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“No funciona cambiar las reglas del juego en un proceso tan complejo”

El representante de la Organización de Estados Americanos para verificar el armisticio propiciado por el gobierno entre las principales pandillas de El Salvador “regaña” a las partes involucradas: al ministro Perdomo por cambiar las reglas de la tregua y dificultar la mediación, al mediador Mijango por entrar en conflicto público y a las pandillas por amenazar con más homicidios.


Miércoles, 7 de mayo de 2014
Carlos Martínez y José Luis Sanz

A la derecha, Adam Blackwell, secretario de seguridad multidemensional de la OEA, platica con un pandillero durante una conferencia de prensa en el penal La Esperanza en Mariona, San Salvador, en enero de 2013. Foto archivo El Faro Mauro Arias
A la derecha, Adam Blackwell, secretario de seguridad multidemensional de la OEA, platica con un pandillero durante una conferencia de prensa en el penal La Esperanza en Mariona, San Salvador, en enero de 2013. Foto archivo El Faro Mauro Arias

En medio de un escenario en el que han colisionado dos esfuerzos separados que buscan dialogar con las pandillas, el embajador canadiense en la OEA, Adam Blackwell, llama a la calma y a evitar llevar las tensiones hacia puntos sin retorno.

Blackwell, quien fue delegado en junio de 2012 por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, como representante de la organización en El Salvador para verificar la tregua entre pandillas, asegura que la OEA no ha sido notificada de la existencia de un nuevo proceso de paz y culpa al ministro de justicia y seguridad pública, Ricardo Perdomo, de haber dificultado el diálogo entre las pandillas. Recomienda retomar el proceso iniciado por el exministro David Munguía Payés y pide a las partes heredar a las nuevas autoridades un proceso lo menos roto posible.

En esta entrevista, concedida en la sede de la OEA en Washington D.C., el embajador comienza por censurar el agresivo intercambio de palabras entre los protagonistas de los dos procesos: 'Las declaraciones de uno y otro no ayudan nada. No podemos jugar esto como un jueguito de ping pong entre partes, esto no sirve. El acuerdo que tenemos es mucho más amplio que un proceso de una tregua: la intención al inicio, hace más que dos años, fue crear un espacio de diálogo, de juntar los grupos y todavía esto es posible'.

En el centro del debate el ministro Ricardo Perdomo ha colocado un punto: que los mediadores originales, Raúl Mijango y monseñor Fabio Colindres -pero particularmente Mijango- han creado un monopolio en la interlocución con las pandillas, y el esfuerzo del ministro es, de forma explícita, romper ese monopolio. Sin embargo, las pandillas fueron tajantes: sin Raúl y sin monseñor no hay ningún proceso…
No podemos personalizar este proceso. Nadie tiene monopolio de buena práctica, de buena idea, ni de intervención, esto es equivocado y francamente, una parte del problema empieza hace un año, cuando asumió el ministro Perdomo: en vez de construir sobre la estructura existente, él quiso tratar de implementar su propia estrategia. Una estrategia que apoyo y que está muy bien diseñada, pero es como en un partido de futbol en que estás perdiendo 5 – 0, tratar de cambiar el juego y las reglas del juego, esto no funciona ni en un partido de fútbol y menos en un proceso tan complejo. No podemos responder al chantaje de una parte u otra… hay muchos actores, no únicamente Raúl (Mijango) y monseñor Colindres, hay una expansión de este proceso, hay más municipios, hay más gente involucrada, el sector privado, partidos políticos… dos personas no pueden manejar un proceso tan complicado, es por eso que creamos el comité técnico de seguimiento.

Un comité técnico que está muerto.
No, yo hablé con el comité técnico la semana pasada.

Pero el comité técnico ahora es un comité de independientes, es decir, entiendo que OEA se involucra con estados, no con la MS-13 o con el Barrio 18 o con Raúl Mijango...
Nosotros operamos basados en el acuerdo que tenemos con el Estado.

