El Ágora /

“No es fácil conseguir el diálogo entre académicos y funcionarios”

En abril de 2010, el entonces Secretario de Cultura, Héctor Samour, presentó la nueva Dirección Nacional de Investigaciones (DNI) para fomentar el debate académico sobre los problemas del país desde las ciencias sociales y las humanidades. Su director desde entonces, Sajid Herrera, habla con El Faro a propósito de la presentación del tercer número de la revista Identidades, herramienta de divulgación de las investigaciones generadas.

Martes, 3 de julio de 2012
María Luz Nóchez / Foto: José Carlos Reyes

Ocho meses después de la presentación de su segundo número, la revista Identidades, de la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI) de la Secretaría de Cultura, revivirá oficialmente este 5 de julio con seis meses de retraso. La portada anuncia que es la edición del último semestre de 2011. Las ediciones 4 y 5 están programadas para lanzarse en septiembre de este año y en enero de 2013, respectivamente.

Sajid Herrera. Foto José Carlos Reyes
Sajid Herrera. Foto José Carlos Reyes

Sajid Herrera es también el director de la revista y en esta entrevista amplía sobre la evolución que Identidades experimentó durante la pausa editorial, los retos que le suponen las limitantes presupuestarias para abordar aquellos temas que no siempre están en agenda, la segmentación del interés por este tipo de productos y las estrategias para paliar estos inconvenientes.

Su nombre de pila trata de responder, según explica, a la gran interrogante que comunidades y pueblos tratan de resolver para afianzar o reafirmarse como tal: “¿de dónde venimos?”.

“Las identidades son sentimientos de pertenencia no solo a una comunidad étnica sino también a grupos religiosos, políticos, económicos, a regiones incluso”, especifica Herrera, con quien también hablamos sobre algunos aspectos de la dependencia que dirige.

Herrera dijo no estar autorizado a dar información sobre el presupuesto de la DNI, pero aseguró que luego de consultar con la Dirección Ejecutiva nos podía explicar que “no se maneja un presupuesto por direcciones, sino un consolidado” de todas las direcciones.

En el presupuesto general de la nación ese presupuesto global está etiquetados como “Servicios culturales nacionales” y asciende a 13,546,070 de dólares, que se desprenden de los 16,414,310 dólares del presupuesto general de la Secretaría de Cultura de la Presidencia para el 2012.

¿Por qué la necesidad de una nueva revista, no caben estos temas en la revista Cultura, por ejemplo?

Hemos atravesado un proceso de búsqueda de la particularidad de la revista para aterrizar en qué es lo que nosotros como Dirección Nacional de Investigaciones podemos proporcionar. Podríamos habernos quedado alimentando la Revista Cultura, pero si queríamos tener nuestro propio vehículo para socializar y compartir nuestros trabajos o de otros salvadoreños teníamos que empezar con esta especificidad. No estamos cerrados tampoco a compartir trabajos nuestros con la Revista Cultura o incluso con la revista Ars. No es exclusión, sino ese ánimo de buscar qué es lo que nos debe identificar a nosotros.

¿Cómo están preparados para los retos que conlleva la publicación de una revista: distribución, divulgación, ampliar audiencias…?

En este país y en Centroamérica la publicación de libros y revistas se ve sometida a una especie de acuartelamiento. Hay ciertas trabas de distribución a nivel regional y nacional. Eso lo tenemos claro, lo hemos discutido y hemos diseñado una estrategia. Un primer elemento es la presentación oficial descentralizada, iremos a Santa Ana y San Miguel. Seguido está la entrega directa a personalidades e instituciones culturales, académicas, universitarias, que sabemos que este tipo de producto les interesa y no lo van a engavetar. A partir de esa lista hemos elaborado una lista para Centroamérica, América Latina, Estados Unidos y Europa, y para hacerla llegar queremos usar la “valija diplomática”. El tercer elemento es subirla a internet. Quisiéramos tener una revista virtual a la que todos puedan tener acceso, pero lo haremos hasta que hayamos agotado el envío del material físico. Es importante recalcar que antiguamente estas revistas se enviaban a medio mundo, y no medio mundo está interesado.

¿En cuánto tiempo podremos consultar las publicaciones de la DNI en formato digital?

De aquí a finales de julio ya estarán en línea las revistas. No lo podemos hacer inmediatamente porque tenemos que divulgar el trabajo impreso, sino no tendría sentido. Queremos armar una página web donde podamos subir todos estos materiales y dar noticias de conferencias, ensayos no publicados, es algo que tenemos pendiente.

¿Qué ambiciones de incidencia tiene la revista Identidades?

Sería pretencioso decir que la revista se va a convertir en la rectora de muchas de las políticas públicas de este país, pero sería una ganancia generar interés en funcionarios y que esto permita una cultura más democrática, más inclusiva, más participativa. Estaríamos incidiendo en la formación de ciertas políticas públicas, en los debates de ciertos organismos del Estado que discuten temas como la violencia, por ejemplo, que es el tema de esta edición de la revista. No es fácil conseguir el diálogo entre académicos y funcionarios, ese es el reto de nuestro proyecto.

La violencia, los Acuerdos de Paz, las migraciones son temas que están investigándose abundantemente en ONG, universidades, tanques de pensamiento, ¿por qué también le apuesta la DNI a los mismos temas habiendo tantos ámbitos de la cultura que no están siendo abordados?

