Desde hace varios años Geovani Galeas viene escribiendo acerca de la historia política salvadoreña. Su trabajo ahonda en el origen y el desarrollo de la guerra civil, particularmente en sus protagonistas principales. Sus escritos han generado controversia. Durante la guerra Galeas fue militante del ERP, y trabajó principalmente en el manejo de propaganda. Luego de romper con el movimiento revolucionario adoptó una posición crítica ante la izquierda. Desde entonces, no falta quien le califica como un escritor al servicio de la derecha. Entre sus trabajos están la publicación en serie del “Mayor Roberto d’Aubuisson. El rostro más allá del mito” (La Prensa Gráfica, 2004), y “Grandeza y miseria en una Guerrilla. Informe de una matanza” (Revista electrónica Centroamérica 21, 2008), texto en coautoría con Berne Ayalá. Su último libro, “Héroes bajo sospecha. El lado oscuro de la guerra salvadoreña” (Athena, 2013) es una nueva contribución al recuento de la historia reciente de nuestro país.
¿Qué cuenta?
El trabajo de Galeas constituye una interesante y, en algunos aspectos, inédita reconstrucción sobre el surgimiento y la organización del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), raíz de dos organizaciones que posteriormente integraron el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). A través de su relato revela las confrontaciones y alianzas de los principales líderes revolucionarios, y cómo diferentes elementos del contexto, así como factores psicológicos y juegos del azar, fueron marcando, desde la perspectiva de Galeas, las decisiones de estos pioneros de la lucha armada en El Salvador.
El texto inicia con un caso emblemático, el secuestro y asesinato de Ernesto Regalado Dueñas, un hecho del cual, como muestra Galeas, diferentes bandos buscaron sacar provecho. Según los datos recopilados y siguiendo las fuentes que al autor le parecen más verosímiles, el secuestro fue ejecutado por “El Grupo”, embrión guerrillero del que posteriormente surgiera el ERP. Galeas erige una trama en que hilvana la reconstrucción del secuestro de Regalado Dueñas, y paralelamente, el desarrollo de la organización guerrillera. Con estos recursos entabla un relato de conspiraciones que mantiene al lector expectante y enganchado.
Otra trama que desarrolla el autor gira en torno a la incorporación de Roque Dalton al ERP y su posterior asesinato. Este hecho se dio en el marco de una confrontación entre diferentes sectores y liderazgos en el seno del ERP, y desencadenó en la escisión de la organización, y la posterior formación de otra organización político-militar llamada Resistencia Nacional (RN). Galeas recopila una variedad de fuentes sobre Dalton y su asesinato, ofreciendo al lector diferentes posiciones y lecturas, incluyendo las de varias personas que tuvieron un vínculo personal con Dalton en esa época.
El libro también presta abundante atención a dos personajes importantes dentro del escenario político de la época: el general José Alberto Medrano y el joven Alejandro Rivas Mira. Al general Medrano, conocido como el artífice de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN) y la Agencia Nacional de Seguridad Salvadoreña (ANSESAL) lo retrata con cierta simpatía y bajo una perspectiva mundana: mujeriego, amante del whisky, probablemente enamorado de una jipi y confrontado con el mundo alternativo de su propio hijo. A Alejandro Rivas Mira, integrante de “El Grupo” y posteriormente fundador y principal dirigente del ERP, lo dibuja como hombre “desconfiado por principio”, dotado de “astucia, valentía y un adecuado sentido de preservación”.
El retrato del surgimiento del ERP a partir de la vida de Rivas Mira y algunos otros protagonistas principales lleva a Galeas a realizar también alguna reconstrucción del trabajo de las células guerrilleras, las relaciones de jerarquía y poder dentro de diversos sectores participantes en la naciente guerrilla, y las diferencias en cuanto a los métodos políticos y militares de diversos sectores. Resulta interesante lo que aporta sobre la dinámica de la conspiración o lo que Galeas llama “simulaciones”.
La verdad y el juego de simulaciones
Investigar sobre la historia política de El Salvador de los años 70 y 80 es una tarea compleja. Un ejemplo de ello es el acceso a documentos históricos. Muchos documentos sencillamente no sobrevivieron la guerra. De los que se preservaron, muchos han sufrido deterioro físico, otros aún están ocultos o se encuentran en manos privadas y son de difícil acceso para el público. Por otro lado, es de sobra conocido que la reconstrucción histórica realizada a partir de las memorias ofrecidas por protagonistas a menudo presenta serios problemas de objetividad y precisión.
En la introducción Galeas reconoce estas complejidades y advierte que puede ser casi imposible el acceso a la verdad en un contexto de guerra, particularmente cuando sigue habiendo tantos intereses en juego. En efecto, en el caso salvadoreño, por diversas circunstancias, los protagonistas principales no han querido revelar evidencias que ayuden a esclarecer la verdad. Y la tarea resulta aún más compleja cuando los diferentes bandos emprenden un juego de “simulaciones e infiltraciones de la inteligencia y contrainteligencia”, una maniobra montada artificiosamente y que hace “aparecer” un hecho “ligado a otros adversarios”.
Esta estrategia política que utilizan los diferentes bandos en contienda y con diferentes fines deja a su paso una historia confusa y caótica, casi imposible de reconstruir con certeza. Acceder a la verdad resulte una tarea titánica por no decir imposible. En la reconstrucción del caso de Ernesto Regalado Dueñas, en vez de revelar el “secreto” de lo que pasó, Galeas deja un escenario plagado de interrogantes y contradicciones. El mérito de su esfuerzo es hacer visibles diferentes intereses y maniobras desatadas por los diferentes bandos alrededor del hecho.
¿Cómo lo cuenta? ¿literatura, crónica periodistica o documento histórico?
