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Cataluña ya baraja como una opción la declaración unilateral de independencia

Con el firme rechazo de Madrid a un referéndum en el que la independencia se una posibilidad, Cataluña se mueve en la duda de cómo convocar la ciudadanía a las urnas, mediante una consulta no autorizada o a través de unas elecciones regionales.


Sábado, 19 de abril de 2014
Daniel Bosque (AFP) / El Faro

Barcelona, CATALUÑA. Si Madrid no permitiera a los catalanes votar en las urnas qué tipo de relación quieren con el Estado español, “tendríamos que optar por unas elecciones y una declaración unilateral de independencia”, apuntaba en una entrevista con la agencia AFP Carme Forcadell, la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana.

Esta asociación ciudadana, que se encuentra detrás de las gigantescas manifestaciones independentistas de los dos últimos años en Cataluña, se ha convertido en la portavoz de un amplio sector social que exige votar el 9 de noviembre sobre la secesión de esta nación que en la actualidad forma parte de España, y que es uno de sus indiscutibles motores económicos.

“La consulta se tiene que hacer. Ahora no podemos y no queremos tirar hacia atrás”, insistía Conxita Parés, una mujer de 63 años en la localidad de Vic, el principal feudo independentista de la región, el pasado 8 de abril. Ese día, los diputados de los principales fuerzas nacionalistas españolas (el gobernante Partido Popular y el opositor Partido Socialista) rechazaron autorizar la consulta de autodeterminación en Cataluña, alegando que la Constitución de 1978 consagra el “carácter indisoluble” de España.

El presidente regional catalán, el nacionalista Artur Mas, decidió continuar con el proceso aunque fuera sin el beneplácito del gobierno central conservador de Mariano Rajoy. “La voluntad del pueblo de Cataluña no la puede detener una votación en el Congreso de los diputados”, afirmó entonces.

Diálogo o unilateralidad

El próximo paso es redactar una ley en el parlamento regional que les permita convocar la población a las urnas en una consulta no vinculante ni acordada con Madrid. La viabilidad de esta opción parece limitada ya que las regiones no pueden organizar este tipo de votaciones sobre una competencia propia del Estado central, como es la soberanía nacional, por lo que el gobierno español podría impugnarla.

“La probabilidad de esta consulta si el presidente Mas insiste en hacerla dentro la legalidad es limitada”, opinaba el analista político Josep Ramoneda.

La alternativa que cobra más fuerza entre el independentismo es convertir las próximas elecciones regionales –previstas para 2016 aunque podrían adelantarse– en una especie de referéndum, con los diferentes partidos incluyendo en sus programas un posicionamiento claro sobre la secesión.

Pero en ambos casos, consulta o elecciones, surge la incógnita de qué hacer si los votos dan la victoria a los posicionamientos independentistas: ¿buscar una solución pactada con Madrid u optar por la secesión unilateral de España?

Para Ramoneda, este resultado “daría autoridad [al gobierno catalán] para ir a Madrid y exigir un gesto del gobierno” español. Pero, también “podría provocar que determinadas formaciones políticas y entidades sociales presionaran a Mas para llevar a cabo una declaración unilateral de independencia”, señalaba Jordi Matas, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Barcelona.

Tras dos años de conflicto, las voces que llaman al diálogo entre Rajoy y Mas se multiplican. “Lo más inteligente sería que el Partido Popular (de Rajoy) promoviera una reforma constitucional y buscara un nuevo pacto que permita la negociación con Cataluña”, insinuaba Fernando Vallespín, politólogo de la Universidad Autónoma de Madrid.

Pero renunciar al referéndum parece poco probable dentro del gobierno catalán. Sin mayoría absoluta tras las elecciones regionales de noviembre de 2012, Mas consiguió el apoyo de la segunda fuerza regional, los independentistas de izquierdas de ERC, a cambio de comprometerse a celebrar la consulta antes de 2014. Abandonar este proyecto sería una derrota política para Mas que podría fortalecer los postulados más radicales de ERC.

“La situación es muy espesa. No es fácil ver una salida a corto plazo. Creo que el desenlace dependerá de lo que pase entre el 11 de septiembre (el día nacional de Cataluña) y el 9 de noviembre”, resumía Ramoneda.

En los dos últimos 11 de septiembre, las manifestaciones masivas organizadas por la Asamblea Nacional Catalana forzaron a Mas a mover ficha: en 2012 se comprometió a organizar el referéndum y en 2013 fijó el día y la pregunta de la votación. Para este año, preparan una nueva muestra de fuerza que podría precipitar de nuevo los acontecimientos políticos en Cataluña.

© Agence France-Presse

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