetro cuya fabricación, utilización y significación siguen constituyendo en parte un misterio, la mayoría de estas disparatadas. Así lo ha confirmado en distintos ensayos el arqueólogo John Hoopes, 'los mitos en están basados en especulaciones realmente desenfrenadas acerca de civilizaciones antiguas imaginarias y visitas extraterrestres”. Hoopes es profesor de Antropología en la Universidad de Kansas (EE.UU.) y fue el designado por la Unesco para evaluar que las esferas de piedra fueran sujeto de protección por parte de la organización cultural de la ONU.
De hecho, esta serie de teorías que han creado supuestos orígenes y formas de producción es otro de los factores por los que las delegaciones de los países de Colombia, Alemania, Jamaica, Filipinas, Croacia, Turquía, Vietnam, Argelia e India se mostraron a favor del nombramiento, ya que según consigna el documento “las excepcionales esferas que han mantenido a los investigadores especulando acerca de los métodos y herramientas de su producción representan un testimonio excepcional de las tradiciones artísticas y de las habilidades artesanales de estas sociedades precolombinas”.
La proclamación de este nombramiento fue calificado por la ministra de cultura costarricense, Elizabeth Fonseca, como un hecho histórico y añadió que 'en el pasado la Unesco ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad a grandes monumentos construidos en diversas partes del mundo; sin embargo, ahora está poniendo atención a civilizaciones en zonas tropicales. Las esferas de piedra son testimonio de que no era cualquier grupo humano el que habitaba esta zona, sino que fueron grupos que alcanzaron altos niveles de civilización', como consignó el periódico La Nación.
Uno de los que más impulsó el reconocimiento de las esferas, el escultor Jorge Jiménez Deredia, costarricense radicado en Italia, comparó la decisión de la Unesco con las victorias de la selección de fútbol en el Mundial de Brasil, reportó la agencia AFP.
La declaratoria de protección de estas esferas y los asentamientos precolombinos que las resguardan toma mayor relevancia en vista de dos proyectos que, de desarrollarse, podrían generar daños. “Batambal está ubicado cerca de zonas residenciales y el desarrollo urbano futuro podría tener un impacto negativo en él. Además, los proyectos de la presa hidroeléctrica de Diquís y del aeropuerto internacional del sur que están siendo discutidos”, explica la declaratoria en uno de los criterios para emitir medidas de protección.
Mientras que el proyecto de la presa lleva tres años paralizado, este martes 24 de junio, Fonseca declaró que el fallo de la Unesco obliga al gobierno a replantearse el proyecto y los esfuerzos serán redirigidos a fortalecer los pequeños aeropuertos de Golfito, Palmar y Puerto Jiménez, según reportó el portal costarricense de noticias Amelia Rueda.
Por ser una zona remota y de difícil acceso, pocos costarricenses y turistas extranjeros visitan la región del Diquís, es por ello que impulsar el turismo será el próximo eje de acción del gobierno para revitalizar el área. 'Vamos a darle mucho más rigor a una zona que estaba necesitando de nuevos incentivos para el desarrollo turístico', declaró Solís en conferencia de prensa sobre la región del Pacífico sur donde se encuentran los Asentamientos Cacicales con Esferas de Piedra, en cuatro zonas arqueológicas en el delta del río Diquís.
Los sellos salvadoreños
Desde que el sitio arqueológico Joya de Cerén obtuvo su declaratoria de bien cultural el 23 de diciembre de 1993, El Salvador no ha logrado obtener otro sello de bien cultural ni el primero de bien natural. Esto no se debe, sin embargo, a que no haya habido candidatos, sino a que las propuestas no han sido correctamente sustentadas. Así nos lo confirmó el secretario de Cultura Ramón Rivas vía telefónica: 'Entre 1992 y 1993 se propusieron de forma descabellada Chalchuapa como patrimonio arqueológico; Cara Sucia, Ciudad vieja, el lago de Güija, el Golfo de Fonseca, como patrimonio natural; y el idioma cacaopera como patrimonio intangible'. El calificativo de descabellado Rivas lo atribuye a que hay muchos de estos que ni siquiera están abiertos al público. Es por ello que durante su gestión como Director de Patrimonio Cultural (2010-2011) solicitó autorización a la Unesco para revisar y depurar la lista, y así elaborar una contrapropuesta, en la que solo figuraba Ciudad Vieja, en Cuscatlán, como patrimonio histórico y arqueológico.
Durante su ausencia por renuncia, la Secretaría de Cultura de la gestión de Magdalena Granadido incluyó los arrecifes de coral de la playa Los Cóbanos, en Sonsonate. Actualmente es con la propuesta de estos dos sitios que la organización cultural de la ONU ha decidido financiar un proyecto por 20 mil dólares que permita, por medio de reuniones con los expertos salvadoreños, extranjeros y miembros de las comunidades, evaluar y justificar la elegibilidad de ambos para convertirse en candidatos a optar por un sello de la Unesco.
