BEIRUT (AP) — El ejército de Siria suspendió el martes sus ataques con los que castigó durante días a la ciudad rebelde de Homs y comenzó a retirar sus tanques, al mismo tiempo que observadores de la Liga Arabe visitaban la zona, informaron activistas y funcionarios.
Grandes multitudes se volcaron a las calles poco después de la retirada, gritando que no se dejarán intimidar por la represión.
Videos aficionados mostraron a decenas de miles de personas inundando las calles de Homs, que estuvo sitiada durante varios días, para participar en un funeral. Cargaban un ataúd abierto que dejaba ver la cara de un hombre mayor con barba blanca.
Los más de 60 observadores llegaron este martes para asegurar el cumplimiento de un plan de la Liga para poner fin a la violencia contra los manifestantes, la mayoría desarmados y pacíficos. La retirada de los tanques de Homs fue el primer indicio tangible de que Assad estaba cumpliendo los términos.
Después de firmar el plan la semana pasada, el régimen de Assad sólo intensificó la violencia en lugar de reducirla, por lo que varios gobiernos condenaron su desacato. Los soldados mataron a centenares de personas la semana pasada. El lunes, las fuerzas de seguridad mataron al menos a 42 personas, la mayoría de ellas en Homs.
Un video aficionado difundido por activistas mostró a habitantes del tenso distrito Baba Amr de Homs mientras hablaban con los observadores árabes.
'Somos un pueblo desarmado que está muriendo', gritó uno de los residentes a un observador. Segundos después, se escuchan disparos a la distancia mientras alguien grita: 'Estamos siendo masacrados aquí'.
Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, está a unos 160 kilómetros (100 millas) al norte de Damasco y tiene 800.000 habitantes. Es el epicentro de la revuelta contra Assad. Muchos sirios se refieren a Homs como la 'Capital de la Revolución'.
'Hoy está tranquilo, a diferencia de los días previos', dijo el martes el activista opositor Mohamed Salé. 'Los ataques con cohetes se prolongaron durante días, pero ayer (lunes) fue terrible'.
El plan de la Liga Arabe aceptado por Assad la semana pasada requiere que el gobierno retire sus fuerzas de seguridad y su artillería pesada de las calles, inicie conversaciones con los líderes de la oposición y permita el ingreso al país de periodistas y trabajadores por los derechos humanos.