'De momento podemos confirmar la muerte de seis personas miembros de una pandilla', aseguró a la prensa el jefe de la región metropolitana de la Policía Nacional Civil (PNC), comisionado Mauricio Arriaza.
Los asesinatos ocurren en medio de la etapa más difícil de la tregua entre pandillas gestionada por el gobierno, que en un afán de reducir los asesinatos, hizo concesiones penitenciarias a los líderes de los dos principales grupos, el Barrio 18 y la MS-13. En el último mes no solo han repuntado los homicidios, sino que un programa crucial para financiar la reinserción de pandilleros, conocido como PATI, sufrió el retiro del apoyo pecuniario de Estados Unidos cuando se hizo público que en algunos municipios los beneficiarios son pandilleros de la MS-13, una organización designada por el Departamento del Tesoro como una de las bandas criminales más peligrosas del mundo.
'No tenemos claro cómo ocurrieron las muertes, pero al parecer un problema interno en la pandilla llevó a que ocurriera el enfrentamiento con el resultado de estas muertes', agregó Arriaza.
Ante el hecho, agentes de la unidad antimotines y de otras unidades de élite de la PNC procedieron a reforzar la seguridad perimetral en el centro para menores y en la penitenciaria de Tonacatepeque. Soldados del ejército también reforzaron la seguridad en los contornos.
En tanto, la Dirección de Centros Penales decretó un estado de emergencia en el lugar para incrementar las medidas de seguridad y poder efectuar una requisa en busca de armas entre los reclusos.
Desde marzo de 2012 las pandillas MS-13 y el Barrio 18 mantienen una tregua que ha empujado a una baja en el promedio de homicidios de 14 a 6 a diarios, pero en agosto el promedio subió arriba de siete.
Según datos oficiales, en las prisiones del país se encuentran recluidos unos 10,000 pandilleros, pero en las calles se encuentran en libertad otros 50,000.