Antes de que se apagaran las luces para dar comienzo a la proyección del documental nicaragüense “Palabras Mágicas”, los organizadores de este festival que se realiza por segundo año consecutivo en el marco del Foro Centroamericano de Periodismo 2012, pasaron al podio a dar palabras que marcaron la visión y el espíritu de la iniciativa.
“Como grupo de cineastas, nos preocupa que en este país la formación de identidad a través de la cultura y las artes no sea una prioridad, cuando debería serlo. Sin las artes, vamos a tener una identidad débil y una sociedad poco crítica. El cine es un espejo para la sociedad. Nos hace reflexionar y entender hacia dónde vamos.”, expresó Julio López, representante del portal de vídeo centroamericano 01TV, que junto a El Faro conforman la contraparte salvadoreña de Documental Ambulante A. C., la organización fundada por los actores mexicanos Gael García Bernal y Diego Luna en 2005.
La cinta proyectada fue a la perfección una metáfora del espejo. En ella la directora Mercedes Moncada usa la narrativa audiovisual para contar su versión -decididamente personal y emotiva- de la revolución Sandinista sobre la tesis de la autora que sostienen una decepcionante metamorfosis. Su narración de un tramo de historia nicaragüense es una en la que muchos salvadoreños podrían leerse a sí mismos. Refleja la ilusión compartida por tantos durante la guerra civil, el desencanto de un pueblo traicionado por sus políticos, la pregunta que resuena tanto a los veinte años de haber firmado los Acuerdos de Paz: ¿Qué pasó con aquél sueño?
Cuando se volvieron a encender las luces, una de las espectadora que colmaba el primer piso del teatro se dirigió a Moncada: “Te quiero dar las gracias, Mercedes. Por ese cierro de ciclo tan hermoso que nos has dado a todos los de una generación que vivió de alguna forma esa ilusión y desilusión”, acotando que ella vivió su adolescencia en la década de los 80. Así, varios asistentes expresaron su agradecimiento por procesar una realidad histórica tan difícil de digerir.
De la muestra compuesta por 16 documentales, dos reflejan directamente realidades salvadoreñas, como es el caso de “El lugar más pequeño”, producción mexicana dirigida por Tatiana Huezo, y “Niños de la memoria”, de la estadounidense María Teresa Rodriguez. Ambos exploran, desde distintos ángulos, las secuelas imborrables del conflicto civil, parando frente al espejo a una sociedad arisca a verse las heridas que siguen abiertas.
Otras obras en el programa acercan al público salvadoreño a realidades que, de no ser por la cámara de un cineasta independiente, permanecerían lejanas y ajenas. “Sin el tipo de cine que difunde Ambulante, dejaríamos que nuestra imagen del mundo la determinen los noticieros, o Hulk y Los Vengadores”, dijo Mercedes Moncada, tras hacer un llamado para que el espacio que abre este festival de documentales se valore como a una joya. “No tener cine sería como vivir en una casa sin ventanas para ver el mundo. Abrir este tipo de espacio es necesario en una región que no tiene muchas ventanas”, agregó.
Carlos Dada, director de El Faro, y Elena Fortes, directora de Ambulante, expresaron el compromiso de sus respectivas instituciones por seguir trabajando en conjunto para mantener abiertas estas ventanas en El Salvador. Según Dada, “nos une un mismo afán por hacer cosas, por acercarnos a otras realidades, personas y trabajos”.
Prueba de esta sinergia es el Premio de Derechos Humanos que recibió El Faro horas antes de este evento inaugural por parte de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés). Hace un año, ese mismo galardón fue entregado a Ambulante por inspirar y difundir, por medio del cine documental, historias que hacen una diferencia.
A partir del jueves 10 de mayo, habrá dos funciones de Ambulante en cada Cinépolis (Galería y Multiplaza), el costo es de $3.00.
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