¿En el comité hay un ministro?
En el comité técnico hay un ministro: David Munguía Payés. Él es el enlace.

Para decirlo con claridad: la percepción que tenemos de ese comité es que ha quedado fuera de la jugada mientras en el cuarto de al lado se toman las decisiones importantes. El general Munguia Payés tiene muy poca relevancia en materia de seguridad pública y el ministro Perdomo no tiene ningún vínculo con ese comité. Más parece que abrir la puerta a OEA en ese comité es un acto de mera cortesía diplomática.
Quizás. Es una situación muy complicada… como presidente (Mauricio) Funes tiene un mes para terminar su mandato, entonces hay dos decisiones: ¿insistimos en un nuevo enlace, en un nuevo funcionamiento de comité o seguimos hasta que tengamos una definición más formal del nuevo equipo? Desde mi punto de vista hay que respetar el deseo del nuevo gobierno de tomarse tiempo para estudiar opciones y decirnos que sí o que no. Estamos olvidando que hay 12 alcaldes que han participado, de cuatro partidos políticos diferentes, uno de ellos es el vicepresidente electo. No tengo detalles oficiales sobre lo que él quiere hacer, pero yo imagino que el alcalde de Santa Tecla tiene su propia experiencia de este proceso.

¿La OEA no ha sido convocada de manera oficial a participar en el proceso convocado por el ministro Perdomo?
No, no.

¿Ustedes reciben periódicamente notificaciones del avance de ese proceso?
¿Cuál proceso?

Es una muy buena respuesta esa… del proceso que inició ministro Ricardo Perdomo.
No. Recibimos a diario noticias del comité técnico. Para nosotros el comité técnico sigue, la fundación humanitaria sigue.

La OEA sigue trabajando con el comité técnico y por extensión con la Fundación Humanitaria y los mediadores Mijango y Colindres, a pesar de que el gobierno se desentiende de ellos, no los reconoce y da por muerto ese trabajo. ¿No ha habido ningún reclamo oficial por eso?
Ninguno que yo sepa.

¿Usted no va a quejarse por eso?
No. Mira… estamos en el último mes de un mandato. Habrá otro gobierno, otras autoridades… debemos respetar este mes, darles la oportunidad de estudiar y documentar y digerir todo esto y tomar sus propias decisiones.

¿Usted cree que este proceso es capaz de soportar el tiempo sin romperse irremediablemente?
Mira, yo creo que urge una decisión del gobierno y de los salvadoreños de cómo seguir, con toda la transparencia necesaria. Las reuniones y encuentros de mediadores con los líderes (de pandillas), eso es imprescindible, sin esto en cualquier parte del mundo es muy difícil lograr un paso adelante. Para mí, esto ha sido el problema: no han permitido entrar a cárceles a otras personas y a mí me han pasado por todos los filtros para asegurar que yo no estaba tratando de entrar nada ilegal en el centro penal. Esto no me molesta, pero es un cambio de actitud que no facilitó.

Hay un punto en este proceso que es muy controversial, es decir, el ministro Perdomo ha dejado muy claro que no siente ninguna simpatía por Raúl Mijango. Por otro lado, Raúl no salió en buenos términos del FMLN. ¿Mijango debería ser una pieza intercambiable o a su juicio hoy por hoy el proceso demanda la presencia de este mediador en particular?
Mira, yo… nadie va a controlar a Raúl salvo Raúl. Es una persona que ha hecho un esfuerzo enorme para llevarnos a este lugar y él tiene conocimiento y la confianza (de las pandillas), que es muy difícil intercambiar… pero necesitamos calmar las declaraciones, tenemos que medir las declaraciones, tenemos que respetar a los demás y yo he dicho esto a Raúl no sé cuantas veces: por favor, nos vamos a medir en los medios. Todo el mundo quiere, incluso ustedes, transparencia, transparencia, ¡queremos transparencia!, muy bien, pero ustedes quieren vender periódicos.

