El Ágora /

“Lo que se dice en torno al fin del mundo nunca lo dijeron los mayas'

En la ciudad de Mérida, en el estado mexicano de Yucatán, en el extremo de la península homónina, trabaja José Huchim Herrera, un arqueólogo de origen maya que se desempeña como director de sitio de Uxmal. Huchim explica que los mayas nunca vaticinaron el fin del mundo para diciembre de este año, y que lo que llega es, nada más, el fin de un ciclo y el inicio de otro.


Lunes, 23 de julio de 2012
Élmer L. Menjívar

Su profesión no es casual, sino causal: “Yo vengo de una familia que por muchos años se ha dedicado al cuidado y vigilancia del patrimonio arqueológico. Por muchos años mi abuelo trabajó en el cuidado de los sitios arqueológicos de Uxmal y Chichén Itzá, yo crecí en todos esos sitios”. Siguiendo la tradición familiar, en 1980 entró a trabajar como custodio en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero sintió el trabajo demasiado monótono y se propuso entrar a la Universidad Autónoma de Yucatán, a la carrera de arqueología. Se graduó y luego se sometió al proceso de especialización que lo convirtió en conservador de patrimonio e investigador.

Con Huchim hablamos de un tema para unos trivial y para otros esencial, de esa supuesta profecía maya que anuncia el fin del mundo para el próximo 21 de diciembre, un tema que ha inundado los medios de comunicación y que inquieta la imaginación de millones de personas alrededor del mundo. Esta entrevista abunda en precisiones, desmentidos, consejos y consecuencias para la cultura maya que ha traído toda esta atención sobre el fin del mundo.

Empecemos por el fin: ¿qué significa exactamente en la cultura maya el 21 de diciembre de 2012?
Ja, ja, ja, ya se va a poner complicada la cosa… pero mira, para poder pensar en el 21 de diciembre de 2012, primero tenemos que valorar la forma de pensar, la trascendencia de nuestra cultura como mayas que somos, y luego verlo desde el otro extremo en donde están ustedes.

¿Y cómo es que lo viven ustedes?
De los mayas de hoy que viven en la comunidades rurales son muy pocos los que se pueden dar cuenta de la trascendencia que ha cobrado 2012. El maya está más preocupado por su quehacer cotidiano, por su supervivencia, que por el fin del mundo. Pero los mayas que de alguna manera hemos profundizado en las raíces de nuestra propia cultura nos damos cuenta de que todo lo que se dice en torno a un fin del mundo en situaciones catastróficas, no lo dijeron los mayas. Todo lo que se está difundiendo es 'dicen que lo mayas dijeron', y los mayas nunca dijeron nada.

¿Y cómo cree que vino a parar este cuento así?
Hay maremotos, temblores, reacciones de la madre tierra y algunos tienen que ver con los excesos que los individuos hemos hecho y para que eso suceda no se necesitaba de profecías, sino de sentido común, es causa y consecuencia, pero a alguno se le pudo ocurrir buscar culpables, y se acordaron de que por ahí dicen que los mayas dijeron que el mundo se iba a acabar, entonces de ellos es la culpa ja, ja, ja.

¿Y los mayas en realidad no dijeron nada, o dijeron algo parecido que se tergiversa?
Si nosotros revisamos estas fechas que tienen que ver con la rueda calendárica, vemos que se trata de la Cuenta Larga, entonces nos damos cuenta de que los mayas nunca dijeron que se iba a acabar el mundo. Para empezar, dentro de la concepción maya del tiempo hay diferentes formas de llevar la cuenta del tiempo.

¿Y qué dijeron?
El concepto del tiempo maya no es el mismo que tiene el calendario gregoriano. El del maya es un concepto cíclico que tiene que ver con la continuidad y la repetición de hechos que se dan a través del tiempo. El futuro fue el pasado, el pasado es el presente. Dentro de ese concepto están los calendarios Haab, calendarios Tzolkin, que integran la cuenta del tiempo y el comportamiento de las aves, los insectos, sus épocas, tienen que ver con mejores y peores tiempos, es una lectura que se saca de la naturaleza. Este bagaje es lo que tenemos en la cultura maya, y nos ha servido para aprender de la sabiduría del tiempo, por eso es que no son profecías, es aprendizaje de los ciclos, de las respuestas de la naturaleza, por eso podemos predecir sequías, porque antes se ha observado cómo se propiciaron las sequías durante miles de años, como producto de la tala de árboles, del cultivo excesivo en ciertos lugares. Mientras más conscientes seamos de lo que hacemos, más fácil podremos prevenir las consecuencias.

¿Entonces qué va a pasar en esa fecha tan precisa del 21 de diciembre de 2012?
Simplemente es una fecha importante, que puede ser relativa, puede ser en 2012, 2010, 2014 o 2016… porque en los cómputos que se hacen para convertir de las fechas calendáricas mayas al calendario gregoriano hay variantes de horas o días que en milenios suman o restan mucho, depende de cómo hagas el cálculo.

