Las versiones sobre la muerte del menor son contradictorias. Según la Policía, los agentes fueran advertidos de la presencia de un niño 'gravemente herido y bañado en sangre' después de 'una explosión que rompió los vidrios de algunas residencias' del lugar.
El cuerpo del menor, de 16 años, estaba 'gravemente desfigurado' y le faltaba gran parte del rostro y la mandíbula inferior y superior, según un comunicado de la Policía.
'Fue hallado junto a dos envases de combustibles y restos de cohetes de fuegos artificiales' en una zona donde horas antes los agentes habían detenido 'a 14 jóvenes que se dedicaban a preparar cocteles Molotov y a elaborar 'lanzacohetes' artesanales, según La Policía.
Sin embargo, varios testigos sin identificar negaron las versiones policiales en el canal local Telemetro.
Uno de ellos aseguró que el joven murió al impactar en su cara una bomba disparada por la Policía contra un grupo de curiosos.
'Todo estaba bien y tranquilo cuando guardias y un poco de gente empezaron a tirar esos gases y todos se regaron (dispersaron). Llegaron (los agentes antidisturbios) sin ningún motivo', aseguró otro testigo al telenoticiario.
Al menos dos personas han muerto en el marco de los disturbios desde que estallaron el pasado domingo, según reconoce la Policía. Sin embargo, el presidente de la Coordinadora Nacional de los Pueblos Indígenas de Panamá, Betanio Chiquitama, asegura que son tres el número de víctimas.