A 358 subió la cifra oficial de reos fallecidos en el incendio que se desató la noche del martes en la penitenciaría de la ciudad hondureña de Comayagua, según difundieron medios de comunicacion de Honduras, que también reportaban cómo los custodios del reclusorio impidieron la acción rápida de los bomberos que llegaron a sofocar las llamas.
'Custodios retrasaron acción de los bomberos', titulaba el periódico La Tribuna, citando al jefe de bomberos de Comayagua, Leonel Silva. 'Llegamos 10 minutos después de que comenzó el incendio en la cárcel, pero no entramos de inmediato porque los guardias nos lo impidieron', dijo Silva.
El director de Centros Penales, Danilo Orellana, admitió que los guardias impidieron todo acceso de personas ajenas al centro penitenciario, porque el protocolo así lo exige. 'Los custodios creyeron en un principio que se trataba de una fuga masiva de reos, por eso cumplieron la ley y no permitieron el ingreso de nadie a la cárcel, para evitar muertes innecesarias', dijo.
En un vídeo colgado en Youtube se escucha disparos de armas de fuego en las cercanías del penal, presumiblemente hechos por los guardias de la cárcel ante el temor de la fuga de los reos.
En la mañana de este miércoles, una vez se hizo pública la dimensión de la tragedia, el presidente Porfirio Lobo anunció la suspensión inmediata de las autoridades penitenciarias, mientras se hace una investigación para deducir responsabilidades. Esta suspensión incluyó a Danilo Orellana, quien ha sido sustituido por el subdirector de Penales.
Aunque por ahora no hay claridad sobre el origen de las llamas, los mismos reos sobrevivientes informaron a la prensa dónde habían visto las primeras llamas y cómo estas se fueron propagando rápidamente hacia otras bartolinas, que ya cerca de la medianoche del martes se encontraban cerradas con candados.
Las autoridades dicen que no pueden descartar una versión que divulgó la gobernadora del departamento de Comayagua, Paola Castro, quien aseguró que recibió una llamada telefónica supuestamente de un preso, quien le anunció que iba a prender fuego al penal. La otra hipótesis es que se produjo un cortocircuito.
Comayagua está situada a 90 kilómetros al noroccidente de la capital, Tegucigalpa. La muerte masiva de reos en un incendio tiene antecedentes en penitenciarías de otros puntos de este país centroamericano. En 2003 murieron decenas de presos en la ciudad de La Ceiba, y en 2004 murió un centenar de reos en San Pedro Sula.
Sobre la cantidad de víctimas fatales, el periódico El Heraldo hablaba esta tarde de la posibilidad de hasta 377 muertos, pero esa cifra aún podría incluir a reos que se dieron a la fuga. El juez de la Corte Suprema Ricardo Ordóñez informó que había confirmadas 358 víctimas mortales. Ordóñez está encargado de recabar información sobre la tragedia.
A primera hora del día, cuando las autoridades rindieron su primer informe sobre las consecuencias del incendio, hablaron de más de 270 fallecidos. A medida que fue avanzando la mañana subieron la cifra a más de 350.
El Salvador se mira al espejo
En Honduras, la sobrepoblación de cárceles es del 63%. Hay capacidad instalada para 8 mil reos, pero los privados de libertad llegan a 13 mil. En El Salvador, el exceso de recluidos es de un 200%, porque hay capacidad para unos 8 mil presos, pero la población reclusa ronda los 24 mil, y esta condición pone inquieta a la Confraternidad Carcelaria de El Salvador, pues la organización de apoyo a los reos cree que las condiciones de las prisiones salvadoreñas no permitirían que acá ocurra algo parecido a lo de Comayagua, aunque las autoridades penitenciarias locales dicen haber tomado medidas para prevenir esa situación.
El director general de Centros Penales de El Salvador, Nelson Rauda, expresó su pésame por lo sucedido en Comayagua, pero insistió en que, a pesar de que en El Salvador las condiciones de hacinamiento son aún peores que en Honduras, desde 2009 la adminiatración ha tomado 'medidas para evitar situaciones como esta'. 'Encontramos instalaciones eléctricas con más de 50 años de antigüedad en penales como el de Gotera y San Miguel, y se han renovado totalmente. Además, por las noches se corta la corriente en los tomacorrientes de los sectores. Eso disminuye el riesgo.'
Periodistas de El Faro han constatado, sin embargo, que sigue siendo una práctica habitual que durante la noche, en presencia de los custodios, internos del penal de mariona conecten manualmente hornillos eléctricos -en teoría prohibidos- a cables del techo de sus celdas. En los sectores no hay extintores, para evitar que sean usados como arma por los internos, y el sistema de apertura y cierre de celdas es de cerrojos y candados, lo que en caso de incendio durante la noche obligaría a abrir una por una las celdas afectadas o en riesgo. Rauda destacó que a todos los custodios del país se les ha instruído en procedimientos de uso de extintores.y se han creado protocolos de reacción. 'Entiendo que se han hecho incluso simulacros', dijo, aunque no supo precisar en qué penales se han realizado.
Marvin Amaya, presidente de asociación Confraternidad Carcelaria de El Salvador, se mostró consternado y advirtió que la situación de los penales salvadoreños no es diferente, en cuanto a infraestructura y hacinamiento, de la de la granja penitenciaria de Comayagua: 'Nadie puede decir que eso no va a pasar aquí. La infraestructura está diseñada para convertir los sectores de celdas en un cuello de botella y hace imposible cualquier evacuación en caso de incendio, sea cual sea el origen del fuego.'
Amaya instó al ejecutivo salvadoreño a hacer 'las inversiones necesarias' para construir nuevos centros penales y acabar con cárceles que 'deshumanizan' a los reos. 'Falta voluntad poolítica para hacerlo, porque aquí nadie cree en la rehabilitación', dijo.
Desde Nicaragua, Confraternidad Carcelaria de Nicaragua-Pastoral Penitenciaria Arquidiocesana también lamentó en un comunicado la pérdida de vidas humanas y exigió al Gobierno hondureño el esclarecimiento de las circunstancias que desencadenaron que el número de fallecidos haya sido tan elevado. 'Se deberían mejorar las condiciones en infraestructura y garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de cada uno de los privados de libertad', señala el comunicado.
El comunicado concluye con un llamado que aplica no solo a Honduras y a Nicaragua, sino a un buen número de países latinoamericanos: 'Expresamos nuestra profunda preocupación ante los hechos ocurridos en Honduras, y llamamos a la reflexión ante tales hechos'.
