A día de hoy, en el Centro Penal de Mujeres, de Ilopango, el hacinamiento está en 432%. 1,731 internas comparten un espacio adecuado para 400 personas. Al contrario que otros penales, la decisión del Centro es no cerrar la recepción de reas porque considera que en las bartolinas policiales se hallan totalmente vulnerables. Ilopango está condenado al hacinamiento.﻿

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Por norma general de seguridad de todos los penales del país, los reos comunes permanecen bajo encierro en sus celdas desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana.

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En los sectores de condenadas suele haber menos concentración de internas que en los sectores de procesadas. En el dormitorio 2-1 del sector C tienen la suerte de convivir 67 internas en 44 camas.

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Según las internas, su mayor problema es la falta de agua corriente en los dormitorios. Justo antes del encierro, todas se abastecen del agua que deberán utilizar para bañarse, beber y descargar el sanitario; pero no es suficiente para un baño que utilizan más de 200 personas.

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En esta imagen aparecen 19 mujeres compartiendo tres camarotes. Si eso es hacinamiento, lo es más en el dormitorio 1-3 del sector B, donde 13 mujeres llegan a compartir dos catres. Es decir, 13 personas pasan 12 horas en 2.50 metros cuadrados.

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Fruto del hacinamiento es común encontrar escabiosis, llamada comúnmente &#8220;arador de la sarna&#8221;. Es una afección en la piel extremadamente contagiosa pero de fácil tratamiento.

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La convivencia en los encierros suele ser cordial. Según las internas del dormitorio 2-1 del sector C, las riñas sólo suelen quedarse en empujones por los mejores espacios donde dormir.

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La falta de agua corriente en los dormitorios genera un intenso hedor en los sanitarios. Debido al hacinamiento, las internas se ven obligadas a dormir muy cerca de los excusados.

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Por seguridad no está permitido el uso de ningún dispositivo eléctrico en los dormitorios, por ejemplo ventiladores. El hacinamiento sumado a la escasa ventilación genera una sensación de asfixia durante los encierros de 12 horas.

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En el penal de Ilopango todo espacio disponible se ha adecuado como celda. El dormitorio 2-2 del sector C es un cuartito donde pasan 12 horas encerradas nueve internas que, como no hay baño, hacen sus necesidades en pequeños recipientes que guardan bajo las camas.

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Una solución improvisada a la falta de espacio ha sido soldar piezas metálicas a las patas de los catres para alargar estas y de esa manera crear camarotes minúsculos. De esa manera, la dirección logra algunos centímetros verticales de espacio para las internas que duermen en las denominadas &#8220;cuevas&#8221;.

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La falta de agua corriente en los dormitorios se debe a que las bombas del penal no tienen suficiente fuerza para enviarla hasta el área de celdas. A cada interna se le permite tener un máximo de tres botellas de agua para atender todas sus necesidades durante el encierro diario de 12 horas.

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El sector B del penal estaba pensado inicialmente para las reas en espera de proceso judicial. Aunque la Ley Penitenciaria manda establecer sectores separados para reos con condena firme y reos en proceso judicial, este sector hoy lo comparten 857 mujeres, indistintamente de si son condenadas o solo procesadas.

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Según las internas, los mejores lugares donde dormir en las celdas se consiguen por antigüedad, aunque ninguna niega que se pueden obtener también por medio de la intimidación o de dinero.

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Las internas están bien organizadas por dormitorio. Una responsable por celda cuida de que no haya conflictos internos y gestiona los turnos para realizar algunas tareas comunitarias.

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El delito más común por el que las reas están detenidas en los penales salvadoreños es la extorsión, que trae consigo una condena promedio de 10 años de prisión.

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210 mujeres comparten el dormitorio 1, en la tercera planta del sector B del penal de Ilopango. En esta celda solamente hay 72 camas. Las internas se reparten a dos por colchón y el resto tiene que acomodarse en el piso.

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Perpetuamente hacinadas