¿Pero cuál es el inicio de este fin que se está anunciando?
Esta fecha es una fecha mítica que se encuentra en la estela de Quiriguá, que es el año maya 13,114, que es el inicio del calendario. Esta fecha fue muy importante para los mayas por eso se menciona en jeroglíficos de Palenque, Tortuguero, Tabasco, y se repite como una fecha conmemorativa. Es como ustedes dicen que el 1 de enero inicia equis año y termina el 31 de diciembre y se celebra y todo el mundo se pone reflexivo. Entonces en agosto del 13,114 es el inicio del calendario y que finaliza el 21 de diciembre de 2012. Trancurren 5,200 años aproximadamente, un millón setecientos y tantos días... ¿Qué pasa? En la cuenta larga a ese período se le conoce como el ‘baktun’, y está por finalizar el 13 baktun. También hubo una fecha referida al 12 baktun y no se acabó el mundo. Entonces, lo único que sucede es que el 22 de diciembre de 2012 va a empezar el 14 baktun. Solo es una cuenta larga que inició el 13,114 antes de Cristo y finaliza en 2012 de nuestra era. Somos afortunados de vivir el cierre de una época que se estableció en la era prehispánica, de que hoy nos toca empezar a vivir la próxima que... ¡uf! va para largo...

¿Entonces nada de catástrofes ni fin del mundo?
En ningún jeroglífico, en ningún documento, en ningún códice maya hablan de que en 2012 se va a acabar el mundo. Únicamente se dice que termina un baktun y empieza otro.

¿Y qué piensa usted de todo lo que se ha desatado por esta falsa profecía? Del turismo, por ejemplo, o de la atención mediática en la cultura maya...
Eso también tiene dos lados. Por uno, la industria hotelera y turística va a estar bien, al menos los dueños de los negocios. Por otro lado, también tenemos que tener mucho cuidado por la masividad en los sitios arqueológicos porque puede ser muy riesgoso porque se puede afectar el patrimonio.

¿Hay algún plan para prevenir daños al patrimonio?
Ahorita se está trabajando en una estrategia para poder contener todo este impacto.

¿Vale la pena poner en riesgo el patrimonio por una moda?
El consejo que podemos darle a los interesados en vivir esta experiencia es que así como pueden venir en 2012, también pueden venir en 2014, en 2015, porque la fecha en realidad no es un fecha exacta, es una fecha relativa. No hay que dejarse llevar por esa difusión masiva de esta fecha. Hay que tener el suficiente cuidado para poder controlar toda esa masividad turística. La gente no debe desesperarse por ir ese día al sitio.

¿Hay interés de parte de la comunidad científica maya por aclarar esta confusión?
Estamos a punto de finalizar una página web que financió el museo Smithsonian para dar la versión maya acerca de 2012, allí es donde integramos entrevistas, evidencias, comentarios de mayas, precisamente para contrarrestar la confusión generada por personas que no son mayas. Yo creo que es necesario que se sepa lo que realmente esto significa para nosotros.

¿Cree que hay algún elemento que pudo dar pie a esa interpretación apocalíptica de lo que dice la estela o fue simplemente manipulado?
Fue totalmente manipulado porque en ninguno de estos jeroglíficos hay nada escrito que pueda llevar a esa conclusión del fin del mundo. Fue una manipulación producto de una visión catastrofista.

¿Qué consecuencias tiene para la cultura maya todo esto?
La consecuencias pueden ser buenas y malas. Buenas porque todo aquel maya que se había olvidado de su cultura ahora va a reivindicar la importancia de su cultura. Si soy maya y todo esto es tan importante para el mundo, voy a tener que reconsiderar mi posición como maya y como miembro de esta sociedad, sentirme orgulloso.

¿Cree que toda la atención que ha recibido la cultura maya ayuda a la autoestima del maya?
A eso iba, a decirte que no necesitamos toda esta promoción de 2012 para que los jóvenes y los niños se sientan orgullosos de su cultura, ya llevamos años trabajando con ellos, los orientamos a revalorar su cultura y el origen mismo de sus comunidades. Hicimos una pirámide de compromisos que llevamos a donde hay niños y jóvenes mayas, y es gratificante cómo los niños asumen esos compromisos: “No me voy a burlar de mi amiguito porque habla maya”, “Voy a decirle a mi papá que me lleve a visitar Chichén (Itzá)”, “Voy a pedirle a mi abuela que me hable más sobre la cultura maya”, “Voy a preocuparme más por investigar sobre mi cultura”, “No voy a avergonzarme de mi cultura”. Cuando ves todo ese abanico de propósitos desde hace tiempo te das cuenta que no requerimos de 2012 para darte cuenta del valor de una cultura milenaria.

¿Qué tan viva está la cultura?
Tenemos 106 municipios en los que aún se habla la lengua, se practican los ritos y ceremonias. Hay academias de lengua maya para la continuidad del lenguaje en las nuevas generaciones.

¿Y usted cree que el mundo va a tener un final?
Pues claro que va a tener un final, pero eso nos lo dicen los geólogos, los astrónomos, un final que ni tú ni yo lo vamos a ver porque faltan miles de años. Acuérdese que la Tierra tiene ciclos, que el Sol tiene ciclos y se van repitiendo. ¿Pero por qué nos vamos a preocupar por eso hoy?

¿Y usted qué va a hacer el 21 de diciembre?
Pues vigilar a toda esa gente que va a entrar a los sitios arqueológicos, eso me toca hacer, para que no se acaben ellos el mundo maya ja, ja, ja.

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