Nosotros no vendemos periódicos, embajador, somos un sitio web.
Quieren vender… no… pero ustedes quieren atraer lectores, tú sabes lo que estoy diciendo. Lo más controversial, lo más conflictivo que hay, esto no pertenece únicamente a El Faro, pero si lees los periódicos en El Salvador hay declaraciones de uno, de otro y… nada, no hay fondo de mucho de esto. En los últimos días la crítica es que Raúl está permitiendo ataques a la policía. Pero nadie ha hablado del seminario de septiembre, en el cual yo fui con 12 embajadores y otros ocho expertos internacionales a una de las comunidades y que alguien decidió mandar a la policía y gracias a la mediación de Raúl, no tuvimos un desastre, esto pudiera haberse convertido en una masacre, en un desastre con la delegación internacional… Raúl salvó el día. Ahora le están acusando de haber cometido un delito, dejando atacar a la policía y yo francamente no lo creo.

Hoy por hoy parece que quien tiene la sartén por el mango son las pandillas. Nos advirtieron que si el proceso no seguía con algunas características que ellos creen imprescindibles iban a matarnos a razón de 24 salvadoreños diarios. ¿Cómo normar a ese actor? ¿En qué espacios incluirlo? ¿Cómo normar el diálogo con ellos y hasta dónde permitirles entrar y hasta dónde limitarles el paso?
No he visto la declaración de ellos. Pero yo diría que muchas de las declaraciones son ironía, son declaraciones basadas en la frustración de que no tienen forma de ventilar sus preocupaciones. Hay que escuchar a las familias, ir a las comunidades, hablar con las mujeres, las abuelas, esposas… la base social de la pandilla que también es sociedad civil. No creo que un muchacho diciendo “vamos a causar 24 homicidios por día” sea la salida. No creo que esta es la forma de ganar la confianza y el respeto de su clica tampoco. No creo que este tipo de chantaje ayude a nadie.

¿Cómo se imagina usted los siguientes pasos una vez que asuman las nuevas autoridades?
Yo creo que hay tres cosas que deben ocurrir: tenemos que documentar a la comunidad internacional: OEA, Naciones Unidas, otros actores multilaterales, tenemos que crear una herramienta para mediación de conflictos cuando hay una renta criminal. El segundo: tenemos que ampliar la conversación en El Salvador, crear un diálogo nacional con todos los sectores. Nunca vamos a cambiar los extremos de un lado o del otro, pero hay que buscar ese medio. Y el tercero: necesitamos un consenso mínimo en los políticos. No tengo ilusión de que vamos a tener un pacto político, pero yo creo que es posible una discusión seria entre los partidos y entre los niveles de administración.

¿Este proceso lo debe liderar el gobierno?
Quizá no, quizá un mediador como la OEA, como en Siria, por ejemplo, hay mediadores, como el OCE está mediando en Ucrania, quizás una organización multilateral como la OEA o las Naciones Unidas podrían hacerlo, pero el gobierno tiene que estar involucrado, tiene que tener un plan, tiene que presentar una estrategia y tiene que involucrarse en los procedimientos porque si quieres expandir esto hay que incluir los municipios, hay que buscar una conversación más amplia con el sector privado, con la policía, con la iglesia, y el gobierno tiene qué involucrase en esto, desde mi punto de vista es imprescindible.

Carlos Barahona alias Chino tres colas, líder de la pandilla Barrio 18, platica con Adam Blackwell después de una conferencia de prensa el 19 de enero 2013 en el penal La Esperanza en Mariona, San Salvador. Foto archivo El Faro/Mauro Arias
Carlos Barahona alias Chino tres colas, líder de la pandilla Barrio 18, platica con Adam Blackwell después de una conferencia de prensa el 19 de enero 2013 en el penal La Esperanza en Mariona, San Salvador. Foto archivo El Faro/Mauro Arias

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