Confiados en que el papa Francisco conceda la pronta beatificación al arzobispo Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, centenares de salvadoreños participaron este domingo bajo un sofocante sol en una colorida peregrinación para recordar el 33 aniversario de su asesinato.
“Este aniversario lo conmemoramos muy animados, porque creemos que el nuevo papa Francisco beatificará a monseñor Romero, aunque para nosotros, como pueblo, Monseñor Romero ya es un santo”, dijo a la agencia AFP la septuagenaria Rosa Gavidia, activista de las Comunidades Eclesiales de Base.
Gavidia, que asiste cada año a los actos desde que ocurrió el crimen en marzo de 1980, llegó junto a un grupo de feligreses con flores y estampas en procesión desde el sector del cantón San Antonio Abad, al poniente de la capital.
La maestra Noemí Contreras instó a que el sumo pontífice revise la información de Romero, cuya vida “fue apegada a principios bíblicos”. “La beatificación de nuestro arzobispo mártir es la esperanza que hoy creemos tenemos más cerca”, dijo.
“Beatificar a Monseñor Romero es una obligación que el Papa no puede evitar si es coherente con el mensaje de justicia que él está promulgando; debería de hacerlo pronto”, opinó Porfirio Melgar, anestesiólogo de 51 años.
La causa para beatificar a Romero se inició a nivel local el 24 de marzo de 1994, y en 1996 pasó a Roma, donde el expediente se encuentra en la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, a la espera de avanzar a la Congregación para la Causa de los Santos
En la marcha de este domingo los fieles vestían camisetas blancas o negras alusivas a la fecha. Los actos se iniciaron en la capilla del hospital Divina Providencia, lugar donde al anochecer del 24 de marzo de 1980 el arzobispo de San Salvador fue abatido por un francotirador, en un operativo diseñado por la ultraderecha, descontenta por las denuncias desde el púlpito sobre la injusticia social y la represión militar en El Salvador.
Con el crimen y el cierre de los espacios de participación política estalló la guerra civil, que finalizó en 1992 tras la firma de Acuerdos de Paz entre el Gobierno y la guerrilla.
Roberto D’Aubuisson, autor intelectual
En 1993, una Comisión de la Verdad que creó la ONU culpó como responsable intelectual del asesinato al mayor Roberto D’Aubuisson, fundador de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena). D’Aubuisson, quien llegó a fungir como presidente de la Asamblea Legislativa, murió de cáncer en febrero de 1992.
Durante el evento de este domingo, Jaime García, del directorio del Comité Romero, hizo un relato del informe de dicha comisión, que inculpó a D’Aubuisson y a su entorno.
El oficio religioso lo encabezó el obispo emérito de Santa Rosa de Copán, Honduras, Luis Alfonso Santos, tras el cual los feligreses caminaron con palmas hacia la cripta de la céntrica catedral donde reposa Monseñor Romero.
“San Romero de América, corazón del pueblo, a 33 años resucitas en nuestras luchas”, se leía en una gigantesca pancarta banca con la silueta en negro del rostro del arzobispo.
El sábado, el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, dijo que el país aún espera la “verdad” sobre el crimen y que el ejecutor “actuó bajo órdenes de mentes asesinas de la época, de gente que quería callar la voz de Monseñor”.
Como una medida de “reparación”, el Gobierno salvadoreño instó en 2010 a que la ONU proclamara el 24 de marzo como Día Internacional del Derecho a la Verdad y a la Dignidad de las Víctimas de Graves violaciones de los Derechos Humanos.
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