Somos conscientes de que tenemos agendas pendientes y es bien difícil decir que vamos a lograr cubrirlas todas, debe ser un trabajo sostenido. Por ejemplo, el tema de género, pero estamos tratando de que sea eje transversal. Somos una dirección muy pequeña y tampoco podemos publicarlo todo. Hacemos lo que podemos y tratamos de hacerlo con el mayor rigor científico posible, no queremos hacer cosas a la ligera. En los dos años que nos quedan quisiéramos dar a entender que la cultura es un conjunto de valores y prácticas muy diversas, y que ahí nos encontramos con la diversidad de actores sociales de este país y que a todos hay que estudiarlos. Faltan temas claro, pero necesitaríamos un contingente de 20 investigadores trabajando, y eso es imposible.

¿Cuál ha sido la evolución de este número respecto a los otros dos números?

Ya con el anterior intentamos afincar cuál debía ser la identidad de la revista, es decir, cuáles deberían de ser los rasgos fundacionales de la revista, que la marquen, la identifiquen, la particularicen, tanto en sus dimensiones como en sus partes. El sentido no se ha perdido, lo que ha cambiado es la manera en la que presentamos esas fuentes, que al final de cuentas son una memoria nacional. En síntesis, entre la 1 y la 3 podemos observar una búsqueda de cómo pudiera ser la revista, qué es lo que ha pasado, que responde a una inquietud del grupo de investigadores de buscar lo mejor de una revista y darle la particularidad. Ya existía la revista Ars, la revista Cultura y queríamos una revista que tuviera lo suyo, su especificidad. Lo que demuestran estos tres números es un proceso, con el que nos quedamos satisfechos con esta tercera.

Este tomo se distingue del primer número por no ser monotemática. Es parte de los cambios que menciona o va a variar.

Hemos discutido que la parte del “Dossier”, que es el plato fuerte de la revista, no necesariamente debe subordinar las demás secciones. Por eso es que la sección de Avances de la investigación” hay un artículo de Ricardo Roque que no tiene nada que ver con violencia, y uno de Robin de Lugan que igualmente, no tiene nada que ver. Las otras secciones dan cabida a otra serie de trabajos, de ensayos, de investigaciones de otras temáticas que si esperaran cada una su número temático tendríamos que hacer una revista mensual o trimestral para dar cabida a tantas líneas o agendas de investigación que hay. Dependerá del tema.

¿A qué limitantes se enfrenta esta dirección?

De las aproximadamente 35 personas que formamos la dirección, solo 11 somos investigadores. Si todos fuéramos investigadores le aseguraría de que muchos de los temas que nos urgen podríamos resolverlos con mayor rapidez. Trabajamos en un país donde tenemos presupuestos limitados... Este país ha tenido, desde su fundación como Estado en 1824, larga historia de presupuestos nacionales raquíticos: durante los primeros años más del 50% estaba destinado al Ministerio de Guerra. Las prioridades de este país históricamente han sido otras, desgraciadamente.

Las prioridades no van a cambiar a mediano plazo ¿cómo se garantiza la continuidad entonces?

Nosotros creemos que la cultura no debe de ser comprendida como un esfuerzo solo del Estado, por supuesto que el Estado es el garante por antonomasia de la cultura del país, pero de la cultura somos partícipes todos, y en la medida en que involucremos y no obstruyamos a los diversos sectores, perfecto. Por eso hemos firmado una serie de convenios con universidades y centros de investigación nacionales e internacionales. Estos convenios nos permiten la versatilidad, un tipo de trabajo que sería muy difícil hacerlo solo nosotros.



 

Identidades de la Dirección Nacional de Investigaciones

Identidades se compone de cinco secciones que de entrada sugieren su objetivo: “Para el debate”; un “Dossier” como plato fuerte; “Avances de investigación” –de académicos jóvenes y con experiencia; “Fuentes”; y “Reseñas” para cerrar la edición.

Revista Identidades Junio-Diciembre 2011.
Revista Identidades Junio-Diciembre 2011.

Todos los contenidos se someten a convocatoria y son seleccionados por un comité científico internacional de antropólogos, historiadores, politólogos que forman parte de la red de investigadores de referencia para la DNI. 

Sumario Identidades No. 3 

Para el Debate

  • Ciencia histórica y oficio del historiador: Tentativa y fracaso de un proyecto en El Salvador de los años 60, por Olivier Prud’ Homme

Dossier

  • Tensiones familiares y vecinales en la provincia de Sonsonate en el período colonial tardío, por Josselin Ivette Linares Acevedo
  • Delitos sexuales y procesos criminales: justicia, mujer y violencia en El Salvador (1880-1890), por Óscar Armando Meléndez Ramírez
  • Control social y violencia: la prostitución en la ciudad de San Salvador, 1880-1920, por Rosa Vianney Juárez Cruz
  • La pena de muerte y la persecución de vagos en las políticas antidelincuenciales de El Salvador, 1928-1946, por Carlos W. Moreno
  • Vulnerabilidad femenina y violencia masculina en la clase popular salvadoreña, 1950-1990, por Claudia Ponce

Avances de Investigación

  • Cine, revolución y utopía estética en El Salvador, por Ricardo Roque Baldovinos
  • Museos, memoria social y la nación justa, por Robin de Lugan

Reseñas

  • Otker Bujard y Ulrich Wirper, “La revolución es un libro y un hombre libre. Los afiches políticos de Nicaragua Libre 1979-1990 y del Movimiento de Solidaridad Internacional”. Por Benjamín Moallic
  • Juan José Martínez y Boanerges Guevara, “Las mujeres que nadie amó. Historias de vida de ocho mujeres de las clases subalternas salvadoreñas”. Por Ana Silvia Ortiz


Si estás interesado o interesada en obtener un ejemplar de la revista Identidades, responda el siguiente 'Quiz' sobre cultural e historia de El Salvador. Entregaremos un ejemplar de la revista a los 10 mejores puntajes.  

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