El propio Galeas caracteriza “Héroes bajo sospecha” de manera ambigua, lo anuncia como una “crónica periodística” y a la vez como “prosa literaria”. Tomando en cuenta la advertencia del autor, es preciso señalar que Galeas realiza un interesante trabajo investigativo, y que se alimenta de importantes documentos históricos, particularmente sobre el ERP. Las cartas de Lil Milagro son un ejemplo de ello. La confrontación de fuentes, algunas poco conocidas, sin lugar a dudas abona al proceso de reconstrucción que algunos historiadores han venido haciendo.
Sobre la calidad de la construcción literaria que ofrece el libro las opiniones pueden variar. En el Diario de Hoy del 5 de junio de 2013 su hermano Marvin Galeas, también periodista, afirma que: “el resultado es una tensa crónica que va más allá del relato de la acción para adentrarse en no pocas veces en la psicología de los protagonistas”. Y es precisamente en ese acercamiento a la psicología de los protagonistas, jugando entre lo fáctico y lo ficticio, mezclando información histórica con sus propias opiniones y ambiciones estéticas, donde el trabajo investigativo pierde calidad, y la lectura se convierte en una experiencia desconcertante. La reconstrucción del itinerario de Medrano entorno al secuestro y asesinato de Regalado Dueñas y la supuesta defensa de Rivas Mira ante la dirección nacional del ERP son partes del libro donde el recurso literario riñe con la credibilidad de lo reconstruido.
Es decir, pese a la tarea que Galeas se toma de citar muchos de los documentos a los que hace mención, con un tono y método que se aleja de la literatura y se aproxima a la construcción de textos académicos, otros de los hechos que revela quedan sin respaldo. El lector se queda en el limbo de las dudas con varios de los sucesos descritos, sin saber si los datos ofrecidos corresponden a la necesidad literaria de reconstruir una escena o si sencillamente el autor opta en este caso específico por no develar sus fuentes.
Abordar temas espinosos y hechos controversiales bajo lentes variados trae varias consecuencias. En primer lugar deja al lector con la duda: ¿Estamos ante hechos reales o ficticios? En segundo lugar, a pesar de que al autor también parece preocuparle la verdad histórica, dado que no sabemos si son sus reconstrucciones son reales o imaginarias, la verdad queda en entredicho. De hecho, los sucesos no sólo parecen marcados por la dificultad, ya señalada, de haber pasado por una extensa labor conspirativa, sino que a la vez son marcados por la aparente inconsistencia con la cual el autor construye algunos de los relatos.
¿Héroes? ¿Bajo la sospecha de quién?
El título “Héroes bajo sospecha” juega con dos ideas que requieren atención. Por un lado adjudica a los protagonistas la categoría de héroes, pero al mismo tiempo la cuestiona. El resultado es un título sugerente pero problemático. Varias preguntas piden paso. ¿Son héroes los personajes a los que se refiere Galeas? ¿Cuáles han sido sus sacrificios, hazañas y virtudes para otorgarles tal categoría? ¿Y, si son héroes, héroes para quién? ¿Héroes de la izquierda o de la derecha? En el mismo sentido toca también preguntarse ¿cuáles héroes están bajo sospecha? ¿Y bajo sospecha de qué o de quién exactamente? El general Medrano parece no ser culpable de mayor delito en esta primera entrega. Quedan entonces un par de héroes de la izquierda que podrían ser sospechosos a los ojos de Galeas: Rivas Mira, Joaquín Villalobos, o tal vez otros militantes del ERP que figuran en el relato como Jorge Meléndez y Vladimir Rogel. Cuatro personajes poco glorificados y mitificados desde la izquierda salvadoreña, y mucho menos desde la derecha. Así que tan héroes no son. Dalton podría ser para algunos un héroe, pero, según Galeas, bajo sospecha, pero ¿bajo sospecha de qué?
También hay que considerar que los supuestos héroes los construye bajo una determinada lupa. Al colocarlos bajo sospecha, el autor, por ética, debe ser preciso y cuidadoso con los enfoques y las fuentes. Entiendo que Galeas busca desentrañar los orígenes de la guerra en El Salvador y el papel de sus protagonistas. Sin embargo, con sus construcciones hipotéticas y opiniones personales, algunas veces termina por abonar a la multiplicación de las especulaciones. Es una lástima que la lupa bajo la cual los supuestos héroes están bajo sospecha, también arrastre algunas presunciones. Por ejemplo, ¿A qué se refiere Galeas con el lado oscuro de la guerra? ¿Es la historia del ERP el lado oscuro? ¿Entonces por qué no titular el libro “el lado oscuro del ERP”?
Aun con las advertencias del caso, es un libro que vale la pena leer, y es un libro que se deja leer. Hilvana hechos y documentos sobre la historia política del ERP en particular, y la historia salvadoreña en general. Es un libro también que nos permite no sólo releer el pasado, sino que también ofrece pistas para comprender las luchas sectarias que han seguido caracterizando a nuestra izquierda.
Asimismo, me parece que Galeas provoca al lector a pensar en cómo habrían sido las alianzas y los conflictos en las otras agrupaciones guerrilleras, y cuál sería entonces la historia íntima también de las fuerzas con las que la guerrilla se enfrascó en combate: la derecha militante y la derecha paramilitar. Estamos ante la primera entrega de “Héroes bajo sospecha”. Tal vez en la segunda parte Galeas ofrezca más datos para ir complementando partes de este complejo rompecabezas. Ojalá especifique en esa ocasión con mayor claridad las fuentes de su relato. Y, si no es mucho pedir, tal vez pueda considerar un título un poco menos escabroso.
* Michelle Melara (Salvadoreña radicada en Holanda), estudió sociología y Ciencia Política en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (San Salvador). Investiga y escribe acerca de la historia política reciente de El Salvador.
